De cómo Israel mató a cientos de los suyos el 7 de octubre

Asa Winstanley, The Electronic Intifada, 7 octubre 2024

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Asa Winstanley es periodista de investigación y editor asociado de The Electronic Intifada. Vive en Londres. Es autor del libro Weaponising Anti-Semitism: How the Israel Lobby Brought Down Jeremy Corbyn (OR Books, 2023).

Hoy hace un año que combatientes palestinos liderados por Hamás lanzaron una ofensiva militar sin precedentes desde la Franja de Gaza.

El objetivo inmediato era infligir un golpe demoledor a las bases del ejército israelí y a los asentamientos militarizados que llevan décadas asediando a los habitantes de Gaza, asentamientos todos ellos construidos en tierras de las que las familias palestinas fueron expulsadas en 1948.

El objetivo principal era acabar con un statu quo en el que Israel, Estados Unidos y sus cómplices creían haber dejado de lado la causa palestina, y devolver esa lucha por la liberación al primer plano de la atención mundial.

La «Operación Inundación de Al-Aqsa», como la denominó Hamás, fue, desde cualquier punto de vista militar objetivo, un éxito asombroso.

Aquel día se dijo en el cuartel general militar de Israel que «la División de Gaza fue dominada», según recordó más tarde una fuente de alto nivel presente a periodistas israelíes. «Estas palabras todavía me dan escalofríos».

Cubiertos desde el aire por drones armados y una andanada de cohetes -que abrieron la ofensiva exactamente a las 6:26 de la mañana-, los combatientes palestinos lanzaron un ataque relámpago sobre la línea fronteriza de Gaza.

Las bases del ejército fueron conquistadas durante horas. En algunos de los asentamientos todavía había presencia palestina armada dos días después.

La infraestructura de comunicaciones militares quedó instantáneamente destrozada. Se produjeron ataques simultáneos por tierra, mar y aire.

Los drones palestinos derribaron tanques, puestos de guardia y torres de vigilancia.

Pillados totalmente desprevenidos, la mayoría de los soldados que tripulaban las bases murieron o fueron capturados y devueltos a Gaza como prisioneros de guerra.

Según los informes, 255 israelíes fueron capturados, entre soldados y civiles. Desde entonces, 154 de ellos han sido liberados, la mayoría por parte de Hamás en el intercambio de prisioneros de noviembre.

Sin embargo, la cifra de liberados incluye también algunos cadáveres de cautivos muertos, en su mayoría en ataques israelíes contra Gaza. De los 101 prisioneros restantes, 35 han sido declarados oficialmente muertos por Israel. Es probable que la cifra real sea mucho mayor.

Muchos han muerto en los bombardeos en alfombra israelíes, y tres presos fugados murieron por disparos de las tropas terrestres israelíes en la ciudad de Gaza en diciembre.

La Inundación de Al-Aqsa fue la primera vez en la historia que grupos armados palestinos pudieron retomar territorios palestinos perdidos desde 1948, aunque fuera brevemente.

La respuesta de Israel tampoco tuvo precedentes, si no por su naturaleza, sí sin duda por su magnitud: un genocidio manifiesto contra la población de Gaza.

Según una estimación «conservadora» publicada en julio por la revista médica británica The Lancet, es probable que Israel haya matado hasta ahora a 186.000 palestinos, casi el 10% de la población de Gaza.

La ONU afirma que el 90% de los habitantes de Gaza han sido expulsados de sus hogares por Israel y que aproximadamente una cuarta parte de todas las estructuras de la franja han sido destruidas.

La prensa occidental siguió el ejemplo de la desinformación oficial israelí. Pronto se inundó de una escabrosa propaganda de atrocidades.

Estas mentiras sobre violaciones y bebés decapitados fueron rápidamente desmentidas por The Electronic Intifada y un pequeño grupo de otros medios independientes, a menudo a costa de ser difamados por los principales medios de comunicación y prohibidos o censurados por gigantes de las redes sociales como YouTube.

Tratando de tapar las grietas de su derrota militar y de inteligencia, Israel también ha estado desesperado por encubrir otro gran escándalo.

Que Israel mató a cientos de los suyos entre el 7 y el 9 de octubre de 2023.

El régimen justificó ideológicamente esto dentro de la sociedad israelí utilizando un pacto nacional bien establecido de asesinato-suicidio conocido en Israel como la «Directiva Aníbal».

The Electronic Intifada presenta hoy una visión completa de cómo Israel mató a tantos de los suyos durante la ofensiva palestina.

Este artículo se basa en un año de reportajes de investigación de The Electronic Intifada, un amplio seguimiento y traducción de los medios de comunicación israelíes en hebreo, el examen independiente de cientos de vídeos, una reciente película proisraelí emitida por la BBC y Paramount+ sobre la rave Supernova, las cifras oficiales israelíes de muertos y un informe poco leído del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Podemos concluir que durante la ofensiva del Diluvio de Al-Aqsa:

– Israel amplió el uso de su asesina «Directiva Aníbal» -diseñada para evitar que los soldados fueran cogidos vivos como prisioneros de guerra- matando a muchos de sus propios civiles.

– El uso de estos ataques «Aníbal» se confirma en un informe de la ONU publicado en junio.

– Los disparos de helicópteros, aviones no tripulados, tanques e incluso tropas terrestres israelíes se realizaban deliberadamente para impedir que los combatientes palestinos capturaran vivos a israelíes que pudieran ser canjeados por prisioneros palestinos.

– Por iniciativa de la división local de Gaza, «Aníbal» se llevó a cabo de inmediato: menos de una hora después de que comenzara la ofensiva palestina.

– A mediodía, se dio una orden inequívoca desde el alto mando del ejército israelí (el llamado cuartel general «Foso», en las profundidades del edificio Hakirya de Israel, en el centro de Tel Aviv) para invocar la Directiva Aníbal en toda la región, «aunque esto signifique poner en peligro o dañar la vida de civiles en la región, incluidos los propios cautivos.»

– Este bombardeo de cautivos israelíes por parte de Israel continúa en Gaza incluso hoy.

– El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, admitió en una reunión en diciembre con cautivos liberados y familiares de cautivos que habían estado «bajo nuestros bombardeos» en Gaza.

– Es probable que el propio Israel haya matado a centenares de israelíes en incidentes de ataque «Aníbal», así como en fuego cruzado no intencionado.

– Israel se ha dedicado a encubrir agresivamente sus crímenes contra su propio pueblo.

Matar a su propio pueblo

Si Hamás cometió un error de cálculo en la planificación de la Operación Inundación de Al-Aqsa, tal vez fue sobrestimar el valor que los planificadores israelíes asignaban a la vida de su propio pueblo.

En 2006 Hamás capturó con éxito al soldado de ocupación israelí Gilad Shalit, intercambiándolo por 1.024 prisioneros palestinos en 2011, incluido el actual líder de Hamás Yahya Sinwar. Un intercambio similar se realizó con la resistencia libanesa en 2008.

Aunque el intercambio de prisioneros es un elemento habitual en los conflictos, los dirigentes israelíes se sintieron debilitados y avergonzados por lo que consideraban compromisos. Así que modificaron en secreto sus políticas, preparándose para golpear con fuerza letal a su propio pueblo en caso de futuras capturas.

En el centro de estos planes estaba la Directiva Aníbal, establecida en secreto por generales israelíes en 1986, y bautizada en honor a un antiguo general cartaginés que se suicidó para no ser capturado vivo por el Imperio romano.

Inicialmente, la doctrina estaba dirigida a los soldados.

En 2014, el soldado israelí capturado Hadar Goldin murió en un ataque deliberado de artillería durante la invasión israelí de la Franja de Gaza en agosto. Hasta 200 civiles palestinos murieron en el bombardeo de Rafah, incluidos 75 niños.

Como resultado, la doctrina militar secreta salió a la luz. A pesar de la continua confusión, el ejército israelí admitió que la directiva existía y podría haber sido utilizada contra un soldado israelí.

Dos años después, el ejército israelí se distanció de la directiva, afirmando que «la orden tal como se entiende hoy» sería cancelada. “Esta medida no fue necesariamente un cambio total de política, sino una aclaración”, informó The Times of Israel en 2016.

Sin embargo, múltiples informes de prensa israelíes han confirmado que Aníbal no solo fue reactivada el 7 de octubre –si es que realmente desapareció–, sino que en realidad se extendió a los civiles israelíes capturados que se dirigían a Gaza.

Bombardeo de israelíes camino a Gaza

Sobreestimando la humanidad de Israel, Hamás puede haber ignorado esta posibilidad en sus dos años de preparación y entrenamiento para la ofensiva. Durante el año pasado, el grupo acordó repetidamente intercambiar prisioneros israelíes por prisioneros palestinos.

Pero, aparte de los cautivos israelíes liberados durante la pausa de cuatro días en noviembre (incluidos los niños y los cautivos no combatientes), el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se ha negado rotundamente a llegar a un acuerdo.

En cambio, Israel ha bombardeado sistemáticamente cada parte de la Franja de Gaza, incluidas las áreas donde se encuentran retenidos los cautivos israelíes. Los israelíes liberados en el intercambio de prisioneros de noviembre han dicho a los medios que la principal amenaza a sus vidas mientras estuvieron detenidos en Gaza no fue Hamás, sino los ataques israelíes.

Chen Almog-Goldstein y tres de sus hijos estuvieron detenidos en un supermercado de Gaza que fue bombardeado por Israel.

El primer ministro Benjamin Netanyahu admitió en diciembre en una reunión con los familiares de los cautivos israelíes detenidos en Gaza que habían estado “bajo nuestros bombardeos” (Ynet).

“Fue atroz”, dijo a The Guardian. “Fue la primera vez que realmente sentimos que nuestras vidas estaban en peligro”.

El bombardeo “se acercaba a nosotros hasta el punto en que los guardias de Hamás nos pusieron colchones en el suelo para cubrirnos, y luego nos cubrieron con sus cuerpos para protegernos de los disparos de nuestras propias fuerzas”.

En una reunión de orden municipal con familiares de los cautivos, Benjamin Netanyahu admitió que los cautivos habían estado “bajo nuestros bombardeos y nuestra actividad [militar] allí”, informó el sitio de noticias hebreo Ynet en diciembre.

“Todos los días en cautiverio eran muy duros”, dijo un exdetenido en la tensa reunión. “Estaba en una casa y había bombardeos por todas partes. Estábamos sentados en túneles y teníamos mucho miedo de que, no Hamás, sino Israel nos matara, y entonces dirían: ‘Hamás los mató’”.

Otro detenido liberado dijo: “El hecho es que estaba en un escondite que fue bombardeado, y nos tuvieron que sacar clandestinamente, y resultamos heridos. Sin mencionar que nos dispararon desde un helicóptero cuando íbamos de camino a Gaza… Están bombardeando las rutas de los túneles exactamente en la zona donde están ellos [los otros cautivos]”.

Como prueba el testimonio del segundo detenido liberado sobre el hecho de que les dispararon desde un helicóptero cuando se dirigían a Gaza, los cautivos también fueron asesinados y atacados por Israel mientras la Operación Inundación de Al-Aqsa todavía estaba en marcha.

En la primera hora de la ofensiva, las fuerzas israelíes comenzaron a disparar y bombardear a los cautivos israelíes que eran trasladados a Gaza.

“Aníbal en Erez”

Una investigación del periódico israelí Haaretz basada en documentos y testimonios de soldados encontró evidencias de que estos ataques bajo la Directiva Aníbal ocurrieron al menos a las 7:18 a.m., sólo 52 minutos después del inicio de la ofensiva.

El artículo de Haaretz fue publicado en inglés en julio.

Pero el periódico se quedó seis meses atrás de su competidor, el Yedioth Ahronoth. En enero, el suplemento de fin de semana de Yedioth, 7 Days, publicó un artículo de investigación histórico que presentaba una cronología de la ofensiva de la inundación de Al-Aqsa desde la perspectiva militar israelí.

El periódico nunca ha publicado una traducción oficial al inglés del artículo. The Electronic Intifada sigue siendo la única publicación en el mundo que ha publicado una traducción profesional completa, que puede leerse aquí.

La investigación de 7 Days encontró que “al mediodía del 7 de octubre, el ejército israelí instruyó a todas sus unidades de combate para que cumplieran la Directiva Aníbal en la práctica, aunque lo hicieron sin indicar ese nombre explícitamente”.

Los periodistas israelíes Ronen Bergman y Yoav Zitun, que cuentan con fuentes fiables, explicaron en el extenso artículo que “la instrucción era detener ‘a cualquier precio’ cualquier intento de los terroristas de Hamás de regresar a Gaza, utilizando un lenguaje muy similar al de la Directiva Aníbal original”.

En contraste con la investigación de 7 Days, el artículo más reciente de Haaretz descubrió que el nombre de la doctrina se invocó explícitamente, y muy temprano: “Una de estas decisiones se tomó a las 7:18 am… ‘Aníbal en Erez’”.

Erez es el enorme puesto de control militar israelí y la base que encierra a los palestinos en el norte de la Franja de Gaza. Había sido totalmente invadido por combatientes palestinos y las tropas israelíes asediadas parecen haber pedido un ataque aéreo contra su propia posición.

El hecho de que la investigación de 7 Days haya llegado a la conclusión de que se invocó a Aníbal desde lo más alto de la jerarquía militar de Israel es crucial.

Muestra que la reactivación y expansión de la Directiva Aníbal ese día no fue una cuestión de tropas individuales rebeldes o de simple caos y confusión.

Fue una cuestión política.

Órdenes y caos

Aníbal fue consecuencia de órdenes recibidas desde arriba después de que los generales bajo el edificio Hakirya en Tel Aviv se dieron cuenta de que soldados y colonos israelíes en toda la región fronteriza de Gaza estaban siendo capturados en masa.

Querían que los cautivos murieran lo antes posible.

Las tropas israelíes en el terreno habían sido entrenadas en el procedimiento durante años y comprendieron inmediatamente lo que tenían que hacer.

Un informe de una comisión de la ONU cita a un comandante de tanque que abrió fuego contra cautivos israelíes que venían del asentamiento de Nir Oz.

“Algo en mi interior me hizo pensar que ellos [sus soldados] podrían estar sobre ellos [los vehículos que se dirigían a Gaza]”, dijo. “Sí, podría haberlos matado, pero decidí que esta es la decisión correcta. Prefiero impedir el secuestro antes de que se los lleven”.

En pocas palabras, poner fin al cautiverio de los israelíes matándolos es la doctrina de Aníbal.

En noviembre del año pasado, Nof Erez, un coronel de la Fuerza Aérea israelí, admitió en un podcast en hebreo que la respuesta a la Operación Inundación de Al-Aqsa “fue un Aníbal masivo”.

También hubo una situación increíblemente caótica ese día. En un artículo separado de Yoav Zitun, el ejército israelí admitió una “cantidad inmensa y compleja” de lo que llamó incidentes de “fuego amigo”.

Totalmente desprevenidos durante un fin de semana festivo judío, las fuerzas israelíes se encontraron incapaces de comunicarse entre sí después de que los palestinos destruyeran la infraestructura de comunicaciones.

La investigación de 7 Days concluyó que “el 40 por ciento de los sitios de comunicación, como torres con antenas de retransmisión… cerca de la Franja de Gaza… fueron destruidos por Hamas” esa mañana.

Incluso la resistencia palestina fue tomada por sorpresa por la magnitud de su propio éxito. Y, hasta cierto punto, hubo un cierto grado de caos en el ataque de los combatientes palestinos.

¿Daños colaterales?

Poco después de que la oleada inicial de comandos de vanguardia de Hamas (conocida como la fuerza Nujba, que en árabe significa “élite”) atravesara la valla en casi 50 lugares, se les unieron grupos armados más pequeños, entre ellos la Yihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina.

Aproximadamente una hora después de que comenzara la ofensiva, una oleada de civiles palestinos comenzó a fluir a través de las brechas de la valla y logró ingresar en su patria. Algunas de estas personas parecen haber atacado o capturado a personas que no eran combatientes israelíes en los asentamientos militarizados que rodean Gaza. La situación caótica, combinada con el uso por parte de Israel de sus propios civiles como escudos humanos para sitiar y ocupar Gaza, también significó que no todas las víctimas israelíes de la resistencia palestina ese día fueran combatientes.

A pesar de los esfuerzos de los medios de comunicación y los políticos occidentales por pintar una imagen de malvados “terroristas” palestinos que matan bebés y arrasan el sur de Israel asesinando a tantos civiles como pueden, está claro que no combatientes israelíes a menudo se vieron atrapados en el fuego cruzado entre las fuerzas armadas israelíes y los combatientes palestinos.

Se produjeron batallas campales en toda la región. Se estima que participaron entre 1.000 y 3.000 combatientes palestinos.

A pesar de la idea errónea común de que el ejército israelí no estaba por ningún lado ese día, el informe de la ONU y la investigación de 7 Days concluyeron que los combatientes israelíes estaban presentes en toda la región, y desde muy temprano.

En los primeros 24 minutos del asalto, el ejército israelí desplegó al menos seis aviones armados: dos bombarderos F-16, dos bombarderos F-35 y dos de los letales drones Hermes 450 fabricados por Elbit Systems.

Dos aviones más –helicópteros de ataque Apache– también llegaron al asentamiento de Be’eri en una hora.

El informe de la ONU dice que se “confirmó que al menos ocho helicópteros Apache fueron enviados a la zona alrededor de la frontera de Gaza el 7 de octubre” y que “unos 23 tanques estaban estacionados en toda la zona fronteriza con Gaza” (Nota del editor: de hecho, Israel no tiene fronteras declaradas).

Escudos humanos

Pero tampoco hay duda de que los israelíes se vieron abrumados, brevemente superados en armamento y a menudo superados en inteligencia por los combatientes palestinos. La batalla por el kibutz Be’eri, por ejemplo, continuó durante tres días.

No obstante, la presencia de combatientes israelíes armados entre la población civil –que a menudo utilizaban a esta última como escudos humanos eficaces– habla de los desafíos operativos que afrontó Hamás sobre el terreno ese día.

El informe de la ONU incluso documenta algunos casos de “civiles” israelíes que tomaron armas para participar en enfrentamientos con los combatientes palestinos.

El líder político adjunto de Hamás, Jalil al-Hayya, dijo en una entrevista con la BBC la semana pasada que a sus combatientes se les había dicho que no atacaran a los civiles durante el asalto, pero que hubo fallos individuales en el cumplimiento de ese plan.

También aludió a las dificultades militares que enfrentaron los palestinos al tratar de distinguir quién era quién: “Los combatientes pueden haber sentido que estaban en peligro”.

En un vídeo publicado por el brazo armado de Hamás el 10 de octubre de 2023, las Brigadas Al Qassam mostraron cómo habían tomado rápidamente la base militar de Nahal Oz tres días antes, con el apoyo desde el aire de una sofisticada pero económica tecnología de drones. La base se encuentra a caballo de la línea fronteriza con Gaza.

En “Nuestra narrativa”, un documento publicado por Hamás en enero, el grupo admitió: “Tal vez se produjeron algunos fallos durante la implementación de la Operación Inundación de Al-Aqsa debido al rápido colapso del sistema militar y de seguridad israelí, y al caos causado a lo largo de las zonas fronterizas con Gaza”.

Uno de esos “fallos” fue el hecho de que la rama de inteligencia de Hamás parece no haber previsto la presencia de la rave de música trance “Supernova” que duraría toda la noche.

Este evento tuvo lugar en campo abierto a menos de tres millas de la base militar de Re’im.

Re’im era el cuartel general de la División de Gaza del ejército israelí, el objetivo número uno de la ofensiva Inundación de Al-Aqsa.

Pero la separación entre los “civiles” israelíes y los combatientes israelíes no siempre es clara.

Los asentamientos que asediaban Gaza, que se establecieron en la región de Gaza principalmente después de la expulsión forzada de los palestinos por las milicias sionistas y el nuevo ejército israelí entre 1947 y 1949, fueron concebidos por la doctrina militar israelí como un cinturón de escudos humanos para proteger la ocupación israelí y reprimir a la población mucho mayor de Gaza.

La población de la Franja de Gaza está compuesta en más del 80 por ciento por refugiados, aquellos que fueron expulsados ​​de sus hogares para hacer lugar al nuevo Estado de Israel en 1948 y después, junto con sus descendientes.

Uno de estos asentamientos llamados “envoltura de Gaza”, fundado en 1951, se llama incluso “Magen”, que literalmente significa “escudo” en hebreo. Otro, Nahal Oz, fue establecido como un asentamiento explícitamente militar.

Según el Jewish National Fund, un brazo colonial del Estado israelí, Nahal Oz tenía como objetivo “suministrar soldados al ejército”. También se pretendía que “se convirtiera en un centro civil y sirviera como primera línea de defensa contra posibles invasiones árabes futuras, proporcionando al mismo tiempo una base de operaciones y recursos para las fuerzas militares que operaban en las regiones periféricas”.

Blanqueo de la propaganda israelí por parte de la ONU

En junio de este año, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas publicó un informe: “Conclusiones detalladas sobre los ataques llevados a cabo el 7 de octubre de 2023 y después en Israel”.

La poca atención mediática que recibió tendió a centrarse en cómo el informe (junto con un documento adjunto centrado en Gaza) había concluido que “Israel y Hamás han cometido crímenes de guerra”, como señaló The Guardian.

Los autores del informe se describieron a sí mismos como una “comisión internacional independiente de investigación” sobre la ofensiva.

En su mayor parte, el informe no revela sus fuentes. Los autores dicen que esto se debe a “preocupaciones de protección” no especificadas.

Sin embargo, está claro en los casos en que el informe revela sus fuentes que se basó casi por completo en afirmaciones israelíes. Cuando cita fuentes palestinas, son en su mayoría videos de cámaras corporales de combatientes muertos o capturados. Las autoridades de ocupación israelíes publicaron estos documentos y es muy probable que hayan sido objeto de una edición selectiva.

Por lo tanto, no sorprende que el documento termine, en su mayor parte, alineándose con la narrativa israelí desacreditada sobre las atrocidades palestinas. Lo hace hasta el punto de resultar absurdo en ocasiones.

En un caso, la comisión de investigación invierte la cronología de los hechos para dar la impresión de que un combatiente palestino ejecutó deliberadamente a un bebé israelí en el kibutz Be’eri, después de entrar a la fuerza en una habitación.

Sin embargo, según informes de prensa, la muerte fue en realidad el trágico resultado de una bala perdida. Milla Cohen, una bebé de 10 meses, murió cuando un combatiente palestino disparó a través de una puerta antes de entrar a la fuerza en una habitación de una casa de asentamiento para tomar prisioneros.

Peor aún, el informe de la ONU parece depender en gran medida del desacreditado grupo extremista judío ZAKA como fuente, citándolo una vez explícitamente y con frecuencia citándolo indirectamente como “primeros intervinientes” anónimos.

Estos “primeros intervinientes” cuentan entonces historias escabrosas sobre supuestos “crímenes de guerra” palestinos.

Y, sin embargo, incluso el informe admite que ZAKA “no está entrenado ni equipado para manejar escenas de crímenes grandes y complejas y también puede haber contaminado, o incluso manipulado, las pruebas” (énfasis añadido).

“Un primer interviniente que trabaja para ZAKA” –a quien el informe no nombra– “proporcionó relatos inexactos y exagerados de los hallazgos en entrevistas con los medios”.

Esto puede haber sido una referencia al alto dirigente de ZAKA Yossi Landau.

Los periodistas de Al Jazeera obligaron a Landau a admitir ante la cámara –para un documental emitido en marzo– que su historia inicial sobre combatientes palestinos que ejecutaron a 10 niños israelíes quemándolos vivos era una ficción.

Confrontado con su propia falta de pruebas, Landau admitió: “Cuando los miras y están quemados no sabes exactamente las edades. Así que estás hablando de 18 años, 20 años… simplemente no miras en el lugar… para saber las edades o algo así”.

Posteriormente, Landau se vio obligado a dimitir de su puesto en el grupo tras disputas internas por dinero y poder.

La ONU confirma los ataques bajo la Directiva Aníbal

A pesar de que los autores del informe aparentemente hicieron todo lo posible por blanquear la propaganda de las atrocidades israelíes en el sistema de la ONU, el documento contiene, no obstante, una asombrosa colección de pruebas que confirman los informes de The Electronic Intifada durante el último año de que el propio Israel mató ese día a muchos, si no a la mayoría, de los israelíes.

Algunas de las pruebas del informe de la ONU son sólo oblicuas y requieren una referencia cruzada con los informes de los medios de comunicación en idioma hebreo sobre la doctrina Aníbal y la forma sin precedentes en que se utilizó el 7 de octubre de 2023.

Pero algunas de ellas son explícitas.

A lo largo de tres páginas, el informe detalla parte de lo que se sabe sobre “la aplicación de la ‘Directiva Aníbal’” ese día.

La comisión escribió que “documentó firmes indicios de que la ‘Directiva Aníbal’ se utilizó en varias ocasiones el 7 de octubre, dañando a los israelíes al mismo tiempo que atacaba a militantes palestinos”.

En su sección sobre la Directiva Aníbal, el informe de la ONU incluso afirma que “helicópteros israelíes estaban presentes en el lugar del festival Nova y podrían haber disparado contra objetivos en tierra, incluidos vehículos civiles”. Afirma que “uno o dos helicópteros” estaban “presentes sobre el lugar del festival Nova a media mañana”.

Esto es algo que The Electronic Intifada informó por primera vez en noviembre.

El informe de la ONU cita el testimonio de dos testigos anónimos para respaldar esto, incluido un “general de brigada de reserva del ejército israelí, que luchó contra militantes cerca de un tanque estacionado cerca del lugar del festival Nova” y explicó que “llamó al batallón de Gaza para solicitar un helicóptero de ataque”.

La presencia de helicópteros de ataque –y de al menos un tanque– en la batalla por el lugar de la fiesta Supernova también podría explicar en cierta medida el alto número de víctimas no combatientes entre los asistentes a la fiesta que huyeron esa mañana.

La fiesta Supernova

La fiesta Supernova, que se celebró en un lugar a menos de 6,5 kilómetros del enorme campo de prisioneros al aire libre que es la Franja de Gaza, fue organizada por una empresa de gestión de eventos que se autodenomina “Tribu de Nova”.

Sus apologistas han condenado a los combatientes palestinos por atacar un “festival de la paz”, mientras que los críticos del evento lo han criticado por considerarlo similar a los civiles alemanes bailando a las puertas de Auschwitz durante el Holocausto nazi.

Los medios occidentales suelen referirse al evento como el “festival de música Nova”, pero en su página web oficial se denominaba en realidad “Encuentro Supernova de Sukkot”. Una película reciente sobre el evento mostró que se parecía más a las fiestas ilegales que se organizan a menudo en lugares secretos en muchos países occidentales.

Pero Supernova no era ilegal y se coordinó con la fuerza policial israelí local (que estaba armada y presente con antelación para proteger el evento). Pero por razones que no están del todo claras, la ubicación de la fiesta no se anunció hasta el 6 de octubre.

Los participantes de la película israelí We Will Dance Again confirmaron que la ubicación de Supernova se mantuvo en secreto hasta el último minuto para los poseedores de entradas. Esto (y no cualquier confusión sobre los días del evento o la extensión del tiempo, como a veces se dice erróneamente en Internet) explica por qué Hamás no tenía ni idea de la presencia de la fiesta en los campos entre Gaza y la mayor base militar de la zona: la sede regional en Re’im.

Las muertes de Supernova

Se suele decir que la fiesta fue el lugar donde más muertes hubo el 7 de octubre. El informe de la ONU afirma que 364 de los 3.000 asistentes a la fiesta fueron “asesinados en el lugar, cerca del Kibbutz Re’im o en lugares adyacentes”.

Pero un desglose detallado de las muertes publicado recientemente por The Times of Israel (basado en la investigación de un canal de televisión israelí) muestra que más del 60 por ciento de esta cifra murió en realidad fuera del lugar designado para la fiesta.

Esto es importante por dos razones:

En primer lugar, a pesar de que la película We Will Dance Again intenta pintar un retrato de terroristas palestinos malvados que atacan deliberadamente a civiles, está claro, a partir de todas las pruebas disponibles, que la fiesta no era un objetivo planificado de la ofensiva de Hamás ese día.

De hecho, la ubicación secreta del evento significó que algunos combatientes palestinos –quizás algunos de facciones armadas y probablemente algunos civiles armados– se toparon con el evento durante su asalto a las bases militares.

Los enfrentamientos armados con las fuerzas israelíes –que incluían policías, soldados y al menos un tanque, así como “civiles” israelíes armados presentes– se produjeron rápidamente.

La inteligencia israelí ha llegado a la conclusión de que los palestinos no tenían conocimiento previo de la fiesta.

En segundo lugar, el desglose publicado por The Times of Israel sitúa las muertes de los participantes fuera de los lugares de la fiesta tan lejos como Sderot (unos 17,7 kilómetros al norte del lugar de la Supernova) y la base militar de Re’im (sólo 3,7 kilómetros al sur).

Trazar estos lugares de muerte en Google Earth y compararlos con los lugares de las emboscadas preparadas por la fuerza de comando de élite de Hamás –como se detalla en la investigación de 7 Days– muestra que los dos a menudo coinciden.

Por lo tanto, es probable que las muertes de algunos de estos participantes que huían fueran las consecuencias no deseadas de las emboscadas palestinas preparadas para interceptar refuerzos del ejército israelí que se dirigían a la región.

“Mientras llegaban muchos refuerzos al sur”, escribieron Ronen Bergman y Yoav Zitun en la investigación de 7 Days, la fuerza de comando de Hamás “había previsto estos refuerzos y tomó los cruces estratégicos… donde esperaban a las fuerzas… se derramó mucha sangre en esos cruces, tanto de soldados como de civiles”.

El artículo de 7 Days también relata casos de soldados israelíes que se apresuraron hacia el sur para unirse a la lucha por iniciativa propia, incluso en sus propios vehículos civiles.

“Los comandantes que ya se habían enterado por los medios de comunicación o por amigos de que algo estaba sucediendo… se apresuraron a llegar a la Franja de Gaza”, explicaron Bergman y Zitun.

Un comandante de brigada dijo a los periodistas que “llegué con mi vehículo privado al cruce de Yad Mordechai [a 3,7 kilómetros al norte del puesto de control de Erez] después de ver [el ataque] en las noticias en casa”.

Explosiones de casas en los asentamientos

La evidencia de que Israel ha cometido deliberadamente asesinatos masivos de civiles israelíes, en seguimiento de la directiva Aníbal, en los kibutz y otros asentamientos que rodean Gaza es clara e innegable.

Las imágenes de vídeo y los informes de prensa sobre la ofensiva de la Inundación de Al-Aqsa muestran que muchos edificios de los asentamientos fueron destruidos por completo, de una manera que corresponde a un armamento pesado que sólo los expertos militares saben que está en posesión del ejército israelí, y no en posesión de los combatientes palestinos.

Aunque algunos edificios y coches mostraban signos de haber sido quemados, muchos otros fueron claramente bombardeados desde el aire por aviones teledirigidos y helicópteros de ataque israelíes o bombardeados por tanques israelíes.

Nof Erez, el coronel de la Fuerza Aérea israelí que admitió que el 7 de octubre fue un evento masivo de tipo “Aníbal”, respondió afirmativamente cuando el entrevistador le preguntó si “hicieron estallar todo tipo de casas dentro de los asentamientos”.

Erez insistió en que sus pilotos sólo lo hicieron con “permiso” de sus oficiales superiores. “Vi numerosos drones sobre cada asentamiento en una imagen de computadora, que podemos ver en cada comando del ejército israelí”, explicó.

Imágenes en la televisión israelí han mostrado tanques israelíes presentes y disparando en el asentamiento del kibbutz Be’eri.

El caso más infame es el del general de brigada Barak Hiram, que admitió haber ordenado a sus tanques que dispararan contra la casa de Pessi Cohen en el kibbutz Be’eri, “incluso a costa de los civiles”, como declaró al New York Times.

Los combatientes palestinos de Hamás habían tomado a 15 personas cautivas y las habían retenido en la casa, mientras intentaban negociar su salida a Gaza.

Las investigaciones de The Electronic Intifada han concluido que era muy probable que la mayoría de los muertos hubieran sido asesinados por el ataque de Hiram.

The Electronic Intifada fue el primero en publicar en inglés el relato de la testigo  Yasmin Porat, que dijo que las tropas israelíes llegaron al lugar y “eliminaron a todos” con intensos disparos y bombardeos de tanques.

Porat, el comandante palestino Hasan Hamduna (que se rindió) y otro cautivo –Hadas Dagan– fueron los únicos tres sobrevivientes de la masacre de Barak Hiram.

Dagan insistió en su testimonio ante Porat –del que The Electronic Intifada fue el primero en informar en noviembre del año pasado– que todos los que estaban dentro y alrededor del edificio murieron por disparos o resultaron “quemados completamente” por el fuego de los tanques israelíes.

Entre las víctimas de este apocalipsis se encontraban las gemelas israelíes de 12 años, Liel y Yanai Hatsroni.

Es repugnante que la foto de Liel fuera utilizada más tarde en la propaganda oficial israelí que afirmaba falsamente que Hamás había masacrado y quemado a la niña hasta la muerte.

“Asesinada en su casa por monstruos de Hamás… sólo porque es judía”, mintió el ex primer ministro israelí Naftali Bennett.

¿Aníbal en Supernova?

Lo que todavía no está claro sobre la fiesta de Supernova es cuántos de los muertos fueron asesinados por palestinos, y si alguno murió en ataques “Aníbal” por parte de Israel.

A diferencia de lo que ocurre en las zonas más urbanizadas, como las bases militares y los kibutz, donde hay pruebas visuales claras de edificios bombardeados y relatos concluyentes de testigos oculares, la situación visual en el lugar de Supernova y sus alrededores era más caótica.

Había pocas estructuras construidas que pudieran explotar los aviones o tanques israelíes, como ocurrió en los asentamientos.

Los videos y otras pruebas fotográficas muestran que los campos alrededor de la salida del lugar, junto al puesto de control armado israelí, fueron intensamente quemados y ennegrecidos.

No está claro si esto fue el resultado de los ataques de helicópteros o tanques, o el resultado de incendios que pueden haberse iniciado después de los ataques con granadas propulsadas por cohetes palestinos.

Lo que sí se sabe es que las fuerzas armadas israelíes en el lugar instalaron un bloqueo de carreteras en la salida principal, lo que provocó una enorme acumulación de automóviles esperando para salir del lugar. Muchos asistentes a la fiesta terminaron huyendo a pie, hacia el este, a través de los campos, cuando estalló el tiroteo.

Si bien la película We Will Dance Again no menciona el bloqueo de carreteras establecido por las fuerzas israelíes, un primer informe de la CNN sí lo muestra en su mapa de la escena, y el informe de The Times of Israel afirma que probablemente se instaló a las 7:00 am.

El periodista William Van Wagenen ha detallado en un informe para The Cradle que el bloqueo de carreteras probablemente llevó a las fuerzas israelíes a atrapar involuntariamente a algunos participantes en la fiesta que escapaban del tiroteo entre ellos y los combatientes palestinos que avanzaban hacia la base militar de Re’im desde el norte.

Drogas psicoactivas

Una cosa que está clara tanto en We Will Dance Again como en una entrevista de Haaretz con un psicólogo israelí que ha tratado a supervivientes es que el uso de drogas psicoactivas en la fiesta era generalizado.

Cuando los participantes llegaron al lugar la noche del 6 de octubre, “todo el mundo decía que se iban a meter bastante droga”, recordó un participante del documental.

Según la entrevista de Haaretz y el documental, los participantes consumieron éxtasis, ácido, cocaína, hongos mágicos y posiblemente ketamina. Peor aún, muchos de los participantes habían programado deliberadamente sus dosis para que hicieran efecto al amanecer –que resultó ser justo antes de que comenzara la ofensiva palestina–, con salvas de cohetes desde Gaza a partir de las 6:26 am.

“¡Esto es una mierda! ¡Todo el mundo está drogado!”, recordó un participante del documental que sintió mientras los cohetes se elevaban por encima. El ácido, explicó otro, “puede hacer que las cosas parezcan mucho peores”.

Las drogas psicodélicas, explicó el psicólogo israelí, pueden llevar a una situación en la que “partes del inconsciente también surgen a la conciencia”.

Todo esto hace que sea poco probable que muchos de los participantes estuvieran en condiciones de discernir si les disparaban israelíes, palestinos o ambos mientras corrían para salvar sus vidas.

Aunque la existencia de la Directiva Aníbal es un secreto a voces dentro de Israel, su uso contra objetivos civiles israelíes no tenía precedentes, hasta donde sabemos, antes del 7 de octubre de 2023.

Ataques Aníbal en todo el sur

Alrededor de 105 residentes fueron asesinados en el kibutz Be’eri.

Actualmente se desconoce cuántos de ellos fueron asesinados por palestinos y cuántos por israelíes. El informe de la ONU afirma que “al menos 57 estructuras en el kibutz fueron destruidas o sufrieron daños, lo que representa más de un tercio de todos los edificios residenciales”.

Muchas de ellas, según las pruebas visuales, parecen haber sido destruidas por Israel.

Pero un hecho importante a tener en cuenta es que la masacre de israelíes en Be’eri, perpetrada por Israel en el marco de la “Directiva Aníbal”, se repitió en toda la región.

Sólo sabemos algo sobre la masacre de la casa de Pessi Cohen porque dos civiles sobrevivieron para contar su historia.

Incidentes similares se produjeron en otros lugares. Pero en la mayoría de ellos, hubo pocos sobrevivientes, especialmente de los bombardeos aéreos.

Una unidad de tanques compuesta exclusivamente por mujeres se apoderó de un vehículo militar para cuyo uso no estaba entrenada y atravesó las puertas de Holit, un asentamiento israelí cerca de la frontera con Egipto y Gaza, a más de 22,5 kilómetros al sur de la fiesta Supernova.

“Entramos en la comunidad, derribamos la puerta”, dijo uno de los soldados al Canal 12 israelí. “El soldado señala y me dice: ‘Dispara allí, los terroristas están allí’. Le pregunto: ‘¿Hay civiles allí?’. Él dice: ‘No sé, simplemente dispara’”.

La comandante del tanque luego afirma que decidió no disparar, pero inmediatamente se contradice: “Disparo con mi ametralladora hacia una casa”.

De manera similar a la evidencia visual de los ataques de Aníbal contra israelíes por parte de Israel en el kibutz Be’eri, una investigación realizada por The Electronic Intifada el año pasado concluyó también que el mismo tipo de explosiones de casas tuvieron lugar en el kibutz Kfar Aza.

El informe de la ONU enumera un número sorprendentemente alto de lugares donde los ataques de Aníbal pudieron o seguramente tuvieron lugar.

Fuera del asentamiento israelí de Nirim (que se encuentra en el camino entre la ciudad palestina de Jan Yunis y el cuartel general militar Re’im de la División de Gaza) la tripulación de un tanque israelí partió hacia Nir Oz, otro asentamiento cercano.

Una vez allí, el informe de la ONU afirma que “vieron a cientos de personas cruzando hacia Israel y de regreso a Gaza y les dispararon, incluso contra vehículos cargados de personas, algunas de las cuales pueden haber sido rehenes” (énfasis añadido).

El párrafo siguiente del informe insinúa la posibilidad de incidentes similares en Nitzana, Kissufim y Holit.

¿Cuántos fueron asesinados por Israel?

A pesar de afirmar inicialmente que 1.400 personas fueron “asesinadas por Hamas” el 7 de octubre del año pasado, Israel pronto comenzó a revisar la cifra a la baja.

En noviembre, el gobierno israelí anunció que 200 de esta cifra eran de hecho combatientes de Hamas. Habían sido tan gravemente quemados por los bombardeos israelíes que eran completamente imposibles de identificar.

Esto demuestra lo indiscriminado que fue gran parte del fuego de Israel ese día.

El recuento de muertos israelíes ahora es de 1.154, según Al Jazeera.

De ellos, al menos 314 fueron “personal militar israelí”, según el informe de la ONU.

En marzo, un estudio exhaustivo de tres cifras de muertos israelíes en hebreo realizado por la Unidad de Investigación de Al Jazeera elevó el número de combatientes armados a un total de 372.

Además de soldados, la cifra de Al Jazeera incluye policías, guardias de seguridad (es decir, milicias armadas de los asentamientos) y “personal de seguridad”.

La investigación de 7 Days concluyó que también se enviaron oficiales del Shin Bet –la agencia encubierta de “seguridad interna” israelí– para unirse a la batalla en el sur: “En el curso de los combates, 10 miembros de la organización fueron asesinados”.

La edición en inglés de la base de datos de muertos de Haaretz reveló los nombres de tres de estas personas: Yossi Tahar, Smadar Mor Idan y Omer Gvera.

Ninguno de los tres figura en la base de datos como combatientes. Por lo tanto, es probable que los otros siete combatientes muertos del Shin Bet también figuren secretamente como “civiles” en la base de datos. Los datos brutos de Al Jazeera –proporcionados por la unidad de investigación a The Electronic Intifada para este artículo– revelan que sus cifras de “personal de seguridad” nombran de hecho a ocho agentes del Shin Bet entre los muertos.

Los 372 combatientes declarados más los dos agentes no declarados del Shin Bet nos dan 374 combatientes muertos; casi un tercio del total de israelíes muertos.

Si restamos esos datos del total de 1.154 muertos, nos queda un máximo de 780 civiles israelíes muertos.

Esto significa que al menos el 41 por ciento de la cifra inicial (errónea) de 1.400 muertos eran en realidad combatientes, en su mayoría israelíes, pero incluía a 200 de los combatientes palestinos muertos.

“Todos los que iban en el vehículo murieron”

Si un máximo de 780 israelíes desarmados murieron durante la ofensiva de las inundaciones de Al-Aqsa, ¿cuántos de ellos fueron asesinados por Israel y cuántos por palestinos?

La respuesta actual a esta pregunta es que es imposible saberlo sin una investigación internacional verdaderamente independiente. Y, como deja claro el informe de la ONU, Israel está bloqueando precisamente esa investigación. “La comisión considera que Israel está obstruyendo sus investigaciones sobre los acontecimientos que tuvieron lugar el 7 de octubre de 2023 y desde entonces, tanto en Israel como en el territorio palestino ocupado”.

Pero es posible que lleguemos a algunas conclusiones provisionales.

El documental de investigación de Al Jazeera concluyó que “al menos 18” de los muertos no combatientes fueron definitivamente asesinados por tropas terrestres israelíes y que al menos 27 de los israelíes en cautiverio palestino “murieron en algún lugar entre su casa y la valla de Gaza en circunstancias que no han sido explicadas”.

Pero los datos brutos de Al Jazeera muestran que se trata de asesinatos deliberados y muy bien atestiguados, como la infame masacre de la casa de Pessi Cohen llevada a cabo por Barak Hiram.

Esto no tiene en cuenta otras cifras clave, de las que podemos extrapolar una posible idea aproximada del orden de magnitud de las muertes totales causadas por Aníbal y por “fuego amigo” no intencional.

Un vídeo publicado por Israel en octubre del año pasado reveló involuntariamente algunas pruebas muy sólidas de que la Directiva Aníbal se utilizó contra prisioneros israelíes en el camino a Gaza (Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel).

La investigación de 7 Days afirma que los investigadores militares israelíes “examinaron unos 70 vehículos que… no llegaron a Gaza porque en su camino habían sido alcanzados por el fuego de un helicóptero artillado, un UAV [siglas en inglés de vehículo aéreo no tripulado] o un tanque, y al menos en algunos de los casos, todos los que estaban en el vehículo murieron” (énfasis añadido).

Se desconoce cuántos israelíes iban en esos 70 vehículos, pero dado lo que se sabe sobre otros incidentes, algunos coches probablemente contenían a varios. Estos vehículos por sí solos pueden haber sido responsables de una gran cantidad de muertes de civiles israelíes.

Los captores palestinos solían meter a varios prisioneros israelíes en camionetas, coches expropiados e incluso, en algunos casos, remolques arrastrados por tractores.

Los israelíes que huían hacían lo mismo.

Un participante en la fiesta que aparece en la película We Will Dance Again describe cómo se amontonaron desesperadamente en los coches para escapar del lugar de Supernova.

Había “un millón de personas dentro” del coche, recuerda. “La mitad de mi cuerpo estaba fuera”, añade, explicando que estaba colgando de la ventana.

Las imágenes del helicóptero de combate israelí publicadas en Internet y recopiladas en la película de Al Jazeera muestran un vídeo de una docena de personas huyendo en un coche lleno de gente mientras los israelíes les disparan. Se desconoce su suerte.

La película muestra muchos vídeos similares. No está claro en qué lugar exacto de Gaza se produjeron estos incidentes. Puede verse la película completa en el sitio web de Al Jazeera o en el vídeo de YouTube incluido a continuación (debido a las restricciones de edad de la plataforma, necesitará una cuenta de YouTube adecuada).

Un informativo de noviembre en el sitio web israelí *Ynet* citaba a un piloto de helicóptero diciendo que “sólo en las primeras cuatro horas desde el inicio de las batallas”, los aviones israelíes “atacaron alrededor de 300 objetivos, la mayoría en territorio israelí”.

El informe afirmaba que se les había ordenado “disparar a todo” cerca de la valla con Gaza.

El reportero del artículo en hebreo era Yoav Zitun, el coautor de la investigación de 7 Days, un reportero militar israelí bien informado, cercano a la inteligencia y al estamento militar.

Los operadores de drones parecen haber sido incluso más letales que los pilotos de helicópteros. El artículo de 7 Days dice que a menudo “tomaban decisiones de atacar” por sí mismos y que al final del día del 7 de octubre, “el escuadrón realizó no menos de 110 ataques contra unos 1.000 objetivos, la mayoría de los cuales estaban dentro de Israel”.

Si “objetivos” incluye personas individuales, es difícil saber cuántos habrían sido israelíes. A menudo, los pilotos probablemente no lo sabían. Si el “objetivo” atacado incluye también automóviles individuales, los 1.000 objetivos atacados podrían haber provocado fácilmente cientos de muertos.

El “cementerio” de automóviles

En noviembre, las tropas israelíes recogieron cientos de vehículos que habían atacado durante la ofensiva palestina y los apilaron en un depósito de chatarra cerca de los asentamientos de Tekuma y Netivot.

Las fotos y las imágenes tomadas con drones del depósito de chatarra mostraron claramente que muchos de los vehículos estaban completamente aplastados y retorcidos de una manera que coincidía con los bombardeos aéreos israelíes.

En resumen, los vehículos se parecían mucho a los vehículos palestinos (tanto de civiles como de combatientes) bombardeados habitualmente por Israel desde el aire en Gaza a lo largo de los años.

Hoy, parece que el depósito de chatarra se ha convertido en una especie de atracción turística para Israel y sus partidarios, un lugar al que se refieren como un “cementerio de automóviles”. En un video grabado allí el verano pasado, un guía turístico del ejército israelí dice que el depósito de chatarra contiene “1.650 vehículos que fueron traídos aquí”.

En una sola ambulancia, dice, de las cenizas y el “polvo humano” que recuperaron, se encontraron los restos de 18 personas. Sea cual sea la cifra real de israelíes muertos en los ataques de “Aníbal” por parte de Israel, parece totalmente plausible que Israel matara a cientos de israelíes que murieron durante el curso de la ofensiva.

El encubrimiento

Durante el último año, ha habido un encubrimiento sistemático por parte de Israel.

La mayoría de los informes israelíes han sido sólo en hebreo. Y no por falta de acceso a los medios de comunicación en idioma inglés.

El autor principal de la investigación de 7 Days fue Ronen Bergman, que también es un destacado periodista del New York Times y autor de varios best-sellers de hagiografías del Mossad y otras agencias de espionaje israelíes.

Bergman todavía no ha escrito nada sobre la Directiva Aníbal en inglés en The New York Times o en otro lugar.

Se realizaron muy pocas autopsias, al menos no a los muertos en la casa de Pessi Cohen en el kibutz Be’eri.

En el caso de ese crimen en particular, probablemente hubiera sido imposible de todos modos. El bombardeo de tanques de Barak Hiram significó que la mayoría de sus víctimas israelíes fueron quemadas hasta las cenizas, incluida Liel Hatsroni, de 12 años.

Muchos cuerpos fueron enterrados prematuramente. Los automóviles israelíes destruidos en aparentes asesinatos en función de “Aníbal” fueron aplastados por las autoridades israelíes antes de ser enterrados en el “cementerio” con un pretexto religioso.

El informe de la comisión de la ONU critica a Israel por prohibirles el acceso al país. “Los funcionarios israelíes no solo se negaron a cooperar con la investigación de la comisión, sino que también, según se informa, prohibieron a los profesionales médicos y a otras personas estar en contacto”, afirma el informe.

En una “investigación” de encubrimiento de los asesinatos en la casa de Pessi Cohen, el ejército en julio absolvió en gran medida a Barak Hiram de cualquier delito.

Los restos de la casa han sido ya demolidos por el ejército.

El mes pasado, el general Hiram fue ascendido: nombrado jefe de la humillada División de Gaza.

Su predecesor, el general de brigada Avi Rosenfeld, había renunciado por no haber podido evitar la ofensiva del 7 de octubre de 2023.

Al comparar el asalto con la sorpresiva ofensiva de Egipto en octubre de 1973 para recuperar territorios ocupados por Israel, una fuente de alto nivel que se encontraba en el cuartel general militar de “Pit”, en las profundidades de Tel Aviv, ese día, recordó a Bergman y Zitun las siguientes palabras que se entonaron entonces:

“Es inimaginable. Es como la Ciudad Vieja de Jerusalén en la Guerra de la Independencia o los puestos de avanzada a lo largo del Canal de Suez durante la Guerra de Yom Kippur. Pensamos que esto nunca podría volver a suceder”.

“Esto quedará como una cicatriz grabada en nuestra carne para siempre”.

(Este informe ha contado con la valiosa investigación adicional de Maureen Murphy y la traducción del hebreo de Dena Shunra).

Foto de portada: Selfie en el «cementerio de coches» de Tekuma. Israel afirma que más de 1.000 vehículos fueron destruidos -a menudo con cautivos israelíes en su interior- el 7 de octubre de 2023 y poco después. Pero las pruebas demuestran que muchos de estos bombardeos fueron llevados a cabo por el propio Israel, bajo su mortal «Directiva Aníbal» (Jim Hollander/UPI).

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