Elis Gjavori, Middle East Eye, 24 junio 2023
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Elis Gjevori es un periodista afincado en Estambul que centra sus trabajos en los Balcanes, Turquía y Oriente Próximo.
La rebelión del Grupo Wagner contra el Estado ruso podría tener importantes repercusiones no sólo para las operaciones del grupo en Oriente Próximo, sino también para la capacidad de Moscú de reemplazar las redes financieras y militares promovidas por el grupo paramilitar en la región.
El grupo mercenario, que lanzó un motín armado el sábado por la noche, ha construido en la última década una red de araña de relaciones militares, empresariales y políticas que abarca Libia, Siria, Sudán y los Emiratos Árabes Unidos.
Las fuerzas de Wagner que luchan en Ucrania también habían sido hasta hace poco un activo crucial de apoyo al ejército ruso en el campo de batalla. Esta fuerza autofinanciada proporcionó recientemente a Rusia su primera victoria perceptible, al capturar la estratégica ciudad de Bajmut.
Pero las considerables capacidades del grupo podrían no haber sido tan bien perfeccionadas de no ser por su experiencia en Oriente Medio y África. Los mercenarios de Wagner se curtieron luchando codo con codo con las tropas rusas en los campos de batalla de Siria, como grupo independiente en Libia, e incluso participan en los conflictos actuales de Sudán, Malí y la República Centroafricana (RCA).
«Wagner comenzó realmente sus operaciones en África en Libia y lo hizo de manera muy eficaz. Fue una cabeza de puente que los EAU facilitaron en su momento y desde la que Wagner pudo expandirse realmente», declaró a Middle East Eye Andreas Krieg, profesor asociado de estudios de seguridad en el King’s College de Londres.
Aunque Wagner no es una empresa oficial en Rusia, ya que la existencia de empresas militares privadas no está permitida, el grupo ha creado, no obstante, empresas fantasma fuera del país que ha utilizado para autofinanciar sus operaciones e impulsarse hacia el poder.
Su «estratégicamente importante» cabeza de puente en Libia permitió al grupo crear vínculos con Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como Hemeti, que dirige las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en Sudán, añadió Krieg.
Las RSF, una fuerza miliciana como Wagner, están ahora inmersas en su propia rebelión contra el Estado sudanés.
Wagner y los Emiratos Árabes Unidos
Wagner, que está bajo el control de Yevgeny Prigozhin, hasta hace poco estrecho aliado del presidente ruso Vladimir Putin, ha sido sancionada por Estados Unidos y otros países por una red de inversiones realizadas en lugares como Sudán, Mali y la RCA.
Al parecer, miles de millones de dólares en oro han pasado de Sudán a los EAU, gran parte de los cuales se cree que han sido facilitados por Wagner.
MEE se ha puesto en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores de EAU para solicitar sus comentarios sobre la cuestión, pero no ha recibido respuesta al cierre de esta edición.
Funcionarios estadounidenses han expresado abiertamente que creen que algunas de las concesiones mineras de oro operadas por Wagner se han reorientado en parte hacia el alijo de oro de 130.000 millones de dólares de Moscú, lo que ha ayudado a la administración de Putin a eludir el efecto de las sanciones económicas impuestas por la guerra de Ucrania.
«El Kremlin se apoyó en EAU para facilitar muchas de las operaciones de Wagner en toda África en 2018 porque en ese momento era una herramienta del poder parcialmente blando ruso, pero también del poder duro», dijo Krieg.
El año pasado, Estados Unidos acusó a los mercenarios de Wagner de explotar recursos naturales en la República Centroafricana, Malí, Sudán y otros lugares del continente, algo que no habría podido hacer sin los EAU.
«Prigozhin en particular tenía buenas relaciones con los EAU, que es un socio importante para Rusia porque hay muchas redes personales privadas entre Abu Dhabi y las élites del Kremlin», dijo Krieg.
La cuestión ahora es hasta qué punto Putin presionará al presidente de los EAU, Mohammed bin Zayed Al Nahyan, para que «tome medidas drásticas» contra estas redes, dijo Krieg.
«Wagner no podría operar si ya no tuviera acceso a la infraestructura, la logística financiera y la infraestructura de comercio de oro que los EAU le han proporcionado», añadió.
Mientras que el nexo entre Wagner, Sudán y los EAU ha sido una relación clave que ha hecho ganar a todas las partes importantes cantidades de dinero, las capacidades militares del grupo paramilitar ruso han sido muy solicitadas en otras zonas de conflicto.
Los intereses estratégicos de Rusia en Libia
Desde 2019, los mercenarios de Wagner han desempeñado un papel crucial para ayudar al comandante militar renegado del este de Libia, convertido en señor de la guerra, Jalifa Haftar, a mantener el control sobre las regiones del sur y el este del país.
«Sin un paraguas de seguridad exterior alternativo, la retirada de Wagner supondría una amenaza para la influencia de Haftar en el este y el sur de Libia», afirmó Ferhat Polat, investigador de la Universidad de Exeter especializado en asuntos libios.
Con la ayuda de Wagner, el conflicto libio se ha convertido en una guerra fría. Es probable que el Ejército Nacional Libio (ENL) de Haftar y el gobierno de Trípoli, reconocido internacionalmente, estén observando los acontecimientos en Rusia y sus posibles significados para el equilibrio de poder en el país.
«Los mercenarios de Wagner han proporcionado la experiencia militar y los recursos necesarios que no están disponibles en el ENL», dijo Polat a MEE.
«La mayor presencia del Kremlin les ha dado mayor influencia sobre las potencias occidentales. La retirada de los cazas Wagner podría afectar a los intereses geoestratégicos de Rusia. Sin embargo, sigue sin estar claro si Rusia retirará realmente a sus mercenarios de Libia», dijo.
La presencia de Wagner en Siria
Siria fue una de las primeras incursiones de Wagner fuera de Europa. El grupo desplegó mercenarios para luchar junto a las fuerzas de Bashar al Assad en 2015, al mismo tiempo que Putin lanzaba una campaña aérea en apoyo de Damasco.
Giorgio Cafiero, director general de la consultora de riesgos geopolíticos Gulf State Analytics, con sede en Washington, afirmó que «es difícil sacar conclusiones audaces» en este momento y que la situación tiene un «enorme potencial para influir en la guerra de Ucrania, así como en la política exterior de Rusia en Oriente Medio en general».
«Está claro que lo que está ocurriendo en Rusia socava la unidad rusa, y existe la posibilidad de que los actores de Oriente Medio miren a Rusia de forma diferente», afirmó.
Siria es una de las pocas zonas de conflicto documentadas públicamente donde las fuerzas estadounidenses se han enfrentado directamente a combatientes Wagner. En 2018, el ejército estadounidense mató a entre 200 y 300 combatientes pro Assad, muchos de los cuales se suponía que eran mercenarios de Wagner, después de que asaltaran un puesto militar estadounidense en el este de Siria.
Siria es un eje para la proyección de poder regional de Moscú. Rusia tiene acceso estratégico al Mediterráneo oriental a través de su base naval de Tartus. Mientras tanto, empresas vinculadas a Wagner han obtenido lucrativas participaciones en yacimientos de petróleo y gas en territorio anteriormente controlado por el grupo del Dáesh.
«Independientemente de cómo se desarrolle la última crisis, la proyección de poder de Rusia está destinada a disminuir en toda la región de Oriente Medio y Norte de África», afirmó Yonatan Touval, analista del Instituto Israelí de Política Exterior Regional (Mitvim).
Vacío de poder tras Wagner
En la medida en que la guerra en Ucrania ha supuesto que Rusia haya tenido que reducir su presencia militar en Siria, Wagner también se ha visto afectado.
«El Grupo Wagner también ha estado luchando por mantener sus operaciones en múltiples frentes, con el desafío adicional que supone la fuerte presión ejercida por Estados Unidos sobre sus aliados de Oriente Medio para expulsar a sus mercenarios de Sudán y Libia», dijo Touval a MEE.
«La cuestión clave es si estos acontecimientos crearán un vacío de poder que permita la entrada de otros actores, con el inconveniente de una rápida desestabilización en zonas como Siria y Libia».
El debilitamiento de la mano rusa en la región ya se está dejando sentir. MEE informó el año pasado de que Rusia había tenido que retrasar sus envíos de armas a clientes de Oriente Medio debido a la escasez de suministros como consecuencia de la guerra en Ucrania.
Mientras que la presencia militar de Rusia en Siria implica que las actividades de Wagner puedan ser rápidamente detenidas en Libia y otros países africanos, esto será «más difícil» si Moscú se mueve para liquidar al grupo, dijo Kirill Semenov, un experto no residente del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia.
«No hay tropas rusas en estas otras regiones, y los regímenes locales trabajan directamente con Wagner y no con las estructuras oficiales rusas», dijo Semenov, en declaraciones a MEE desde Rusia.
«No se puede descartar que, si se reprime la rebelión, y espero que esto ocurra pronto, las sucursales de Wagner en África se conviertan en estructuras mercenarias completamente incontrolables que a su vez establezcan vínculos con los gobiernos locales sin tener en cuenta a Moscú», dijo Semenov.
Foto de portada: Tropas rusas patrullan campos petrolíferos cerca de la ciudad de al-Qahtaniyah, en la provincia nororiental siria de Hasakeh, el 4 de febrero de 2021 (AFP).