Masacres fronterizas: Las matanzas saudíes de migrantes etíopes

Binoy Kampmark, CounterPunch.com, 31 agosto 2023

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Binoy Kampmark fue becario de la Commonwealth en el Selwyn College de Cambridge. Actualmente imparte clases en la Universidad RMIT de Melbourne. Correo electrónico: bkampmark@gmail.com

Sabemos bien cómo es ese régimen.  Matar de hambre a un país, bombardear sus hospitales y ametrallar sus escuelas ha sido cosa menor para el Reino de Arabia Saudí.  La población de Yemen lo ha descubierto a un coste colosal.  Si a esto añadimos el asesinato de periodistas disidentes, el empleo entusiasta de la pena capital y un surtido de otras alegres brutalidades, la Casa de los Saud se presenta como un buen espécimen de barbarie. Al menos, como dirán muchos de sus partidarios, les gustan los acontecimientos deportivos internacionales, y están dispuestos a tirar el dinero, cuando no a comprarlos en su totalidad, en eventos completos.

La matanza de cientos de migrantes y solicitantes de asilo etíopes que intentaban cruzar la frontera entre Yemen y Arabia Saudí entre marzo de 2022 y junio de 2023 por lo que a veces se denomina la «ruta oriental» o «ruta yemení», añade otra muesca al cinturón de logros manchados de sangre de Riad.  Según Human Rights Watch (HRW), «los funcionarios saudíes están matando a cientos de mujeres y niños fuera de la vista del resto del mundo mientras gastan miles de millones en blanqueos deportivos para intentar mejorar su imagen”.»

Esto es tanto más indignante por el hecho de que estos viajeros humanos ya deben enfrentarse a los peligros de la ruta marítima desde el Cuerno de África hasta el Yemen, por donde transitan hasta Arabia Saudí.

El informe de HRW «They Fired Upon Us Like Rain: Saudi Arabian Mass Killings of Ethiopian Migrants at the Yemen-Saudi Frontier» [“Nos lanzaron una lluvia de balas: Asesinatos en masa de migrantes etíopes en la frontera entre Yemen y Arabia Saudí»], es un documento autoexplicativo del brutal relato de la organización de derechos humanos basado en las entrevistas a 42 etíopes y solicitantes de asilo.  Además de las entrevistas, HRW también basó su informe en las conclusiones extraídas de un examen de 350 vídeos y fotografías que se publicaron en plataformas de medios sociales.

El examen había sido realizado por miembros del Grupo Independiente de Expertos Forenses (IFEG, por sus siglas en inglés) del Consejo Internacional para la Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura.  En cuanto a las lesiones, los miembros del IFEG llegaron a la conclusión de que algunas presentaban «patrones claros consistentes con la explosión de municiones con capacidad de producir calor y fragmentación»; otras tenían «características consistentes con heridas de bala».

El informe 2023 de la organización señala algunos casos asombrosos de violencia contra quienes buscan refugio.  «Personas que viajaban en grupos, desde cuatro o cinco personas hasta varios centenares, describen haber sido atacadas con proyectiles de mortero y otras armas explosivas por guardias fronterizos saudíes una vez que habían cruzado la frontera del Yemen a Arabia Saudí».

Las acusaciones son mordaces en su crueldad y traen a la memoria el hecho de que asesinatos de este tipo han ocurrido antes a lo largo de esta ruta infame.  Al parecer, los guardias fronterizos saudíes llegaron a desplegar un arsenal de armas contra estos migrantes, mostrando un gran interés en atacar a los etíopes.  Unos 750.000 viven y trabajan en el reino.  Los movimientos a través de las fronteras se basan en los cálculos y la contabilidad poco escrupulosos de los contrabandistas.

Los entrevistados en el campamento de Saada, base de decenas de miles de personas que esperan su oportunidad de entrar en Arabia Saudí, señalan cómo los guardias fronterizos saudíes solían patrullar la frontera equipados con «grandes vehículos» que podrían haber sido lanzacohetes.  «Muchos migrantes», señala también el informe, «dijeron haber visto cámaras que seguían sus movimientos y que habían sido instaladas en lo que parecían ‘farolas’ en el lado saudí de la frontera».

Algunas de las brutalidades son calculadamente perversas.  Según HRW, algunos guardias fronterizos saudíes se atrevieron a discriminar, molestándose en preguntar primero «a los supervivientes en qué extremidad de su cuerpo preferían que les dispararan, antes de dispararles a quemarropa».  Semejante saña suena a sala de juntas, a hoja de cálculo y a planificación, que es exactamente el tipo de asunto que debería dejar rastro hasta las autoridades centrales del Reino.  Pero también podría tratarse de un sadismo incipiente, un instante en el que los poderosos pueden determinar qué tipo de mutilación puede excitarles.

Para los etíopes que se desplazan por la precaria ruta, las circunstancias de miseria han sido y son frecuentes.  Mientras Riad se dedica a su propio complemento de vileza, los guardias yemeníes también han participado en la violación y tortura de solicitantes de asilo procedentes del Cuerno de África.  Las fuerzas hutíes no se han mostrado muy reacias a la hora de atacar los centros de inmigración de Saná.

El espectáculo relatado por HRW es monstruoso.  Pero también lo son los actos de devolución de embarcaciones cargadas de refugiados o los actos de repulsión de embarcaciones de inmigrantes en el Mediterráneo, y conspirar para frustrar el derecho internacional de asilo, en vigor desde 1951. No es de extrañar que apenas se hiciera mención de los asesinatos cuando se pusieron en conocimiento de los enviados de Francia, Alemania, Países Bajos, Suecia y la Unión Europea, por no aludiar a la administración Biden.  (El Departamento de Estado estadounidense insiste en que «se puso rápidamente en contacto con altos funcionarios saudíes para expresarles nuestra preocupación» al recibir noticias sobre los truculentos detalles).

En agosto de 2001, el gobierno australiano, uno de los más eminentes en el campo de la subversión del derecho internacional de los refugiados, no llegó a desplegar lanzacohetes contra los solicitantes de asilo frente a la isla de Christmas en el buque noruego MV Tampa.  Pero sí desplegaron a miembros totalmente armados del regimiento de los Servicios Aéreos Especiales, una fuerza de élite que años más tarde infligiría atrocidades a los afganos en una guerra imposible de ganar.

Este informe de HRW añade otra entrada ensangrentada a las crónicas de la brutalidad del Reino.  La organización afirma que las matanzas continúan.  La sanguinaria historia es reveladora para quienes siguen manteniendo relaciones con Riad sin murmullos ni preocupaciones, encantados por las riquezas de su Fondo Soberano.  Sus funcionarios saben muy bien que el dinero y la conveniencia de la seguridad ablandan las conciencias remilgadas.

Ilustración de portada: Mapa topográfico de Yemen. Fuente: Carport – CC BY-SA 3.0

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