Uki Goñi, The Guardian, 27 agosto 2023
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Uki Goñi nació en Washington, DC. Se crio entre Estados Unidos, Argentina, México e Irlanda. A los 21 años se afincó en Buenos Aires, la ciudad nativa de sus padres. Es autor de tres libros: El infiltrado (sobre la infiltración de Alfredo Astiz entre las Madres de Plaza de Mayo durante la dictadura militar de 1976-1983), La auténtica Odessa (acerca de la fuga de los nazis tras la Segunda Guerra Mundial) y Perón y los alemanes (acerca de las relaciones secretas entre Alemania y Argentina durante la Segunda Guerra Mundial). Como periodista, escribe para The New York Times, The Guardian y la revista Time. En Argentina, fue periodista del Buenos Aires Herald durante la dictadura militar.
En una esquina del ring se encuentra Javier Milei, de 52 años, autodenominado exentrenador sexual tántrico, anarcocapitalista outsider y favorito en las próximas elecciones presidenciales de Argentina; en la otra, su compatriota el Papa Francisco, de 86 años, campeón mundial de los pobres, ridiculizado en repetidas ocasiones por el probable próximo presidente de Argentina como «comunista de mierda» y «representante del maligno en la Tierra» por promover la doctrina de la «justicia social» para ayudar a los desfavorecidos.
Milei, una incógnita política hasta 2020, ha prometido librar una «batalla cultural» para transformar Argentina en un paraíso libertario en el que la eficacia capitalista sustituya a la asistencia social, los impuestos se reduzcan al mínimo y las personas con problemas de liquidez puedan vender sus órganos corporales en el mercado libre.
Desde Roma, el Papa Francisco ha expresado su honda preocupación por el auge de políticas tan insensibles en su país de origen. «La extrema derecha siempre se reconstruye, es el triunfo del egoísmo sobre el comunitarismo», dijo en marzo en una entrevista televisiva al ser preguntado por las próximas elecciones en Argentina.
En palabras que parecían referirse a Milei, el único candidato en la votación del 22 de octubre sin experiencia política anterior a 2021, el papa añadió: «Me aterran los salvadores de la patria sin historia política partidaria”.
La doctrina de justicia social del Papa es sinónimo de robo en el partido de Milei, Libertad Avanza, porque depende de los ingresos fiscales. «Jesús no pagaba impuestos», tuiteó una vez Milei, etiquetando la cuenta oficial del Papa.
En un discurso de victoria en vena tras las primarias abiertas del 13 de agosto en Argentina, un despeinado Milei prometió la desaparición de las ayudas públicas porque están «basadas en esa atrocidad que dice que donde hay una necesidad nace un derecho, siendo su máxima expresión esa aberración llamada justicia social».
Milei ha troleado a Francisco con repetitivos tuits tóxicos llamándole «mojón comunista», «pedazo de mierda» y acusando al pontífice de «predicar el comunismo al mundo».

El Papa Francisco dice estar muy preocupado por el aumento de las políticas insensibles en su país de origen. (Foto: Evandro Inetti/ZUMA Press Wire/Shutterstock)
Juan Grabois, un peronista progresista muy vinculado al pontífice y que perdió la candidatura peronista frente al actual ministro de Economía, Sergio Massa, califica a Milei de «falso profeta», pero atribuye su ascenso a la grave crisis económica argentina.
«Con una inflación superior al 115%, más una caída del 25% del poder adquisitivo de los trabajadores informales en los últimos siete años, los electores tendrían que poseer una madurez política imposible para volver a votar a quienes les han fallado tan rotundamente», declaró Grabois al Observer.
Los votantes desencantados tanto con el partido derechista Juntos por el Cambio, que ocupó el cargo hasta 2019, como con los peronistas en funciones, han emigrado en masa hacia el recién llegado Milei. «La música del flautista de Hamelín suena dulce para aquellos que han perdido toda esperanza. Pero de nada sirve culpar a los votantes o al propio flautista de Hamelín, hay que ocuparse de los errores cometidos por los que tenemos un concepto humanista de la política», dice Grabois.
Humanista no es un término que pueda aplicarse a la economía de Milei. Además de legalizar la venta de órganos corporales, su espinosa agenda propone «dinamitar» el Banco Central, abolir el sistema de educación pública gratuita de Argentina y desmantelar los servicios públicos de salud gratuitos. Además, Milei se adentra sin miedo en el territorio de la anticonciencia social diciendo que reinstaurará la prohibición del aborto, legalizado en 2020, cerrará el ministerio de la Mujer, Género y Diversidad, así como los ministerios de Ciencia – «el cambio climático es una mentira socialista»-, Salud, Educación, Trabajo y Obras Públicas, y legalizará la venta de armas de fuego.
A pesar de esta embriagadora mezcla, Milei es considerado en general el indiscutible candidato a la presidencia, especialmente atractivo para los jóvenes desfavorecidos. Milei obtuvo el 30% de los votos en las primarias abiertas a principios de este mes, frente al 28% de Patricia Bullrich, de Unidos por el Cambio, y el 27% del candidato peronista Massa. El ascenso de Milei ha sido fascinante. Economista durante muchos años para el multimillonario argentino Eduardo Eurnekian, se convirtió en una estrella de la televisión hace cinco años como economista de pelo salvaje y entrenador de sexo tántrico que alardeaba en antena de su resistencia sexual y su gusto por los tríos, lo que le aseguraba apariciones por doquier en los programas de entrevistas diurnos.

El ascenso del derechista Milei ha coincidido con la grave crisis económica argentina. (Foto: Luis Robayo/AFP/Getty Images)
Estos arrebatos televisivos hacen que muchos se pregunten si Milei podría desquiciarse bajo el estrés de una eventual presidencia.
«¿Qué pasa si un país inestable es gobernado por un líder inestable?», se pregunta el periodista Juan González, autor de una biografía de Milei titulada El Loco, publicada el mes pasado. «Me preocupa que intente imponer sus impracticables teorías económicas, devastando aún más la economía y provocando violentos disturbios sociales».
Milei es consciente de la probabilidad de que se produzcan protestas callejeras violentas. «Voy a meter presos a los líderes de los que tiran piedras y si rodean la Casa Rosada [el palacio presidencial] van a tener que sacarme muerto», dijo recientemente. De forma más pragmática, ha anunciado planes para incorporar a los militares a la lucha contra las «nuevas amenazas» de las bandas de narcotraficantes, los traficantes de personas y, posiblemente, las luchas internas.
En un país que celebrará cuatro décadas de democracia ininterrumpida tras décadas de gobierno militar cuando el nuevo presidente tome posesión el 10 de diciembre, la perspectiva de que los militares vuelvan a asumir un papel en los «conflictos internos» está haciendo saltar las alarmas.
«Se está proponiendo remilitarizar la seguridad y la inteligencia con comandos militares preparados para una rápida intervención estratégica a nivel nacional; esta idea de seguridad nacional es muy problemática», dijo Paula Litvachky, directora de la organización de derechos humanos Centro de Estudios Legales y Sociales.
El Papa no ha dicho si las diatribas de Milei le han molestado. «Sé que dicen cosas de mí, pero las ignoro en aras a mi salud mental», dijo en una entrevista televisiva. «Rezaré por ellos».
(Este reportaje ha sido financiado en parte con una subvención del Centro Pulitzer.)
Ilustración de portada: “Jesús no pagaba impuestos”… Si gana las elecciones Javier Milei, del partido Libertad Avanza, ha prometido bajar los impuestos y desmantelar los servicios sanitarios públicos gratuitos.