Norteamérica

El enemigo interior

La industria bélica, un Estado dentro del Estado, destripa la nación, va dando tumbos de un fiasco militar a otro, nos despoja de las libertades civiles y nos empuja hacia guerras suicidas con Rusia y China.

Los Estados Unidos de la parálisis

Cuanto más erosione el Estado corporativo los vínculos sociales que nos unen a la sociedad y nos dan un sentido de finalidad y significado, más inevitable será un Estado autoritario y un fascismo cristianizado.

Los señores del caos

Los políticos y los cómplices de los medios de comunicación que orquestaron 20 años de debacles militares en el Medio Oriente y que buscan un mundo dominado por el poder estadounidense deben rendir cuentas por sus crímenes.

La superpotencia insegura

Que un país rico se sienta inseguro respecto a otro pobre, o un país poderoso respecto a otro débil, es patológico. Eso es lo que caracteriza la postura actual de Estados Unidos, que se queja constantemente de las amenazas de Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, Afganistán, Rusia y China.

Espionaje versus espionaje

Una mayor cooperación en la vigilancia de lo que importa -emisiones de carbono, desastres humanitarios, propagación de enfermedades- debería ser una obviedad en esta era de amenazas existenciales. En lugar de derribar los globos meteorológicos de los demás, trabajemos juntos para poner más ojos en los problemas que nos afectan negativamente a todos.

El imperialismo «progre»

La cultura “políticamente correcta”, carente de conciencia de clase y de compromiso con los oprimidos, es otra herramienta del arsenal del Estado imperial.

El imperio estadounidense cambia sus estrategias en Oriente Medio

Los Acuerdos de Abraham han cimentado un bloque contrarrevolucionario en Oriente Medio formado por Israel, Egipto y Arabia Saudí. La intervención de Estados Unidos en la región está asumiendo una forma diferente, pero el apoyo de Washington a los regímenes autoritarios es tan descarado como siempre.

Pistoleros de masas en la Era Tóxica

Los cerebros de los jóvenes, intoxicados con sustancias químicas perniciosas, no son más que una faceta de la Era Tóxica. La desesperación alimentada por la desigualdad económica, el racismo endémico, la xenofobia rampante, los medios de comunicación violentos, las omnipresentes armas de guerra y otros males sociales del siglo XXI contribuyen a la proverbial tormenta…