¿Cree realmente Israel que puede ganar una guerra contra Hizbolá?

Jeremy Scahill, Drop Site News, 30 julio 2024

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Jeremy Scahill es periodista de Drop Site News y fue cofundador de The Intercept. Es reportero de investigación, corresponsal de guerra y autor de «Dirty Wars: The World Is a Battlefield» y «Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army”. Ha informado desde Afganistán, Iraq, Somalia, Yemen, Nigeria, la antigua Yugoslavia y otros lugares del mundo.

Amal Saad-Ghorayeb fue profesora adjunta de ciencias políticas en la Universidad Libanesa Americana hasta 2008. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Birmingham, Inglaterra. Fue profesora visitante en el Centro Carnegie para Oriente Medio (CMEC). En 2009, declinó la invitación para hablar en el Colegio de Defensa de la OTAN, porque eso implicaba hablar con oficiales militares israelíes, lo cual va contra la ley libanesa. Sus artículos han aparecido en OpenDemocracy, Foreign Affairs,The Washington Post  y Al Akhbar del Líbano. Noam Chomsky, al referirse a la guerra del Líbano de 2006, citó a la Sra. Saad como «la principal académica libanesa especialista en Hizbolá».

El lunes se cancelaron los vuelos en el aeropuerto de Beirut cuando el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometió llevar a cabo un «duro» ataque militar contra el Líbano, tras el mortífero ataque del sábado contra una comunidad drusa siria en la localidad de Majdal Shams, en el Golán ocupado por Israel. El horrible incidente causó la muerte de 12 niños en un campo de fútbol.

Israel y Estados Unidos acusaron inmediatamente a Hizbolá de atacar la ciudad con un cohete Falaq-1 lanzado desde el sur del Líbano. Hizbolá ha negado estar detrás del ataque y tanto él como el gobierno libanés han pedido a Naciones Unidas que lleve a cabo una investigación independiente.

La forma en que se desarrollaron públicamente las culpas de este incidente se presta a teorías contrapuestas sobre la responsabilidad. El sábado, Hizbolá había anunciado que había lanzado una serie de ataques contra instalaciones militares israelíes cercanas en represalia por la muerte de cuatro de sus combatientes en un ataque aéreo israelí en el sur del Líbano. Cuando empezaron a surgir noticias de las muertes en el campo de fútbol, Hizbolá emitió rápidamente un comunicado en el que afirmaba que no tenía «ninguna relación con el incidente [de Majdal Shams] y niega categóricamente todas las falsas acusaciones». Hizbolá acusó a un misil interceptor israelí Cúpula de Hierro de haber errado su objetivo e impactado en la ciudad. Israel ha afirmado que identificó al comandante de Hizbolá del ataque.

«A pesar de los desmentidos [de Hizbolá], es su cohete, fue lanzado desde una zona que controlan», dijo el lunes el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby.

Desde el sábado, Netanyahu y otros altos cargos israelíes han convertido en arma las muertes en los Altos del Golán para justificar preventivamente un ataque a mayor escala contra Líbano. «Todos somos drusos», proclamaba el sábado un post en la cuenta oficial de Twitter/X del Estado de Israel. «Estos niños son nuestros niños», dijo Netanyahu cuando visitó Majdal Shams el lunes, aunque la gran mayoría de los aproximadamente 20.000-25.000 drusos residentes en los Altos del Golán ocupados han rechazado la ciudadanía israelí y han protestado regularmente contra las guerras y las políticas de Israel. Ninguna de las 12 víctimas tenía ciudadanía israelí. «Israel no dejará ni puede dejar pasar esto», declaró Netanyahu. «Nuestra respuesta llegará, y será dura».

Una multitud de residentes se reunió para enfrentarse a Netanyahu, coreando a veces en hebreo que se fuera. Otros gritaban «¡Asesino! ¡Asesino!» y acusaron a Netanyahu de venir a “bailar sobre la sangre de nuestros hijos”. Algunos lugareños dijeron a los periodistas que no querían ser utilizados por ningún bando como combustible para una guerra entre Israel y Hizbolá y se preguntaban por qué cualquiera de los dos había atacado su ciudad.

Las familias de las víctimas de Majdal Shams se negaron a reunirse con Netanyahu, según Ha’aretz. La visita estuvo sometida a la censura de los medios de comunicación hasta que Netanyahu abandonó la ciudad. Ronen Bar, director de la agencia de inteligencia Shin Bet, acompañó a Netanyahu en el viaje y el ministro de Defensa Yoav Gallant visitó el lugar un día antes.

Israel ocupó por primera vez amplias franjas de la región del Golán, en el suroeste de Siria, en 1967 y se anexionó formalmente los Altos del Golán en 1981. Según el derecho internacional, sigue siendo territorio sirio. En 2019, el presidente Donald Trump revirtió décadas de política estadounidense y reconoció oficialmente los Altos del Golán como territorio israelí. Ninguna otra nación ha seguido su ejemplo.

A pesar de que los líderes de la comunidad de Majdal Shams pidieron por escrito que ningún funcionario israelí asistiera a los funerales, el ministro de Finanzas de extrema derecha Bezalel Smotrich y un puñado de otros funcionarios israelíes se presentaron el domingo en un funeral por diez de las víctimas. Los dolientes les gritaron y exigieron que se marcharan. Algunos denunciaron a Smotrich como «asesino».

La administración Biden-Harris, aunque ha afirmado públicamente que estaría justificado que Israel atacara el Líbano en respuesta al incidente de Majdal Shams, ha afirmado que no desea un conflicto regional más amplio ni una guerra a gran escala entre Israel y Líbano. En una llamada con periodistas, Kirby dijo que hablar de una guerra más amplia era «exagerado», y añadió: «Confío en que seremos capaces de evitar tal desenlace». Hizbolá e Israel han llevado a cabo ataques militares entre sí desde los atentados del 7 de octubre de 2023 dirigidos por Hamás, pero hasta la fecha no se ha producido una escalada que haya desencadenado el tipo de batallas terrestres y aéreas que se produjeron en 2006, cuando Israel y Hizbolá libraron una guerra de 34 días.

Desde el sábado, Israel ha lanzado una serie de ataques en el sur del Líbano, aunque de alcance similar a sus anteriores ataques de los últimos diez meses. El domingo, Gallant dijo: «Hizbolá pagará un alto precio por esto».

Aunque el régimen de Netanyahu ha amenazado constantemente con una guerra contra el Líbano en los últimos diez meses y, en concreto, contra Hizbolá, muchos destacados analistas regionales creen que tal acción provocaría una catástrofe para Israel, tanto militar como política. Hamás y la Yihad Islámica Palestina, grupos mucho menos sofisticados y armados, han conseguido llevar a cabo una insurgencia de casi 10 meses contra las fuerzas terrestres israelíes en Gaza mientras soportaban un bombardeo sostenido con armas proporcionadas por Estados Unidos.

Irán también se ha mostrado dispuesto a atacar a Israel. El auge del Eje de la Resistencia, que, además de Irán, incluye a Ansar Allah (los hutíes) en Yemen, Hamás y la Yihad Islámica Palestina, así como al gobierno sirio y a la Resistencia Islámica en Iraq, introduce un abanico de fuerzas que podrían unirse al bando de Hizbolá en una guerra contra Israel.

Hoy he hablado de todo esto con Amal Saad, una de las principales expertas en Hizbolá y el Eje de la Resistencia. Saad es profesora de relaciones internacionales y política en la Universidad de Cardiff (Reino Unido) y autora de Hizbu’llah: Politics and Religion y The Iran Connection: Understanding the Alliance with Syria, Hizbu’llah and Hamas. En la actualidad se encuentra en Líbano.

Entrevista con Amal Saad:

Jeremy Scahill: Usted ha sugerido que no cree que Hizbolá estuviera detrás de este ataque en el Golán sirio ocupado.

Amal Saad: Sí. He dicho que es muy improbable que Hizbolá esté detrás del atentado, no sólo porque haya emitido el comunicado. Sí, fue atípico, y era la primera vez que emitían una declaración así; no habían emitido una declaración de ese cariz ni una sola vez desde el 8 de octubre [cuando Hizbolá anunció que realizaría ataques «solidarios» contra Israel en apoyo de los ataques del 7 de octubre dirigidos por Hamás]. Eso indicaba, evidentemente, la gravedad de la situación y que negaban de hecho la autoría del atentado.

Pero también, más allá de eso, simplemente sobre la base de la lógica y los precedentes… En primer lugar, esta ciudad, Majdal Shams, no es territorio israelí. Es territorio sirio ocupado y sus habitantes son drusos sirios. La mayoría de ellos se han negado a adquirir la ciudadanía israelí y a servir en su ejército. Y son partidarios incondicionales del eje de la resistencia. Han apoyado al gobierno de Bashar al Assad en Siria. Han apoyado a Hizbolá y Hamás. Y por eso sería extremadamente absurdo que Hizbolá atacara a sus propios aliados.

Más allá de eso, no creo que Hizbolá atacara a civiles israelíes como objetivo deliberado. No los atacarían porque eso llevaría a una guerra total. Eso es muy, muy provocativo. Y sé que [el secretario general de Hizbolá, Hassan] Nasralá ha amenazado recientemente a Israel con ese tipo de represalias, diciendo que si seguís atacando a nuestros civiles, tendremos que hacer lo mismo. Pero incluso en ese caso, no creo que Hizbolá busque a civiles y los masacre de esa manera. Probablemente atacarían objetos civiles, que es muy diferente de atacar a civiles y, para ser justos, todavía no lo hemos visto. No hemos visto víctimas civiles reales en Israel [por ataques de Hizbolá]; ha habido muy pocas. Así que, basándonos en estos factores, creo que es muy poco probable que se trate de un ataque deliberado.

Jeremy Scahill: Parece que las teorías dominantes son: o fue un fallo de tiro o un error por parte de Hizbolá o fue un fallo israelí de su sistema Cúpula de Hierro y una de las municiones de Israel impactó en el campo de fútbol. También he visto a gente sugerir que se trata de una bandera falsa, que Israel golpeó intencionadamente la ciudad y querían culpar de ello a Hizbolá.

Amal Saad: Hay varias teorías, pero creo que la que tiene menos de teoría y más de respaldo empírico es que se trataba de un misil interceptor israelí que falló al dispararse, que intentaba interceptar un cohete que se aproximaba. Y digo que tiene algunas pruebas empíricas para esto porque en la televisión árabe y, obviamente, esto no lo vimos en los medios de comunicación occidentales, pero vimos varios informes hablando con testigos que dijeron que realmente vieron ese misil interceptor de la Cúpula de Hierro golpear el objetivo. Y un corresponsal dijo que un paramédico israelí se lo dijo, pero que no podía declararlo en directo porque sería arrestado. Así que ha habido varios informes de este tipo, y parece la explicación más probable.

Pero también existe la posibilidad de que otros grupos [de resistencia antiisraelí] fueran los responsables. Hizbolá no está solo en la lucha contra Israel. Desde que establecieron este llamado frente de solidaridad, ha habido varios otros grupos, de hecho, algunos seculares, otros islamistas. Uno de ellos es, por ejemplo, Yamaa Al-Islamiya, el grupo islámico [suní libanés], que ha participado bastante recientemente en estos ataques transfronterizos. Y sus miembros han sido objetivo de Israel con bastante frecuencia. Así que podrían haber atacado ese objetivo por error. Si fue otro grupo, obviamente fue un error. No iba a ser un objetivo deliberado para nadie.

Jeremy Scahill: Sin embargo, si fue un disparo erróneo de Hizbolá, ¿hay algún precedente de que Hizbolá asuma la responsabilidad si mata a civiles sin querer?

Amal Saad: Sí, es una buena pregunta porque en 2006 se produjo un incidente de este tipo durante la guerra de julio, cuando uno de los cohetes de Hizbolá cayó por error en una ciudad palestina. Y Hizbolá no sólo emitió un comunicado asumiendo la responsabilidad y pidiendo disculpas, sino que el propio Nasralá se disculpó personalmente en televisión y dio el pésame a la familia de la víctima. [En ese incidente, cohetes de Hizbolá mataron a dos niños árabes en Nazaret. «En mi nombre y en el de mis hermanos, pido disculpas a esta familia», dijo Nasralá en una entrevista emitida por Al Yazira. «Por supuesto, la palabra disculpa no es suficiente. Asumo toda la responsabilidad. No era mi intención en absoluto»]. Así que Hezbolá tiene un historial de reclamar responsabilidades, de admitir tales errores. Y creo que eso también da más credibilidad a su argumento, o más bien a su afirmación, de que no estaba detrás de esto.

Creo que otro punto que también debemos tener en cuenta es el momento en que se produjo. La semana pasada, Hizbolá publicó el tercero de una serie de vídeos grabados con drones. Estaban vigilando una base militar específica sobre Israel y amenazaban a Israel con atacar esa base militar. En anteriores vídeos de este tipo, amenazaban otros objetivos, no sólo militares, sino también civiles. ¿Por qué iba Hizbolá a hacer todo eso para disuadir a Israel de atacarlo, si sólo iba a provocar a Israel un par de días después con esto? No tiene ningún sentido, porque Hizbolá sabe que Israel, si ha decidido iniciar una guerra total, si es que ha tomado esa decisión, y todos asumimos que no es un escenario probable, pero siempre existe la posibilidad de que haya tomado esa decisión, ¿por qué querría dar munición a Israel para una escalada mayor? Incluso si no es para lanzar una guerra total, sino para escalar aún más contra sí mismo, eso no tiene ningún sentido. Y el propósito de ese vídeo era disuadir un ataque de ese tipo. Así que no tiene sentido que fuera un objetivo deliberado.

Ahora, de nuevo, ¿fue un error? Ya sabe, algunas personas dijeron que Hizbolá, unos segundos antes, había emitido un comunicado anunciando la responsabilidad de atacar algo en el Golán que estaba a 3 km de Majdal Shams. Traté de llegar al fondo de esto. Es muy difícil asegurarlo, pero no es muy probable que fallaran por esa distancia. Hablé con expertos militares que -y creo que esto es mucho más convincente- dijeron que si fue un[misil] Falaq-1, porque Hizbolá utilizó el Falaq-1 para atacar ese objetivo (una brigada israelí) que anunciaron en el comunicado, habríamos visto un cráter mucho mayor, y el cráter era mucho más pequeño de lo que cabría esperar de una ojiva tan pesada, de 53 kilos. Habría sido mucho, mucho más grande y habría habido mucha más destrucción.

Jeremy Scahill: ¿Por qué entonces Israel se apresura a aprovechar esto y culpar a Hizbolá? ¿Cree usted realmente que Israel quiere una guerra total con Hizbolá?

Amal Saad: Hay dos razones por las que podría estar haciendo esto. No es probable que quiera una guerra total. En primer lugar, quiere desviar la atención de sus propios crímenes genocidas y de la matanza diaria de niños. Tan sólo uno o dos días antes, había atacado una escuela infantil y decenas de niños fueron masacrados. Así que esto es muy conveniente para Israel, y [ha permitido a Israel] decir: «Mirad, Hizbolá es un asesino de niños». Así que sin duda sirve a un propósito propagandístico. Sin duda existe ese elemento. En segundo lugar, en cuanto al valor militar o estratégico que puede obtener de ello, creo que puede utilizarlo para presionar a Hizbolá a través de sus aliados, mediadores occidentales, etc. Y estos lo han estado haciendo. Han estado presionando a Hizbolá no sólo para que no responda a Israel, sino también para que detenga todos los enfrentamientos a través de la frontera. Así que se utiliza para aplicar este tipo de presión sobre Hizbolá porque se supone que habrá también mucha presión interna, por parte del Estado, de la población. Aunque, por lo que respecta al Estado, yo no diría que se haya producido. Así que existe ese elemento de presión, de valor propagandístico.

Y, en tercer lugar, permitiría a Israel atacar una serie de objetivos militares que no se ha atrevido a atacar antes porque era un poco arriesgado, porque tal vez podría habría ataques bastante significativos en áreas fuera del tipo habitual de zona de operaciones. Podría ser eso, y ahora pueden pensar que pueden salirse con la suya atacando esos objetivos siempre que parezca que están participando en un contraataque. Es la primera vez que vemos que algo así sucede en este conflicto: que Hizbolá haya negado la responsabilidad e Israel esté diciendo que, sin embargo, tienen derecho a contraatacar. Creo que están tratando de exprimir esto tanto como puedan.

Ahora bien, con Israel siempre existe esa posibilidad, porque no estamos tratando necesariamente con un actor racional, creo que no podemos dar por sentada la racionalidad de Israel. Siempre existe la posibilidad de que tome una decisión irracional y que intente arrastrar a Estados Unidos a una guerra más amplia. Si quiere atacar a Hizbolá y arriesgarse a una guerra total, necesitaría, de hecho, el apoyo militar de Estados Unidos, de hecho.

Jeremy Scahill: Cuando dice que hay objetivos que Israel podría querer atacar que están fuera de la zona normal de sus ataques militares contra Hizbolá, ¿a qué tipo de objetivos se refiere?

Amal Saad: Bueno, personalmente no lo sé, pero podrían serlo no sólo por su valor estratégico, sino por su ubicación. Por ejemplo, la Bekaa está más fuera de los límites que estas zonas fronterizas del sur. Así que podrían atacar la Bekaa, por ejemplo. Ya lo han hecho, pero no han lanzado tantos ataques como en el sur. Así que la Bekaa está más fuera de los límites. Y Hizbolá ha adoptado una nueva ecuación. Cada vez que Israel ataca la Bekaa, Hizbolá ataca el Golán en respuesta. Hay ciertas partes de la Bekaa que no ha atacado. Pero puede que sea otra zona. La verdad es que no lo sé. Pero no creo que sea Beirut…, si suponemos que [Israel] no quiere arriesgarse a una guerra, no creo que se acerquen a Beirut. Pero, de nuevo, aquí es muy difícil prever hasta qué punto Israel está siendo racional porque, en realidad, también podría no sólo no ser racional, sino también ser extremadamente insensato y pensar que, si ataca Beirut, Hizbolá lo absorbería si se trata de un objetivo militar. No lo sabemos. Lo dudo. Lo dudo. Y sé que Estados Unidos, según varios informes, ha advertido a Israel de que no ataque Beirut ni zonas densamente pobladas. Así que lo más probable, creo, es que se suscriban a ese tipo de límites.

Jeremy Scahill: Hubo incluso algunos rumores de que Israel estaba contemplando bombardear el aeropuerto de Beirut.

Amal Saad:  Ya lo he visto. En realidad, no lo creo, los israelíes hacen mucho ruido, y hay muchas cuentas en Twitter que difunden mucha desinformación; a veces periodistas, a veces activistas o lo que sea, e incluso funcionarios israelíes. Es decir, difunden mucha desinformación y rumores, e incluso por parte de gobiernos occidentales. Por ejemplo, lo que han estado haciendo recientemente es alertar a sus ciudadanos e instarles a que abandonen Líbano. No es una tendencia nueva. Lleva ocurriendo desde el comienzo de la guerra, pero estos dos últimos días ha sido una locura. Han empezado a enviar mensajes de texto a ciudadanos estadounidenses, Francia se ha unido al intento, Alemania, muchos otros países, todos occidentales, instándoles a abandonar el país como no lo habían hecho antes. Y esto es parte de la campaña de intimidación. Se trata de presionar a los libaneses, que a su vez presionan a Hizbolá y les amenazan con una gran respuesta por parte de Israel. Por lo tanto, eso también está en juego.

Jeremy Scahill: ¿Cómo valora Hizbolá este momento de locura en el contexto de la política estadounidense, donde tenemos a Joe Biden, que ha sido durante toda su vida un dedicado promotor de Israel, un autodenominado sionista, que ahora renuncia a intentar otro mandato? Es probable que Kamala Harris se enfrente a Donald Trump. Netanyahu está jugando claramente su propio juego, en parte basado en la política estadounidense. ¿Cuál es su percepción de cómo ve el movimiento Hizbolá el papel de Estados Unidos en esto, dada la incertidumbre política de los próximos meses allí?

Amal Saad: Creo que Hizbolá, especialmente Nasralá, ha declarado en varias ocasiones que Estados Unidos es el responsable último de todo esto. Y Hizbolá ve a Israel como un apoderado de Estados Unidos. Ahora bien, sí, [Israel] tiene cierto margen de maniobra. Como apoderado, no está totalmente en deuda. No creo que [los líderes de Hizbolá] lo vean así. Y consideran que Netanyahu tiene su propia agenda personal y razones para no acatar siempre los deseos de EE. UU. Pero, al mismo tiempo, no creen que EE. UU. se tome suficientemente en serio la prevención de una escalada. Creo que tienden a creer que eso no redunda en interés de Estados Unidos. Y así lo han manifestado. Este no es mi propio análisis. Es lo que han dicho públicamente, que Estados Unidos no quiere una guerra total. Sin embargo, tampoco creen que estén haciendo lo suficiente para evitarla. Y esa es la contradicción.

En cuanto a los candidatos, creo que es bastante difícil. Si hablas con la gente de aquí -no sólo con Hizbolá-, la gente en general no está segura de quién sería el peor candidato porque, en cierto sentido, ¿cuánto más sionista se puede ser que Biden? Así que, en términos de Trump, le hemos visto lanzar un montón de mensajes contradictorios. Ha habido casos en los que no ha sido tan conciliador con Israel como en otros, así que es un poco confuso. Sin embargo, también es el mismo presidente que asesinó ael general iraní Qassim Soleimani y al comandante de la resistencia iraquí Abu Mahdi Al-Muhandis [en un ataque con drones en Bagdad el 3 de enero de 2020]. Así que no es reacio al riesgo. Incluso, dirían algunos, que es irracional. Y creo que eso es muy cierto. Así que la idea de: ¿sería Kamala mejor que Biden y Trump? Creo que hay una sensación general -no estoy hablando de Hizbolá aquí, sino en general en el Líbano- de que ella podría ser el mal menor sobre la base de algunas de sus declaraciones hasta ahora y de algunos informes. Pero no creo que Hizbolá apueste por ningún candidato específico del mismo modo que Israel apuesta por la victoria de Trump.

Jeremy Scahill: Si Israel se compromete y quiere la guerra con Hizbolá, ¿cómo se vería esa situación desde el lado libanés, en base a la historia de estos conflictos y guerras y en la respuesta de Hizbolá a Israel? Si Israel envía fuerzas terrestres o lleva a cabo una campaña de bombardeos muy intensa y amplia, ¿cómo sería la respuesta de Hizbolá?

Amal Saad: Creo que la inteligencia israelí es bastante consciente, porque he leído muchos de estos análisis en informes de inteligencia israelíes y estadounidenses y otros… En primer lugar, no creo que viéramos lo que vimos en 2006. No creo que Israel llegara a invadir el Líbano de la misma manera. No creo que pudiera organizar una incursión terrestre, desde luego no de esa magnitud. E Israel no estaría en una posición puramente ofensiva. Israel también estaría en una posición defensiva porque Hizbolá también se infiltraría y haría incursiones en territorio propiamente dicho de Israel. Por lo tanto, va a parecer muy diferente, sólo en términos de la estrategia general de la guerra, que será una defensa ofensiva por parte de Hizbolá. No será sólo defensa.

En segundo lugar, tenemos el hecho de que Hizbolá se ha vuelto convencional por completo, ya ni siquiera es una fuerza híbrida. He hablado aquí con expertos militares y yo misma he sentido curiosidad por ver qué opinan. ¿Dónde se encuentra [Hizbolá] en la evolución de guerrilla a ejército convencional? ¿Está en el medio, como en 2006? Han dicho: «No, ahora es una fuerza convencional en toda regla. Pero obviamente tiene el tipo de capacidades de una fuerza armada irregular. Todavía las conserva y tiene esa experiencia». Estamos hablando de una organización militar mucho más sofisticada, con más de 100.000 combatientes, más de 150.000 misiles y cohetes. En 2006, Hizbolá sólo tenía unos pocos miles de combatientes, muchos menos cohetes, misiles y cohetes mucho menos sofisticados. Básicamente, todo lo que tiene Irán, todas las armas que tiene Irán, puede estar seguro de que Hizbolá también las tiene. Eso es lo que sabemos. Y eso aparte de las cosas que Hizbolá está fabricando internamente, como su tecnología de aviones no tripulados, ahora está fabricando sus propios aviones no tripulados. Así que estamos hablando de una criatura militar muy diferente a la de 2006.

Y, de nuevo, las tácticas no serán puramente defensivas. Serán ofensivas. Y eso sin tener en cuenta a otros actores del eje de la resistencia que están deseando unirse a la lucha y han declarado su intención de enviar cientos de miles de combatientes, como los hutíes [del Yemen], al Líbano.

Por toda la información que he estado recopilando, tal situación llevaría realmente al desmoronamiento del Estado israelí. No estamos hablando sólo de una derrota de Israel como en 2006. Sería el tipo de derrota que realmente llevaría a su desaparición. Por eso, cuando hablamos de «la gran guerra», que no es una cuestión de «si», sino de «cuándo», cuando esa guerra ocurra, lo cual es inevitable, [Hizbolá] siempre ha dicho que ésa será la guerra que cambiará la faz de la región. Por tanto, estamos hablando de un escenario que sin duda llevaría a la destrucción de gran parte del Líbano, nadie lo descarta ni lo menosprecia. Pero, al mismo tiempo, llevara a la destrucción de Israel y, aunque llevara a la destrucción del Líbano en términos materiales, esa destrucción no llevaría al desmoronamiento del Estado libanés del mismo modo que llevaría al desmoronamiento del régimen israelí o sionista. Creo que esa es una forma de verlo.

Jeremy Scahill: A falta de una guerra total entre Israel y Líbano, ¿cuál es el futuro del eje de la resistencia? Este ha sido un momento sin precedentes. No hay Estados árabes que intervengan para decir: «Vamos a defender militarmente a los palestinos de Gaza, Cisjordania y Jerusalén», pero sí hay una respuesta multifacética que es también multinacional y en la que participan actores estatales y no estatales. ¿Qué futuro le espera a este eje de resistencia?

Amal Saad: Esta es la fase de consolidación del eje de resistencia. Yo diría que surgió por primera vez en Siria, especialmente en 2014, que fue su punto álgido, en 2015, pero no era tan grande como ahora. No incluía a Hamás, obviamente, ni a los hutíes. Hoy en día es un eje mucho mayor en términos estatales y no estatales, ni siquiera sé si deberíamos llamarlos no estatales. Son cuasi-Estados y a veces, ya sabes, Estados virtuales como los hutíes lo son ahora de Yemen. Creo que es un término equivocado llamarlos actores no estatales. Esta es la fase de consolidación. Esta guerra ha sido en realidad una especie de campo de pruebas para ver lo unida que está esta alianza, las armas y el entrenamiento, la transferencia de armas, los conocimientos militares, la fabricación de armas, lo que sea. Coordinación, tanto táctica como estratégica. Ha echado raíces aquí. Así que sólo podemos suponer que ese nivel de coordinación y cooperación y consolidación entre sus filas no hará más que fortalecerse, no sólo, por cierto, a nivel de las élites políticas o de los diferentes militares de estas organizaciones, sino que estamos hablando también a nivel popular, que las masivas circunscripciones que tiene cada uno de estos actores está casi totalmente detrás de esta alianza.

Por tanto, creo que nos espera una mayor profundización de esta alianza, y vamos a empezar a ver cómo se aleja significativamente de cualquier alianza occidental o de cualquier alianza que hayamos conocido hasta ahora. Va a necesitar de un modelo propio, su propio modelo teórico, para estudiarla y comprenderla. Es un nuevo paradigma.

Foto de portada: Discurso de Hassan Nasralá, Hizbolá, transmitido en Teherán el 3 de noviembre de 2023 (Morteza Nikoubazl/NurPhoto vía Getty).

Voces del Mundo

Deja un comentario