Neha Wadekar, The Intercept, 3 abril 2024
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Neha Wadekar es una periodista multimedia independiente que informa en todo el mundo. Su trabajo se centra en el clima, el género, los conflictos, la salud, los derechos humanos, las democracias emergentes y la política. Neha ha publicado artículos y vídeos en The New York Times, The Washington Post, The New Yorker, The Atlantic, The Wall Street Journal, The Economist, PBS NewsHour, Los Angeles Times, The Guardian, Mother Jones y CNN, entre otros.
En la superficie del lago Ambavarano, al sureste de Madagascar, brillaban cadáveres sanguinolentos y deformados. El pescador Olivier Randimbisoa, de 40 años, perdió la cuenta del número mientras flotaban.
«Sé lo que es ver un pez muerto por un arpón», dijo. «Pero nunca había visto algo así».
Una serie de ciclones y tormentas habían azotado la región a principios de 2022, y en los días posteriores el aire estaba quieto y en calma. Mientras Randimbisoa remaba en su piragua, reconocía las distintas especies y las llamaba por sus nombres locales: fiambazaha, saroa, vily y malemiloha. De la noche a la mañana, los peces con los que vivía, los que comían su mujer y sus hijos, los que mantenían a toda la comunidad ribereña, estaban a punto de desaparecer.
«Nos dió miedo, porque llevábamos mucho tiempo comiendo pescado de este lago. Hemos alimentado a nuestras familias, y ahora está contaminado», dijo Randimbisoa. «Hemos dicho a nuestras familias que no vayan al lago».
Randimbisoa tiene una teoría sobre lo que mató a los peces. «Es el agua sucia de la fábrica de QMM», dijo.
El lago Ambavarano, donde trabaja Randimbisoa, está conectado a otros dos lagos -Besaroy y Lanirano- a través de una serie de estrechos canales. Los lagos son adyacentes a QIT Madagascar Minerals, o QMM: una mina de Madagascar que pertenece en un 80% al gigante angloaustraliano de la minería y los metales Rio Tinto, y en un 20% al gobierno de Madagascar. La mina extrae ilmenita, una importante fuente de dióxido de titanio, que se utiliza principalmente como pigmento blanco en productos como pinturas, plásticos y papel. QMM también produce monacita, un mineral que contiene elementos de tierras raras muy codiciados y utilizados para fabricar los imanes de los vehículos eléctricos y las turbinas eólicas.
Tras la muerte de los peces, el organismo regulador del medio ambiente de Madagascar y Rio Tinto realizaron trabajos de muestreo del agua. Citando dichas pruebas, Rio Tinto afirma que no hay pruebas de que su actividad minera matara a los peces. Los análisis de las muestras de agua no revelaron «ninguna relación concluyente entre nuestras actividades mineras y los peces muertos observados por los miembros de la comunidad», escribió un portavoz de la empresa en un correo electrónico enviado a The Intercept. Esos resultados no se han hecho públicos, a pesar de las peticiones de grupos de la sociedad civil y de The Intercept.
Ahora, más de 15 años después de que QMM entrara en funcionamiento, Rio Tinto se enfrenta a una probable demanda en un tribunal inglés presentada por el bufete de abogados Leigh Day, con sede en el Reino Unido, en nombre de los residentes de los pueblos cercanos a la mina QMM. En una carta de reclamación, documento que constituye uno de los primeros pasos de un pleito en el Reino Unido, los aldeanos acusan a Rio Tinto de contaminar los cursos de agua y lagos que utilizan para fines domésticos con niveles elevados y nocivos de uranio y plomo, que suponen un grave riesgo para la salud humana. Leigh Day encargó análisis de los niveles de plomo en sangre en la zona cercana a la mina como parte de su investigación sobre la demanda. Según la carta de reclamación, enviada el martes, las pruebas muestran que 58 personas que viven en los alrededores de la mina tienen niveles elevados de plomo, y que la mayoría de los casos superan el umbral a partir del cual la Organización Mundial de la Salud recomienda intervenciones clínicas y ambientales: 5 microgramos por decilitro. La demanda alega que la causa más probable de los niveles elevados es el resultado de los procesos mineros de QMM.
«Mientras Rio Tinto obtiene grandes beneficios de sus explotaciones mineras en Madagascar, nuestros clientes se ven obligados, junto con otras familias locales, a consumir agua contaminada con metales pesados nocivos. Con esta demanda, nuestros clientes pretenden que se rindan cuentas y se haga justicia por los daños causados al medio ambiente local y a su salud», declaró a The Intercept Paul Dowling, socio principal de Leigh Day en el caso.
Los resultados de las pruebas de los niveles de plomo en sangre de Leigh Day son un avance significativo que puede cuantificar por primera vez los efectos perjudiciales para la salud que sus clientes alegan que tiene QMM. La contaminación de las aguas superficiales y el envenenamiento por plomo son problemas mundiales, y el caso será seguido de cerca no sólo por los accionistas de Rio Tinto, sino también por los defensores de la justicia medioambiental en otros países donde los habitantes también acusan a los gigantes industriales de contaminar sus cursos de agua.
«Hemos recibido la carta de Leigh Day», declaró el portavoz de Rio Tinto, que declinó hacer más comentarios sobre las acusaciones. El portavoz se refirió a un informe publicado en el que se afirma que en los últimos análisis del agua realizados por la empresa no se habían detectado metales, como uranio y plomo, que anteriormente se habían señalado como posibles motivos de preocupación.
El organismo regulador del medio ambiente en Madagascar, la Oficina Nacional del Medio Ambiente (ONE, por sus siglas en inglés), afirma que ha supervisado periódicamente las actividades de QMM durante la última década y que ha analizado el agua a raíz de anteriores denuncias de contaminación. «Ante estas acusaciones, la ONE solicitó varios análisis de expertos… cuyos resultados indicaron que no había contaminación de las aguas superficiales ni de las explotaciones mineras», declaró en marzo a The Intercept Hery Rajaomanana, director de integración medioambiental y desarrollo sostenible de la ONE.
Vista general de la mina QIT Madagascar Minerals en Fort Dauphin, Madagascar, el 10 de julio de 2023. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
Rio Tinto, que tiene más de 52.000 empleados y obtuvo unos beneficios netos de 12.400 millones de dólares en 2022, tiene un historial problemático en Madagascar. Residentes locales, grupos de la sociedad civil y medios de comunicación han acusado a la empresa de dañar la selva en peligro, amenazar especies endémicas raras, obligar a los aldeanos a abandonar sus tierras sin una compensación adecuada, destruir los medios de vida de los pescadores y no cumplir sus promesas de emplear a la población local. Las comunidades llevan protestando contra la mina casi desde su creación. El año pasado estallaron escaramuzas en junio, que duraron más de una semana, cuando los residentes bloquearon el acceso por carretera a la mina. El gobierno recurrió a la policía y al ejército para controlar la situación.
«QMM opera en una zona muy sensible desde el punto de vista del agua y del medio ambiente en general», escribió el portavoz de Rio Tinto, que no quiso poner nombre a las declaraciones de la empresa. «Estamos comprometidos a trabajar para abordar cualquier problema específico que planteen los miembros de la comunidad, y a entablar un diálogo constructivo sobre cómo podemos mitigar los impactos de nuestras operaciones al tiempo que generamos beneficios tangibles y sostenibles para nuestras comunidades anfitrionas.»
Puntos clave:
- Rio Tinto, empresa minera angloaustraliana, se enfrenta a demandas judiciales relacionadas con una mina que explota en Anôsy (Madagascar) desde 2008.
- El bufete de abogados británico Leigh Day acusa a Rio Tinto de contaminar las vías fluviales y los lagos de los alrededores de la mina con niveles elevados y nocivos de uranio y plomo, que suponen graves riesgos para la salud.
- El martes, el bufete envió una carta de reclamación, un primer paso en un pleito en el Reino Unido, en nombre de los habitantes de los pueblos que viven cerca de la mina y que dependen de esos cursos de agua para fines domésticos.
- Leigh Day encargó análisis de los niveles de plomo en sangre en la zona próxima a la mina. Según la carta de reclamación, las pruebas muestran que 58 residentes tienen niveles elevados de plomo, y que la mayoría de los casos superan el umbral a partir del cual la OMS recomienda la intervención clínica y medioambiental.
- Aunque se trata de una muestra relativamente pequeña, los resultados de las pruebas son un avance significativo que puede cuantificar por primera vez los efectos perjudiciales para la salud que los habitantes del pueblo alegan que tiene la mina.
- Rio Tinto declinó hacer comentarios sobre las alegaciones de Leigh Day. En un informe reciente, afirmó que en sus propios análisis del agua no se habían detectado metales, como uranio y plomo, que anteriormente se habían señalado como posibles motivos de preocupación.
- El gobierno malgache, que es propietario parcial de la mina, ha declarado anteriormente que sus análisis del agua no han revelado indicios de contaminación.
- La contaminación de las aguas superficiales y el envenenamiento por plomo son problemas mundiales, y el caso será seguido de cerca por los defensores de la justicia medioambiental en otros países donde los habitantes también acusan a los gigantes industriales de contaminar sus cursos de agua.
El gigante metalúrgico y minero, con 150 años de historia, lleva años envuelto en escándalos. En 2020, Rio Tinto voló dos antiguos yacimientos aborígenes australianos para ampliar su explotación de mineral de hierro en la región. En 2022, una revisión llevada a cabo por el excomisionado de discriminación sexual de Australia descubrió que el acoso, el sexismo y el racismo eran rampantes en toda la compañía. En marzo de 2023, Rio Tinto aceptó pagar una multa de 15 millones de dólares a la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos después de que salieran a la luz acusaciones de que en 2011 pagó 10,5 millones de dólares a un amigo del presidente guineano para quedarse con los derechos de extracción de mineral de hierro. A pesar de ello, está previsto que su proyecto de Guinea, la nueva mina de mineral de hierro más grande y de mayor ley del mundo, siga adelante este año. La empresa también planea construir en tierras indígenas sagradas de Arizona, ha sido acusada de irregularidades financieras en Mozambique y Mongolia, y se enfrenta actualmente a la presión de los inversores por los problemas de calidad del agua en varias de sus explotaciones mineras, incluidas las de Madagascar y Mongolia.
A principios de 2023, dos antiguos empleados de Rio Tinto -Maurice Duffy, un entrenador ejecutivo de alto nivel, y Richard Bowley, un ejecutivo minero de gestión de proyectos- escribieron una serie de informes confidenciales encargados por el regulador anticorrupción del gobierno de Mongolia. The Intercept obtuvo dos de los borradores de los informes, que esbozaban acusaciones sobre la cultura de intimidación, soborno y corrupción de Rio Tinto en países de todo el mundo desde 2015 hasta 2023.
El portavoz de Rio Tinto dijo que los informes confidenciales «no se han publicado y, a pesar de las peticiones, no hemos tenido la oportunidad de revisarlos», y no dio una respuesta oficial a la mayoría de las acusaciones. El regulador mongol no respondió a las preguntas sobre los proyectos de informe.
Según uno de los borradores de los informes, Duffy, uno de los consultores, dijo que dejó de trabajar con Rio Tinto en 2018 debido a las preocupaciones sobre la conducta de la compañía. Dijo que después de su partida, Rio Tinto le ordenó que destruyera miles de registros que documentaban cuestiones éticas, entre ellas pruebas de pagos irregulares realizados en Madagascar.
«Denuncié los pagos irregulares a Rio Tinto. Las acusaciones de pagos irregulares en Madagascar se basan en información que me facilitaron empleados de Rio Tinto», declaró Duffy a The Intercept. «Sólo puedo confirmar que fueron declarados como inapropiados e irregulares».
Según el borrador del informe, la empresa declaró por escrito a Duffy que contaba con la «aprobación de los reguladores» para que se produjera la destrucción, pero a pesar de las numerosas peticiones, Duffy no ha podido obtener detalles sobre qué reguladores dieron permiso para destruir los documentos. Duffy envió fotografías de los documentos triturados e incinerados a Río Tinto, tal y como se le había solicitado, según el borrador del informe.
El portavoz de Rio Tinto escribió: «Nos tomamos muy en serio nuestras obligaciones de divulgación y refutamos enérgicamente cualquier sugerencia en este sentido.»
Uno de los borradores confidenciales del informe ofrecía la perspectiva de un ejecutivo anónimo de la empresa sobre los desafíos legales: «Nuestra estrategia legal es clara. QUE SE JODAN. Frustrar, socavar, sacar de en medio a patadas».
Ese informe también esbozaba una parte clave de la estrategia de Rio Tinto: utilizar la naturaleza caótica de las campañas electorales en beneficio de la empresa. «La estrategia clave de Rio se basa en la premisa de que los políticos siempre van a corto plazo», se lee en el borrador del informe. «Es la naturaleza de la bestia, los años de elecciones son un buen momento para atacar, y pueden confiar en sus amigos para filtrar los hechos y articular una narrativa diferente».
2023 fue un año electoral en Madagascar, uno de los países más pobres del mundo, que ocupa el puesto 145 de 180 en el Índice de Percepción de la Corrupción. El presidente en funciones, Andry Rajoelina, se enfrentó a un nutrido grupo de candidatos de la oposición y ganó unas elecciones marcadas por acusaciones de fraude, baja participación y violencia.
El pasado agosto, el principal asesor de Rajoelina fue detenido en Londres, acusado de solicitar un soborno a la empresa minera británica Gemfields para obtener licencias de explotación en Madagascar. Rajoelina despidió a su ayudante, que fue condenado en un tribunal londinense en febrero. En medio de aquel caos, Rio Tinto estaba renegociando su acuerdo fiscal de 1998 con el gobierno. Las partes finalizaron los nuevos términos en agosto de 2023. Como parte del acuerdo, Rio Tinto se comprometía a destinar dinero a proyectos de infraestructuras y de la comunidad local. La empresa espera expandirse a Petriky y Sainte Luce, otros dos emplazamientos situados a lo largo de la costa oriental de Madagascar.

Lémures sifaka sobre un árbol en la reserva de Nahampoana, cerca de Fort Dauphin, Madagascar, el 10 de julio de 2023. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
Paraíso perdido
En 1986, QMM empezó a buscar arenas minerales pesadas en los alrededores de Anôsy (Madagascar), a lo largo de la costa sudoriental. En la región habitan unas 800.000 personas y más del 90% de los habitantes viven con menos de 1,90 dólares al día.
La zona donde se descubrieron los minerales es un ecosistema único, un bosque litoral que se da en los sustratos arenosos cercanos al océano Índico. Antaño, Madagascar tenía una franja continua de 1.600 kilómetros de bosque litoral a lo largo de su costa oriental. Hoy en día, se estima que sólo una fracción de ese bosque permanece intacta, como mechones de pelo en una barba rala. Allí se descubren continuamente nuevas especies, pero muchas de ellas ya están en peligro debido a la destrucción de su hábitat. Aun así, la región, con sus famosos lémures y una concentrada diversidad de especies vegetales, sigue siendo uno de los ecosistemas más importantes y frágiles del mundo.
También es uno de los lugares más bellos del mundo. Montañas imponentes y boscosas proyectan sombras sobre brillantes lagos de agua dulce que fluyen a través de tranquilas playas de arena hasta las abundantes aguas del océano Índico. Pequeñas piraguas tripuladas por los pescadores de la región salpican los cursos de agua. Mujeres con máscarillas de barro para proteger su piel del sol hornean pan fresco que rivaliza con las baguettes de las boulangeries parisinas. En las tardes despejadas, las puestas de sol salpican el cielo con una paleta de colores cálidos.
Tahiry Ratsiambahotra, de 52 años, es el fundador de LuSud, una organización activista que se ha convertido en una espina clavada para el gobierno y Rio Tinto. Creció en Fort Dauphin, pero dice que se trasladó a Francia después de que el gobierno lo pusiera en el punto de mira por su activismo. (El gobierno malgache no respondió a las preguntas sobre LuSud).
«Amo este país», dijo. «Me casé con una mujer de Anôsy. Mis hijos son de Anôsy. Siento profundamente que Fort Dauphin es mi vida».
Ratsiambahotra recuerda cómo era Fort Dauphin antes de que Río Tinto llegara a la ciudad. Solía ser uno de los principales destinos ecoturísticos de Madagascar, que atraía por igual a ávidos amantes de la naturaleza y a plácidos playeros. Los lugareños hablan de la ciudad en términos de «antes» y «después» de la construcción de la mina. «Antes», Fort Dauphin era un paraíso soñoliento, salpicado de balnearios de nombres románticos, pero se ha convertido en algo más arenoso. La pintura exterior de los hoteles se está desconchando. Los bosques están siendo talados. Los camiones que expulsan gases negros dominan las carreteras. «Después», dicen los lugareños, sólo quedan los que tienen y los que no tienen: la gente con trabajos de lujo que se beneficia de la mina, y todos los demás.

Un camión perteneciente a QMM transporta minerales al Port d’Ehoala en Fort Dauphin, Madagascar, el 8 de julio de 2023. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
En la década de 1990, tras conocer las prospecciones de Rio Tinto en la zona, Ratsiambahotra se informó sobre los posibles riesgos asociados a un proyecto de arenas minerales a gran escala, incluida la posibilidad de que se liberaran materiales radiactivos en el entorno, y se alarmó.
«Cuando vi que la gente de este país no tiene la capacidad de entender qué tipo de impacto puede suponer este proyecto, sentí que, como persona culta, tengo la responsabilidad de investigar primero y adquirir toda la información necesaria para entender a fondo el proyecto, y luego compartirla con la gente», dijo.
Así, en 1998, Ratsiambahotra puso en marcha LuSud. En su calidad de fundador, Ratsiambahotra dice que se reunió con funcionarios del gobierno local y nacional para convencerles de que no siguieran adelante con el proyecto.
«Cuando vi en el Acuerdo de Establecimiento que el beneficio para el pueblo de Madagascar era muy, muy pequeño, me quedé de piedra. Intentaron explotar al pueblo malgache», dijo refiriéndose al acuerdo entre la empresa y el gobierno. «Pedí reunirme con el Parlamento en aquel momento para convencerles de que no era un proyecto para nosotros».
Ratsiambahotra afirma que también recogió 5.000 firmas de aldeanos locales que se oponían a la mina. Para construir QMM, Rio Tinto tendría que comprar tierras y propiedades y desplazar a varias familias. Una evaluación del Banco Mundial calculó que unas 1.900 personas se verían desplazadas temporal o permanentemente.
«Sabían que, si QMM se quedaba con las tierras, estaban perdidos. Por eso intentaron protegerlas», explica Ratsiambahotra. «Pero tenían miedo del gobierno, porque eran poderosos. Así que esta es la cuestión. Podían luchar contra la QMM, pero ¿cómo luchar contra su propio gobierno?».
Éramos «huevos luchando contra piedras», dijo Georges Marolahy Razafidrafara, de 40 años, vecino de Mandramondramotra, el pueblo situado más cerca de la mina.
Al final, los huevos perdieron la batalla. QMM se convirtió en uno de los primeros inversores a gran escala en Madagascar en 1998, cuando la empresa firmó un acuerdo con el gobierno que permitía exenciones de impuestos, derechos y cánones.
«La gente aún no comprendía el impacto ecológico de la mina», dijo Ratsiambahotra. «Así que el Parlamento aprobó el acuerdo».

Mbola Jeannot, de 57 años, posa para un retrato dentro de su casa en Ambinanibe, en Fort Dauphin, Madagascar, el 12 de julio de 2023. Era propietario de un terreno donde ahora se encuentra el puerto de QMM. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
“La gente comía muy bien”
Mbola Jeannot es el patriarca de una familia numerosa que vive en una cabaña de dos habitaciones en un pueblo de pescadores a orillas del océano. Un día, representantes de QMM vinieron a verlo para tratar sobre el terreno necesario para las operaciones de la mina.
“No negociaron”, dijo Jeannot. “Dijeron: ‘¿Dónde está tu tierra? ¿Aquí? Que cada uno se sitúe en su porción de tierra. ¿Esto es tuyo? Está bien, aquí está tu dinero”.
Jeannot dice que recibió un cheque y que añadió su huella digital al pie del documento de venta firmado por el director general de QMM, indicando que leía y entendía el acuerdo.
Jeannot no podía permitirse el lujo de decir no al dinero. En su opinión, “habríamos perdido nuestra tierra” de cualquier manera, dijo.
Desde entonces, cientos de malgaches en toda la región han tratado de resistir los desalojos y la reubicación y recibir un pago justo por sus tierras perdidas. En 2010, Leigh Day consideró emprender acciones contra Rio Tinto en nombre de los aldeanos que buscaban una compensación. Sin embargo, el proceso fracasó después de que muchos demandantes aceptaran una compensación de QMM. Rio Tinto y Leigh Day declinaron hacer comentarios.
El organismo de control de la industria extractiva Publish What You Pay realizó una encuesta comunitaria entre 368 aldeanos que viven alrededor de la mina en marzo de 2022. (La investigación del organismo de control global en el país fue realizada por una coalición de 11 grupos locales de la sociedad civil, liderados en ese momento por Transparencia Internacional Capítulo de Madagascar.) El informe encontró que más del 90 por ciento de los encuestados dijeron que habían sufrido como resultado de la pérdida de acceso a los recursos naturales, incluida su tierra. Un tercio de los encuestados dijo que perdieron sus tierras directamente a favor de QMM. El 60 por ciento de los encuestados dijo haber recibido una compensación de la empresa minera, y el 65 por ciento de los cuales informó de dificultades para cobrar esta compensación.
Esta dinámica de David y Goliat es típica de la empresa. Rio Tinto ejerce una tremenda influencia en Madagascar, que tiene un producto interno bruto de al menos 14 mil millones de dólares, menos de la mitad del PIB del estado de Vermont. Al igual que otras empresas, QMM paga tarifas al regulador ambiental de Madagascar por los servicios de monitoreo. Según informes de la sociedad civil, los honorarios de QMM ascienden a entre 30.000 y 40.000 dólares al año. “¿Cómo podemos esperar que el ONE sea independiente en su evaluación cuando está impulsado por empresas?” dijo Ketakandriana Rafitoson, coordinadora nacional de Publish What You Pay Madagascar. (Rajaomanana, de la Oficina Nacional de Medio Ambiente, dijo a The Intercept que “ONE sigue siendo totalmente independiente y objetivo en el desempeño de sus funciones de monitoreo”).
Antes de construir QMM, la empresa realizó una serie de evaluaciones para determinar los posibles impactos sociales, ambientales y económicos de la mina en el área circundante. Las pruebas de referencia del agua realizadas en 2001 revelaron que el agua superficial de los lagos y ríos que rodean la mina estaba libre de altos niveles de cadmio, plomo y uranio.
Para respaldar sus operaciones mineras, QMM planeó construir una presa o barrera donde el lago Ambavarano se encuentra con la desembocadura del estuario que conecta con el Océano Índico para controlar los flujos de agua y la altura del nivel del agua. Pero se advirtió a la empresa que la presa tenía el potencial de cambiar permanentemente el sistema de lagunas ocasionalmente salobre a agua dulce, lo que afectaría a los peces y pescadores de la región. Con el apoyo del Banco Mundial, también construyó un puerto en Fort Dauphin para exportar materias primas a la planta procesadora de Rio Tinto en Canadá.
A pesar de las innumerables preocupaciones de LuSud, el Banco Mundial y otros organismos involucrados en las primeras evaluaciones de impacto de la mina, QMM recibió una licencia legal para comenzar a operar en 2005. La licencia cubría tres sitios mineros que se explotarían secuencialmente bajo un contrato de arrendamiento de 100 años del gobierno malgache. La mina y las instalaciones de procesamiento de QMM fueron construidas por FLUOR, un gigante multinacional estadounidense de ingeniería y construcción. Los administradores de la mina estimaron que, en su máxima capacidad, QMM podría producir casi 2 millones de toneladas de mineral de ilmenita sin refinar. Las importaciones de mineral de ilmenita a Estados Unidos tuvieron un precio de 290 dólares por tonelada en 2022.

Un hombre camina a través de la presa construida por QMM en el lago Ambavarano en Fort Dauphin, Madagascar, el 9 de julio de 2023. Las inundaciones de agua salada del mar se han detenido debido a la barrera física, que esencialmente ha convertido Ambavarano en un lago de agua dulce. Ahora han desaparecido casi todas las especies de peces que prosperaron en las condiciones de agua salobre. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
La mina entró en funcionamiento en 2008. La barrera acabó bloqueando por completo las inundaciones de agua salada en el lago Ambavarano. Pronto, casi todas las especies de peces que prosperaban en las condiciones salobres desaparecieron. La encuesta comunitaria Publish What You Pay de marzo de 2022 encontró que al menos 27 especies de peces parecen haber desaparecido por completo de los lagos desde el inicio de la operación minera de Rio Tinto.
Olivier Randimbisoa es uno de los pescadores del lago afectados por la presa. Randimbisoa, que trabaja como guía turístico y transporta a los visitantes a través de los lagos en una lancha motora blanca con su uniforme de chanclas y pantalones cortos, siempre está buscando oportunidades de negocios para ayudar a alimentar a su esposa de 16 años y a sus cuatro hijos. También ejerce como una especie de oficial de policía del lago, revisando las redes de las personas para asegurarse de que no capturen peces preñados o peces jóvenes que deben dejarse crecer antes de ser capturados.
“Antes de que se construyera la presa, la gente comía muy bien. Eran felices. Estaban pescando”, dijo, mientras capitaneaba con cuidado el barco a través de los sinuosos canales que conectan los lagos.
Randimbisoa pesca desde que tenía 10 años. Antes de que se construyera la barrera, podía elegir si quería pescar cangrejos, camarones, peces de mar o peces de lago. Ahora captura las pocas especies que aún existen. Antes podía utilizar cualquier tipo de red para pescar. Ahora sólo puede utilizar una red con ojos pequeños sujetos a una cuerda larga porque los peces más grandes escasean. Antes, podía ganar 100.000 ariary (alrededor de 22,40 dólares) cada día pescando. Ahora, dice que apenas gana una fracción de eso.
Manejando con cuidado su bote en aguas poco profundas, Randimbisoa se acerca a dos jóvenes que están parados con el agua hasta el pecho cerca de la orilla del lago. Sus brazos se mueven metódicamente mientras recogen una larga red de pesca. Les lleva casi 20 minutos y, mientras trabajan, Randimbisoa les hace preguntas. Los hombres dicen que han estado pescando desde las 7 a.m. En esas tres horas, solo han conseguido una pequeña taza de diminutos peces plateados. Dicen que pueden venderlo por unos 1.500 ariary (alrededor de 0,34 dólares) en el mercado. No es suficiente.

El pescador Olivier Randimbisoa, de 40 años, posa para un retrato en Fort Dauphin, Madagascar, el 9 de julio de 2023. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
Cuando QMM comenzó a operar, dice Randimbisoa, la empresa le aseguró que evaluaría cuánto ganaba y le compensaría si su trabajo se veía afectado por la mina. Durante un tiempo, la empresa realizó pagos regulares a los miembros de la comunidad, pero estos pagos cesaron abruptamente sin explicación, dijo Randimbisoa. Rio Tinto no respondió a la pregunta de The Intercept sobre los pagos.
En 2019, el Panel Asesor Internacional Independiente externo de QMM se reunió con los pescadores para evaluar su situación. «Es dudoso que cualquier otra comunidad en el área haya sufrido mayores daños directos a sus medios de vida debido a las operaciones de la mina», concluyó el panel. «Por lo tanto, recomendamos medidas urgentes para remediar su situación».
Los pescadores del lago no son los únicos afectados por la mina. La región también es hogar de pescadores marítimos. Este es un trabajo mucho más peligroso. Los hombres salen tarde por la noche en endebles botes de madera en los que reman entre olas agitadas hacia aguas más profundas. Los peces son más grandes, pero también lo es el riesgo.
Jeannot es un pescador de mar. Es guapo, con piernas rechonchas y torcidas, una constitución musculosa y una cálida sonrisa que revela una hilera de dientes perfectamente blancos. Décadas trabajando en el mar lo han mantenido fuerte y saludable. Sólo los rizos grises de su cabeza delatan su edad de 57 años.
Jeannot pesca peces de mar y langostas desde que tenía 14 años. Como la mayoría de la gente del pueblo, nunca terminó la escuela. Cuando creció, pasó su oficio a sus hijos. Su hijo mayor, Jossé Randrianambinina, se ahogó en el mar durante una expedición de pesca en 2015. Su cuerpo nunca fue recuperado y Jeannot solo tiene una fotografía laminada de él tomada en 2011.
Jeannot ahora pesca con su hijo menor, Randria Mazakazézé, o Zézé, para abreviar, de 38 años. Jeannot y Zézé suelen salir de casa a las 18.00 horas y pescan toda la noche en dos zonas diferentes a lo largo de la costa. Uno de sus mejores lugares solía ser un pequeño puerto pesquero en una bahía natural que brinda cierta protección contra los fuertes vientos.
Pero entonces QMM seleccionó este lugar para construir su puerto. Lo hizo sin consultar a los pescadores oceánicos, dijo Jeannot. Cuando comenzó la construcción del puerto, se advirtió a los pescadores que la construcción podría tardar hasta 33 meses. QMM los compensó durante el período de construcción y se les dijo a los pescadores que podían volver a trabajar una vez que estuviera terminado.
Pero no se les dijo que la construcción del puerto afectaría permanentemente la cantidad y especies de peces en el puerto. O que se les permitiría pescar allí sólo durante momentos específicos en los que los buques portacontenedores no estuvieran utilizando el puerto.
«En mi opinión, han destruido nuestros medios de vida», afirmó Jeannot. «El entorno que rodea el puerto ha quedado destruido».
Durante los últimos 18 meses, QMM ha emprendido un programa de quejas y compensaciones con el gobierno de Madagascar y representantes de la comunidad para abordar dichas preocupaciones. “Para marzo de 2023, más de 5.000 pescadores y usuarios de recursos naturales elegibles recibieron una compensación de QMM, basada en el impacto acumulativo de las operaciones de QMM para cada grupo específico que cumpliera los requisitos necesarios desde que comenzaron las operaciones”, dijo el portavoz de Rio Tinto. “Se consideró que los reclamantes de tierras no eran aptos para este proceso y se gestionó mediante un proceso separado entre los reclamantes de tierras y las autoridades”.

Hombres y mujeres empujan un barco pesquero en Fort Dauphin, Madagascar, el 14 de julio de 2023. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
Arenas Pesadas
La mina QMM extrae ilmenita de arenas ricas en minerales mediante la creación de cuencas llenas de agua, poco profundas y sin revestimiento, de entre 5 y 15 metros de profundidad. Al batir las arenas y pasarlas a través de una draga flotante, el proceso minero filtra las arenas más pesadas, que contienen ilmenita. Luego, la ilmenita se extrae mediante procesamiento electrostático y se envía a la planta de Rio Tinto en Canadá. A pesar de su pequeño tamaño, Madagascar fue el cuarto exportador de ilmenita del mundo en 2022.
Las arenas minerales también contienen elementos radiactivos, como uranio y torio. El proceso de batir la arena permite que estos elementos radiactivos se disuelvan en el agua de la minería, que luego se vierte como agua residual.
El regulador malgache exige una zona de amortiguamiento de 80 metros entre una operación minera y cualquier área ecológicamente sensible para evitar la contaminación. En 2015, el regulador gubernamental aprobó la solicitud de QMM de reducir esta zona de amortiguamiento de 80 a 50 metros. Pero en 2017, Yvonne Orengo, directora de Andrew Lees Trust, una organización benéfica también conocida como ALT-UK que trabaja en cuestiones ambientales en Madagascar, acusó a Rio Tinto de violar la zona de amortiguamiento basándose en una serie de imágenes satelitales que capturó usando Google Earth.
Rio Tinto inicialmente negó la violación en correspondencia con ALT-UK, que fue revisada por The Intercept. La empresa acordó realizar un estudio independiente e identificó a una empresa privada llamada Ozius para realizarlo. Para garantizar una revisión independiente, Orengo contó con la ayuda de Steven Emerman, un experto en minería y aguas subterráneas, para realizar su propio estudio. Utilizando los datos de Ozius, así como las imágenes de Google Earth, Emerman calculó que, además de romper la zona de amortiguamiento, la compañía había invadido el lecho del lago 117 metros, elevando la brecha total a 167 metros, dijo.
A principios de 2019, QMM anunció que revisaría sus planes y volvería a la zona de amortiguamiento de 80 metros. Más tarde reconoció que había traspasado la zona de amortiguamiento original, pero sólo admitió una invasión de 90 metros.
En la minería, los materiales que quedan después del proceso de extracción, como el agua de la cuenca minera y las arenas de desecho, se denominan relaves. Los relaves se producen en minas de todo el mundo, pueden ser altamente tóxicos o radiactivos y deben contenerse y tratarse. Pero, en realidad, la reducción de costos ha llevado a estándares descuidados, lo que a su vez ha causado una serie de desastres globales, como el colapso de una presa de relaves en Brasil en 2019, que mató a 270 personas.
La mina QMM depende de un sistema “natural”, generalmente denominado tratamiento pasivo de agua, para tratar el agua de su cuenca minera. Libera el agua contaminada en una serie de “potreros de sedimentación” para reducir los niveles de partículas flotantes, un indicador de la calidad del agua. Cuando el agua en los potreros sube demasiado, la mina descarga el agua en humedales naturales que se conectan con un río cercano. La idea es que el proceso de moverse a través de los potreros y humedales que se están asentando eliminaría el agua de la cuenca minera de sus elementos más dañinos y permitiría que el agua segura fluya hacia el medio ambiente circundante.
Un problema con los sistemas pasivos de tratamiento de agua es que pueden eliminar contaminantes, como plomo y uranio, del agua de proceso y almacenarlos en el sedimento del humedal. Un cambio posterior en la química del agua de los humedales, como un aumento de la acidez, podría volver a movilizar esos metales pesados a su forma disuelta en la columna de agua. «Es por eso que a los sistemas pasivos de tratamiento de agua a veces se les llama ‘bombas de tiempo químicas'», explicó Emerman.
Rio Tinto se refiere a su presa de relaves como una berma o terraplén artificial, y a sus relaves como agua de proceso, y por lo tanto niega tener relaves en QMM. En respuesta a una pregunta sobre la seguridad de la presa de relaves planteada en la asamblea general anual de 2022, el expresidente de la junta directiva de Rio Tinto, Simon Thompson, afirmó: “No hay presa de relaves en QMM. La berma a la que se refiere es un terraplén de arena que separa la mina del entorno exterior… No hay relaves en QMM”.
Ha habido informes de fallas en las bermas de QMM desde que comenzó la minería, lo que provocó grandes liberaciones de desechos mineros dañinos. Los dos primeros se realizaron en 2010 y 2018, y aparecieron peces muertos en los lagos tras el desbordamiento de 2018.
En agosto de 2020, QMM dejó de descargar periódicamente el agua de su proceso en los humedales circundantes. Al año siguiente, Rio Tinto publicó un informe que concluía que su sistema de filtración “natural” no funcionaba como se esperaba y que se estaban liberando niveles excesivos de aluminio y cadmio en el agua alrededor de la mina.
A principios de 2022 se produjeron otros dos fallos de bermas, después de que una serie de ciclones y otros fenómenos meteorológicos graves azotaran la región. Poco después, QMM llevó a cabo una liberación controlada de agua, autorizada por el regulador malgache, para mitigar otra ruptura accidental de la berma y un incidente incontrolado que “podría haber impactado significativamente el medio ambiente que rodea nuestra operación”, escribió Rio Tinto en su sitio web. Los peces muertos habían vuelto a aparecer en los lagos, como había presenciado Randimbisoa, el pescador. En respuesta, las autoridades prohibieron la pesca, lo que provocó protestas generalizadas de las comunidades que viven alrededor de la mina.
«Cuando el río estuvo contaminado, no podíamos pescar y todos los pescadores morían de hambre», dijo Ramartial, un pescador de 58 años parcialmente ciego que vive en la orilla del lago Lanirano. Ramartial tiene siete hijos que alimentar. El gobierno local “nos impidió pescar durante meses y no hubo compensación por eso”, dijo.
Además del análisis del agua que QMM y el regulador ambiental malgache realizaron después del incidente de los peces muertos de 2022, Rio Tinto también encargó a un centro de investigación ambiental sudafricano que investigara las causas de la muerte de los peces. Esos resultados no se han publicado aún.
En abril de 2022, ALT-UK también encargó a Stella Swanson, ecóloga acuática y especialista en radioactividad con sede en Canadá, que analizara las posibles causas de la muerte de los peces. Concluyó que “la combinación de agua ácida y niveles elevados de aluminio en el agua liberada desde el sitio QMM es la conexión más probable entre las liberaciones al agua y las muertes de peces observadas después de esas liberaciones”.
Rio Tinto sostuvo que sus operaciones mineras no eran responsables de las muertes de los peces. Sin embargo, una combinación similar de metales y un pH bajo, o acidez, en el agua ha provocado la muerte de peces cerca de muchos otros sitios mineros. En Estados Unidos, por ejemplo, las antiguas minas de plomo y zinc en el sitio Tar Creek Superfund en Oklahoma causaron devastación ambiental y envenenaron a los peces y a las personas que vivían alrededor de los sitios mineros, dijo Earl Hatley, cofundador de LEAD Agency Inc., una organización de base de justicia ambiental en el estado.
Dado que la pesca ya no es una opción viable para las familias con un solo ingreso, las personas se han visto obligadas a encontrar otras formas de ganar dinero.
“La vida ha ido mal desde que QMM tomó el puerto”, dijo Flogone Razatihanta, la conversadora esposa de Zézé, de 38 años. Razatihanta es una mujer carismática de ojos brillantes. Madre de cuatro hijos, solía trabajar como típica esposa de un pescador, ayudándolo a vender sus capturas en el mercado. Como otros pescadores, pueden ganar alrededor de 100.000 ariary en un buen día, afirma. Ahora, dice, esa cifra se acerca a los 30.000 (alrededor de 6,72 dólares).
Para ayudar a la familia, Razatihanta se unió a una cooperativa de tejedoras mujeres establecida por una organización sin fines de lucro con el apoyo financiero de QMM. Las mujeres de Anôsy son maestras tejedoras y fabrican de todo, desde cestas hasta alfombras, con una caña local llamada mahampy.
En el estudio, ubicado en un campus universitario cercano, decenas de mujeres se reúnen alrededor de unas cuantas mesas largas. Un fabricante de cuero ha venido desde Antananarivo para impartirles unos talleres de formación. Razatihanta está sentada con las piernas cruzadas en el suelo de la sala de exposición contigua, rodeada de coloridas cestas tejidas. El problema es que no tiene mercado para venderlos. El proyecto ha proporcionado habilidades y capacitación, pero no ha logrado conectar a las mujeres con las oportunidades de mercado. Zézé y Razatihanta dicen que no pueden enviar a todos sus hijos a la escuela al mismo tiempo porque no tienen suficiente dinero.
Otro desafío es conseguir el mahampy de alta calidad necesario para fabricar los artículos. Desde que se construyó la mina, los bosques de mahampy a lo largo del agua se han degradado, dicen los lugareños. No producen lo suficiente, lo que obliga a las mujeres a comprar a vendedores fuera de la región.
«Tenemos mahampy, pero no es suficiente», dijo Razatihanta. «Ya no tenemos acceso a él».

Maurella Razafimandimby, de 24 años, recoge agua del lago Larinano en Fort Dauphin, Madagascar, el 9 de julio de 2023. Las personas que viven cerca del lago usan el agua para todo, desde lavar ropa hasta beber. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
Sangre y agua
El agua limpia ha sido durante mucho tiempo un problema en torno a la mina QMM y, en los últimos años, se ha convertido en el principal problema. Alrededor de 15.000 personas obtienen agua potable de los lagos y cursos de agua que rodean la mina.
Rio Tinto ha hecho numerosas promesas en torno al suministro de agua para los locales. «Creemos que el acceso al agua limpia y segura es un derecho humano fundamental y seguimos haciendo de esto una prioridad de desarrollo comunitario», dijo el portavoz de Rio Tinto a The Intercept.
En julio de 2022, la empresa encargó a una empresa mundial de tratamiento de agua que diseñara y construyera una unidad a escala piloto para tratar el agua mediante la adición controlada de piedra caliza, “para que cumpla con el decreto nacional sobre pH y concentración de aluminio”, dijo el portavoz. La planta ha tratado aproximadamente 1.750.000 m³ de agua durante su primer año de funcionamiento y se ampliará a una planta a gran escala en 2024.
Hoy en día, los residentes se quejan de una jerarquía hídrica en la zona. El agua tratada en las instalaciones de QMM está destinada únicamente a la fuerza laboral de la mina y a ciertas comunidades que viven cerca de la mina, explicó QMM en su informe más reciente sobre el agua.
En ese informe, publicado a finales de 2023, el director general de QMM, David-Alexandre Tremblay, escribió: «Hemos escuchado preocupaciones de que nuestras operaciones en Mandena están potencialmente causando daños a la calidad y disponibilidad del agua», y enfatizó que QMM está tratando de abordar las preocupaciones sobre la transparencia y la equidad de la gestión del agua.
Una estrategia es desarrollar un programa de monitoreo del agua liderado por la comunidad. «Creemos que cuanto más involucremos a las comunidades en la gestión del agua y entendamos cómo usan la tierra y el medio ambiente, mejor será nuestra estrategia hídrica», dijo el portavoz de Rio Tinto.
Después de que Orengo, director de ALT-UK, descubriera la brecha de la zona de amortiguamiento en 2017, ALT-UK le pidió a Swanson, el ecologista de Canadá, que realizara un estudio de radiactividad para determinar la presencia de material radiactivo en las vías fluviales circundantes. El estudio encontró que el uranio era detectable (en concentraciones hasta 50 veces superiores a las pautas de toxicidad química para la calidad del agua potable de la OMS) en muestras de todas las estaciones de monitoreo de agua de los ríos de QMM.
“La mina QMM definitivamente libera más uranio al agua del sitio, creando así una fuente aumentada de uranio para el río Mandromondromotra y el lago Ambavarano”, escribió Swanson en un memorando de 2019.
En respuesta, QMM negó haber tenido algún impacto en los altos niveles de uranio en el agua y afirmó que los niveles elevados eran un resultado natural de las condiciones geológicas locales. «Este no es un impacto relacionado con QMM y es un aspecto del agua utilizada por las comunidades locales antes del comienzo de la construcción u operaciones en QMM», argumentó la empresa.

Una niña juega junto a un tanque de agua suministrado por Rio Tinto a la aldea de Emanakana, a orillas del lago Lanirano, en Fort Dauphin, Madagascar, el 9 de julio de 2023. Los empleados vienen varias veces a la semana para llenar los tanques desde que se disuadió a la gente de beber agua de los lagos. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
Pero, de todos modos, la empresa ha comenzado a llevar agua en barco a las aldeas situadas a lo largo de los lagos. También está construyendo instalaciones de tratamiento de agua y bombas en su intento de crear una infraestructura permanente de agua potable para la población local. Estos esfuerzos aún están en marcha, con proyectos de construcción a medio terminar salpicando el paisaje. Y están teniendo lugar años después de que la mina entrara en funcionamiento, y sólo después de protestas indignadas de los residentes.
Después del estudio de radiactividad de Swanson, Emerman, el experto en minería que estudió el problema, realizó su propio análisis utilizando datos de Rio Tinto y muestras recolectadas por residentes locales. Reveló que las concentraciones máximas de plomo y uranio aguas abajo eran 40 y 52 veces más altas, respectivamente, que los estándares recomendados por la OMS para el agua potable. Emerman también descubrió que los niveles de plomo eran 4,9 veces más altos aguas por debajo de la mina, y los niveles de uranio eran 24 veces más altos aguas abajo. Según Emerman, estos resultados, y su contraste con el estudio de referencia de 2001, señalan a QMM como la fuente de contaminación.
Debido a que el uranio es altamente tóxico, la inhalación o ingestión puede provocar una disminución de la función renal o, en casos extremos, insuficiencia renal. El envenenamiento por plomo es un problema más familiar. No existe un nivel seguro de exposición al plomo. Se cree que el treinta por ciento de la discapacidad intelectual idiopática mundial se debe a la exposición al plomo. Si bien afecta a todos, la exposición al plomo tiene el mayor impacto negativo en los niños, porque afecta al desarrollo neurológico.
“Eso se debe en gran medida a que el desarrollo neurológico de los niños aún es muy inmaduro. En esa etapa están desarrollando neuronas, están formando millones de ellas por día. Y el desarrollo neuronal en sí es fundamental para la capacidad cognitiva a largo plazo”, afirmó Gabriel Filippelli, biogeoquímico con experiencia en envenenamiento por plomo.
Las madres embarazadas expuestas al plomo pueden sufrir abortos espontáneos. Las madres lactantes también corren un gran riesgo, porque comparten el plomo con los fetos en el útero, a través de la leche materna o la fórmula mezclada con agua contaminada con plomo.
La contaminación de fuentes mineras es un problema muy familiar. “Sabemos que este es un problema con las minas. Los operadores mineros saben que es un problema de las minas”, dijo Filippelli. “Es por eso que implementaron muchas medidas de seguridad en países donde la gente está vigilante. No en países como Madagascar, donde nadie mira”.
El pescador Olivier Randimbisoa y su sobrina Morella Razafimandimby, de 24 años, tienen hijos pequeños que beben agua del lago desde que nacieron. Ambos dicen que tienen un hijo que expulsa sangre en la orina y ambos culpan a QMM. Los médicos no han podido determinar el origen del problema y los padres están frenéticos.
«Todo lo que necesitamos es estar sanos», afirmó Razafimandimby.

Un hombre aparece sentado junto a un cartel de Rio Tinto en el centro de salud Ampasy Nahampoana en Fort Dauphin, Madagascar, el 10 de julio de 2023. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
En esta parte de Madagascar, plagada de parásitos y enfermedades transmitidas por el agua, es difícil culpar a cualquier enfermedad infantil en particular. La zona carece de instalaciones sanitarias de alta calidad. Una visita a un centro que el gobierno promociona como una instalación de primer nivel reveló un edificio de tres habitaciones con un techo con goteras y cinco colchones podridos. A pesar de prestar servicio a docenas de pequeñas aldeas que viven junto a la mina, sólo había enfermeras para atender a los pacientes, en lugar de médicos. La electricidad no era segura. La refrigeración era escasa.
Hasta ahora no había pruebas de niveles de plomo en sangre disponibles públicamente para la población que vive alrededor de la mina QMM. En su nueva afirmación, Leigh Day afirma que las pruebas de nivel de plomo en sangre realizadas a 58 personas que viven alrededor de la mina, entre ellas niños, muestran niveles elevados de plomo. Los estudios científicos han descubierto que los niños con niveles de plomo en sangre superiores al umbral de 5 microgramos por decilitro establecido por la OMS probablemente sufran como resultado al menos cierto grado de deterioro mental.
Un toxicólogo clínico experto que trabaja con Leigh Day recomendó pruebas periódicas de plomo en la sangre para los 58 clientes que fueron examinados. Para los grupos en riesgo, como los niños, las mujeres en edad fértil y aquellos con un nivel de plomo en sangre superior al nivel de referencia de la OMS, el experto ha recomendado intervenciones adicionales que incluyen seguimiento clínico, análisis de plomo en sangre más frecuentes, suplementos nutricionales y medidas adicionales de atención prenatal, cuando corresponda. A un cliente con niveles de plomo en sangre particularmente altos se le recomendó someterse a una terapia de quelación, que ayuda a eliminar los contaminantes del torrente sanguíneo.
“Rio Tinto continúa asumiendo compromisos públicos audaces sobre la salvaguarda de fuentes de agua vitales y el respeto de los derechos de aquellos afectados por sus operaciones en cualquier parte del mundo en que se encuentren”, dijo Dowling, de Leigh Day. «Confiamos en que la empresa respalde ahora esos compromisos y se comprometa de manera constructiva con las reclamaciones de nuestros clientes en una etapa temprana para garantizar que las comunidades ya no tengan que depender del agua contaminada y obtengan la atención médica que necesitan».
A fines del año pasado, Rio Tinto publicó su Informe sobre el agua QMM 2021-2023, que incluía nuevos datos de muestreo de agua, así como información adicional sobre las prácticas de gestión del agua en desarrollo de la empresa. El informe mostró que todos los parámetros estaban por debajo de los límites analíticos de detección aguas arriba y aguas abajo del punto de liberación de la mina durante el período del informe. Sin embargo, Emerman evaluó el informe de forma independiente y expresó su preocupación de que Rio Tinto solo analizara datos recientes de forma aislada e ignorara datos de referencia e históricos, utilizara límites de detección inconsistentes e incluso pareciera tener dos versiones de lo que debería ser el mismo conjunto de datos. No obstante, Emerman concluyó que los nuevos datos confirmaban “el impacto perjudicial de la mina QMM en la calidad del agua regional”, lo que no alteraba sus conclusiones anteriores.
“Como se presenta en el Informe del agua 2021-2023, reconociendo los desafíos asociados con los procesos analíticos del laboratorio in situ, decidimos en 2021 utilizar laboratorios externos acreditados para realizar análisis de muestras de calidad del agua y también iniciamos el trabajo para mejorar la capacidad y procesos de nuestro laboratorio in situ”, escribió el portavoz de Rio Tinto en respuesta. “Los datos de monitoreo de metales presentados en este Informe sobre el agua se basan únicamente en datos de laboratorio externos obtenidos de [un] laboratorio acreditado. Además de sus procedimientos acreditados de garantía de calidad, esta instalación realiza análisis de la calidad del agua con límites de detección analítica más adecuados para la evaluación ambiental”.
Rio Tinto también publicó los resultados de un nuevo estudio de radiactividad que había encargado. «Se ha evaluado la contribución de QMM a la dosis de radiación dentro de la comunidad y se ha descubierto que es mucho menor que la variación en los niveles naturales de radiación de fondo y por debajo de los límites regulatorios nacionales e internacionales para la radiación», escribió Rio Tinto en un comunicado de prensa anunciando los resultados del estudio. El estudio «concluye que no hay base para mayores preocupaciones de salud en torno a los niveles de radiación locales», dijo el portavoz a The Intercept, y agregó que la compañía se compromete a gestionar la radiación, la calidad del agua y trabajar de manera transparente con el regulador y las comunidades.
Swanson, el experto en radiactividad, evaluó el estudio de forma independiente. Si bien elogió las mejoras en el seguimiento, concluyó que “el nivel de confianza en las conclusiones presentadas en el informe no se puede determinar cuantitativamente debido a las limitaciones del diseño del estudio”. Swanson expresó especial preocupación por la falta de datos del río durante los momentos en que se descargaban las aguas residuales del proceso QMM.
«Si yo fuera quien toma decisiones y les preguntara: ‘¿Tiene usted un 95 por ciento de confianza o sólo un 80 por ciento de confianza en los resultados del estudio?’, no podrían contestar asegurando nada», dijo Swanson a The Intercept. «La consecuencia de equivocarse es un aumento del riesgo de que las personas contraigan cáncer».
El portavoz de Rio Tinto escribió que la compañía invitó a Swanson a dar su opinión sobre el informe, pero que la reunión aún no se ha celebrado. «Estamos interesados en discutir las opiniones del Dr. Swanson sobre el informe», escribió el portavoz. «Seguimos comprometidos con la gestión de la radiación en nuestras operaciones y con el trabajo transparente con el regulador y las comunidades anfitrionas para garantizar un monitoreo efectivo».

Cartel que celebra los 150 años de Rio Tinto en Fort Dauphin, Madagascar, el 8 de julio de 2023. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
Trabajo es trabajo
Debido a que los empleos son escasos en la región, las actitudes hacia la presencia de la mina son complejas y a menudo contradictorias. La gente resiente la degradación ambiental, los problemas de salud y otros cambios en su forma de vida que atribuyen a la mina. Sin embargo, para muchos sigue siendo la única esperanza que tienen de escapar de la pobreza y proporcionar un nivel de vida más alto a sus hijos.
“Hemos enfrentado muchas dificultades en la vida”, dijo Razatihanta, la esposa de Zézé. “Mi sueño es que mi marido no tenga que ir a trabajar en la pesca”. Razatihanta quiere que sus hijos obtengan sus permisos de conducir para poder conseguir trabajo como conductores en QMM. «La mina ya está ahí, entonces, ¿qué podemos hacer?» ella pregunta. “Nos guste o no, ya está operativa, así que es mejor enviar a nuestros muchachos allí para aprovecharla y ganar un salario”.
Olivier Randimbisoa siente lo mismo. Ha solicitado trabajo en QMM tres veces, pero nunca ha conseguido trabajo allí.
«No importa si estamos felices o no», dijo. “Es el gobierno el que decidió traer esta empresa aquí. Pero el trabajo es trabajo. Menos de la mitad de la población tiene trabajo. O trabajas como pescador o trabajas en la mina, y la pesca ha cambiado mucho, así que no tengo muchas opciones”.
Según Rio Tinto, QMM emplea actualmente a 2.000 personas, la gran mayoría de las cuales son nacionales malgaches y el 73 por ciento provienen de comunidades locales.
Pero Randimbisoa cree que QMM reserva empleos altamente calificados y oportunidades de capacitación sólo para extranjeros o personas de la capital, Antananarivo.
“Incluso si estás altamente calificado, incluso si tienes el mejor título del mundo, si vienes de Fort Dauphin, obtienes los peores trabajos”, dijo. «La mayoría de la gente de aquí consigue trabajos peores, como, por ejemplo, de conductores».
Georges Marolahy Razafidrafara, que vive en una pequeña casa de bambú en Mandramondramotra, lo experimentó de primera mano. Comenzó a trabajar para QMM en 2001, antes de que se construyera la mina, como ambientalista cuidando plántulas. En 2005 fue trasladado a la mina, donde ayudó a los geólogos en su trabajo.
Georges Marolahy Razafidrafara, de 40 años, posa para un retrato en su casa de Mandromodrotra en Fort Dauphin, Madagascar, el 13 de julio de 2023. Georges trabajó intermitentemente para Rio Tinto desde 2001 hasta 2016. Foto: Patrick Meinhardt para The Intercept
Razafidrafara dice que, en 2008, un ejecutivo de QMM aseguró a los aldeanos de Mandramondramotra que serían una de las principales prioridades de contratación para la empresa. Razafidrafara relata que trabajó en la mina con contratos temporales de tres meses, ganando en ocasiones hasta 250.000 ariary (unos 56 dólares) al mes, pero nunca le dieron un trabajo de tiempo completo. Dice que vivía en un estado de constante inseguridad.
Una de sus responsabilidades era hacer recorridos con estudiantes y personas que venían a visitar la mina desde Antananarivo. Mientras Razafidrafara observaba, algunos de esos estudiantes consiguieron trabajos de tiempo completo en la mina, mientras él continuaba ganándose el dinero con contratos a corto plazo. “Todos fueron bien tratados”, dijo, dando una fuerte calada a su cigarrillo.
“A Rio Tinto no le importo”, dijo. «Sólo están aquí para obtener ganancias».
La dicotomía en este pueblo es sorprendente. Justo enfrente de la casa de Razafidrafara hay otra casa con una motocicleta roja nueva estacionada afuera. Allí vive un ingeniero de QMM. Ha trabajado en la mina durante 10 años, es un empleado de tiempo completo con beneficios y ha enviado a todos sus hijos a la universidad. Los críticos de la mina dicen que su estrategia de dividir y vencer es muy efectiva: quienes se benefician de la mina lucharán para protegerla contra cualquiera que quiera que se les haga rendir cuentas.
Razafidrafara se preocupa por la calidad del agua, especialmente porque tiene una hija que todavía es una niña pequeña. “QMM siempre dice ‘Sí, tomamos muestras de agua para analizarlas en el laboratorio’, pero nunca conseguimos que nos den los resultados”, dijo. “Siempre regresan y dicen que es potable, pero llevan agua embotellada a la mina [para sus empleados]”.
Según lo ve Razafidrafara, a la población local se le prometió prosperidad. En cambio, obtuvieron veneno.
El reportaje para esta investigación fue apoyado por una subvención de Periodistas por la Transparencia, una iniciativa de Transparencia Internacional.
Foto de portada: Flogone Razatihanta, de 38 años, posa para un retrato en el interior de su casa en Ambinanibe, Fort Dauphin, Madagascar, el 11 de julio de 2023. (Patrick Meinhardt para The Intercept)