Jeremy Scahill y Sharif Abdel Kouddous, Drop Site News, 28 noviembre 2024
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Jeremy Scahill es periodista de Drop Site News y fue cofundador de The Intercept. Es reportero de investigación, corresponsal de guerra y autor de «Dirty Wars: The World Is a Battlefield» y «Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army”. Ha informado desde Afganistán, Iraq, Somalia, Yemen, Nigeria, la antigua Yugoslavia y otros lugares del mundo.

Sharif Abdel Kouddous es un periodista independiente de prensa y televisión que reside entre Nueva York y El Cairo. Ha informado desde todo el mundo árabe, incluidos Egipto, Palestina, Siria, Libia, Yemen, Iraq, Bahréin y Argelia, así como desde todo Estados Unidos y otros espacios internacionales. Ha recibido un premio George Polk por su investigación sobre el asesinato de la periodista palestina Shirin Abu Akleh, un premio Emmy por su cobertura de la prohibición de viajar a musulmanes por parte de la administración Trump y un premio Izzy por su cobertura de la revolución egipcia de 2011.
Cuando el presidente Joe Biden entró en el Rose Garden el martes por la tarde, Israel estaba en medio de una campaña de bombardeos masivos en zonas del Líbano. Sus fuerzas bombardeaban Gaza con armas estadounidenses y el número de muertos, que oficialmente superó los 44.000 palestinos esta semana, aumentaba por 416º día consecutivo desde que Israel lanzó su guerra genocida el pasado octubre. «Hoy tengo buenas noticias de Oriente Medio», dijo Biden. Los gobiernos de Israel y Líbano, anunció, «han aceptado la propuesta de Estados Unidos para poner fin al devastador conflicto entre Israel y Hizbolá».
El acuerdo, encabezado por Estados Unidos y Francia, entró en vigor a las 4 de la madrugada del miércoles. Pero lo hace con el telón de fondo de los incendios que asolan Gaza y el inminente regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Durante el último año, Biden y su administración han dado poder a una maquinaria de guerra israelí que ahora está más envalentonada que en ningún otro momento desde la creación de Israel y el inicio de la Nakba en 1948. Aunque Biden y sus asesores están promoviendo el acuerdo como un acuerdo monumental «diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades», los sangrientos acontecimientos de los últimos 14 meses en la región no retrocederán a las páginas de la historia.
«Vamos a entrar en un mundo completamente nuevo. Y también tendremos que esperar a ver si el alto el fuego se mantiene. Creo que los israelíes harán todo lo posible por provocar», afirmó Karim Makdisi, profesor de política internacional en la Universidad Americana de Beirut. «Creo que, mientras Netanyahu esté en el poder, algo va a pasar».
Según los términos del acuerdo, las tropas israelíes se retirarán del sur del Líbano en un periodo de 60 días, mientras que Hizbolá pondrá fin a su presencia armada en la zona, trasladando sus combatientes y armas al norte del río Litani. Las tropas libanesas y las fuerzas de la ONU se desplegarán en el sur, destruido en gran parte por más de un año de ataques israelíes. Según el acuerdo, un comité internacional dirigido por Estados Unidos supervisaría el cumplimiento por todas las partes.
«Parece un acuerdo de naturaleza muy temporal. Parece muy poco vinculante porque es un cese de hostilidades. No es un alto el fuego», declaró a Drop Site News Amal Saad, destacado experto en Hizbolá. «Tenemos un acuerdo de alto el fuego muy tenue que se parece mucho a un marcador de posición para una batalla continua entre las dos partes. Es como si estuviera diseñado para dar un respiro a Israel y, obviamente, Hizbolá lo utilizará para recuperarse, rearmarse, reorganizarse. Ambas partes van a utilizar este acuerdo para eso».
En las horas posteriores a la entrada en vigor oficial del alto el fuego, miles de libaneses desplazados comenzaron a emprender el viaje hacia el sur en un intento de regresar a sus hogares. Pero el ejército israelí no tardó en lanzar una advertencia a los residentes para que no regresaran a sus pueblos ni se acercaran a las fuerzas israelíes. Mientras tanto, las tropas israelíes abrieron fuego contra un grupo de periodistas que cubrían el regreso de los residentes desplazados en la ciudad meridional de Jiyam, hiriendo a dos de ellos, uno que trabajaba para The Associated Press y otro para Sputnik.
El texto del acuerdo impide a Hizbolá llevar a cabo «cualquier operación» contra Israel, pero establece que Israel se abstendrá de «cualquier operación militar ofensiva» contra objetivos libaneses.
«Es un poco insidioso que digan ‘ofensivo’, lo que significa que de alguna manera hay un pequeño margen de maniobra para lo que interpretarán como defensivo, que en la lógica y el discurso y la acción israelíes significa cualquier cosa», dijo Makdisi. «Puede ocurrir de todo. Pueden decir: ‘Bueno, esto es defensa’. Incluso el genocidio en Gaza, por lo que dicen, es defensivo».
Tanto Netanyahu como Biden hicieron hincapié en que el alto el fuego estaba condicionado al principio de que Israel no estaría sujeto a las mismas reglas que el Líbano. «Permítanme ser claro: si Hizbolá o cualquier otro rompe el acuerdo y supone una amenaza directa para Israel, entonces Israel conserva el derecho a la autodefensa en consonancia con el derecho internacional, al igual que cualquier país cuando se enfrenta a un grupo terrorista empeñado en la destrucción de ese país», dijo Biden. No hizo ningún comentario sobre el derecho de los libaneses a protegerse de las violaciones israelíes o de las amenazas directas a su seguridad.
Aunque Israel había exigido el derecho a atacar si consideraba que Hizbolá había violado el acuerdo, los funcionarios libaneses lo rechazaron y no está escrito en los términos del acuerdo. En su lugar, la administración Biden acordó proporcionar a Israel una carta de garantía, «reconociendo la libertad de acción israelí en suelo libanés, en caso de cualquier intento de fortalecer a Hizbolá u otra entidad hostil allí», según Haaretz. El Canal 12 de Israel informó de que la «carta adjunta» también dice que Estados Unidos compartirá información de inteligencia con Israel sobre posibles violaciones del acuerdo, incluidos los intentos de Hizbolá de infiltrarse en el ejército libanés, y trabajará con Israel para impedir que Irán entregue armas a Hizbolá. En un correo electrónico enviado a Drop Site, Vedant Patel, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, se negó a comentar directamente el contenido de la supuesta carta o incluso su existencia.
«Esta situación existe desde hace décadas, es decir, que Estados Unidos da un apoyo generalizado a cualquier violación o agresión en la que participe Israel, por lo que es literalmente más de lo mismo, que Estados Unidos les apoyará si deciden atacar el Líbano», declaró Saad. «En cierto modo, es un signo de debilidad israelí porque no pudieron conseguirlo como parte de un acuerdo formal. Así que, aunque se trate simplemente de un acuerdo unilateral, es esencialmente lo que siempre ha existido y sigue existiendo a día de hoy. Si Israel decidiera violar el acuerdo hoy, la administración Biden le daría todo su respaldo. Así que no es nada nuevo ni inusual. Y esto no hace más que subrayar, para empezar, la fragilidad de todo este acuerdo».
El ministro de Defensa libanés, Marine Sleem, declaró el miércoles que el ejército libanés aumentará su despliegue de soldados en el sur del Líbano hasta 10.000 efectivos como parte del acuerdo. Un alto funcionario estadounidense declaró en una reunión informativa celebrada el martes que «los compromisos adquiridos por el gobierno libanés se aplican a Hizbolá», y añadió que «no negociamos con Hizbolá directamente. Negociamos con el Estado libanés. Y el gobierno del Líbano tiene que asumir la responsabilidad de lo que ocurre en el Líbano».
Según los analistas, Washington y Tel Aviv esperan dar forma al futuro papel del ejército libanés, una fuerza de combate mucho más escasa que Hizbolá.
«Ha quedado muy claro que, desde 2006, su objetivo era tratar de convertir el ejército libanés en una especie de unidad antiterrorista del tipo de las Fuerzas Especiales que, básicamente, sería una fuerza interna para hacer frente a Hizbolá, quizá a pequeños grupos palestinos que operan en los campos [de refugiados], cosas así, en lugar de un ejército que pudiera defenderse realmente de amenazas externas, es decir, de los israelíes», dijo Makdisi. «Creo que ahora Estados Unidos va a redoblar sus esfuerzos, porque está claro que no va a proporcionar al ejército libanés ningún tipo de equipamiento ni mecanismos adecuados para que pueda defenderse», añadió. «El plan es intentar que el ejército libanés sea puramente de oposición a Hizbolá».
La Casa Blanca mantuvo a la administración entrante de Trump estrechamente informada sobre las negociaciones a medida que se desarrollaban en los últimos días, y el candidato de Trump a asesor de seguridad nacional, el representante Mike Waltz, llegó a atribuirse el mérito del acuerdo en un post en X: «Todo el mundo se sienta a la mesa gracias al presidente Trump. Su rotunda victoria envió un mensaje claro al resto del mundo de que no se tolerará el caos. Me alegra ver pasos concretos hacia la desescalada en Oriente Medio». El periodo inicial de aplicación del alto el fuego de 60 días abarca el periodo de transición entre el final del mandato de Biden y la toma de posesión de Trump.
En un discurso televisado el martes, Netanyahu esbozó tres razones principales para su respaldo al acuerdo: reponer los agotados suministros de armas, centrarse en hacer frente a Irán y «separar los frentes y aislar a Hamás». Desde el segundo día de la guerra, Hamás contaba con que Hizbolá luchara a su lado. Con Hizbolá fuera de juego, Hamás se ha quedado sola», afirmó.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pronuncia un discurso desde el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca el 26 de noviembre de 2024 (Foto de Kevin Dietsch/Getty Images).
Esta semana, la administración Biden informó al Congreso de que tiene la intención de vender a Israel nuevas armas estadounidenses por valor de 680 millones de dólares, además de una venta existente de 20.000 millones de dólares que algunos legisladores, encabezados por el senador Bernie Sanders, intentaron bloquear la semana pasada sin conseguirlo. El martes, Netanyahu dijo que las municiones estadounidenses adicionales «nos darían más fuerza de ataque para completar nuestra misión». La Casa Blanca ha negado que las transferencias adicionales de armas estuvieran relacionadas con la aceptación por Israel del acuerdo sobre el Líbano.
Hizbolá comenzó a disparar cohetes y artillería contra las fuerzas israelíes el 8 de octubre de 2023, un día después de que Israel iniciara su asalto genocida contra Gaza. Israel lanzó ataques aéreos contra el sur del Líbano, y los ataques transfronterizos continuaron durante meses. En septiembre, Israel se intensificó y detonó miles de localizadores y walkie-talkies en todo el Líbano, matando a decenas de personas e hiriendo a miles. Israel lanzó entonces una oleada de duros ataques aéreos contra el Líbano y una serie de asesinatos de altos mandos de Hizbolá, que culminaron con la muerte del líder del grupo, Hassan Nasrallah, el 27 de septiembre, seguida de una invasión terrestre el 1 de octubre.
Los ataques israelíes destruyeron amplias zonas del sur y el este del Líbano, y demolieron pueblos enteros. El ejército israelí atacó hospitales, personal de emergencias, periodistas, densos barrios residenciales e infraestructuras civiles, causando más de 3.800 muertos y más de 1,2 millones de desplazados forzosos. Mientras tanto, Hizbolá infligió pérdidas al ejército israelí, con decenas de soldados muertos y cientos de heridos, y atacó ciudades e instalaciones militares israelíes, obligando a decenas de miles de colonos israelíes a evacuar sus hogares en el norte de Israel.
Hizbolá no es parte directa del acuerdo, negociado por el gobierno libanés, y ha indicado que está dispuesta a reanudar la resistencia armada contra Israel.
En su primera declaración desde que se anunció el acuerdo de alto el fuego, Hizbolá afirmó que había logrado la «victoria» sobre Israel «en defensa de su tierra y su pueblo, y en apoyo de los oprimidos de Palestina». El grupo afirmó que sus combatientes «permanecerán en la máxima disposición para hacer frente a la codicia y las violaciones del enemigo israelí. Mantendrán los ojos bien abiertos, vigilando los movimientos del enemigo y la retirada de sus fuerzas más allá de la frontera. Sus manos descansarán en los gatillos de sus armas, en defensa de la soberanía del Líbano y por la dignidad de su pueblo».
Aunque tanto Hizbolá como Israel han tratado de presentar el acuerdo de esta semana como un triunfo, la realidad, según los expertos, es más complicada. “Hizbolá fue capaz no sólo de sobrevivir, sino de emerger intacto y muy feroz e impidió una ocupación israelí e incluso una posesión temporal de territorio, por lo que repeler una invasión en ese contexto es formidable, diría yo, pero es una paradoja porque es más débil”, dijo Saad. “No hay duda de que Hizbolá se ha debilitado. Nadie puede discutirlo en términos cualitativos y cuantitativos, pero, paradójicamente, es más fuerte porque fue capaz de absorber todos estos golpes y porque fue capaz de impedir que Israel lograra su objetivo de, en primer lugar, provocar su colapso y, en segundo lugar, invadir el Líbano. En ese sentido, yo diría que Hizbolá frustró los objetivos de Israel, pero en el sentido de los propios objetivos estratégicos de Hizbolá, que era poner fin a la guerra en Gaza por medio de su frente de apoyo; Hizbolá fracasó en eso, no tuvo éxito y ahora tiene que abandonar temporalmente su frente de apoyo. Y eso es algo que Israel puede realmente saludar como una victoria táctica”.
El acuerdo no aborda la guerra de Israel contra Gaza a pesar del hecho de que Hizbolá entró en el conflicto en el contexto de los ataques del 7 de octubre y el lanzamiento por parte de Israel de un ataque militar contra los palestinos de Gaza. Israel y los EE. UU. habían tratado durante mucho tiempo de separar a Hizbolá del frente palestino. Una vez que Israel llevó a cabo los ataques con bombas de buscapersonas, el asesinato de Nasrallah y gran parte de los escalones superiores políticos y militares del grupo, e invadió partes del sur del Líbano, la naturaleza de la posición de Hizbolá se había ampliado más allá de un frente de solidaridad con Gaza.
“Hizbolá luchó valientemente después de los reveses que sufrió debido a la eliminación de sus líderes”, dijo Sami Al-Arian, director del Centro para el Islam y Asuntos Globales de la Universidad Zaim de Estambul. “Así que lo que tenemos hoy no es un alto el fuego. Lo que tenemos hoy es una tregua. En otras palabras, Hizbolá ha pasado de ser un frente de apoyo a un frente real. Y cuando tienes un frente real, entonces las reglas de enfrentamiento cambian. Son diferentes”, dijo Al-Arian a Drop Site. “Así pues, Hizbolá se detuvo, pero todavía están movilizados. Podrían ponerse en marcha en cualquier momento. Y, de hecho, necesitan reagruparse. Necesitan traer más armas. Y por supuesto, la agresión israelí se va a enfrentar a eso y podría estallar en cualquier momento”.
El líder adjunto del consejo político de Hizbolá, Mahmud Qmati, dijo en una conferencia de prensa el miércoles que el grupo está preparando un funeral público oficial para Nasrallah en los suburbios del sur de Beirut.
Durante el año pasado, Nasrallah sostuvo que su movimiento no aceptaría un alto el fuego con Israel si no se ponía fin a la guerra contra Gaza. Nasrallah también dijo que Hizbolá cedería ante la resistencia palestina en las negociaciones para poner fin a la guerra. El lunes, la noche antes de que se anunciara el acuerdo, el portavoz de Hamás, Osama Hamdan, dijo al canal de televisión libanés Al Mayadin que Hamás apoyaría un alto el fuego en el Líbano. “Cualquier anuncio de un alto el fuego en el Líbano es bienvenido, ya que Hizbolá ha apoyado a nuestro pueblo y ha hecho grandes sacrificios”, dijo.
El miércoles, Hamás dio la bienvenida oficialmente al acuerdo y elogió el papel de Hizbolá en la resistencia armada contra Israel en apoyo de los palestinos en Gaza. “La aceptación [por parte de Israel] del acuerdo con el Líbano sin cumplir las condiciones que establecía es un hito importante para destruir las ilusiones de Netanyahu de cambiar el mapa de Oriente Medio por la fuerza y sus ilusiones de derrotar a las fuerzas de la resistencia o desarmarlas”, dijo Hamás en una declaración proporcionada a Drop Site. “Afirmamos que este acuerdo no habría sido posible sin la firmeza de la resistencia y el apoyo popular que la rodea, y confiamos en que el Eje de la Resistencia seguirá apoyando a nuestro pueblo y su lucha por todos los medios posibles”. Hamas añadió que todavía estaba buscando negociar un acuerdo de alto el fuego propio para poner fin al brutal ataque de Israel. “Estamos interesados en detener la agresión contra nuestro pueblo, dentro de los parámetros de detener la agresión a Gaza que hemos acordado; a saber, un alto el fuego, la retirada de las fuerzas de ocupación, el regreso de los desplazados y el logro de un acuerdo real y completo de intercambio de prisioneros”, decía el comunicado.
El martes, el presidente Biden dijo que su administración “haría otro esfuerzo” con Turquía, Egipto y Qatar para un alto el fuego en Gaza. Una delegación egipcia tiene previsto visitar Tel Aviv esta semana para conversar con los negociadores israelíes. Hamas sostiene que a principios de julio había aceptado una propuesta de alto el fuego respaldada por el presidente Biden. A finales de ese mes, Israel asesinó a Ismail Haniyeh, líder político de Hamas y principal negociador del alto el fuego, en Teherán.
Foto de portada: Residentes desplazados de la región de Dahieh regresan a sus hogares tras la entrada en vigor del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Líbano en Beirut, Líbano, el 27 de noviembre de 2024. (Foto de Murat Sengul/Anadolu vía Getty Images).