Elecciones en la India: Modi vuelve al poder con las alas cortadas

Haris Zargar, Middle East Eye, 7 junio 2024

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Haris Zargar es investigador doctorando en el Instituto Internacional de Estudios Sociales de la Universidad Erasmus de Rotterdam, especializado en cambio agrario, movimientos sociales y pensamiento revivalista musulmán. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Cachemira y en Estudios de Desarrollo por SOAS, Universidad de Londres.

En una dramática escena sacada de una película de Bollywood, los votantes indios han hecho añicos los planes del primer ministro Narendra Modi de obtener una supermayoría en el Parlamento indio, ya que su partido en el poder, el Bharatiya Janata Party (BJP), se ha asegurado un tercer mandato, pero un mandato debilitado.

Ha sido un final «kármico» de unas elecciones parlamentarias muy polarizadas, en las que Modi, de 73 años, se ha autoproclamado como alguien divino, «no biológico», sino «enviado por Dios» para dirigir el país.

El aura inmortal de Modi como invencible hombre fuerte de la política está ahora por los suelos, lo que debilita su estatura dentro del partido hinduista.

El revés electoral para Modi, que ha dominado la política india durante más de una década con una retórica antimusulmana propia que fomenta la división entre las comunidades, se produce también en un contexto plagado de murmullos sobre su plan de impulsar los cambios constitucionales que anhela para crear un sistema presidencial que le otorgaría, a él y a su partido de derechas hindú, mayores poderes.

La oposición ha presentado las elecciones como una batalla para salvar la Constitución.

La marca Modi también se ha visto perjudicada, dado que el actual líder del BJP entró en la contienda electoral con sus eslóganes de «Abki Baar 400 paar» (esta vez superaremos los 400 -escaños-) y «la garantía de Modi», en referencia a los distintos planes de bienestar que había puesto en marcha.

Estallido de la burbuja

El politólogo indio Pratap Bhanu Mehta sostiene que el resultado revienta la burbuja de autoridad de Modi, dado que hizo de estas elecciones una cuestión de rendimiento, omnipotencia, omnisciencia y obsesiones ideológicas.

«Modi no es, por el momento, el vehículo indomable de la historia ni la personificación divinizada del pueblo. Hoy es un político más, al que el pueblo le ha bajado los humos», afirmó.

Cerca de 643 millones de personas -entre los casi mil millones de votantes con derecho a voto- acudieron a las urnas en el transcurso de las elecciones indias, que constaron de siete fases y estuvieron marcadas por una agria campaña que se desarrolló en base a líneas religiosas y sectarias.

Los comicios se celebraron en medio de una ola de calor abrasador a la que se atribuye la muerte de unas 80 personas en todo el país, entre ellas al menos 10 funcionarios electorales.

En los resultados anunciados el 4 de junio, el gobernante BJP de Modi obtuvo 240 de los 543 escaños de la Lok Sabha, la cámara baja del Parlamento indio, sin alcanzar la mayoría de 272 escaños necesaria para formar gobierno de forma independiente.

En 2019, el BJP obtuvo una clara mayoría de 303 escaños.

Con el apoyo de sus aliados, la coalición de la Alianza Nacional Democrática (NDA, por sus siglas en inglés) liderada por el BJP, que acumuló 293 escaños, se dispone a formar el nuevo Gobierno.

El destino político de Modi queda ahora en manos de sus dos socios clave: el Janata Dal (Unidos), liderado por Nitish Kumar, en el estado de Bihar, en el norte de la India, y el Telugu Desam Party (TDP) de Andra Pradesh, liderado por Chandrababu Naidu, en el sur del país.

Los líderes del partido del Congreso Nacional Indio, Rahul Gandhi, y su hermana Priyanka Gandhi Vadra, al día siguiente de conocerse los resultados de la votación para las elecciones generales de la India del 5 de junio de 2024 (AFP).

Aunque el Janata Dal se embolsó 12 escaños, y el TDP obtuvo 1 escaño parlamentario, los dos partidos regionales estarán ahora en pie de igualdad con el BJP en términos de poder. Otros aliados también buscarán un papel importante en el gobierno.

El principal partido de la oposición, el Congreso Nacional Indio, punta de lanza del bloque INDIA, obtuvo 99 escaños, mejorando su resultado de 53 en 2019. La coalición del bloque INDIA obtuvo 234 escaños en total, con el partido Samajwadi asegurándose 37 escaños, el All India Trinamool Congress (AITC) de Bengala 29, mientras que el Dravida Munnetra Kazhagam (DMK) del sur obtuvo 22 escaños.

La alianza de la oposición obtuvo mejores resultados de lo que muchos analistas políticos y encuestadores habían previsto.

Ha sido una campaña sometida a una presión considerable, que se enfrentó a una amenaza sin precedentes de redadas y detenciones por parte de organismos como la Dirección de Ejecución (ED, por sus siglas en inglés) y la Oficina Central de Investigación (CBI, por sus siglas en inglés) , que el gobierno de Modi utilizó a menudo como arma para atacar a sus detractores y críticos.

El líder de la oposición india, Rahul Gandhi, dio las gracias a los votantes por «[resistir] el ataque a esta Constitución». El exlíder del Partido del Congreso Nacional añadió: «Nosotros y el bloque INDIA no luchamos sólo contra un partido político. Luchábamos contra toda la estructura de gobierno, como la Oficina de Inteligencia, el CBI, el ED y la sección del poder judicial que ha sido capturada y amenazada por Modi y Shah».

Cuando la campaña electoral se intensificó, se detuvo a dos de los principales ministros, se congelaron temporalmente las cuentas bancarias del Partido del Congreso y este tuvo que hacer frente a importantes sanciones fiscales.

Otras formaciones políticas, como el Shiv Sena y el Partido del Congreso Nacionalista (NCP, por sus siglas en inglés), se fragmentaron, y los veredictos judiciales parecieron manipulados en lo que se percibieron como tácticas agresivas.

Se quedó corto

Las esperanzas de Modi de volver al poder con un mandato más amplio y reinar con una sensación de invencibilidad se basaban en su éxito en el corazón del hindi, donde tradicionalmente el partido obtiene buenos resultados.

Sin embargo, la cuota de escaños del BJP quedó muy por debajo de las predicciones de los sondeos a pie de urna y del objetivo de 400 escaños fijado por Modi antes del inicio de la votación. Los resultados son especialmente significativos debido a la notable pérdida de apoyos al BJP en sus bastiones tradicionales por toda la India, especialmente en el estado de Uttar Pradesh y en el centro financiero de Maharashtra.

En el norte de Uttar Pradesh, gobernado por el BJP, y escenario de violencia estatal a gran escala contra los musulmanes, la NDA bajó a 36 de los 80 escaños en 2024 (frente a los 62 de 2019), mientras que la alianza opositora INDIA se aseguró 43 escaños. Del mismo modo, en Maharashtra, la Alianza Nacional Democrática solo obtuvo 17 de los 48 escaños, mientras que el bloque INDIA consiguió 30 escaños. 

En los comicios de 2024, la cuota de votos del BJP en la región septentrional de habla hindi ha experimentado un descenso marginal del 2,3%, obteniendo el 48,9%. Sin embargo, la oposición mejoró significativamente su porcentaje en un 11,2% y alcanzó un 41%.

La cuota de votos del BJP también cayó considerablemente en la parte occidental del país, donde perdió un 14,1 % para conseguir asegurarse el 50,4% de los votos.

Además, mientras que la cuota de votos del BJP centrada en las zonas urbanas, la clase media y la casta alta se mantuvo en gran medida intacta, asegurando 47 escaños en 2024 frente a 50 escaños en 2019 de los sectores urbanos, en las zonas rurales ganó solo 193 escaños en 2024 frente a 253 escaños en 2019.

El bloque opositor INDIA ganó significativamente en las zonas semirrurales y rurales y recibió considerables votos de las comunidades musulmana, de las castas registradas (SC, por sus siglas en inglés) y de tribus registradas (ST, por sus siglas en inglés).

Represión brutal

Modi, primer ministro desde 2014, es alabado por sus partidarios de la derecha hindú como una figura transformadora que modernizó el país y convirtió a India en una potencia mundial.

Sin embargo, sus detractores consideran que su mandato de una década ha convertido a la India en una democracia antiliberal y autoritaria, al tiempo que ha supervisado una elevada inflación y el estancamiento del nivel de vida de los indios más pobres.

Se ha caracterizado asimismo por la brutal represión de opositores políticos y disidentes, la violencia de grupos parapoliciales nacionalistas hindúes contra los musulmanes y las castas oprimidas y el aumento de la retórica comunal y la islamofobia.

Su gobierno ha sido testigo de importantes leyes impulsadas por procesos ejecutivos, incluida la derogación del artículo 370 en Jammu y Cachemira y la Ley de Enmienda de la Ciudadanía antimusulmana de 2019, que complacen a su núcleo de votantes del hinduismo.

Durante y en el periodo previo a las elecciones nacionales indias en varias fases, la campaña del BJP adoptó un tono cada vez más vitriólico hacia los musulmanes.

Para consolidar la base de votantes hindúes, los líderes del BJP recurrieron a discursos cargados de odio, mensajes en código, tropos islamófobos y retórica cargada de comunitarismo.

El propio Modi hizo una serie de declaraciones antimusulmanas, refiriéndose a los musulmanes como «infiltrados» y caracterizándolos como «los que tienen más hijos».

Negar la mayoría

Los resultados, sin embargo, reflejan una creciente consternación por el «culto» a Modi. El BJP perdió la circunscripción clave de Faizabad, que alberga el recién inaugurado templo Ram Mandir de Ayodhya, una de las mayores promesas ideológicas del manifiesto del BJP.

Como subraya sucintamente The Guardian: «Las frustraciones que llevaron al BJP a perder el escaño de Faizabad son las que se reflejan en todo el Estado: la polarización religiosa y el orgullo por el Templo del Carnero no se impusieron finalmente a la ira por el desempleo rampante, el estancamiento de los salarios y la inflación inasequible».

Según un análisis de los resultados de las encuestas realizado por la publicación digital The Quint, los candidatos del BJP o de la NDA perdieron en casi la mitad de los escaños en los que Modi pronunció discursos como parte de la campaña.

«Al negar la mayoría al BJP, los votantes han señalado claramente que la magia de Modi se ha agotado», escribió el periodista Andy Mukherjee, y añadió: «Su evanescente halo ya no puede mantener a la gente distraída de los problemas cotidianos, como el alto desempleo en las ciudades y los ingresos deprimidos en los pueblos».

La prolongada protesta de los agricultores, en la que se unieron contra el gobierno del BJP diferentes castas terratenientes, como los jats, los trabajadores agrícolas sin tierra, incluidos los dalits (intocables) y los musulmanes, y otros intermediarios agrarios, ha hecho mella en la personalidad política inconformista de Modi.

Lo más importante, sin embargo, es la consolidación de los votantes musulmanes, que se han enfrentado a la violencia institucional del Estado indio y a la envalentonada extrema derecha hinduista, lo que ha ayudado al bloque de la INDIA en varias circunscripciones clave.

Foto de portada: El primer ministro indio, Narendra Modi, llega a la sede del BJP para celebrar la victoria del partido en las elecciones generales del país, en Nueva Delhi, el 4 de junio de 2024 (AFP).

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