¿Puede Kamala Harris limpiarse la sangre de las manos de la guerra contra Gaza y Cisjordania?

Jeremy Scahill, Drop Site News, 22 julio 2024

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Jeremy Scahill es periodista de Drop Site News y fue cofundador de The Intercept. Es reportero de investigación, corresponsal de guerra y autor de «Dirty Wars: The World Is a Battlefield» y «Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army”. Ha informado desde Afganistán, Iraq, Somalia, Yemen, Nigeria, la antigua Yugoslavia y otros lugares del mundo.

Pocas horas después de que Joe Biden anunciara que no se presentaría a la reelección, la élite de poder del Partido Demócrata empezó a consolidar su apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris para encabezar la candidatura que derrote a Donald Trump. Uno de los retos de Harris, si consigue la nominación demócrata, será recuperar el apoyo de los votantes indignados por la facilitación de la administración Biden a la guerra genocida de Israel contra los palestinos de Gaza. Sólo en el crítico estado de Michigan -donde una demoledora encuesta del Detroit Free Press del domingo por la mañana mostraba a Biden 7 puntos porcentuales por debajo de Trump en todo el estado- había más de 100.000 votantes «no comprometidos» en las primarias.

Cabe destacar que el alcalde de Dearborn (Michigan), Abdullah Hammoud, no se pronunció inmediatamente a favor de Harris. En cambio, publicó: «Los demócratas tienen la oportunidad de ser audaces en esta convención. De nominar a un candidato que pueda impulsar una política histórica a nivel nacional Y abandonar el rumbo genocida trazado en Gaza y más allá. Estados Unidos necesita un candidato que pueda inspirar a los votantes a acudir a las urnas este noviembre».

Harris se encuentra en una posición histórica inusual. El equipo de prensa de la Casa Blanca ha promovido una imagen de Harris como más comprensiva con la difícil situación humanitaria de los palestinos, aunque respalda la agenda de Biden en la región. Como candidata a la presidencia, podría explicar a los votantes de qué manera puede haber disentido internamente en los debates en torno a la guerra de Gaza. Sin embargo, como vicepresidenta en ejercicio, tales movimientos causarían problemas a Biden.

La verdad es que, como la mayoría de los demócratas, Harris ha apoyado las políticas de Biden, aunque haya planteado objeciones tácticas o expresado su malestar moral por el espantoso número de muertos. Aunque Harris no es Biden -y no tiene medio siglo de apoyo abrumador a la brutalidad y el militarismo de Israel alimentando sus posiciones-, sí tiene su propio historial de apoyo de línea dura a Israel, tanto como senadora como vicepresidenta.

Poco después de ser elegida senadora en 2016, Harris se ganó la reputación de ardiente defensora de Israel. Habló dos años seguidos en conferencias del AIPAC y copatrocinó legislación destinada a socavar una resolución de las Naciones Unidas que condenaba la anexión ilegal de tierras palestinas por parte de Israel. Uno de sus primeros viajes internacionales como senadora fue a Israel, donde se reunió con el primer ministro Benjamin Netanyahu en 2017. «Apoyo el compromiso de Estados Unidos de proporcionar a Israel 38.000 millones de dólares en asistencia militar durante la próxima década», dijo Harris en una conferencia del AIPAC ese año. «Creo que los lazos entre Estados Unidos e Israel son inquebrantables, y nunca podemos dejar que nadie abra una brecha entre nosotros… Mientras sea senadora de Estados Unidos, haré todo lo que esté en mi mano para garantizar un apoyo amplio y bipartidista a la seguridad de Israel y a su derecho a la autodefensa».

Harris ha comparado la construcción de apoyo a Israel con las coaliciones forjadas durante el movimiento de derechos civiles de Estados Unidos y abrazó los Acuerdos de Abraham del presidente Donald Trump, una serie de acuerdos de normalización entre Israel y los estados árabes que eludieron las demandas de un Estado palestino independiente. Harris copatrocinó una ley que calificaba los acuerdos de «logro histórico». En una entrevista de 2016 Harris acusó: «El movimiento de boicot, desinversión y sanciones se basa en la suposición errónea de que Israel es el único culpable del conflicto palestino-israelí». Añadió que «el movimiento BDS busca debilitar a Israel, pero sólo aislará a la nación y dirigirá a los israelíes contra los compromisos prerrequisitos necesarios para la paz».

En una conferencia privada del AIPAC en 2018, se le preguntó a Harris por qué es tan inflexible en su apoyo a Israel. «Simplemente es algo que siempre ha formado parte de mí», dijo Harris. «No sé cuándo comenzó, es casi como decir cuándo te diste cuenta por primera vez de que amabas a tu familia, o amas a tu país, simplemente siempre estuvo ahí. Siempre ha estado ahí».

«Su apoyo a Israel es fundamental para quien ella es», dijo la directora de comunicaciones de la campaña de Harris, Lily Adams, en 2019, cuando Harris se postulaba para la nominación demócrata.

En marzo de 2019, en medio de los llamamientos de activistas del Partido Demócrata para boicotear la conferencia del AIPAC de ese año, Harris se unió a otros candidatos, incluidos los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren, para saltarse la reunión. En su lugar, tuiteó que se había reunido en privado con «líderes del AIPAC de California para discutir la necesidad de una fuerte alianza entre Estados Unidos e Israel, el derecho de Israel a defenderse y mi compromiso de combatir el antisemitismo en nuestro país y en todo el mundo».

Aunque Harris se pronuncia generalmente a favor de la autodeterminación palestina y de una solución de dos Estados -en línea con las posiciones políticas más amplias del Partido Demócrata desde el Acuerdo de Oslo de 1993-, se ha opuesto simultáneamente a los esfuerzos para imponer consecuencias a Israel por sus flagrantes violaciones de las leyes internacionales.

Harris marcó la pauta de su postura sobre Israel como senadora cuando copatrocinó en 2017 una ley que condenaba la decisión del expresidente Barack Obama de abstenerse de vetar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU crítica con Israel. La resolución, adoptada en diciembre de 2016, afirmaba que «el establecimiento por Israel de asentamientos en el territorio palestino ocupado desde 1967, incluido Jerusalén Este, carece de validez jurídica y constituye una violación flagrante en virtud del derecho internacional y es un obstáculo importante para el logro de la solución de dos Estados y de una paz justa, duradera y completa.» Harris y sus colegas del Senado denunciaron que la negativa de Obama a bloquear la resolución de la ONU era «incoherente con la política de larga duración de Estados Unidos». Afirmaron que la política de Estados Unidos debe ir encaminada a impedir que la ONU emprenda acciones que «aíslen aún más a Israel mediante boicots económicos o de otro tipo o cualquier otra medida» e instaron a las futuras administraciones a «mantener la práctica de vetar todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que reconozcan acciones unilaterales palestinas, incluida la declaración de un Estado palestino, o dicten términos y un calendario para una solución del conflicto israelo-palestino».

«Creo que cuando cualquier organización deslegitima a Israel, debemos levantarnos y hablar para que Israel sea tratado de forma equitativa», dijo Harris más tarde sobre su voto.

Durante la carrera presidencial de 2020, el New York Times le preguntó a Harris si pensaba que Israel cumple las normas internacionales de derechos humanos. «En general, sí», respondió.

En la primera llamada de Harris a Netanyahu tras convertirse en vicepresidenta, el 3 de marzo de 2021, le dijo al líder israelí que Estados Unidos se oponía a que la Corte Penal Internacional investigara los presuntos crímenes de guerra israelíes contra los palestinos. Harris y Netanyahu «señalaron la oposición de sus respectivos gobiernos a los intentos de la Corte Penal Internacional de ejercer su jurisdicción sobre personal israelí», según una lectura de la llamada realizada por la Casa Blanca.

Harris, el 7 de octubre y el genocidio en Gaza

Tras los atentados del 7 de octubre dirigidos por Hamás en Israel, Harris adoptó una posición pública retóricamente divergente de la de Joe Biden. A la vez que abogaba por el apoyo militar, financiero y diplomático de Estados Unidos a la guerra de Israel, Harris insistía con frecuencia en que Israel debía respetar las leyes de la guerra, proteger las vidas de los civiles y permitir la entrega de ayuda humanitaria. En comparación con Biden, Harris destacó con más frecuencia el sufrimiento de los civiles palestinos. «Israel, sin ninguna duda, tiene derecho a defenderse. Dicho esto, es muy importante que no haya confusión entre Hamás y los palestinos», declaró Harris al programa “60 Minutes” de la CBS el 29 de octubre de 2023. «Los palestinos merecen las mismas medidas de seguridad y protección, autodeterminación y dignidad, y hemos sido muy claros en que deben respetarse las reglas de la guerra y que debe fluir la ayuda humanitaria».

A finales de 2023, personas cercanas a Harris empezaron a filtrar a los medios de comunicación que la vicepresidenta había estado presionando a Biden para que fuera «más duro» en su postura frente a Netanyahu y para que expresara más públicamente su preocupación por las muertes de civiles palestinos. En ocasiones, Biden y otros altos funcionarios criticaron públicamente los bombardeos israelíes «indiscriminados» e hicieron llamamientos para que Israel mostrara más moderación en sus tácticas. A principios de 2024, se hizo evidente que el gobierno de Biden reconocía que su apoyo a la guerra de Israel probablemente iba a causar importantes problemas en la campaña para la reelección. Inició una serie de reuniones con líderes árabes estadounidenses en un intento de frenar la hemorragia y empezó a facultar a altos funcionarios estadounidenses para que hablaran más abiertamente sobre la difícil situación de los civiles palestinos, aunque siempre acompañados de la afirmación de que Israel tenía derecho a defenderse.

El 3 de marzo, tras meses de bombardeos masivos israelíes sobre la Franja y más de 30.000 palestinos muertos, Harris tomó la iniciativa de abogar por un alto el fuego condicional de seis semanas en Gaza. «Lo que estamos viendo cada día en Gaza es devastador. Hemos visto informes de familias que comen hojas o piensos. Mujeres que dan a luz a bebés desnutridos sin apenas atención médica, y niños que mueren de desnutrición y deshidratación», declaró Harris. «Nuestros corazones se rompen por las víctimas de esta horrible tragedia y por toda la gente inocente de Gaza que está sufriendo lo que es claramente una catástrofe humanitaria. La gente de Gaza se muere de hambre. Las condiciones son inhumanas». Al día siguiente, un titular del Washington Post decía: «Harris asume un papel más público criticando las acciones de Israel en Gaza».

Aunque muchos demócratas esperan que el hecho de que Biden abandone la carrera abra la puerta a un reajuste, el historial político de Harris indica que seguirá aplicando la agenda bipartidista general del gobierno estadounidense sobre Israel y Palestina, incluidas las políticas que han ayudado e instigado la muerte de más de 40.000 palestinos en nueve meses.

La realidad es que la guerra de Gaza no es el tema central de la campaña de 2024, aunque en una contienda en la que cada voto cuenta, podría causar un daño sustancial a los demócratas. El Partido Demócrata apuesta por la esperanza de que los votantes desilusionados con la guerra estén tan aterrorizados por el regreso de Trump a la Casa Blanca que dejen de lado su indignación por Gaza y se unan en torno a un candidato que no sea Joe Biden. La cuestión será si los votantes consideran a Harris responsable de la política de la Administración en Gaza o se conformarían con la retirada de Biden de la candidatura.

Durante meses hemos advertido de que el apoyo de Biden al ataque israelí contra Gaza perjudicaría su capacidad electoral», declaró Layla Elabed, líder del movimiento “No comprometidos”, que pidió a Biden que pusiera fin al suministro de armas a Israel. «Al financiar a un gobierno que comete abusos contra los derechos humanos, socavamos la postura de nuestro partido contra el extremismo de extrema derecha y contradecimos nuestro compromiso con la democracia y la justicia. Es hora de alinear nuestras acciones con nuestros valores. La vicepresidenta Harris puede iniciar el proceso para ganarse de nuevo la confianza pasando página de las horribles políticas de Biden en Gaza».

(Schuyler Mitchell ha colaborado en la investigación.)

Foto de portada: La senadora Kamala Harris interviene en la conferencia del AIPAC de 2017 en Washington, D.C. (Michael Brochstein/SOPA Images/LightRocket vía Getty Images).

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