Respecto a Israel, Trump es aún peor que Biden

James Risen, The Intercept, 4 marzo 2024

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Jim Risen, autor de best-sellers y exreportero del New York Times, es corresponsal principal de seguridad nacional de The Intercept, y está afincado en Washington, D.C. Risen también es director del Fondo para la Defensa de la Libertad de Prensa de First Look Media, dedicado a apoyar a organizaciones de noticias, periodistas y denunciantes en litigios en los que está en juego un interés público sustancial, la libertad de prensa o un derecho humano o civil relacionado.

Para comprender el estado de la política estadounidense en la actualidad en lo que respecta a Gaza, Israel y Palestina, basta con observar las formas tan diferentes en que la Cámara de Representantes ha tratado los casos de la diputada Rashida Tlaib, demócrata de Michigan, y del diputado Brian Mast, republicano de Florida.

Tlaib fue castigada por sus opiniones sobre Israel y la guerra de Gaza. Mast no.

No es difícil entender por qué.

Tlaib, la única estadounidense de origen palestino en el Congreso, fue censurada en noviembre por la Cámara, controlada por los republicanos, después de que publicara un vídeo de manifestantes en Michigan coreando «Desde el río hasta el mar, Palestina será libre». Los partidarios de Israel afirman que el cántico es un código para el deseo de borrar al Estado judío del mapa, pero Tlaib respondió que era sólo «un llamamiento aspiracional a la libertad, los derechos humanos y la coexistencia pacífica, no a la muerte, la destrucción o el odio.»

«No puedo creer que tenga que decir esto», añadió, «pero el pueblo palestino no es desechable».

La censura de Tlaib fue un acto simbólico que no tiene ningún impacto sustantivo en su capacidad para funcionar en el Congreso, pero esa no era la cuestión. Los republicanos de la Cámara de Representantes sólo querían avergonzarla y marginar políticamente cualquier apoyo del Congreso al pueblo palestino. Los demócratas de la Cámara intentaron brevemente censurar a Mast por comparar a los palestinos con los cientos de miles de civiles alemanes bombardeados hasta el olvido por los aliados en la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Su insinuación fue que los palestinos merecen ser aniquilados por los crímenes de Hamás, al igual que los civiles alemanes fueron aniquilados por los crímenes de Hitler y el Tercer Reich. «Yo animaría a la otra parte a no lanzar tan a la ligera la idea de civiles palestinos inocentes», dijo. «No creo que lanzáramos tan a la ligera el término ‘civiles nazis inocentes’ durante la Segunda Guerra Mundial».

La moción de censura contra Mast se presentó en la Cámara el pasado noviembre, al mismo tiempo que los republicanos iban a por Tlaib. Pero mientras que la moción de censura contra Tlaib tuvo éxito, la moción contra Mast se retiró discretamente.

Desde entonces, Mast ha redoblado su retórica antipalestina sin afrontar ninguna consecuencia. Incluso vistió un uniforme militar israelí en una reunión de la conferencia republicana en el Capitolio. Cuando los periodistas le preguntaron al respecto, dijo que como Tlaib exhibe una bandera palestina fuera de su oficina, pensó que debía llevar su antiguo uniforme de las Fuerzas de Defensa de Israel [o fuerzas de la ocupación israelí]. Veterano del ejército estadounidense que perdió las dos piernas en Afganistán en 2010, Mast fue brevemente voluntario del ejército israelí en enero de 2015, realizando funciones de apoyo como empaquetar botiquines médicos. Prácticamente todos los demás republicanos del Congreso comparten la opinión de Mast y se pondrían con gusto dicho uniforme si tuvieran uno.

A principios de este año, Mast amplió sus comentarios sobre los civiles palestinos, diciendo que incluso los bebés palestinos no son inocentes y, por lo tanto, son objetivos legítimos. «Sería mejor que matarais a todos los terroristas y matarais a todos los que son partidarios», dijo a los manifestantes de Code Pink. Cuando se le preguntó por las imágenes de bebés palestinos muertos en ataques israelíes, dijo que «no se trata de civiles palestinos inocentes.»

El contraste entre los casos Tlaib y Mast ponen de relieve un hecho innegable: el establishment político estadounidense sigue favoreciendo firmemente a Israel frente a los palestinos. Pero si Donald Trump vuelve al Despacho Oval, él y sus republicanos MAGA como Brian Mast serán aún peores.

Trump es un gran fan de los crímenes de guerra, especialmente contra los musulmanes. Durante su primer mandato, intervino a favor del jefe de operaciones especiales Eddie Gallagher, un jefe de pelotón de los SEAL de la Marina condenado por posar para una foto con el cadáver de un iraquí muerto; otro miembro del equipo SEAL dijo a los investigadores que Gallagher era «monstruosamente malvado«, pero Trump dijo en un mitin político que era uno de «nuestros grandes luchadores.» Trump también indultó a los contratistas de Blackwater condenados por matar a civiles iraquíes en un salvaje tiroteo en la plaza Nisur de Bagdad. No hay ninguna posibilidad de que intente impedir que Israel mate indiscriminadamente a palestinos.

Tras el atentado de Hamás del 7 de octubre, Trump criticó brevemente a Netanyahu y soltó que Hizbolá era «muy listo». Hizbolá, un grupo respaldado por Irán, designado organización terrorista por Estados Unidos, ha combatido a Israel en su frontera norte con Líbano. Trump fue inmediata y rotundamente atacado por otros republicanos por sus comentarios, y rápidamente renovó su antigua promesa de alinear a Estados Unidos plenamente con Israel. Si es reelegido, dará a Israel un apoyo incondicional para una guerra total, y lo hará con el respaldo sincero del Partido Republicano.

El apoyo de los republicanos a Israel es igualado o superado por su odio a los palestinos. El representante Ryan Zinke, un republicano de Montana que fue secretario del Interior en la administración Trump, ha propuesto una legislación que impediría a los palestinos entrar en Estados Unidos y desencadenaría la deportación masiva de los que ya están aquí. Prohibiría a los titulares de pasaportes emitidos por la Autoridad Palestina obtener visados estadounidenses, al tiempo que ordenaría la expulsión de los titulares de pasaportes palestinos que ya viven aquí.

Muchos republicanos expresan su apoyo inquebrantable a Israel en términos bíblicos y apocalípticos. El representante Mike Johnson, cristiano evangélico, hizo su primera aparición pública tras ser elegido presidente de la Cámara el pasado octubre en una conferencia de la Coalición Judía Republicana, donde dijo que «Dios no ha acabado con Israel».

Es peligroso interponerse entre los evangélicos y su teología. Trump reconoce su importancia para su éxito político, y su apoyo a Israel es una forma de satisfacer a su base cristiana evangélica. «Ningún presidente ha hecho más por Israel que yo», afirmó Trump en 2022. «Nuestros maravillosos evangélicos lo aprecian mucho más que la gente de fe judía, especialmente los que viven en Estados Unidos».

En la convención republicana de 2016, Trump impulsó una disposición en la plataforma del partido que ponía fin al apoyo del Partido Republicano a una solución de dos Estados y a un Estado palestino. Ahora, Trump y los republicanos están de acuerdo con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, cuando dice que Israel ya no puede aceptar una solución de dos Estados. «En cualquier acuerdo futuro (…) Israel necesita el control de la seguridad sobre todo el territorio al oeste del Jordán», dijo Netanyahu en enero. «Esto choca con la idea de soberanía. ¿Qué se puede hacer? Esta verdad se la digo a nuestros amigos estadounidenses, y pongo freno al intento de coaccionarnos a una realidad que pondría en peligro al Estado de Israel”.

Eso les parece bien a Trump y a republicanos como Brian Mast.

Aunque la administración Biden ha movido cielo y tierra para apoyar a Israel, el presidente ha dicho repetidamente en las últimas semanas que un Estado palestino independiente todavía es posible. Es más, el malestar político dentro del Partido Demócrata está empezando a tener un impacto en Biden, forzando cambios en el enfoque de la Casa Blanca hacia Israel. Durante el fin de semana, la vicepresidenta Kamala Harris pidió un alto el fuego inmediato; esta nueva presión de la administración Biden parece estar funcionando, ya que Israel y Hamás parecen ahora más cerca de un acuerdo.

Trump nunca se enfrentaría a tal presión propalestina desde dentro del Partido Republicano. Él y su culto MAGA de nacionalistas cristianos nunca obligarían a Israel a aceptar un alto el fuego, o un Estado palestino. Mast ha atacado duramente a Biden por seguir apoyando una solución de dos Estados, descartando la idea al decir que «un Estado palestino estaría dirigido por terroristas”.

El apoyo de Biden a Netanyahu tiene ciertos límites. Trump y el Partido Republicano no tienen ninguno.

Foto de portada: El expresidente de Estados Unidos Donald Trump llega a un mitin en Greensboro, Carolina del Norte, el 2 de marzo de 2024 (Al Drago/Bloomberg vía Getty Images).

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