Rasha Abou Jalal, Drop Site News, 8 mayo 2025
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Rasha Abu Jalal es una periodista de la Franja de Gaza. Trabaja en varios medios de comunicación que cubren temas políticos, humanitarios y sociales palestinos. Es miembro permanente del comité de jueces del premio anual Press House.
CIUDAD DE GAZA: En la tarde del día de ayer, 7 de mayo, dos ataques aéreos israelíes se abatieron sobre el restaurante Thai, el último que seguía abierto en la ciudad de Gaza, convirtiendo en un panorama de muerte el que fuera un bullicioso lugar de reunión. Un tercer ataque aéreo, casi simultáneo, alcanzó un abarrotado mercado cercano en la calle Al Wahda, sembrando la muerte por todas partes.
Según el Ministerio de Sanidad, al menos 33 palestinos murieron y casi 90 resultaron heridos en los tres ataques aéreos, aunque es probable que el número real de víctimas sea mayor. Muchos de los muertos y heridos eran clientes que disfrutaban de una bebida caliente en el restaurante, o gente en el mercado tratando de encontrar comida durante un asedio de espectro completo que lleva asfixiando Gaza desde hace más de dos meses.
En estos días de derramamiento de sangre, el miércoles fue un día especialmente sangriento. A principios de semana, Israel prometió intensificar sus ya salvajes ataques. Al menos 92 personas murieron hoy en toda Gaza, la mayoría mujeres y niños, según declaró a Drop Site Ismail Al-Thawabteh, director general de la Oficina de Medios de Comunicación del Gobierno en Gaza.
La escena en el interior del restaurante tras el ataque era de pesadilla. Los clientes yacían en el suelo empapados en su propia sangre. Había trozos de pizza esparcidos por las mesas y el suelo. En mi estado de shock, al principio pensé que las manchas rojas del suelo eran de ketchup, pero todo era sangre. Había sangre por todas partes.
Antes de la guerra, este restaurante era un punto de referencia de la ciudad de Gaza, lleno de clientes y ofrecía platos tailandeses, shawarma y pollo a la parrilla. Destruido durante la campaña de bombardeos israelíes, el restaurante fue reconstruido durante el breve alto el fuego que entró en vigor en enero, ofreciendo a los palestinos un rayo de esperanza y una vuelta a la normalidad.
Después de que Israel impusiera un bloqueo total el 2 de marzo, la mayoría de los restaurantes se vieron obligados a cerrar. El restaurante Thai, de alguna manera, consiguió permanecer abierto, sirviendo sólo bebidas calientes y porciones de pizza.
Con el paso de las semanas, el restaurante se convirtió en un popular punto de encuentro para periodistas que siempre buscan fuentes de energía para cargar sus teléfonos y equipos, y un lugar con Internet fiable para archivar sus historias.
Yo acudía al restaurante al menos dos veces por semana con mi portátil y me sentaba en una de las mesas para terminar mis artículos, para informar al mundo sobre el genocidio en curso de mi pueblo. Mi última visita fue hace apenas dos días. Pensaba que era un lugar seguro, pero en esta tierra de muerte no existe tal cosa.

La periodista Rasha Abou Jalal sentada en el restaurante Thai días antes de que fuera bombardeado por el ejército israelí. Mayo de 2025. (Foto cortesía de Rasha Abou Jalal)
Cuando cayeron las bombas el miércoles, Abir Sabri y su amiga estaban sentadas en una mesa en medio del restaurante. Las dos mujeres intentaban robar unos momentos a las cargas cotidianas de la guerra y el asedio: hacer cola durante horas para conseguir agua o encender leña para preparar una sopa aguada para sus hijos.
«Hacía más de un año y medio que no veía a mi amiga, debido a la guerra y a los repetidos desplazamientos, así que quedamos en encontrarnos aquí, en el restaurante Thai», cuenta Abir, de 28 años, todavía conmocionada y luchando por recuperar el aliento. «Pedimos dos tazas de café, nos reímos juntas… y luego todo se volvió un infierno». Mientras hablaba, seguía en estado de shock y luchaba por recuperar el aliento.
«Una fuerte explosión sacudió el lugar. Me mareé y cerré los ojos. Cuando los abrí, me encontré empapada en un charco de sangre; no era mía ni de mi amiga, sino de los otros clientes. Permanecí en un estado de total incredulidad. ¿Cómo había podido sobrevivir?».
Entre los muertos había un chico joven que vendía café a los clientes. Lo veía siempre que iba de visita. Aún recuerdo su sonrisa.
También mataron al periodista Yahya Sobeih. Era uno de los periodistas que frecuentaban regularmente el restaurante Thai. Unas horas antes de ser asesinado, había dado la bienvenida al mundo a su hija recién nacida. Compartió una foto en Instagram de él acunándola en sus brazos, llamándola su «pequeña princesa» en el pie de foto. No podía saber que ese primer abrazo con ella sería el último. Cuando su esposa se enteró de la muerte de su marido, sufrió un ataque de nervios y entró en un profundo estado de shock, perdiendo y recuperando el conocimiento.

El periodista Yahya Sobeih acuna a su hija recién nacida horas antes de morir en un ataque aéreo contra un restaurante tailandés en la ciudad de Gaza, 7 de mayo de 2025. (Foto: captura de pantalla de Instagram @yahyasobeih)
Soheil Amer, amigo íntimo de Sobeih, ha declarado que Sobeih se ha pasado toda la guerra informando para varios medios de comunicación. Sobeih se interesaba especialmente por las historias de los desplazados y publicaba su trabajo en las redes sociales. «Me quedé de piedra cuando supe que Yahya había sido martirizado», dijo Amer.
Tras el atentado, el jefe de cocina del restaurante, Abu Saleh Abdo, se mostraba incrédulo por haber sobrevivido a la masacre. «¿Cuánto tiempo van a seguir matándonos cada día? Los niños, las mujeres, los ancianos e incluso los animales no se han librado de la matanza. Aquí no había combatientes, sólo clientes y algunas familias que intentaban revivir fragmentos de su vida pasada. ¿Cuál fue su crimen para ser bombardeados así? Es una salvajada absoluta», afirmó.
«No queda ninguna esperanza de supervivencia. Si no mueres por los bombardeos, mueres de hambre o enfermedad. Esta guerra debe terminar ya».

El cadáver de un niño muerto en los ataques aéreos israelíes contra un restaurante tailandés en la ciudad de Gaza, 7 de mayo de 2025. (Foto de Rasha Abou Jalal)
Junto al restaurante Thai, en el mercadillo donde cayó el tercer ataque aéreo, la escena era aún más horrible. Había cadáveres esparcidos por el suelo. Tres miembros de una familia -padre, madre e hijo- yacían muertos en un charco de sangre. Muchos vendedores ambulantes murieron y sus puestos quedaron destruidos. Los cadáveres de los clientes que habían venido a buscar comida para sus hijos estaban esparcidos por todas partes.
En la casa de Nahid Qanua, de 16 años, que murió en el ataque al mercado, su madre estaba consumida por el dolor y los lamentos. Las lágrimas corrían por su rostro mientras besaba su frente por última vez antes de que se llevaran su cuerpo para enterrarlo. Intenté consolarla con palabras de condolencia. «Ayer celebró su cumpleaños», me dijo. «Hoy se ha puesto sus mejores galas y ha ido al mercado a comprar comida. ¿Cuál fue su crimen para que lo mataran así?».

La madre de Nahid Qanua, de 16 años, llora sobre el cadáver de su hijo tras un ataque aéreo israelí contra un mercado callejero en la ciudad de Gaza, 7 de mayo de 2025. (Foto de Rasha Abou Jalal)
Las masacres del miércoles se produjeron en medio de un brutal asedio a Gaza. La hambruna está haciendo estragos. Los suministros de harina se han agotado. Los almacenes de alimentos están vacíos. La mayoría de las cocinas de beneficencia han cerrado por falta de productos básicos, como judías y arroz.
Los ataques no cesan. Las bombas caen por todas partes, todos los días. En Gaza, los palestinos desplazados en múltiples ocasiones están siendo bombardeados en sus refugios. El miércoles, dos escuelas que albergaban a familias desplazadas fueron bombardeadas en la ciudad de Gaza, una en el norte y otra en al-Bureij, en el centro de Gaza. Los ataques mataron a 49 personas, entre ellas otra periodista, Nur Al-Din Abdo.
Restaurantes, cocinas de beneficencia, escuelas, refugios y tiendas de campaña han sido alcanzados. Al menos 235 escuelas y refugios han sido bombardeados, según Al-Thawabteh: «Refleja la clara intención de Israel de causar el mayor número de víctimas entre los civiles desplazados. Constituye un crimen de guerra en toda regla y una continuación del genocidio que se está llevando a cabo contra nuestro pueblo», afirmó.
Al-Thawabteh responsabilizó a la administración estadounidense de las masacres en curso, acusándola de proporcionar apoyo militar, político y financiero ilimitado al gobierno israelí. Pidió a la comunidad internacional que tomara medidas inmediatas para poner fin a estos crímenes, proteger a los civiles y exigir responsabilidades a Israel ante los tribunales internacionales. Mientras tanto, el ejército israelí continúa sus incesantes bombardeos sobre Gaza.
Foto de portada: La escena tras los ataques aéreos israelíes contra un restaurante tailandés en la ciudad de Gaza, 7 de mayo de 2025 (Rasha Abou Jalal).