Alerta roja de la Organización Meteorológica Mundial

Robert Hunziker, CounterPunch.org, 5 abril 2024

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Robert Hunziker (máster en Historia Económica por la Universidad DePaul) es un escritor independiente y periodista medioambiental cuyos artículos se han traducido a varios idiomas y han aparecido en más de 50 periódicos, revistas y sitios de todo el mundo, como Z magazine, European Project on Ocean Acidification, Ecosocialism Canada, Climate Himalaya, Counterpunch, Dissident Voice, Comite Valmy y UK Progressive. Se le ha entrevistado sobre el cambio climático en Pacifica Radio, KPFK, FM90.7, Indymedia On Air y World View Show/UK. Email: rlhunziker@gmail.com.

El 19 de marzo de 2024 se publicó el Informe sobre el Estado del Clima 2023 de la Organización Meteorológica Mundial (Ginebra, Suiza), elaborado por Celste Saulo, secretaria general de la misma.

«Como secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial, me veo obligada ahora a emitir una alerta roja sobre el estado del clima».

La OMM publica un informe anual sobre el estado del clima desde hace más de 30 años. En consecuencia, la publicación del informe emblemático de la Dra. Celste Saulo: «El año 2023 marcará nuevos récords en todos y cada uno de los indicadores climáticos. Este informe anual muestra que la crisis climática es el reto definitorio al que se enfrenta la humanidad, estrechamente entrelazado con la crisis de desigualdad, como atestiguan la creciente inseguridad alimentaria, los desplazamientos de población y la pérdida de biodiversidad”.

Según la Sra. Saulo (Doctora en Ciencias de la Atmósfera, Universidad de Buenos Aires): «El conocimiento científico del cambio climático existe desde hace más de cinco décadas y, sin embargo, hemos perdido toda una generación de oportunidades. Debemos basar las decisiones de hoy en las generaciones futuras y no en los intereses económicos a corto plazo».

Los intereses económicos podrían pasar a un segundo plano ajustando, considerablemente a la baja, su huella de «crecimiento infinito lo antes posible» para que el planeta pueda recuperar el aliento. Los intereses económicos a corto plazo, como característica de la marca neoliberal del capitalismo, son antitéticos a los principios estatistas de la ciencia del clima. Sencillamente, no son compatibles.

El antagonismo inherente entre los dictados del libre mercado del neoliberalismo de «seguir el dinero» frente a los complejos ecosistemas del planeta que no necesitan dinero se aborda en Global Social Challenges del 4 de mayo de 2021, Universidad de Manchester: «Parece entonces que, para evitar un colapso ecológico total, necesitamos cambiar radicalmente nuestra relación con la forma en que producimos y utilizamos los recursos. Cualquier sistema que ofrezca beneficios como incentivo parece conducir siempre a la explotación de los recursos finitos de la Tierra. La idea de un crecimiento ilimitado que continúe indefinidamente es la principal culpable del colapso climático».

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En consecuencia, los intereses económicos corren el riesgo de irse súbitamente al garete al marchar a ciegas, sin el apoyo de los ecosistemas planetarios, es decir, de la infraestructura planetaria, cada vez más atacada, como nunca lo había sido antes. En toda la biosfera, los ecosistemas luchan, las selvas tropicales emiten CO2, los casquetes polares se derriten, Groenlandia es un caso perdido, el metano del permafrost burbujea en la superficie, los glaciares se vienen abajo y las sequías severas golpean repetidamente a las naciones del mundo, en todas partes, en Europa mucho más duramente, especialmente en España, sujeta a un riesgo de desertificación del 75%, con temperaturas que superan los +2°C preindustriales en toda la UE.

Algunos aspectos destacados del Estado del Clima de la OMM:

El cambio climático es una amenaza existencial para las poblaciones vulnerables de todo el mundo: «El coste de la acción climática puede parecer alto, pero los costes de la inacción climática son mucho mayores».

Los glaciares, a partir de 2023, han sufrido la mayor pérdida registrada. Sin embargo, los glaciares son las «torres de agua del mundo, y las estamos perdiendo rápidamente. Son depósitos de agua dulce».

Otro informe de la Academia Suiza de Ciencias coincidía con la alerta roja de la OMM:

«Los glaciares suizos se están derritiendo a un ritmo cada vez mayor. La aceleración es espectacular: en sólo dos años se ha perdido tanto hielo como entre 1960 y 1990. Los dos años consecutivos extremos han provocado el colapso de lenguas glaciares y la desaparición de muchos glaciares más pequeños. Por ejemplo, las mediciones del glaciar de Santa Annafirn, en el cantón de Uri, tuvieron que suspenderse como consecuencia de ello».

Como nota positiva, según la secretaria general: «Un rayo de esperanza… en 2023 las energías renovables limpias aumentaron casi un 50% con respecto a 2022». África tiene un enorme potencial renovable que sólo está utilizando el 1% de las inversiones en renovables. «Debemos centrarnos en las renovables para África».

Omar Badur, Jefe de Vigilancia del Clima de la OMM:

Hay un indicador climático clave: Las temperaturas mundiales de 2023 fueron las más cálidas jamás registradas, con 1,45°C por encima de la media de 1850-1900. Los últimos 9 años, han sido los más cálidos jamás registrados. Esta tendencia parece no tener fin.

La pérdida de hielo marino en la Antártida fue una de las principales características climáticas registradas en 2023. Como resultado, en 2023 se produjo la mayor subida del nivel del mar de la historia. La tasa se duplicó. En décadas anteriores era de 2,13 mm al año. En la última década se registraron 4,17 mm/año, casi el doble.

Los fenómenos climáticos más extremos del año estuvieron relacionados con el calor y las precipitaciones extremas:

Un calor extremo durante el verano se produjo en: (1) Japón tuvo el verano más caluroso registrado; (2) Australia el período julio-septiembre más caluroso registrado; (3) Incendios forestales sin precedentes en Canadá; (4) En el sureste de Asia calor extremo durante abril/mayo; (5) En toda Europa calor extremo en verano; (6) En el sureste de Estados Unidos, un verano excepcionalmente caluroso; (7) En el centro y sur de América, desde  marzo a septiembre, olas de calor extremo. Todos ellos provocaron una mortalidad excesiva e incendios forestales masivos.

El debate de la OMM sobre precipitaciones extremas y déficit de precipitaciones hace referencia al impacto sobre la seguridad alimentaria agrícola y las inundaciones. La mayor parte de América del Sur, América Central y América del Norte experimentaron episodios de sequía extrema. El norte de África experimentó una larga sequía con algunos embalses de presas a casi el cero por ciento de su capacidad. Los déficits de agua están definiendo partes significativas del continente africano.

Mientras tanto, se produjeron inundaciones generalizadas, especialmente en China y Nueva Zelanda, las peores de la historia. Por ejemplo, en agosto de 2023, más de un millón de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares en la provincia nororiental china de Hebei por unas inundaciones que tardaron más de un mes en retirarse.

Una preocupación importante, quizá la más significativa de todas, y la más oculta a la vista, es que los grandes cambios en los océanos, con el tiempo, se vuelven irreversibles. Según el informe de la OMM, entre el 80 y el 90% de los océanos registraron olas de calor marinas en 2023. Al igual que la sequía en tierra, las olas de calor excesivas provocan la desertificación de los océanos. Sin embargo, en contraste, los cambios en el océano no son tan rápidos como los atmosféricos, y en tal sentido, una vez que un cambio se establece en los océanos, es irreversible. Se trata de una tendencia extremadamente preocupante, ya que el 80-90% de los países experimentaron olas de calor.

Confirmando las observaciones de la OMM, según el Instituto de Física Atmosférica de la Academia China de Ciencias y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), las temperaturas oceánicas de 2o23 alcanzaron niveles, en palabras de los investigadores, «fuera de serie». (Fuente: Astounding Ocean Temperatures in 2023 Intensified Extreme Weather, Data Shows, The Guardian, 11 de enero de 2024)

Según la secretaria general Celste «Estamos teniendo temperaturas muy por encima de lo que solíamos tener, y nuestras poblaciones no están preparadas para afrontarlas. Sus infraestructuras no están preparadas. Sus viviendas no están preparadas. Por eso hablamos de alerta roja».

Las futuras conferencias de la ONU sobre el clima deberían considerar la posibilidad de centrarse en medidas de adaptación de las infraestructuras de los países para resistir los embates de la sequía, los incendios forestales, las inundaciones y la subida del nivel del mar. Al fin y al cabo, las compañías de seguros están subiendo las tarifas y, en algunas zonas, suprimiendo totalmente la cobertura para adaptarse al impacto del cambio climático en los beneficios finales, pero de la forma más dura, dejando que el público se las apañe por sí mismo, con la esperanza de encontrar apoyo patrocinado por el Estado.

En contraste con las compañías de seguros, que escapan como alma que lleva el diablo a medida que el calentamiento global reduce drásticamente sus beneficios, tras 30 años consecutivos de reuniones de la ONU sobre el clima, cada tema que se presenta ante el pleno de expertos acaba empeorando hasta la siguiente reunión anual, en la que se vuelve a debatir una vez más como una amenaza existencial que empeora progresivamente en la siguiente sesión anual, y así sucesivamente. Sin embargo, no se abordan en absoluto las medidas relativas a la adaptación.

De hecho, el Informe 2023 del PNUMA sobre el desfase en la adaptación concluyó que el mundo está infrafinanciado, insuficientemente preparado, con inversiones inadecuadas y, por tanto, expuesto a un «lento progreso en la adaptación a los cambios del clima».

La adaptación a las fuerzas del cambio climático en las conferencias de la ONU sobre el clima, como tema principal, sería probablemente un alivio bienvenido y un tema más apropiado que lloriquear sobre las excesivas emisiones de CO2 de los combustibles fósiles, ahora que el cambio climático/calentamiento global empieza a parecerse cada vez más a un tren de mercancías fuera de control que se precipita ladera abajo.

En consonancia con la publicación del informe emblemático de la OMM para 2023, enero de 2024 fue el más caluroso jamás registrado.

Además, según la NOAA, febrero de 2024 fue el más caluroso de la historia. Febrero es el noveno mes consecutivo de récord de calor.

Ahora que el sistema climático está estableciendo nuevos récords de temperaturas más cálidas mes a mes, huelga decir que se trata de un asunto mortalmente peligroso.

¿Cuánto puede durar esta tendencia?

Imagen de portada de la NOAA.

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