¿Qué puede esperarse tras la orden de Ocalan de disolver el Partido Kurdos de los Trabajadores?

Ragip Soylu, Middle East Eye, 28 febrero 2025

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Ragip Soylu es el director de la Oficina de Turquía de MEE, con sede en Ankara. Anteriormente fue corresponsal de los medios turcos Daily Sabah y ATV desde Washington DC y Londres. También ha colaborado con varias agencias de noticias, como CNN y Foreign Policy.

El líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Ocalan, ordenó el jueves la disolución y el desarme del grupo que fundó.

Su anuncio fue muy bien acogido por los líderes políticos y los medios de comunicación turcos.

Ocalan, encarcelado en la isla de Imrali, en el mar de Mármara, desde 1999, ya había pedido anteriormente alto el fuego, sobre todo entre 2012 y 2015, pero nunca antes había pedido explícitamente que el PKK se disolviera.

Fuentes cercanas a las negociaciones entre el Gobierno turco, Ocalan y el PKK aseguran que el proceso que ha desembocado en esta decisión ha durado más de un año.

La iniciativa fue revelada por primera vez en octubre por Devlet Bahceli, líder del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) y aliado clave de la coalición gobernante en Turquía.

A pesar de las continuas operaciones militares de Turquía contra el PKK, Ankara permitió que Ocalan fuera fotografiado y que políticos prokurdos leyeran públicamente su declaración, que fue retransmitida en directo por los principales canales de noticias.

Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos clasifican al PKK como organización terrorista debido a sus ataques contra civiles. Miles de personas han muerto en la guerra entre el PKK y Turquía desde la década de 1980.

Muchos analistas consideran que el llamamiento de Ocalan es consecuencia directa del éxito militar de Turquía al aislar al PKK en las montañas de Qandil, en el norte de Iraq, privándolo de control territorial y de rutas de infiltración desde 2016. Turquía ha utilizado tecnología avanzada de drones y capacidades de guerra electrónica para debilitar al grupo.

La única zona en la que los grupos afiliados al PKK han mantenido con cierta libertad una presencia es Siria, donde las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), respaldadas por Estados Unidos, controlan un territorio significativo tras expulsar a los combatientes del Estado Islámico.

La declaración de Ocalan no sólo pedía la disolución del PKK, sino que también incluía una orden directa a la dirección del grupo de convocar un congreso lo antes posible para ultimar los pasos necesarios para desmantelarlo.

Hande Firat, columnista del diario Hurriyet y estrechamente vinculado al gobierno turco, escribió el viernes que los próximos pasos ya están acordados.

Esto incluye que la organización paraguas del PKK, el KCK (Grupo de Comunidades del Kurdistán), organice un congreso en un plazo de dos a tres meses.

Seguidores de Ocalan muestran un cartel con su imagen tras su llamamiento al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) a desarmarse y disolverse, en Diyarbakir, Turquía, el 27 de febrero (Yasin Akgul/AFP)

Mientras tanto, Yildiray Ogur, columnista del diario Karar y primer periodista en informar sobre las negociaciones, espera que el congreso se celebre ya en marzo, en lugar de un plazo más largo.

«El Estado, en particular, exigió la decisión de disolución: era la petición del Estado. Y están muy satisfechos», declaró Ogur a Middle East Eye. «La declaración de Ocalan es muy clara, no deja lugar a escapatoria».

Ocalan asumió toda la responsabilidad de la decisión, afirmando que el PKK había superado sus objetivos.

Mientras posaba para las cámaras, a Ocalan se le unieron otros tres presos -Omer Hayri Konar, Veysi Aktas y Hamili Yildirim, todos ellos altos mandos del PKK-, lo que sugiere que no estuvo solo en la toma de esta decisión.

Firat argumenta que una vez que el PKK o el KCK decidan formalmente desarmarse y disolverse, incluidas sus alas armadas en Siria, Iraq e Irán, Ankara cambiará su enfoque a favor de las reformas democráticas, aliviando potencialmente la presión legal sobre los políticos kurdos.

Ogur sugiere que Selahattin Demirtas, el antiguo líder encarcelado del prokurdo HDP, podría ser liberado, como primer paso, en virtud de las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Firat esboza los próximos pasos: «La devolución de armas y el registro comenzarán en cooperación con los países vecinos. Se exigirá a los combatientes extranjeros que abandonen sus países de acogida. Los que decidan dedicarse a la política se integrarán en el sistema político de sus respectivos países. Los altos dirigentes del KCK serán reubicados en terceros países».

Muchos esperan que los dirigentes del PKK sean reubicados en la iraquí Suleymaniyah, región controlada por la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), partido político históricamente amigo del grupo armado.

Ogur recuerda que durante el proceso de paz entre Turquía y el PKK de 2013-2015, se crearon listas de miembros del PKK, lo que permitió a los no implicados en el conflicto armado regresar a Turquía sin enfrentarse a cargos, mientras que los altos mandos fueron reubicados en terceros países.

Interrogantes sobre Siria

Una de las mayores incertidumbres es cómo afectará esta decisión a Siria.

El comandante de las Fuerzas Democráticas Sirias, Mazlum Abdi, declaró el jueves que, aunque su grupo acogía con satisfacción la decisión de Ocalan, ésta no se aplica a las Fuerzas Democráticas Sirias, y reveló que había recibido una carta personal de Ocalan.

Sin embargo, Ogur sostiene que la reacción de Abdi no es sorprendente, ya que las FDS niegan oficialmente cualquier vínculo con el PKK.

«El PKK es el nombre del movimiento, y Abdi -le guste o no- forma parte de él», afirmó.

Según Ogur, la declaración de Ocalan también socava la presión de las FDS en favor de la autonomía.

«La consecuencia inevitable de una deriva nacionalista excesiva -Estados-nación separados, federaciones, autonomía administrativa y soluciones culturalistas- no aborda la sociología de las sociedades históricas», dijo Ocalan en su discurso, abandonando de hecho su postura anterior de exigir la autonomía cultural.

Firat añade que Turquía podría continuar las operaciones militares contra el PKK e incluso intensificar las acciones contra las FDS en Siria si el grupo se niega a integrarse en el nuevo gobierno sirio, próximo a Ankara.

Según Ogur, Abdi se había mostrado favorable a la reconciliación con la administración de Ahmed al-Sharaa en Damasco, pero la dirección del PKK en Qandil lo impidió.

«El PKK insistía en esperar a Israel y Estados Unidos», añadió. «Turquía está animando a las FDS a convertirse en una organización política a través de su ala política, el Partido de la Unión Democrática [PYD], y a participar en el proceso constitucional sirio, presentarse a las elecciones y proseguir su lucha por medios políticos».

Ogur reconoce que hay personas tanto dentro de Dem, partido político turco prokurdo, como del PKK que consideran la orden de Ocalan de disolverse como un paso que va demasiado lejos.

«Pero sería muy difícil para la dirección del PKK ignorar esta orden, ya que Ocalan también envió cartas separadas a las montañas Qandil, y todo el mundo estaba al tanto», dijo Ogur, añadiendo que Ocalan es considerado una figura semidivina dentro de la organización.

Ankara ya ha entablado contactos con Salih Muslim, copresidente del PYD entre 2013 y 2015.

Un factor imprevisible es el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

A lo largo de este proceso, Erdogan ha mantenido un perfil bajo, haciendo sólo comentarios ocasionales para mostrar su apoyo al proceso.

Sin embargo, Ogur cree que Erdogan podría presentar esto como una gran victoria política, presentándose como el líder que acabó definitivamente con el PKK.

«La propia existencia del PKK sería nula y sin efecto, lo que permitiría liberar a muchos presos políticos, ya que la mayoría están encarcelados acusados de pertenecer a una organización terrorista», afirmó Ogur.

«Me consta que el gobierno ya está estudiando esta opción».

Foto de portada: La mirada de un niño mientras los kurdos sirios se reúnen después de que Abdullah Ocalan pidiera a su Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que depusiera las armas, Hasakah, Siria, 27 de febrero. (Reuters/Orhan Qereman)

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