Corresponsal en Estambul, Middle East Eye, 27 julio 2023
Traducido del inglés por Sinfo Fernández
Cuando Jaled Ahmed* acudió a la Presidencia para la Gestión de la Migración de Estambul para poner al día su dirección, no tenía ni idea de que esa rutinaria visita llegaría hasta donde llegó.
A raíz de un altercado verbal entre él y un empleado del gobierno, fue esposado, detenido y trasladado a una prisión en otra parte del país.
Tras pasar casi un mes detenido en la ciudad de Kilis, en el sur de Turquía, donde, según afirma, un joven policía turco le «golpeó en la cara y en las piernas», le obligaron a firmar un documento en el que consentía su regreso «voluntario» al noroeste de Siria.
Ahmed se aloja ahora en casa de un amigo en la ciudad siria de Azaz, a unos 10 km de la frontera turca, y afirma que teme no volver a ver a su mujer y a sus hijos.
«Llevo ocho años trabajando y viviendo en Estambul, mis hijos van a la escuela allí. Tenemos todos los papeles oficiales para quedarnos allí», declaró a Middle East Eye.
«Pero ahora estamos separados. No sé cuándo volveremos a vernos».
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, más de 950 sirios, entre ellos mujeres y niños, han sido deportados por la fuerza desde Turquía desde principios de julio.
La represión comenzó el año pasado, pero se intensificó tras la victoria del presidente turco Recep Tayyip Erdogan en las controvertidas elecciones presidenciales de mayo.
Las elecciones se celebraron en medio de un alarmante aumento de la xenofobia y la discriminación contra los refugiados sirios, y ambos candidatos prometieron deportaciones masivas.
Kemal Kilicdaroglu, candidato de la oposición de 74 años, prometió en repetidas ocasiones deportar a todos los refugiados sirios del país. A pesar de su apoyo inicial a los sirios que huían del sangriento conflicto, Erdogan también prometió devolver «voluntariamente» a cerca de un millón de sirios al norte del país.
En declaraciones del jueves, tras regresar de una gira por tres países del Golfo, Erdogan dijo a la prensa que su gobierno estaba haciendo grandes progresos en su plan.
«La construcción de casas de aglomerado en el norte de Siria continúa. Ya hemos alcanzado la cifra de 100.000-150.000 casas de aglomerado», dijo.
«A medida que hacíamos esto, nuestros hermanos refugiados sirios empezaron a regresar».
Chivos expiatorios y objetivos
Los refugiados sirios se han convertido cada vez más en chivos expiatorios de la crisis económica de Turquía, donde los turcos han visto menguar su poder adquisitivo debido a la disparada de la inflación acompañada de la rápida depreciación de la lira turca.
También se ha tachado a los refugiados de ser una sangría para los recursos del país y se les ha culpado de problemas que van desde el acoso sexual a los saqueos tras el mortífero terremoto de febrero.
Taha al-Ghazi, analista político y activista de derechos humanos, dijo que las medidas punitivas adoptadas por Ankara eran descorazonadoras, pero no sorprendentes.
«Por desgracia, la difícil situación de los refugiados sirios es utilizada por los partidos políticos para sus propios intereses», declaró a MEE, añadiendo que Erdogan quería expulsar al mayor número posible de sirios antes de las elecciones municipales del próximo año.
«Sabe que los turcos quieren devolver a los refugiados».
Según la ONU, Turquía acoge a unos cuatro millones de refugiados, de los cuales 3,6 millones son desplazados forzosos de Siria.
Más de 500.000 sirios están registrados actualmente como residentes en Estambul, mientras que ciudades más al sur como Gaziantep, Sanliurfa y Hatay han acogido a cientos de miles de refugiados cada una.
Casi todos los refugiados reciben una tarjeta de protección temporal, conocida como kimlik, que les permite permanecer en Turquía hasta que su país de origen se considere seguro o regresen voluntariamente.
Pero Ghazi afirmó que la reciente oleada de expulsiones contravenía la Convención de la ONU sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, ya que la situación tanto en las zonas de Siria controladas por el gobierno como en las controladas por los rebeldes no había mejorado a pesar de la pausa en los combates.
Las expulsiones también se producen en medio de los esfuerzos de todo Oriente Medio por restablecer las relaciones diplomáticas con Damasco al nivel anterior a 2011.
A pesar de que en una ocasión se refirió al presidente sirio, Bashar al Asad, como «asesino», Erdogan se ha mostrado recientemente dispuesto a considerar la posibilidad de celebrar una cumbre de consolidación de la paz con el dirigente sirio.
Insultados y golpeados
Abdulrahman Isa, un joven de 28 años que también fue expulsado al norte de Siria este mes, dijo que fue expulsado a pesar de tener un permiso de residencia turco válido.
«Me insultaron y me golpearon», dijo Issa a MEE. Un policía me cogió la mano y me obligó a dejar las huellas dactilares en mi carta de consentimiento de expulsión voluntaria».
«Mi mujer y mi hija viven actualmente en Hatay sin ningún apoyo económico, mientras que yo vivo en Al Raqa, que no es mi ciudad», añadió. «Soy de Alepo, ¿por qué enviarme a Raqa?».
Varios sirios dijeron a MEE que las expulsiones eran abusivas y violentas, y que normalmente se llevaba a los refugiados a través de pasos fronterizos controlados por las Fuerzas Democráticas Sirias, respaldadas por Estados Unidos.
Ahora varado en Raqqa, Isa dijo que era poco probable que pudiera regresar a Turquía.
«Actualmente estoy esperando a poder ir a Idlib de forma segura, lo que también es difícil. Sólo entonces pediré a mi mujer que abandone Turquía y se reúna conmigo allí».
Un portavoz de Human Rights Watch (HRW) dijo a MEE que estaba recibiendo «información creíble sobre el traslado masivo de sirios a Siria desde el campo de Elbeyli, en Kilis, durante las vacaciones del Eid en junio».
«Pero la organización no ha emprendido por el momento una nueva investigación propia. Tales informes estarían en consonancia con nuestras conclusiones anteriores».
En abril, el organismo de control denunció que los guardias fronterizos turcos disparaban indiscriminadamente contra civiles sirios a lo largo de la frontera.
Los solicitantes de asilo y los migrantes que intentaban cruzar a Turquía también fueron sometidos a tortura y a un uso excesivo de la fuerza.
“Me han destrozado la vida»
Ahmed Yasin, un joven de 24 años que residía en la gobernación de Ankara, contó a MEE que estaba durmiendo cuando una patrulla policial llamó a su puerta a las cuatro de la madrugada del pasado diciembre.
Afirmó que cuando abrió la puerta lo detuvieron rápidamente junto con su esposa y lo llevaron a una comisaría.
«Después nos llevaron a la prisión de Ankara, donde nos tuvieron dos días sin comer», relató Yasin.
«Más tarde, un policía nos pidió que firmáramos un papel diciendo que era sólo un papel para guardar nuestras cosas en la caja fuerte, pero mi esposa, que sabe leer turco, sabía que era una carta consintiendo ser deportado», añadió Yassin.
Cuando se negó a firmar el papel, dijo que también le habían golpeado hasta que consiguieron que aceptara.
«Actualmente vivo en Alepo. Pero esto no es seguro, no tengo trabajo, toda mi vida ha quedado destruida».
Aun así, Yasin se cuenta entre los afortunados.
Desde principios de año, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha documentado al menos 11 muertos y 20 heridos en la frontera sirio-turca a manos de guardias fronterizos turcos.
El sábado, los medios de comunicación locales informaron de que los sirios estaban levantando tiendas de campaña para una sentada indefinida en el noreste del país, «con el objetivo de obligar a las autoridades turcas a permitir la entrada en Turquía de pacientes con cáncer para recibir tratamiento médico esencial».
La campaña se puso en marcha después de que en febrero las autoridades turcas empezaran a denegar la entrada a enfermos de cáncer, lo que provocó innumerables muertes.
Middle East Eye se puso en contacto con la Presidencia de Gestión de la Migración de Turquía, dependiente del Ministerio del Interior, para pedirle comentarios, pero, al cierre de esta edición, no ha recibido respuesta alguna.
El Ministerio del Interior declinó hacer comentarios y un funcionario remitió a MEE a las declaraciones de Erdogan de la semana pasada.
* Nota: Para proteger su identidad, se han modificado los nombres de algunos de los refugiados sirios mencionados en este artículo.
Foto de portada: Refugiados sirios expulsados repentinamente de Turquía cargan su equipaje y suben a autobuses que se dirigen a diversas zonas de Siria (AFP/Foto de archivo).