«Absolutamente demencial»: Responsables del Pentágono sobre el plan de deportaciones militares de Trump

Nick Turse, The Intercept, 19 noviembre 2024

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Nick Turse es redactor jefe de TomDispatch y miembro del Type Media Center. Su obra más reciente es Next Time They’ll Come to Count the Dead: War and Survival in South Sudan (La próxima vez vendrán a contar los muertos: guerra y supervivencia en Sudán del Sur ) y es autor del bestseller Kill Anything That Moves (Matar todo lo que se mueva).

Donald Trump hizo campaña con la promesa de deportaciones masivas, y el lunes dijo que su administración utilizaría al ejército estadounidense para llevar a cabo esta expulsión de millones de personas, muchas de las cuales llevan viviendo años o incluso décadas en Estados Unidos.

Históricamente, el ejército estadounidense no ha llevado a cabo labores de control de la inmigración y normalmente no desempeña funciones policiales.

Pero cuando Tom Fitton, presidente del grupo conservador Judicial Watch, publicó en las redes sociales que la próxima administración «utilizará activos militares para revertir la invasión de Biden a través de un programa de deportación masiva», Trump respondió: «¡¡¡VERDAD!!!»

El gobernador de Texas, Greg Abbott, ya ha seguido la estrategia legal de declarar que el flujo de inmigrantes es una «invasión», argumentando que el Gobierno federal ha incumplido su deber constitucional de proteger a los estados de potencias extranjeras y que Texas debería tener derecho a utilizar a su Guardia Nacional como fuerza de deportación. Los legisladores republicanos de Arizona han postulado lo mismo. Trump también ha sugerido previamente que recurriría a poderes de guerra para llevar a cabo su plan.

El Pentágono desestimó públicamente la promesa de Trump de emplear a los militares para llevar a cabo deportaciones masivas. «El Departamento no comenta hipótesis ni especula sobre lo que puede ocurrir», dijo un portavoz del Departamento de Defensa a The Intercept.

Entre bastidores, los funcionarios estaban exasperados. «Es absolutamente demencial», dijo un funcionario del Pentágono que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar con la prensa sobre el asunto. «Nunca pensé que vería el día en que esto fuera una política ‘seria’ -ponlo entre comillas-». Dijo que los obstáculos legales y logísticos serían inmensos, y que la propuesta era «poco realista y poco seria.»

Otro funcionario del Departamento de Defensa en una oficina diferente, que tampoco estaba autorizado a hablar con la prensa, tuvo casi exactamente la misma reacción. «Es una locura», dijo sobre el anuncio de Trump.

«El primer día de mi mandato lanzaré el mayor programa de deportación de la historia de Estados Unidos para expulsar a los criminales», dijo Trump durante un mitin en el Madison Square Garden de Nueva York en los últimos días de la campaña presidencial. «Rescataré cada ciudad y pueblo que haya sido invadido y conquistado, y meteremos a estos criminales viciosos y sedientos de sangre en la cárcel, y luego los echaremos a patadas de nuestro país lo más rápido posible».

En un discurso de campaña anterior, Trump dijo que su administración seguiría «el modelo Eisenhower», en referencia a una campaña de 1954, cuyo nombre también era un insulto étnico, para acorralar y expulsar a los inmigrantes mexicanos: «Operación Espaldas Mojadas». Cerca de un millón de mexicanos e incluso algunos estadounidenses de ascendencia mexicana fueron deportados.

El «zar de la frontera» de Trump, Thomas Homan, quien fue director interino de Inmigración y Aduanas de Trump durante su primera administración, también se refirió a los planes de usar tropas estadounidenses durante una aparición el lunes en «America Reports» de Fox News.» «Así que me lo han preguntado mil veces: ¿A cuántas personas puedes expulsar el primer año? Bueno, ¿cuántos agentes tengo?», dijo Homan. «¿Cuántos autobuses tengo? ¿Cuánto dinero tengo para aviones? ¿Verdad? ¿Puede ayudar el Departamento de Defensa (DoD)? Porque el DoD puede quitarnos muchas cosas de encima».

«Me gustaría saber cómo va a pagarlo», preguntó el primer funcionario del Pentágono que habló con The Intercept. Homan no ha dado muchos detalles. Cuando Cecilia Vega, de «60 Minutes», le confrontó con una estimación de que costaría 88.000 millones de dólares deportar a un millón de personas al año, Homan evadió la pregunta. «No sé si es exacto o no», respondió. «¿Qué precio le pones a la seguridad nacional?».

Se calcula que hay 13 millones de inmigrantes indocumentados viviendo en EE. UU. Una operación de deportación masiva de una sola vez costaría al menos 315.000 millones de dólares, según un análisis reciente del American Inmigration Council. Un proyecto a más largo plazo que incluyera detenciones, procesamientos y deportaciones costaría unos 968.000 millones de dólares en más de 10 años. El informe subraya que se trata de una estimación «muy conservadora». No tiene en cuenta la probabilidad de que esta operación de deportación de 13 millones de personas requiera la construcción y dotación de personal de centros de detención a una escala que empequeñece el actual sistema penitenciario estadounidense, que albergaba a 1,9 millones de personas en total en 2022, por no hablar del efecto de sacar del país a un 5% estimado de la mano de obra estadounidense, que paga colectivamente más de 105.000 millones de dólares en impuestos cada año.

Los portavoces de Trump no respondieron a la solicitud de The Intercept para obtener más detalles sobre el coste del plan o exactamente cómo se utilizaría a los militares en el proceso de deportación antes de su publicación.

En 2023, el principal asesor de política de inmigración de Trump, Stephen Miller, indicó que los fondos militares se utilizarían para construir «vastas instalaciones de detención que funcionarían como centros de paso» para los inmigrantes en espera de ser deportados. A lo largo de la carrera presidencial, Trump también prometió movilizar a la Guardia Nacional para ayudar con sus expulsiones previstas. Los expertos afirman que la participación militar en cualquier plan de deportación supondría un cambio fundamental para las fuerzas armadas, que normalmente no llevan a cabo operaciones de aplicación de la ley en el ámbito nacional.

Trump también ha dicho que invocaría la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, para expulsar a presuntos miembros de cárteles de la droga sin el debido proceso. Esa ley arcaica permite la deportación sumaria de personas de países con los que Estados Unidos está en guerra, que han invadido Estados Unidos o que han cometido «incursiones depredadoras».

«El presidente electo Trump pronto tendrá todo el poder de la maquinaria del gobierno estadounidense a su disposición para apuntar y desplazar a los inmigrantes a una escala que nuestra nación nunca ha experimentado», dijo Anthony D. Romero, director ejecutivo de la American Civil Liberties Union, en un comunicado. «Mientras preparamos litigios y creamos cortafuegos para la libertad en todos los estados azules, también debemos hacer sonar la alarma de que lo que está en el horizonte cambiará la naturaleza misma de la vida estadounidense para decenas de millones de estadounidenses».

Durante su primer mandato, Trump deportó a cerca de 1,5 millones de inmigrantes, según un análisis del Migration Policy Institute. Y la administración Biden va camino de igualar esa cifra.

Foto de portada: Un soldado de la Guardia Nacional de Texas coloca más alambre de espino en la frontera entre Estados Unidos y México en El Paso, Texas, el 31 de enero de 2024 (John Moore/Getty Images).

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