Los rebeldes sirios logran un espectacular regreso a Alepo y se adentran en la ciudad

Harun al-Aswad, Middle East Eye, 29 noviembre 2024

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Harun al-Aswad es un periodista y fotógrafo de Damasco. Se especializa en cubrir conflictos armados, situaciones humanitarias y acontecimientos militares y políticos en Siria. Su trabajo ha sido publicado en periódicos y medios de comunicación locales sirios y árabes.

Los rebeldes sirios inundaron el viernes la ciudad noroccidental de Alepo, en una ofensiva de choque que ha supuesto para el presidente Bashar al-Asad su mayor revés en años.

Desde que al amanecer del miércoles salieron del territorio controlado por la oposición, los rebeldes se han lanzado a la conquista de unas 50 ciudades y pueblos, así como de un tramo de la estratégica autopista M5, cortando las rutas de suministro desde Damasco.

El viernes, los combatientes tomaron Nuevo Alepo, un barrio de la periferia occidental de la ciudad, y siguieron avanzando hacia el centro.

Los rebeldes declararon a Middle East Eye que la ofensiva respondía a los ataques del gobierno sirio contra zonas controladas por la oposición en las provincias de Idlib y Alepo.

«Nuestros combatientes están entrando ahora en la ciudad de Alepo para liberarla de Asad y de los mercenarios iraníes y devolverla a las filas de la revolución siria», declaró a MEE el teniente coronel Hasan Abdul Ghani, comandante rebelde.

«Aseguramos a todo el pueblo de Alepo que seremos sus hermanos, protegiéndoles de los abusos de Asad e Irán, y les defenderemos con el alma», añadió.

«Prometemos a nuestros compatriotas de la ciudad de Alepo darles una vida de libertad y dignidad».

Animados a desertar

Los rebeldes han tomado varias bases militares y posiciones fortificadas, a menudo sin apenas resistencia.

En varias de ellas, periodistas empotrados con los combatientes encontraron imágenes de Qasem Soleimani y Hasan Nasralá, el fallecido general iraní y líder de Hizbolá que fueron fundamentales para obligar a la oposición siria a abandonar Alepo en 2016.

La ofensiva está dirigida por Hay’at Tahrir al-Sham (HTS), una poderosa facción rebelde de línea dura. También participan otros grupos rebeldes, entre ellos algunos respaldados por Turquía.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un grupo activista con sede en el Reino Unido que supervisa la guerra, estimó que alrededor de 250 combatientes y soldados han muerto en ambos bandos desde que comenzó la ofensiva.

El Ministerio de Defensa sirio afirmó que sus fuerzas se enfrentaban a un enorme ataque de grupos rebeldes y que ha matado a decenas de enemigos.

Una imagen de Qasim Soleimani en una base militar en el pueblo de Kafr Jom, al sur de Alepo, el 29 de noviembre (Mohamed Aldaher/MEE)

Los cadáveres se alinean en las carreteras de las zonas recientemente conquistadas por los rebeldes. Se ha visto a varios de ellos con uniformes e insignias propios de combatientes extranjeros pertenecientes a grupos paramilitares respaldados por Irán.

Mientras tanto, se han desplegado drones rebeldes sobre las líneas del frente, dejando caer octavillas en las que se anima a los soldados a rendirse o desertar y se les proporciona una línea telefónica directa para que lo hagan.

«A quienes decidan unirse a nuestras filas y desertar de las criminales fuerzas de Asad, les prometemos seguridad», declaró Abdul Ghani.

Estabilidad socavada

Los frentes de la guerra civil siria apenas han cambiado desde 2020. Un acuerdo de «desescalada» en 2019 entre Turquía, partidaria de los rebeldes, y los patrocinadores de Asad, Rusia e Irán, pareció crear cierta estabilidad y un alto el fuego a largo plazo.

Desde entonces, la mayor parte de la provincia de Idlib está en manos de HTS, una antigua filial de Al Qaida, que ha establecido allí una administración civil.

Los grupos rebeldes respaldados por Turquía y pertenecientes a la coalición del Ejército Nacional Sirio han dominado otras zonas del norte.

Sin embargo, a pesar de que Rusia está distraída por la guerra en Ucrania y las fuerzas de Asad degradadas por los frecuentes ataques israelíes, los aviones de guerra sirios y rusos han intensificado los ataques aéreos contra las zonas controladas por la oposición desde agosto de 2023.

Mientras tanto, el gobierno de Assad aprovechó la estabilidad para hacer avances diplomáticos, normalizando las relaciones con varios países de la región y reincorporándose a la Liga Árabe.

Esa estabilidad parece ahora gravemente minada. Alepo es la segunda ciudad de Siria y se convirtió en bastión de la oposición tras el estallido de la revolución en 2011. Su toma en 2016 por las fuerzas de Asad fue muy simbólica.

Mientras tanto, los rebeldes han cortado la autopista M5, aislando Alepo y otras zonas del norte controladas por Asad de Damasco y los principales centros urbanos.

Los rebeldes también se han apoderado de una gran cantidad de armas y equipos, incluidos tanques, artillería, pequeños drones de combate y munición.

El viernes, anunciaron el control total de Saraqib, una ciudad clave en el cruce donde la autopista norte-sur M5 se encuentra con la este-oeste M4.

La alegría de la oposición

Mohamed Belas, un activista prodemocrático que ha seguido la evolución de los acontecimientos cerca de la línea del frente, declaró a MEE que los civiles de las zonas controladas por los rebeldes están celebrando la ofensiva.

Más de cinco millones de personas viven en el norte de Siria, en manos de la oposición, a menudo en condiciones de extrema pobreza, y la ayuda internacional es cada vez más escasa. Alrededor de dos millones de ellos viven en campamentos informales tras verse obligados a huir de otras partes del país debido a la persecución o los ataques de las fuerzas pro-Asad.

Belas afirmó que no hay palabras para describir la «sensación de euforia» de los civiles, algunos de los cuales regresan a hogares de los que fueron desplazados pero que ahora están bajo control rebelde.

La entrada de una base militar cerca del pueblo de Kafr Jom, al sur de Alepo, el 29 de noviembre de 2024 (Mohamed Aldaher/MEE)

El activista, desplazado originario del este de Idlib, dijo que nunca había visto a los rebeldes operar de forma tan organizada.

«Es difícil describir la ferocidad de los combates de los rebeldes, que avanzan hacia sus hogares bajo intensos bombardeos y ataques aéreos sirios y rusos sobre ellos», dijo a MEE.

«La moral de los rebeldes jugó un papel clave en la toma de las líneas enemigas que han sido fortificadas durante años», añadió.

«También hay prácticas notables en el trato con los combatientes capturados, tratándolos de forma humanitaria para animar a otros a desertar y rendirse».

Foto de portada: Combatientes prenden fuego a una imagen del presidente sirio Bashar al-Asad en la zona de Zarbah, Siria, el 29 de noviembre (Aaref Watad/AFP)

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