Marcha de la muerte desde Beit Lahia

Sharif Abdel Kouddous, Drop Site News, 5 diciembre 2024

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Hossam Shabat, un periodista de 23 años de Al Jazeera Mubasher, es uno de los pocos reporteros que han permanecido y sobrevivido en el norte de Gaza desde que comenzó el asalto genocida de Israel hace 14 meses. Su valentía y dedicación a la cobertura de una de las campañas militares más brutales de la historia reciente es casi incomprensible. Hossam ha sido testigo diario de muertes y sufrimientos indecibles. Ha sido desplazado más de 20 veces. Sus colegas han muerto delante de él. El mes pasado resultó herido en un ataque aéreo israelí. Hossam es uno de los seis periodistas de Al Jazeera a los que el ejército israelí ha acusado públicamente de ser terroristas. Recientemente ha declarado que se siente perseguido.

Hossam informará para Drop Site News desde el norte de Gaza. En su primer envío, documenta una despiadada campaña de expulsión masiva del ejército israelí en Beit Lahia, que obligó a miles de familias palestinas a huir de uno de los últimos refugios que quedaban en la ciudad asediada.

Ciudad de Gaza: En la madrugada del miércoles, el ejército israelí obligó a miles de palestinos de Beit Lahia, en el norte de Gaza, a huir de uno de los últimos refugios y de las viviendas circundantes que quedaban en la ciudad asediada, enviando a hombres, mujeres y niños a una marcha de la muerte de varias horas de duración bajo intensos bombardeos de artillería y disparos.

Miles de familias desplazadas se habían refugiado en el complejo escolar de Abu Tamam, en Beit Lahia, en un último esfuerzo por permanecer en la ciudad en medio de la brutal campaña de exterminio y expulsión llevada a cabo por las fuerzas israelíes en el norte de Gaza durante los dos últimos meses.

Según los testigos, las tropas israelíes asaltaron el complejo escolar, bombardearon la zona y emitieron órdenes de expulsión a través de cuadricópteros equipados con altavoces, obligando a las aterrorizadas familias a salir a la calle en mitad de la noche. Dejando atrás gran parte de sus escasas pertenencias, los civiles se vieron obligados a caminar durante hora y media por la carretera de Salah al-Din -la principal vía que atraviesa el enclave- antes de verse obligados a pasar por un puesto de control israelí.

Los testigos describen a niños cubiertos de polvo y bañados en lágrimas que corrían despavoridos por las calles mientras aviones de guerra y drones rugían sobre sus cabezas. Algunos suplicaban agua, pero los soldados israelíes se negaban a dársela y, en su lugar, vertían agua en el suelo delante de ellos para burlarse de ellos, según los testigos. En el puesto de control, las tropas israelíes separaron a los hombres y los detuvieron mientras sus familias gritaban desesperadas. Los testigos describieron cómo los niños se aferraban a los tanques israelíes en un intento desesperado por permanecer con sus padres.

Después del puesto de control, las familias se vieron obligadas a caminar durante varias horas más, a lo largo del día, recorriendo unos angustiosos 10 kilómetros hacia el sur, hasta la ciudad de Gaza. Algunos de los heridos cayeron en el camino sin esperanza de recibir tratamiento. «Caminaba con mi hermana por la calle», dijo Rahaf, de 16 años. Ella y su hermana eran las únicas supervivientes de su familia de un ataque aéreo anterior en el que murieron 70 personas. «De repente, mi hermana cayó debido al bombardeo. Vi que manaba sangre de ella, pero no pude hacer nada. La dejé en la calle y nadie la sacó. Grité, pero nadie me oía».

Hossam Shabat entrevista a palestinos desplazados a la fuerza de Beit Lahia a la ciudad de Gaza. 4 de diciembre de 2024. Fuente: x.com

Cuando por fin llegaron los que lo consiguieron, se desplomaron exhaustos en las calles. Los niños lloraban de hambre y sed, y las madres temblaban de frío, sin refugio ni lugar seguro al que ir. «No sabemos qué hacer. Abandonamos nuestras casas, y aquí estamos viviendo a la intemperie, y nadie nos ayuda. Nos estamos muriendo lentamente aquí», dijo Um Mohamed, que perdió a dos familiares en un ataque aéreo al comienzo de la campaña militar hace dos meses y a dos familiares detenidos en el puesto de control anoche.

La campaña de expulsión masiva del miércoles de Beit Lahia se produce cuando se cumplen dos meses de una brutal campaña de exterminio llevada a cabo por el ejército israelí en el norte de Gaza desde el 6 de octubre. Según la Oficina de Medios de Comunicación del Gobierno de Gaza, más de 3.700 personas han muerto o desaparecido. Los equipos de Defensa Civil han sufrido repetidos ataques y se les ha impedido operar en la zona, dejando a lo que los funcionarios estiman que son miles de personas atrapadas bajo los escombros y cadáveres esparcidos por las calles.

El ejército israelí ha impuesto un bloqueo casi total a la ayuda humanitaria durante los dos últimos meses, dejando a decenas de miles de personas sin acceso a alimentos, agua, electricidad o atención sanitaria básica, según la ONU. Hace dos semanas, la ONU calculó que entre 100.000 y 131.000 personas se habían desplazado de la gobernación del norte de Gaza a la ciudad de Gaza desde el 6 de octubre. El 18 de noviembre, entre 65.000 y 75.000 personas permanecían en el norte de Gaza, según la ONU, lo que representa menos del 20% de la población que había allí antes de que comenzara la campaña militar israelí.

(Traducido del árabe al inglés por Sharif Abdel Kouddous).

Foto de portada: Palestinos desplazados de Beit Lahia llegan a Yabalia, en el norte de la Franja de Gaza, el 4 de diciembre de 2024 (Foto de Omar Al-Qataa/AFP vía Getty Images).

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