Robert Hunziker, CounterPunch.com, 23 febrero 2024
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Robert Hunziker (máster en Historia Económica por la Universidad DePaul) es un escritor independiente y periodista medioambiental cuyos artículos se han traducido a varios idiomas y han aparecido en más de 50 periódicos, revistas y sitios de todo el mundo, como Z magazine, European Project on Ocean Acidification, Ecosocialism Canada, Climate Himalaya, Counterpunch, Dissident Voice, Comite Valmy y UK Progressive. Se le ha entrevistado sobre el cambio climático en Pacifica Radio, KPFK, FM90.7, Indymedia On Air y World View Show/UK.
En el Alto Ártico, los científicos descubrieron metano (CH4) de un millón de años de antigüedad atrapado bajo algunos de los glaciares más poderosos del mundo, detectado a través de manantiales de aguas subterráneas sin precedentes. Los análisis de 123 manantiales hallaron CH4 en todos menos en uno. Al retroceder los enormes glaciares, se abre espacio en el borde del permafrost, liberando metano ancestral. Se trata de otro quebradero de cabeza totalmente inesperado del calentamiento global.
El metano detectado en el Alto Ártico abre un gran agujero en el Compromiso Global de Metano de más de 100 países que acordaron reducir las emisiones en un 30% para 2030. Es un añadido con el que nadie sabe cómo lidiar.
El lugar del Alto Ártico es Svalbard, Noruega (2.642 habitantes), que es la región del planeta que más rápido se calienta, a sólo unos 1.127 kilómetros del Polo Norte. Resulta irónico que el calentamiento más rápido se produzca en el puesto humano más septentrional, en lo más profundo del Ártico Norte.
CBS News estrenó el 4 de diciembre de 2023 una película de 45 minutos, «On the Dot with David Schechter«, que documenta el lugar más cálido de la Tierra señalando que el metano ancestral que se escapa de los glaciares en deshielo podría calentar aún más el planeta.
La película destaca por la elegante belleza del paisaje y la sencillez con que explica un sistema climático muy complejo. David Schechter entrevista hábilmente a científicos del clima de primera fila mundial, revelando así lo que todo ciudadano del mundo debería saber: la ineludible conclusión de que el cambio climático es, con mucho, nuestra mayor amenaza, una amenazadora transformación del sistema climático de la Tierra que puede, o no, ser demasiado tarde para detener o revertir, dependiendo de a quién entrevista Schechter en cada secuencia de la película.
Sin embargo, el mensaje subyacente de la película es que el sistema climático se ha transformado radicalmente en un monstruo amenazador lleno de riesgos repentinos e imprevistos y, en última instancia, con el potencial de un metafórico tren de mercancías desbocado que se precipita por la ladera de una montaña. Los riesgos son demasiado evidentes y plantean una pregunta muy directa: ¿Es demasiado tarde?
La respuesta de la película es sí y no, según el caso.
Los cambios radicales de temperatura están en el centro. Según la película, los inviernos en EE. UU. son 3,7°F más cálidos que hace un par de décadas. Por el contrario, en Svalbard hace unos escalofriantes 13,6°F más, lo que provoca avalanchas y corrimientos de tierra más grandes y frecuentes que nunca, mientras que las inundaciones, sequías e incendios forestales masivos devastan los ecosistemas a miles de kilómetros de distancia, en Europa, Norteamérica, China y el resto del mundo. Todo lo relacionado con el cambio climático es ahora a escala masiva. Esto no acontecía así en el pasado.
El cambio climático a gran escala era algo para lo que Svalbard no estaba preparada, por ejemplo, casas destruidas por avalanchas. Por ello, Svalbard se ha adaptado erigiendo barreras y muros contra avalanchas.
La estación de investigación de Ny-Alesund, en Svalbard, es el lugar donde se reúnen científicos de todo el mundo para estudiar el Alto Ártico. Es el centro de investigación más septentrional del mundo, con 35 residentes durante todo el año, cifra que crece sobremanera con los más de 100 científicos que vuelan desde el mundo entero durante los meses de verano, cuando hay luz solar las 24 horas del día.
Una escultura del famoso explorador ártico Roald Amundsen (1872-1928) recibe a los visitantes en el centro de Ny-Alesund.

Jack Kohler, glaciólogo del Instituto Polar Noruego, lleva 27 años estudiando los glaciares de la región… un importante glaciar de su interés ha retrocedido 4 kilómetros durante su mandato. Al borde del agua, el glaciar tiene la altura de un edificio de 15 pisos y 3 kilómetros de ancho.
Kohler afirma que sus colegas de todo el mundo están observando efectos similares del cambio climático: (1) se está calentando mucho; (2) hay bastante más deshielo; (3) no hay un aumento compensatorio de las precipitaciones; (4) la temporada de nieve invernal se está reduciendo debido al rápido aumento de la temperatura. De hecho, se trata de un fenómeno mundial inquietante.
En el centro de la cuestión del calentamiento global, según Jack Kohler, está la cuestión de que: «¡Está ocurriendo realmente rápido!».
El impacto mundial de la subida del nivel del mar estará en marcha. Así, al ritmo actual de deshielo, se calcula que en los próximos 30 años el nivel del mar subirá en Estados Unidos entre 25 y 38 centímetros en la costa este, entre 25 y 45 centímetro en la costa del golfo y entre 10 y 20 centímetros en la costa oeste. Florida ya está viendo un impacto problemático, alcanzando en las calles de Miami Beach entre 30 y 92 centímetros. Las mareas altas se convierten en inundaciones altas.
El Alto Ártico también alberga el Observatorio Zeppelin, en la cima del monte Zeppelin, dirigido por Ove Hermansen, científico jefe del Instituto Noruego de Investigación Aérea. En la cima del monte hay equipos extremadamente sensibles que miden los gases de la atmósfera. El Observatorio Zeppelin coordina sus resultados con una red de observatorios de todo el mundo; por ejemplo, envía muestras al Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Boulder (Colorado). Desde los años 80, el CO2 es un 50% superior al nivel preindustrial, y el metano CH4 ha aumentado un 165%. Si se mantienen estas tasas de crecimiento, todas las apuestas a favor de un aterrizaje suave del calentamiento global están perdidas, habrá un planeta sobrecalentado, eliminando las zonas de confort humano en las regiones ecuatoriales y más allá.
Longyearbyen es el centro administrativo de Svalbard, donde Anna Sjoblom trabaja como meteoróloga en el Centro Universitario de Longyearbyen. En su opinión, el Ártico es «el frigorífico o congelador del resto del mundo», pero desgraciadamente se está descongelando demasiado deprisa, ya que el calentamiento global trabaja a doble jornada distorsionando radicalmente la crucial corriente en chorro a 6.000-40.000 metros de altitud que, a su vez, repercute negativamente en todo el hemisferio norte con ríos atmosféricos y olas de calor estacionarias que no cesan, poniendo patas arriba el sistema climático. Según Sjoblom: «Estamos ante un nuevo tipo de normalidad en el mundo para la que nadie está preparado».
El Dr. Andy Hodson, glaciólogo del Centro Universitario de Svalbard, ha relacionado la rápida desaparición del hielo glaciar con la liberación de metano desde las profundidades del subsuelo. El retroceso de los glaciares es el motor de la emisión de gas metano a través de charcos de agua sin precedentes en la superficie donde antes no existían. En la región central, los manantiales subterráneos llevan CH4 a la superficie, ya que se encontraron 123 de 124 arroyos con metano. Como resultado, esto aumenta los riesgos de un estallido del calentamiento global, las condiciones están ahí para impactar el calentamiento global mucho más allá de las expectativas actuales, tal comportamiento ya está en marcha.
Los científicos de Svalbard están siendo testigos del cambio climático más rápido de la historia. Para algunos de ellos, parece que ya es «demasiado tarde». Sin embargo, para otros, tras experimentar el ritmo de calentamiento global más rápido del mundo, les invade un sentimiento de urgencia por «hacer algo». Sólo les queda esperar que la película sirva de llamada de atención a los dirigentes del mundo para que se tomen el problema mucho más en serio.
Foto de portada de Emma Francis.