Abeer Ayyoub, Middle East Eye, 17 febrero 2025
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Abeer Ayyoub es una periodista independiente que vive en Estambul, Turquía. Anteriormente informó desde Palestina y Jordania. En X: @Abeerayyoub
Durante 23 años, Rami Aruki y su esposa Iman, residentes palestinos de Gaza, anhelaron tener un hijo, pero no pudieron concebirlo.
En medio de la devastación provocada por la guerra de Israel contra Gaza, que dejó huérfanos a muchos niños, la pareja vio una vocación: la oportunidad de dar amor donde se había perdido y, al hacerlo, convertirse en los padres que siempre habían esperado ser.
Tras el ataque israelí a Gaza en octubre de 2023, Rami, de 47 años, empezó a preguntar por ahí si había algún niño que hubiera perdido a sus padres.
Le decían que se hablaba de muchos casos, pero le costaba encontrar una forma legal de adoptar a un niño.
Entonces preguntó a su amiga Abeer, enfermera, que le dijo que sin duda podría ayudar porque el hospital recibe regularmente casos similares.
«Abeer me llamó y me dijo que teníamos una niña que había sobrevivido a un ataque aéreo masivo y que ni siquiera sabían quiénes eran sus padres», cuenta Rami a MEE.
Rami inició los trámites de adopción en diciembre, cuando la niña tenía dos meses, a través del Ministerio de Desarrollo Social. En un principio, la niña se encontraba en SOS Children’s Villages, donde había permanecido en una tienda de campaña tras la destrucción de los edificios de la aldea.
«Luché por ella», dijo Rami a MEE. «Pedí que se agilizara el proceso porque no tenía sentido que un bebé de dos meses permaneciera en una tienda de campaña cuando podía estar en mi casa».
Finalmente, Rami ganó su batalla y se llevó a la bebé a casa tras ser considerado apto por el ministerio. Le puso el nombre de Jannah, que significa paraíso en inglés. Jannah tiene ahora cuatro meses.
«Jannah es muy feliz en su nuevo hogar, donde todos están mimándola», dijo.
Unicef declaró en enero que la guerra ha dejado un saldo devastador en los niños de Gaza, con informes que indican que al menos 14.500 han muerto, miles han resultado heridos, unos 17.000 han quedado solos o separados de sus padres, y casi un millón se han visto obligados a huir de sus hogares.

Rami y su esposa Iman con Jannah, una niña que van a adoptar en Gaza.
«Ahora hay funcionando menos de la mitad de los 36 hospitales de Gaza, lo que aumenta el riesgo de brotes de enfermedades infecciosas y pone en peligro a los niños. La producción de agua está a menos del 25% de su capacidad», dijo la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.
Jannah tiene ahora cuatro meses, pero sus padres aún están tramitando los documentos oficiales de adopción. «No sé si alguien de su familia vendrá a recogerla. Queremos a Jannah y estamos muy contentos con ella».
Adoptada por una enfermera
Amal Ismael, de 34 años, enfermera en Deir al-Balah, tiene una historia similar.
En noviembre de 2023, el Hospital de la Media Luna Roja de los Emiratos de Rafah, donde trabaja Amal, recibió varios casos procedentes de la unidad neonatal del Hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza, después de que éste fuera evacuado y luego destruido por el ejército israelí.
Les llevaron unos 30 recién nacidos en estado crítico. Tuvieron que ser trasladados a Egipto, y entre ellos había una recién nacida no acompañada y sin identificar.
«En nuestro departamento nos opusimos rotundamente a enviarla a Egipto porque no tenía tutor ni familia que la acompañara», explicó Ismael a MEE.
«Alrededor de 50 personas querían adoptarla, pero el jefe del departamento se negó a que nadie se la llevara hasta que terminara la guerra», recordó.
A medida que la guerra se prolongaba, el departamento decidió entregar la niña a Amal hasta que pudieran encontrar a su familia. «Le puse el nombre de Malak porque odiaba que siempre la llamaran ‘la niña no identificada’. Malak significa ángel, y eso es lo ella es: un ángel».
Durante la guerra, Ismael tuvo inmensas dificultades para mantener a Malak. Encontrar leche y pañales era una lucha, y asegurarse de que tuviera una nutrición adecuada era una preocupación diaria.
«Comía lo que había, pero daba prioridad a la salud de Malak, asegurándome de que comiera fruta y verdura, sobre todo sus plátanos favoritos», cuenta Ismael. «Incluso viajaba largas distancias para conseguirle vitaminas».
Al principio, Ismael esperaba críticas por acoger a Malak, pero en cambio su familia y su comunidad se han mostrado orgullosos de su decisión. «He proporcionado a Malak amor, estabilidad y un hogar», afirmó.
Mahmud Basal, portavoz de la Defensa Civil de Gaza, declaró a MEE que el número de desaparecidos oscila entre 10.000 y 14.000 personas. Esta cifra no incluye a los detenidos y se compone principalmente de personas del norte de Gaza y de la ciudad de Gaza.
«Tenemos personas que murieron y quedaron enterradas bajo los escombros, y otras que se marcharon y nunca regresaron, y no sabemos si fueron asesinadas o están detenidas», explicó Basal.
Tras el alto el fuego entre Hamás e Israel a principios de enero, se descubrieron más cadáveres descompuestos bajo los escombros, pero fue difícil identificarlos, ya que en Gaza no hay posibilidad en estos momentos de realizar pruebas de ADN, según Basal.
Más de 48.000 palestinos han muerto y 111.000 han resultado heridos por ataques israelíes desde el 7 de octubre de 2023, según el Ministerio de Sanidad palestino.
Cuatro familias se han puesto en contacto con Ismael para saber si Malak era su hija desaparecida, pero no lo era.
«Adoro a Malak, pero me gustaría que se reuniera con su familia y estuviera registrada oficialmente. Es lo mejor para ella».
Foto de portada: La enfermera palestina Amal Ismael lleva en brazos a Malak, una niña cuyos padres no han podido ser identificados durante la guerra de Gaza (Facilitada).