Dr. César Chelala, CounterPunch.org, 13 junio 2024
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

El Dr. César Chelala es un médico, asesor sanitario internacional, escritor y periodista argentino. Fue co-ganador del premio 1979 del Club de Prensa de Ultramar de América por el artículo «Desaparecidos o asesinados en Argentina: la desesperada búsqueda de miles de víctimas secuestradas».
Los meses de guerra y los incesantes ataques de las tropas de la ocupación israelí (las eufemísticamente denominadas fuerzas de defensa) contra los combatientes de Hamás han provocado la muerte de más de 15.000 niños, decenas de miles de niños heridos, cientos de miles de niños desplazados y decenas de niños de Gaza que sufren trastornos de estrés postraumático. En febrero de 2024, UNICEF informó de que un millón de niños de Gaza, es decir, casi todos los niños de Gaza, necesitaban apoyo psicosocial y de salud mental. ¿Cuánto tiempo más puede prolongarse esta situación sin una respuesta eficaz de la comunidad internacional, principalmente de los gobiernos directamente implicados en la situación, que dicen atender, de boquilla, las necesidades urgentes de los niños?
Rafah se ha convertido en una ciudad de niños errantes. Muchos de ellos han perdido a sus padres y a miembros de su familia. Huérfanos de repente, buscan refugio en tiendas de campaña o en viviendas improvisadas e inestables. Los familiares y cuidadores supervivientes se ven abrumados por una tensión mental sostenida que afecta a su capacidad para cuidar de sus hijos. Incluso los niños y sus familias que consiguen sobrevivir son atacados en lugares donde deberían estar más seguros: sus casas, refugios, escuelas, hospitales e incluso lugares de culto.
Además de la falta de lugares de refugio, las provisiones básicas siguen siendo escasas. Muchas instalaciones de agua, saneamiento e higiene han sido dañadas o destruidas y tanto niños como adultos no tienen acceso a agua potable, retretes o lavabos. En consecuencia, no pueden mantener los niveles de higiene necesarios para prevenir las enfermedades diarreicas y respiratorias, principales causas de muerte de los niños pequeños en situaciones de emergencia.
Los casos notificados de diarrea en niños menores de 5 años se han disparado, al igual que los casos de sarna, piojos, varicela, erupciones cutáneas e infecciones respiratorias. Los pocos centros sanitarios que siguen funcionando deben centrarse en responder a las emergencias y no pueden tratar adecuadamente los brotes de enfermedades. Ahmed al-Farah, jefe de pediatría del Complejo Médico Nasser de Jan Yunis, declaró que, debido a la falta de agua durante la guerra, estaba siendo testigo de «la epidemia más grave de gastroenteritis» entre los niños que jamás había visto.
La desnutrición infantil también es generalizada y ha alcanzado niveles devastadores en la Franja de Gaza, lo que hace a los niños más vulnerables a infecciones graves y a la inanición. También preocupan a las agencias de ayuda las deficiencias nutricionales de las mujeres embarazadas y las madres lactantes, dadas sus necesidades especiales.
UNICEF informa de que cada día las agencias de ayuda se enfrentan a tres grandes retos para llegar a quienes más lo necesitan: la seguridad, la logística y las restricciones a los productos comerciales. Los convoyes de alimentos y suministros están siendo atacados; los camiones que transportan alimentos deben someterse a varios procedimientos de inspección en un proceso que es lento e impredecible. Los cortes en las comunicaciones dificultan los esfuerzos de coordinación para distribuir la ayuda. Además, la infraestructura para almacenar alimentos ha resultado dañada, y los suministros esenciales no están llegando para reabastecer los mercados y los puntos de distribución.
Los niños también sufren las consecuencias de la destrucción de las escuelas. En abril, las organizaciones de ayuda informaron de que todas las escuelas de Gaza llevaban seis meses cerradas para 625.000 alumnos. El Ministerio de Educación palestino informó también de que, hasta el 2 de abril de 2024, más de 5.479 estudiantes y 261 profesores habían muerto en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre de 2023. Según estimaciones del Grupo de Educación del Territorio Palestino Ocupado (TPO), que trabaja en estrecha colaboración con el Ministerio de Educación, el 87,7% de todos los edificios escolares de Gaza han resultado dañados o destruidos, a pesar de que el Derecho Internacional Humanitario (DIH) concede a las escuelas una protección general contra los ataques. La incapacidad de actuar conforme a esta ley ha dado lugar a graves violaciones contra los niños en conflicto. Save the Children descubrió que estos ataques contra las escuelas dejan a los niños sin escapatoria de la realidad de la guerra, sin una rutina estable, sin la oportunidad de aprender o jugar, que son factores de protección esenciales que los niños necesitan para mitigar el daño psicológico duradero. En febrero de 2024, el director de Médicos Sin Fronteras declaró: «Los daños psicológicos han llevado a niños de tan sólo cinco años a decirnos que preferirían morir».
Ninguna de las partes es totalmente inocente en la guerra de Gaza. El 7 de junio, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, informó a Israel de que, por primera vez, se añadía a la llamada «Lista de la Vergüenza» de países que matan y hieren a niños durante las guerras y otros conflictos armados. Israel se unía así a otros países y grupos militantes como Hamás, Afganistán, Al Qaida, Boko Haram, Iraq, Estado Islámico, Myanmar, Rusia, Somalia, Siria y Yemen.
Recientemente, tras el bombardeo de una escuela de la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos) en Nuseirat por fuerzas israelíes, que causó 33 muertos, entre ellos 12 mujeres y niños, Sam Rose, director de planificación de la agencia, declaró: «En conflictos anteriores, incidentes aislados como éste causaban conmoción e indignación y se recordaban para siempre. Sin embargo, en este conflicto parece que éste será sustituido por otro dentro de unos días, a menos que todo llegue a su fin. Así que casi se convierte en algo habitual y rutinario que ocurran estas cosas. Hemos normalizado el horror». A pesar de los horrores a los que se enfrentan los niños de Gaza, aún no es demasiado tarde para que las facciones beligerantes protejan a los niños que quedan.
Foto de portada aportada por UNICEF.