Jeremy Scahill, The Intercept, 23 marzo 2024
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Jeremy Scahill es corresponsal principal y redactor jefe de The Intercept. Es asimismo reportero de investigación, corresponsal de guerra y autor de «Dirty Wars: The World Is a Battlefield» y «Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army”. Ha informado desde Afganistán, Iraq, Somalia, Yemen, Nigeria, la antigua Yugoslavia y otros lugares del mundo. Scahill fue corresponsal de seguridad nacional para The Nation y Democracy Now!
A lo largo de los últimos cinco meses y medio, Israel ha librado una guerra de amplio espectro contra la población civil de la Franja de Gaza. Estados Unidos y otras naciones occidentales han proporcionado no sólo las armas para esta guerra de aniquilación contra los palestinos, sino también un apoyo político y diplomático clave.
Los resultados de las acciones de esta coalición para matar han sido devastadores. Las estimaciones conservadoras sostienen que más de 31.000 palestinos han sido asesinados, entre ellos 13.000 niños. Más de 8.000 personas siguen desaparecidas, y se cree que muchas de ellas murieron entre los escombros de los edificios destruidos en los ataques israelíes. Actualmente hay una situación de hambruna en grandes zonas de la Franja de Gaza. El hecho de que la Corte Internacional de Justicia haya encontrado motivos para investigar a Israel por posibles actos de genocidio en Gaza no ha disuadido a Estados Unidos y a sus aliados de seguir facilitando la guerra de Israel.
La enorme escala de destrucción humana causada por los ataques plantearía graves desafíos a los hospitales mejor equipados. En Gaza, muchos centros de atención sanitaria han quedado diezmados por los ataques israelíes o han tenido que ser evacuados, mientras que unos pocos permanecen abiertos pero muy limitados en la atención y los servicios que ofrecen. Las fuerzas israelíes han sitiado repetidamente las instalaciones hospitalarias, matando a cientos de trabajadores médicos y tomando cautivos a decenas más, a pesar de que miles de palestinos desplazados internos se refugian en los complejos de atención médica. Esta semana, Israel lanzó nuevamente varios ataques contra el hospital Al-Shifa, matando al parecer a más de 140 personas.
Durante meses, los médicos de toda Gaza han realizado amputaciones y otros procedimientos de alto riesgo sin anestésicos ni quirófanos adecuados. Los antibióticos son escasos y a menudo no están disponibles. Las enfermedades transmisibles se están propagando, mientras cientos de miles de palestinos se ven obligados a vivir en refugios improvisados con poco acceso a baños o suministros sanitarios básicos. Muchas nuevas madres no pueden amamantar y la escasez de fórmulas infantiles es un problema generalizado. Israel ha bloqueado o retrasado repetidamente los envíos de ayuda de suministros médicos vitales a Gaza. La atención médica preventiva básica es casi inexistente y los expertos médicos predicen que la desnutrición condenará a una nueva generación de jóvenes palestinos a una vida de lucha por el desarrollo.
El resultado del ataque contra las instalaciones médicas es que sólo queda un hospital en pleno funcionamiento en el territorio, el Hospital Europeo de Jan Yunis. El Dr. Yasser Khan, oftalmólogo y cirujano plástico canadiense, acaba de salir de Gaza, donde pasó diez días en el hospital realizando cirugías oculares a víctimas de los ataques israelíes. Era su segunda misión médica a Gaza desde que comenzó la guerra en octubre pasado.

El cirujano canadiense Dr. Yasser Khan con un niño palestino que buscó refugio en el Hospital Europeo cerca de Khan Younis. Khan regresó recientemente de una misión médica de 10 días en Gaza. (Foto proporcionada por Yasser Khan)
(Los párrafos siguientes son la transcripción de una entrevista ligeramente editada con Khan.)
Jeremy Scahill: Antes de hablar de su última misión médica a Jan Yunis, en Gaza, quería preguntarle un poco sobre sus antecedentes y su práctica médica.
Yasser Khan: Bueno, soy del área metropolitana de Toronto, aquí en Canadá, y llevo ejerciendo unos veinte años. Soy oftalmólogo, pero estoy especializado en cirugía plástica y reconstructiva facial y de los párpados.
Así que esa es mi subespecialidad y eso es lo que he estado haciendo durante unos veinte años. Y soy profesor. He estado en más de 45 países diferentes por razones humanitarias donde he enseñado cirugía, he hecho cirugía, he establecido programas. He estado en muchos tipos de áreas y zonas de África, Asia y Sudamérica.
JS: Dr. Khan, cuéntenos cómo acabó yendo a Gaza por primera vez. Creo que realizó su primera misión durante el periodo invernal, pero háblenos de cómo acabó subiéndose a un avión para ir a una zona de guerra en la que los israelíes imponen una política de tierra quemada a los palestinos de Gaza.
YK: Bueno, todas estas cosas nunca se planean. Nunca planeas ir a una zona como Gaza. Yo estuve en la primera misión norteamericana. Fuimos unos ocho, siete u ocho cirujanos de EE. UU. y Canadá, nunca se puede planear algo así, y fue una conversación al azar con uno de mis colegas cirujanos, que es cirujano torácico, junto a un lavabo. Ya sabes, hemos estado viendo esta matanza masiva o masacre durante los últimos -en aquel momento- tres meses, trasmitida en vivo por primera vez en la historia, creo. Así que muchos de nosotros estábamos sufriendo, y él me cogió en mi momento bajo. Me dijo: «Escucha, me voy a Gaza.» Y yo le contesté: «¿Qué? ¿Cómo? Quiero decir, ¿cómo vas a entrar? Nadie puede ir allí, ¿verdad?» Él me contesta que llevan seis semanas intentándolo, y finalmente la Organización Mundial de la Salud (OMS) les ha dado luz verde y todo va bien. «Puede que no lo aprueben. Sé que probablemente sea demasiado tarde, pero déjame enviar tus datos. ¿Quién sabe? Necesito tu pasaporte, tu título de médico y tu grupo sanguíneo». Y para ser sincero, ni siquiera sabía cuál era mi grupo sanguíneo. Suponía que A o B, y en ese momento se lo envié de inmediato. Y dos días después, milagrosamente, me aceptaron. Para entrar en Gaza sólo puedes hacerlo si eres un trabajador sanitario, un médico o un equipo, y tienes que recibir la aprobación de la OMS, de las autoridades israelíes y de las autoridades egipcias. Así es como entré por vez primera.
JS: Describa el viaje desde Canadá hasta Gaza. ¿Cómo fue? ¿Cómo acabó entrando en Gaza?
YK: Bueno, tuve un día para reservar mi vuelo. Lo reservé y reuní todos los suministros médicos que pude y volé a El Cairo. Y desde El Cairo, tienes un convoy de la ONU que sale todos los lunes y miércoles, hoy en día, sobre las cinco de la mañana, y es un viaje de unas ocho o nueve horas a través del desierto del Sinaí. Es largo porque tienes que pasar por varios puestos de control. Es una zona desmilitarizada, por lo que hay puestos de control del ejército egipcio durante todo el trayecto. Y después llegamos a la frontera de Rafah, que ahora mismo está controlada por Egipto, como ha estado siempre. Luego se pasa por inmigración y se llega al lado de Gaza, que está controlado por los palestinos.
JS: ¿Cuál fue su primera impresión en ese primer viaje una vez que cruzó de Egipto a territorio palestino, a Gaza?
YK: Llegué allí sobre las seis y media de la tarde, nadie viaja de noche. De hecho, la hora límite de la ONU son las cinco de la tarde porque todo lo que se mueve de noche, las fuerzas israelíes lo atacan con drones u otros ataques con misiles. Pero los dos tipos que vinieron a recogerme al hospital me dijeron: «Todo irá bien. No te preocupes. Confía en Dios». Y así fui.
Durante los primeros 20 minutos estuve conduciendo a través de la noche. Éramos el único coche en la carretera. Y estaba oscuro porque no hay combustible, no hay electricidad, así que estaba oscuro y la carretera estaba vacía. Quiero decir que eso fue bastante aterrador. Básicamente hice las paces con Dios, y estaba listo para irme en cualquier momento. Nunca me había alegrado tanto de ver la señal de emergencia en un hospital, y entonces supe que había llegado. Lo primero que noté en ese momento -esto era en Jan Yunis- fue que el Hospital Nasser y el Hospital Europeo de Gaza eran los únicos hospitales que quedaban en la Franja de Gaza en pleno funcionamiento.
Jan Yunis seguía siendo una ciudad, una ciudad intacta, pero había batallas en curso. Así que cuando salí del coche, pude oír el zumbido de los drones, y era un ruido bastante fuerte durante las 24 horas, nunca desaparecía. Nunca vi los drones porque volaban muy altos, pero eran drones israelíes: Hay drones espías o cuadricópteros, que es un dron armado que puede disparar misiles y armas de fuego. Y están zumbando siempre alrededor. Otro ruido que escuché fue el de las bombas. Y el «boom» de las bombas, básicamente cada hora, cada dos o tres horas; caían bombas que lo sacudían todo. Esas fueron las primeras imágenes y sensaciones que tuve.
Pero las otras imágenes que vi eran como las de un campo de refugiados masivo. Así que básicamente, en aquel momento, hace dos meses, unas 20.000 personas habían buscado refugio tanto en el hospital como fuera de él. Y no eran tiendas de campaña. Todavía no son tiendas de campaña. Son refugios improvisados fabricados con sábanas o bolsas de plástico. Los que están fuera duermen en la tierra. Tienen suerte [si] consiguen una alfombra o una esterilla. Había un solo cuarto de baño para unas 200 personas que tienen que compartir. Y dentro, los pasillos del hospital también se convirtieron en refugios. Apenas había sitio para andar, y había niños que correteaban por todas partes. Es importante recordar que todas estas personas no eran indigentes. Todos tenían casas que habían sido destruidas. Son todos desplazados que se refugiaron en el hospital.

Khan calcula que unos 30.000 palestinos viven ahora en el Hospital Europeo de Gaza y sus alrededores con la esperanza de que Israel no lo ataque. «Estas personas no eran indigentes», dijo. «Todos tenían casas que fueron destruidas. Son todos desplazados que se refugiaron en el hospital». (Foto: Yasser Khan)
Así que ese fue el tipo de caos masivo que me encontré al principio, y luego me dijeron que cada vez que cae una bomba, esperan unos 15 minutos y llegan las víctimas en masa. Esa fue otro aspecto que en aquel momento me impactó: Lo que habíamos estado viendo en directo en Instagram, en las redes sociales o lo que fuera, lo vi yo mismo y era peor de lo que podía imaginar. Vi escenas horribles que nunca antes había presenciado y que no quiero volver a ver. Había una madre que entraba sosteniendo a su hijo de 8 o 9 años, delgaducho -porque todos se morían de hambre-, que estaba muerto, frío y muerto, y [la madre] gritando, pidiendo que alguien le tomara el pulso y todo el mundo ocupado en el caos masivo. Esa fue la escena inicial de bienvenida cuando entré en Jan Yunis por primera vez.
JS: Acaba de regresar de su segunda misión médica. Ha estado diez días en Gaza. Describa las escenas que presenció en esta ocasión en Gaza, pero también específicamente en el hospital.
YK: Bueno, debo admitir que la primera vez que estuve allí fue en parte para hacerme una idea de lo que estaba ocurriendo, ver las bajas masivas, ver el hospital, conocer a los médicos y a las enfermeras y al personal sanitario, familiarizarme con el entorno y también realizar operaciones. Esta vez, yo estaba por encima de toda esa introducción.
Fue bastante desmoralizador. Hay que estar sobre el terreno para ver lo mal que está todo. En dos meses, las cosas no sólo están igual de mal, sino que están mucho, mucho peor, porque ahora, dos meses después, Jan Yonis ha quedado literalmente destruida como ciudad. Era una ciudad activa, bulliciosa, ajetreada. El Hospital Nasser, como saben, está ahora destruido. Es básicamente una zona de muerte. Y ahora hay cuerpos en descomposición en el hospital. Ha sido evacuado. Y añadiré una cosa: como trabajador sanitario, sé perfectamente que para construir un gran hospital que funcione a pleno rendimiento hacen falta años de perfeccionamiento, construcción y procesos, ¿verdad? Así que es una auténtica tragedia que se haya destruido en apenas unas horas, es realmente lamentable.

El Hospital Europeo, que oficialmente tiene 240 camas, está a más del 300% de su capacidad, y muchos desplazados internos se han refugiado temporalmente en los pasillos del hospital. «Ahora no hay sitio para moverse en los pasillos», dijo. «La esterilidad del hospital ha disminuido considerablemente». (Foto: Yasser Khan)
Así que ahora [en el Hospital Europeo de Gaza] en lugar de 20.000 personas, hay unas 35.000 buscando refugio en un lugar que ya está por encima de su capacidad. Tanto dentro como fuera hay una masa enorme de gente. Ahora no hay sitio para moverse por los pasillos. La esterilización del hospital ha disminuido considerablemente. El Hospital Europeo de Gaza, todo lo que tienes que hacer es ir online y mirar sus fotos de antes. Era un hospital precioso, precioso. Bien construido, bien gestionado, buen control de calidad… y ahora se ha reducido a un lugar de desastre. Es un desastre. Hay gente cocinando en los pasillos del hospital, están los baños en situación terrible, hay gente mezclada con los enfermos, con lesiones ortopédicas importantes, postoperatorios. No hay camas. Así que a veces la gente va y duerme en sus pequeños refugios improvisados. Y así las infecciones, como puede imaginarse, son rampantes. Por tanto, si no mueres la primera vez o si no te amputan la pierna o el brazo la primera vez, seguro que coges una infección. Entonces tienen que amputarlo para salvarte la vida. Así que es peor, mucho peor.
Otro aspecto que noté es que ahora, más que antes, los trabajadores sanitarios, las enfermeras y los médicos están agotados. Quiero decir que están exhaustos. Han sido testigos de tantas cosas en casi seis meses… Han visto tantas cosas cada hora, cada día. Cuando opero [en un hospital de Canadá], por lo general, tengo unas cuantas listas, sobre todo electivas, de problemas electivos no urgentes que hay que solucionar. Y de vez en cuando hay algún traumatismo o algo que es un poco más urgente, ¿no? Esa es mi trabajo habitual. Pero [los trabajadores médicos palestinos] trabajan a diario con los traumas más horribles y con heridas de explosivos que jamás has visto. A veces realizan 14-15 amputaciones al día, sobre todo de niños, y llevan haciéndolo seis meses.
Lo que trato de recalcar a la gente es que no se trata sólo del trauma médico en sí, sino de otros traumas asociados, ya que estos pacientes vienen, si te has visto afectado por una explosión y vienes herido, seguro que has perdido a tus seres queridos. Garantizado. Has perdido a un padre, una madre, un hijo, todos tus hijos, toda tu familia, tu tío, tía, abuelos, tu casa, lo que sea. Has perdido algo. Así que cada paciente que llega, no sólo está gravemente herido, está lidiando con este trauma.
Tuve una niña que perdió a todos sus hermanos, una hermosa niña de 8 años. Vino con una fractura en la pierna, había estado bajo los escombros durante doce horas. Su madre murió y todos sus hermanos desaparecieron. Y toda su familia, sus tíos y tías. Como sabes, se está llevando a cabo una matanza generacional, una masacre. De generaciones. Hay alrededor de 2.000 familias que han sido borradas por completo, que ya no existen. Así que tenemos un trauma generacional, muerte y masacre; por ello, su padre estaba fuera enterrando a su esposa y a sus hijos muertos mientras ella estaba allí solita intentando que se atendiera la fractura de su pierna. Y estuvo junto a su madre muerta bajo los escombros durante 12 horas, una niña de 8 años, además de su abuela y su tía, todas muertas.

Khan dijo que esta niña palestina de 8 años estuvo doce horas atrapada bajo los escombros junto a dos de sus familiares muertos tras un ataque israelí. Su madre y otros hermanos murieron en el ataque. «Su padre estaba enterrando a su mujer y a sus hijos muertos, mientras que a ella la estaban curando de la fractura de su pierna», recuerda Khan. (Foto: Yasser Khan)
Vi a un tipo que tenía la cara abierta y estuvo ocho días bajo una especie de burbuja entre los escombros. No sé cómo sobrevivió, pero pudieron sacarlo. Perdió los dos ojos, pero pudieron recomponerle la cara y sobrevivió. Así que están teniendo que lidiar con todo este tipo de situaciones.
Hace dos meses la situación era muy mala, pero ahora es peor, mucho peor. Pude ver, sentir realmente el agotamiento [entre los trabajadores médicos palestinos], pero son sobrehumanos. Siguen adelante cuando al resto de nosotros se nos va la olla. Siguen adelante a causa de su constancia y su fe. Y siguen considerando su mera supervivencia como una resistencia. Sobrevivirán a los bombardeos israelíes pase lo que pase porque esa es su forma de resistencia. No importa lo que intenten con ellos, no importa cuánto intenten matarlos, básicamente esa es su actitud.
JS: Dr. Khan, mientras le escucho, también recuerdo todos los episodios de los últimos cinco meses en los que las fuerzas israelíes han atacado o asediado hospitales y otras instalaciones médicas de Gaza. Y estoy pensando concretamente en el personal médico del Hospital Nasser, que fue asaltado el 15 de febrero por las fuerzas israelíes, y decenas de miembros del personal médico fueron secuestrados, hechos prisioneros por los israelíes. Recientemente, la BBC hizo un reportaje en el que documentaba lo que, en mi opinión, se puede calificar claramente de tortura a esos trabajadores médicos, que incluía retenerlos durante periodos prolongados en posturas de estrés, rociarlos con agua fría, utilizar perros con bozal para amenazarlos, vendarles los ojos y mantenerlos en aislamiento.
Y estoy pensando en el testimonio que usted ofrece sobre la firmeza de los médicos e imaginando que después de meses y meses de amputar miembros a los niños, a veces sin anestesia, es espantoso que lleguen esas fuerzas de ocupación y secuestren a médicos, enfermeras y otros trabajadores médicos y los sometan a tortura durante los interrogatorios para que confiesen que de alguna manera Hamás está utilizando su hospital como si fuera un Pentágono, básicamente, para planear atentados contra las fuerzas de ocupación israelíes. ¿Qué tipo de historias escuchó de sus colegas palestinos sobre este tipo de redadas y acciones de los israelíes contra instalaciones médicas, médicos, enfermeras, etcétera?
YK: Ha sido un ataque sistemático e intencionado contra el sistema sanitario. Lo más extraño de todo esto es que los políticos israelíes no lo han ocultado. Han hecho declaraciones abiertas sobre la creación de epidemias. Ha habido toneladas de declaraciones abiertas sobre lo que pretenden hacer. Así que ni siquiera se pueden inventar estas cosas. Es extraño cómo han dicho esto abiertamente, ¿verdad? Pero dicho esto, creo que más de 450 trabajadores de la salud han sido asesinados -médicos, enfermeras, paramédicos-, más de 450, cuando se supone que no son un objetivo, ¿verdad? Están protegidos por el derecho internacional. Se ha secuestrado a médicos, se ha atacado y asesinado a médicos de especialidades específicas.
Sí, han secuestrado a médicos y, sí, los han torturado. Deshumanizan a los médicos y al personal sanitario cuando los capturan. Hemos visto fotos de ellos, así que sabemos que esto ocurre, y de hecho ocurre. Algunos de los médicos fueron torturados, y un médico que regresó, es cirujano general, estuve hablando con su esposa, y me dijo que ya no es el mismo. Fue torturado y todavía tiene marcas de tortura por todo el cuerpo, y es cirujano general. Eso era todo, sólo un profesional de la medicina. El subdirector del hospital fue básicamente desnudado y golpeado delante de todos los demás trabajadores del hospital sólo para insultarlo y degradarlo porque es su jefe. Le pegaron, le patearon y le insultaron, y todo el mundo fue testigo de ello, y lo hicieron a propósito delante de sus trabajadores. Es una deshumanización más de un ser humano. Estos médicos, cuando regresan, los pocos que son liberados, todavía hay muchos que están bajo custodia de las fuerzas israelíes, ya no son los mismos. Para mí, como cirujano, es realmente desgarrador verlo. Como cirujano, tenemos la vida de las personas en nuestras manos y curamos. Y luego verlos mentalmente reducidos a nada es difícil de soportar. Sí, es difícil de digerir.
JS: Quería preguntarle por un artículo de opinión que escribió un colega suyo. Se trataba de un médico estadounidense, Irfan Galaria, que escribió un artículo de opinión para Los Angeles Times el 16 de febrero tras regresar de Gaza, y creo que ese médico estuvo en el Hospital Europeo de Gaza y describió una escena, me limitaré a leer su experiencia en el hospital:
«Dejé de llevar la cuenta de cuántos nuevos huérfanos había operado. Tras la operación, quedaban depositados en algún lugar del hospital, sin saber quién se ocuparía de ellos ni cómo sobrevivirían. En una ocasión, un puñado de niños, todos de edades comprendidas entre los 5 y los 8 años, fueron llevados a urgencias por sus padres. Todos tenían un solo disparo de francotirador en la cabeza. Estas familias regresaban a sus hogares en Jan Yunis, a unos 3 km del hospital, después de que los tanques israelíes se hubieran retirado. Pero, al parecer, los francotiradores se habían quedado. Ninguno de esos niños sobrevivió».
Esto debería conmocionar el alma de todo aquel que escuche esas palabras de un médico estadounidense describiendo a niños de entre 5 y 8 años que llegan a esa sala de urgencias con, según el médico, disparos de francotirador en la cabeza. Háblenos del tipo de heridas o muertes que presenció durante su estancia allí.
YK: Sí. Conozco a Irfan, que es un buen tipo y vio muchas cosas allí, y hablé con él cuando volvió. Yo mismo no vi, cuando estuve allí, lo que él describió. Pero sin duda el médico habló de ello, y era bien sabido que eso estaba ocurriendo sobre el terreno. También nos llegan informes de Cisjordania en los que se dispara a niños de 12 o 13 años por nada, sin motivo alguno, sólo por el gusto de dispararles. Así que no es algo descabellado, está ocurriendo».

Durante su misión médica de 10 días en Gaza, Khan operó para extirpar los ojos a varios niños y adultos heridos en ataques israelíes. Describió el aspecto de estas heridas generalizadas como la «cara de metralla de Gaza». (Foto: Yasser Khan)
Lo que vi…, soy cirujano ocular, cirujano plástico ocular, y vi algo clásico, algo que denomino «la cara de metralla de Gaza», porque en un escenario explosivo, no sabes lo que va a venir. Cuando hay una explosión, uno no se tapa la cara, sino que abre los ojos. Así que hay metralla por todas partes. Es bien sabido que las fuerzas israelíes están experimentando [con] armas en Gaza para impulsar su industria de fabricación de armas. Porque si un arma está probada en combate, es más valiosa, ¿no? Tiene más valor. Así que básicamente están utilizando estas armas, estos misiles que crean a propósito, intencionadamente, con grandes fragmentos de metralla que van por todas partes. Y causan amputaciones que son inusuales.
La mayoría de las amputaciones se producen en los puntos débiles, el codo o la rodilla, y por eso se toleran mejor. Pero estos [fragmentos de metralla] provocan amputaciones en la mitad del muslo y del brazo que son más difíciles, más complicadas, y la rehabilitación posterior también es más complicada. Además, estas metrallas no son como las heridas de bala. Una herida de bala entra y sale; hay un punto de entrada y de salida. La metralla se queda ahí. Así que tienes que sacarla. Así que las heridas que vi eran… es decir, vi a gente con los ojos destrozados. Y cuando estuve allí, y esta es mi experiencia, traté a niños cuando estuve la primera vez. Traté a niños de 2, 6, 9, 10, 13, 15, 16 y 17 años. Desgraciadamente, hubo que extirparles los ojos. Tenían metralla en las cuencas oculares que tuve que extraer y, por supuesto, extirparles el ojo. Había muchos pacientes, muchos niños que tenían metralla en ambos ojos. Y no se puede hacer mucho porque ahora mismo, debido al bloqueo de la ayuda y a la destrucción de la mayor parte de Gaza, no hay equipos disponibles para sacar la metralla que está en el ojo. Así que los dejamos ahí, solos, y al final se quedan ciegos.
Vi esas lesiones faciales, vi extremidades de los niños colgando, apenas unidas. Vi heridas abdominales donde estaban, por supuesto, los intestinos expuestos. Y el problema es que en urgencias no hay sitio, así que están por todo el suelo. Tienes esos traumatismos masivos, y [los pacientes] están por los suelos. Y, a veces, en el caos masivo, quedan olvidados.
Había un bebé de 2 años que llegó de un nuevo bombardeo. Había perdido a su tía y a su hermano, y su madre estaba siendo amputada en el quirófano. Y ella era en realidad una trabajadora de la ONU, una trabajadora palestina de la ONU. Así que el bebé se había quedado olvidado en el suelo con un traumatismo craneal importante. Afortunadamente, después de unas dos horas, lo encontraron. Como no tenía -quiero decir, su madre no estaba allí, su padre no estaba allí- familia allí, pero, afortunadamente, lo encontraron. Se lo llevaron a neurocirugía, pero no sé qué le pasó porque era el último día y ya me iba. Lo recuerdo muy bien. Eran lesiones que nunca se habían visto antes, y el grado de gravedad era espeluznante.
UNICEF dijo en diciembre que había más de 1.000 niños -y fue una cifra baja- con amputaciones dobles o simples. Esto sólo en diciembre. Es una estimación muy conservadora. Algunas personas han dicho que había unos 5.000 niños. Ya en enero. Así que, si consideramos dos meses más tarde, deben ser 7.000, 8.000 ahora, ya sea amputados dobles o amputados individuales, como el brazo, la pierna, ambas piernas, ambos brazos, en su mayoría niños. La cuestión es que, en cualquier amputación normal, en una circunstancia normal, un niño que sufre una amputación pasa por unas ocho o nueve operaciones hasta que es adulto, para revisar el muñón y arreglarlo. ¿Quién va a hacer eso ahora? No sólo han perdido sus apoyos, toda su estructura familiar, no tienen la estructura familiar ni la infraestructura para hacerlo porque todo ha sido destruido.
JS: ¿Estuvo solo en un hospital o fue a varios?
YK: No, me quedé en el Europeo. La primera vez iba a ir al Nasser, pero se volvió demasiado peligroso y creo que tuve miedo a que los israelíes cerraran la carretera y me quedara atrapado en el hospital Nasser, así que no fui, pero fui al Europeo. Y ahora, en realidad, sólo queda un hospital, que es ese. Un hospital completamente funcional. Hay clínicas por toda la ciudad. A veces las llaman hospitales, como el hospital de campaña indonesio, pero en realidad no son hospitales completos. Son clínicas que tienen uno o dos servicios y que son algo más que una simple clínica, pero en su mayoría son simples clínicas. Así que ahora sólo hay un hospital que funcione a pleno rendimiento, que es el Hospital Europeo, por lo que la inminente invasión de Rafah me preocupa bastante.
JS: En el Hospital Europeo, ¿hay suministros suficientes para gestionar la afluencia de pacientes? Está describiendo una escena apocalíptica, especialmente con esas amputaciones entre los niños. ¿Hay suministros adecuados para gestionar la demanda en ese hospital en el que usted estuvo?
YK: Desde luego que hace dos meses no los había. En mi último día allí, cuando ya me iba, se quedaron sin morfina, y la morfina es necesaria en muchos traumatismos ortopédicos y graves. Necesitas morfina para controlar el dolor. Así que se quedaron sin morfina y también sin muchos antibióticos. Ahora, dos meses más tarde, han llegado suministros, que se están agotando muy rápidamente. Y los equipos están oxidados, es muy difícil que lleguen equipos nuevos, porque los israelíes impiden, por ejemplo, que llegue todo lo que suponga un doble uso. Pero los médicos palestinos son muy innovadores y geniales, todos ellos. Con lo que están pasando, lo que han hecho es increíble. Quiero decir que me quito el sombrero ante ellos, sin duda. Pero sí, es un desastre. Incluso los quirófanos son un desastre. La gente está frustrada. Hay mucha frustración, y no los culpo.

Khan opera a un paciente en el Hospital Europeo de Gaza a principios de marzo. Los médicos palestinos de Gaza, dijo, «trabajan a diario con los traumas más horribles causados por explosivos que jamás se han visto». (Foto proporcionada por Yasser Khan)
JS: Háblenos de las conversaciones que mantuvo con colegas palestinos. Usted lo ha descrito un poco, pero viene de Canadá. Hubo colegas que también procedían de Estados Unidos; que van para esos periodos de 10 días más o menos. Sé que hay algunos médicos que se han quedado más tiempo, aunque durante períodos relativamente cortos. Y todos tenemos que recordar que los médicos, enfermeras y trabajadores sanitarios palestinos que están allí hacen su trabajo y al mismo tiempo muchos de ellos han perdido a sus familias, a sus cónyuges, a sus hijos, a sus nietos. Esta es su realidad. No se van. Y me pregunto, como profesional de la medicina de Canadá, cómo es hablar de todo esto con sus colegas palestinos y qué impresión le ha dejado en el corazón.
YK: Me han causado una gran impresión, Jeremy, especialmente esta vez. Esta vez he sentido la carga emocional más que la última vez. Pero te diré una cosa. Sé que hablamos de la muerte y la enfermedad y todo eso, pero una cosa de la que también tenemos que hablar más -y esto se relaciona con cómo lo están haciendo-, es de la liquidación de su cultura y su civilización, que es un genocidio, eso forma parte de la definición de genocidio, ¿no? Cada patio de recreo, lugar de reunión, cafetería, restaurante, mezquita antigua de 500 años, iglesia antigua de 500 años, todo destruido. Hay escuelas destruidas, estadios, instalaciones deportivas destruidas, hospitales destruidos, cines destruidos, museos destruidos, archivos, donde guardaban sus archivos, borrados, destruidos, quemados, sus hogares, el 80% de los hogares, han desaparecido. Y aunque las casas estén vacías, no tienen por qué destruirlas. Han sido TikTokeadas para que todo el mundo las vea. Las fuerzas israelíes han TikTokeado esto y han mostrado la destrucción de esos hogares, de esas personas hermosas, y luego han dedicado esa destrucción a sus cónyuges o a sus hijos, o a quien sea.
Es lo que hemos visto. No puedes inventarte estas cosas. Hemos sido testigos de todo esto. Las fuerzas israelíes han hecho lo que venían a hacer, también han destrozado las carreteras. Incluso en Jan Yunis, muchas de las carreteras han sido arrasadas. No quedan carreteras. Los palestinos han visto cómo se destruía por completo su cultura, su civilización y sus vidas, cómo se borraba por completo su cultura… Y eso en sí mismo es una tragedia tremenda. Si eso nos pasara a nosotros, ¿cómo nos sentiríamos?
Sin embargo, en contexto, a pesar de todo, mantienen la esperanza. Realmente la mantienen. Hay algunos que han perdido la esperanza y quieren salir. Hay muchos pacientes que vienen y pueden tener el ojo seco y quieren que se les derive médicamente, porque esa es una forma de salir. Pero incluso en las condiciones médicas más graves, no es nada fácil salir. Si tratan de irse es sólo para salvar sus vidas, todos te dicen que quieren irse para salvarse y luego regresar. Todos quieren volver, ¿verdad? Porque hay algo mágico en esa tierra. Los palestinos han estado allí durante miles y miles de años, palestinos musulmanes, cristianos y judíos. Tienen una conexión muy fuerte con su tierra y no quieren irse. Preferirían morir antes que irse, pero en este momento quieren irse para ponerse a salvo. Esa es su filosofía. Al final, creo que lo que los mantiene unidos es su fe. Tienen fe en Dios. Tienen fe en la justicia. La justicia de Dios. No tienen ninguna fe en la justicia de la humanidad. Y no los culpo. Realmente los hemos abandonado. No nosotros, como personas promedio que han estado protestando y defendiéndolos. Pero a nivel elitista o gubernamental, es un desastre. Se sienten alentados y conmovidos por todas las personas en el mundo que luchan y los defienden. Ellos lo saben y les conmueve. Pero, por otro lado, no saben qué hacer. No hay certezas. Así que no saben cómo planificar el futuro porque no saben si habrá una invasión de Rafah.
Estuve en el terreno, recorrí los campos de refugiados, recorrí Rafah, y si hay una invasión israelí, no puedo enfatizarlo suficiente, será catastrófica. Será una matanza masiva, una destrucción masiva, porque nos llegan todas esas cifras: 50 muertos, 100 heridos. Pero lo que la gente no se da cuenta es que resultar herido es una sentencia de muerte. Resultar herido en este entorno sin sistema de salud, completamente colapsado, es una sentencia de muerte. Y los heridos han perdido a menudo a todos los miembros de su familia, por lo que no tienen apoyos, especialmente los niños, y no tienen a nadie que los cuide, ni siquiera sus tías y tíos. Será catastrófico. No sé qué podría decirle al mundo para detener una invasión inminente. Hay que controlar a este primer ministro de Israel. Hay que hacer algo para detener esa obscena invasión que todavía quiere hacer, porque será catastrófica.
JS: Estaba pensando en tu descripción de tener que quitarles los ojos a niños o adultos que han sido alcanzados por metralla. Creo que cualquiera de nosotros que alguna vez haya tenido una operación o cirugía, o que hayamos ayudado a un ser querido que fue operado, sabe que el camino hacia la recuperación suele ser largo y hay que recibir fisioterapia y hay que aceptar que has perdido una parte del cuerpo, sin la cual tendrás que vivir tu vida. ¿Cómo entiende usted lo que les sucede a los pacientes que usted operó y que ahora están entrando en una realidad en la que ya no pueden ver? No tienen ojos, o niños que ya no tienen pierna. ¿Qué sucede con esas personas después de que se aborda la situación aguda, que se realiza la cirugía, se realiza la amputación, se extirpan los ojos?
YK: Bueno, Jeremy, eso es precisamente lo que me mantiene despierto por las noches, algo que me afecta mucho. La respuesta general simple es: no lo sé. La razón por la que no lo sé es porque viven en tiendas de campaña y estructuras improvisadas. Muchos de ellos han perdido a sus familias y sus redes de apoyo, especialmente los niños. Pero también los adultos.
Conocí a un joven, de unos 25 años, que perdió un ojo, que yo mismo tuve que sacarle. Había pasado unos cinco, seis o siete años, básicamente gastó miles y miles de dólares, en tratamientos de fecundación in vitro (FIV) porque se casó joven y querían tener un hijo y no podían tenerlo. Así que pasó años en tratamiento de FIV y finalmente tuvo un bebé que tenía ahora tres meses. Pero Israel atacó su casa con misiles. Perdió a toda su familia, incluidos su bebé, su esposa, sus padres y su familia. Está solo, sin nadie. Le saqué un ojo y no tiene a nadie en este mundo. Simplemente camina alrededor de las estructuras de las tiendas de campaña, simplemente camina, sin hogar, y trata de dormir donde puede.
También hay muchos niños así. Entonces, ¿qué les pasa? No lo sé. ¿Qué va a pasar con el niño doblemente amputado que no tiene hogar, ni padres, ni tíos, tías o abuelos, ni hermanos tampoco? ¿Qué le va a pasar? Luego hay algunos niños que tienen un hermano mayor que tiene 11 años y ellos tienen unos 5 años. Vi a una niña que perdió un brazo y el único pariente vivo que tiene es un hermano de 11 o 12 años, que la cuida. Entonces no sé qué va a pasar porque en la situación actual no hay infraestructuras, no hay cuidado para estos minusválidos. Muchos de ellos se están infectando, estos muñones, después de haber sido amputados, ¿y por qué los dan de alta? Por lo general, el hospital les da el alta para que dejen espacio y que entren más personas, les dan el alta y los llevan a refugios o tiendas de campaña. Ahí es adónde van cuando les dan el alta. No los dan de alta para que vuelvan a casa, donde puedan recibir la atención adecuada.
Voy a enfatizar esto, Jeremy, porque los palestinos de Gaza han estado en un campo de concentración al aire libre durante décadas. Esto no es nuevo. Ha sido una lucha atroz, pero aun así podían hacer de alguna forma su vida. Y como no podían ir a ninguna parte, porque estaban restringidos por Israel y por Egipto al otro lado, centraron todo en sus casas. Sus hogares eran sus castillos, eran su vida, eran el centro de su vida y su universo, y realmente dedicaron mucho cuidado y atención a sus hogares. Y ahora todas estas personas están sin hogar, sus hogares han desaparecido. Entonces, es un efecto tremendo, viven en tiendas de campaña y sólo puedo imaginar lo que deben pasar. Hace sólo un año, la vida era normal, por así decirlo, aunque estuvieran en un campo de concentración, pero la vida seguía siendo de cierta forma normal. Era su normalidad, ¿verdad? Porque saben sacar lo mejor de todo. Son personas muy agradecidas y amables, y personas firmes, y sacan lo mejor de cada escenario, y sacaron lo mejor incluso de estar en un campo de concentración. Hicieron las cosas lo mejor que pudieron. Pero ahora es desgarrador.
JS: Yo también estoy pensando en esto y, como cualquier padre, imagino ese terror cuando pierdes a tu hijo, puedes estar en un parque temático o en algún lugar. Y, de repente, no puedes ver a tu hijo, y por tu cabeza pasan muchos pensamientos, y luego imaginas a tu hijo solo en el mundo, completamente solo. Y, además, ha perdido la vista. O es doblemente amputado. No he estado en Gaza ni he visto lo que ustedes han visto, pero tengo estos pensamientos todo el tiempo, y creo que todos los que realmente han internalizado esto como una catástrofe humana que se podía prevenir, que no tenía por qué suceder, piensan en esos niños, en lo que significa estar solo en este mundo cuando eres niño. Pero, además, de estar solo en ese mundo, hay un infierno en la tierra en forma de bombas. Y el hambre. Y la hambruna. Personas peleando por los bocados de comida que caen del cielo junto con las bombas. Y mientras le escucho siento lo desmesurado que es esto para el núcleo de la humanidad, lo espantoso que es… ¿Cuál es su mensaje para el mundo en este momento?

Un cementerio improvisado cerca del Hospital Europeo en las afueras de Jan Yunis, Gaza. «Este es sólo un cementerio que descubrí justo afuera del hospital», dice Khan. «Hay tantos muertos». (Foto: Yasser Khan)
YK: Gaza es básicamente un infierno en la Tierra creado por el hombre en este momento, eso es lo que es. Si se produce la invasión israelí de Rafah, será una catástrofe aún mayor. Tenemos que hacer todo lo que podamos para evitar que esto suceda, ejercer toda la presión que podamos sobre nuestros políticos, sobre los poderes fácticos, para evitar que esto suceda, porque la atención sanitaria y el costo humano serán inimaginables. Porque son ya 75 años de ocupación. Al final de tanta muerte y destrucción, necesitan tener su independencia y su Estado independiente para poder vivir sus vidas con dignidad y libertad.
Y les diré una cosa: He estado en 45 países diferentes y los palestinos se encuentran entre las mejores personas que he conocido en toda mi vida. Son las personas más generosas, amables, de buen corazón, inteligentes y sabias que he conocido. Y por eso vale la pena luchar por ellos. Creo que es una cuestión de humanidad. Estaré del lado de la humanidad en cualquier momento. Y vale la pena luchar por ellos. Por eso quiero que todos sigamos luchando y defendiéndolos hasta que esta guerra termine y sean libres.
Foto de portada: Una niña palestina de 6 años tras una operación de extirpación ocular en el Hospital Europeo cerca de Jan Yunis, Gaza. La metralla y una piedra de entre 5 y 10 centímetros alcanzaron su ojo izquierdo tras el bombardeo de un edificio próximo al refugio improvisado en el que vivía con su familia. Según el Dr. Yasser Khan, su padre murió y su madre resultó herida en un ataque israelí. (Yasser Khan)