Murtaza Hussain, Drop Site News, 13 junio 2025
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Murtaza Hussain es un periodista especializado en temas de seguridad nacional y política exterior. Sus trabajos se publican en CNN, BBC, MSNBC y otros medios de comunicación.
Israel atacó Irán en la madrugada de hoy viernes, dirigiendo múltiples ataques aéreos contra la capital, Teherán, y otras partes del país, en una dramática escalada de su guerra regional. Se han registrado explosiones en ciudades que albergan importantes instalaciones relacionadas con el programa nuclear iraní. Los informes iniciales indican que Israel podría haber atacado las residencias de funcionarios políticos y militares iraníes, así como de figuras relacionadas con su programa nuclear. La televisión estatal iraní informó de la muerte de varios altos funcionarios, entre ellos el comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, Hossein Salami.
Según el New York Times, los ataques tuvieron como objetivo al menos seis bases militares en los alrededores de Teherán, incluido el complejo militar iraní de Parchin. La televisión estatal iraní, que retransmitió las secuelas de los ataques en Teherán, mostró que dos edificios residenciales se habían derrumbado, causando la muerte y heridas a muchas personas, entre ellas al menos un niño.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el ataque, denominado Operación León Ascendente, como un «ataque preventivo», antes de declarar el estado de emergencia general en Israel en previsión de una posible represalia iraní. En un discurso pronunciado el jueves por la noche, Netanyahu detalló una operación militar a gran escala dirigida contra la infraestructura nuclear y de misiles iraní, alegando que era necesaria para impedir que Irán fabricara armas nucleares y prometiendo que los ataques continuarían «todos los días que fuera necesario». Netanyahu afirmó que los ataques lograron golpear la principal instalación de enriquecimiento de uranio de Irán en Natanz, a científicos nucleares iraníes involucrados en el desarrollo de armas y al programa de misiles balísticos de Irán.
«Tras el ataque preventivo del Estado de Israel contra Irán, se espera un ataque con misiles y drones contra el Estado de Israel y su población civil en un plazo inmediato», dijo Katz en un comunicado. Las autoridades israelíes han indicado que el país podría sufrir «un ataque significativo desde el este» en las próximas horas, probablemente en forma de una lluvia de misiles iraníes en represalia. Israel ha cerrado su espacio aéreo y el Aeropuerto Internacional Ben Gurión de Tel Aviv ha suspendido los vuelos de entrada y salida. La agencia de noticias Tasnim de Irán ha informado de que las autoridades han suspendido los vuelos en el Aeropuerto Internacional Imam Jomeini, que no ha sido alcanzado ni afectado por los ataques.
Los ataques se producen después de que Estados Unidos anunciara la retirada de personal de las embajadas y consulados en Oriente Medio y el presidente Donald Trump insinuara que podría producirse un ataque israelí contra Irán en un futuro próximo. A pesar de esos preparativos, el secretario de Estado Marco Rubio dijo el jueves que «Estados Unidos no participó en los ataques». Sin embargo, según el Times of Israel, el ejército israelí afirma que está coordinando sus acciones con Estados Unidos. En su declaración, Rubio había dicho que «Israel nos informó de que creía que esta acción era necesaria para su autodefensa», y añadió una advertencia a Irán de que «no debía atacar los intereses o el personal de Estados Unidos».

Un edificio dañado en el bulevar Farahzadi de la capital iraní, Teherán, tras un ataque, el 13 de junio de 2025. (Foto de Fatemeh Bahrami/Anadolu vía Getty Images)
El ataque de Israel se produce después de que las conversaciones entre Estados Unidos e Irán se estancaran debido a las nuevas exigencias de Estados Unidos de desmantelar por completo el programa nuclear iraní. Aunque los funcionarios estadounidenses han negado su participación en los ataques actuales, la operación ahora corre el riesgo de involucrar a Estados Unidos en una guerra más amplia, ya que Israel se prepara para una probable represalia iraní mientras amplía su propia campaña de ataques por todo Irán.
Aunque el objetivo declarado de la operación israelí es frenar los esfuerzos nucleares iraníes, hay razones para ser escépticos al respecto. Mucho antes de la actual ola de ataques, funcionarios de inteligencia estadounidenses y otros analistas habían señalado la limitada capacidad de los ataques israelíes para destruir o frenar de manera significativa el programa nuclear iraní. A diferencia de las instalaciones nucleares que Israel ha atacado en el pasado en Iraq y Siria, el programa iraní es más avanzado, está más fortificado y se distribuye en un territorio mucho más amplio. Las principales instalaciones nucleares iraníes, como Natanz y Fordow, están construidas también bajo capas de hormigón y granito fortificados —en algunos casos, literalmente construidas dentro de montañas—, lo que las hace imposibles de destruir con cualquier capacidad militar convencional israelí conocida.
La probable incapacidad de Israel para destruir completamente el programa, a pesar de poder atacar varios objetivos dentro de Irán, ha llevado a algunos expertos militares a concluir que el verdadero objetivo de cualquier ataque es simplemente dar el pistoletazo de salida a una guerra regional más amplia sin un final determinado. Una guerra de este tipo podría arrastrar a Estados Unidos como participante, incluso para defender a Israel de la represalia iraní, en un momento en que algunos sectores de la administración Trump y su base política interna están expresando una intensa frustración por los continuos conflictos en Oriente Medio.
«Tanto el Gobierno israelí como el estadounidense, así como nuestros respectivos servicios militares y de inteligencia, son plenamente conscientes de que los ataques aéreos israelíes contra Irán no van a tener éxito en la destrucción del programa nuclear iraní. Nos enfrentamos a instalaciones subterráneas dispersas por un país extenso y a un capital humano que sabe cómo reconstruir las cosas. Como mucho, esos ataques retrasarían el progreso durante unos meses, o menos de un año», afirmó Harrison Mann, excomandante del ejército estadounidense y director ejecutivo de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés) para el Centro Regional de Oriente Medio y África. «Lo único que se puede conseguir realmente con el bombardeo de las instalaciones nucleares iraníes es provocar una represalia por parte de Irán que contribuya a agravar la situación y la convierta en una guerra más amplia en la que se vea involucrado Estados Unidos. Eso es lo que realmente pretende cualquier supuesto esfuerzo para bombardear el programa nuclear iraní».
Mann, que dimitió de su cargo en la DIA el año pasado en protesta por la política estadounidense en Gaza, añadió que una campaña aérea dirigida contra el programa nuclear de Irán probablemente también requeriría la intervención de tropas terrestres para verificar si el programa había sido realmente destruido. Además, empujaría a Irán a retirarse de su actual compromiso con el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y a desarrollar una bomba, una medida que, según han declarado recientemente funcionarios iraníes, se baraja en caso de que sean atacados.
«Irán nunca ha fabricado un arma nuclear. Esa es una decisión que han tomado los sucesivos líderes de ese país», afirmó Mann. «Pero la forma de garantizar que no intenten fabricar un arma nuclear es hacerles sentir que no tienen otra opción».
Guerra eterna
La guerra actual comenzó después de que las negociaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán se estancaran por la cuestión de permitir a Irán mantener el enriquecimiento nuclear con fines energéticos civiles. En abril, el enviado de Estados Unidos para Oriente Medio, Steve Witkoff, indicó públicamente que tal acuerdo podría ser aceptable para Estados Unidos, siempre y cuando se cumpliera la exigencia de Trump de que Irán no desarrollara armas nucleares. Después de que los iraníes expresaran su acuerdo con estos términos en declaraciones públicas, la posición de Estados Unidos comenzó a cambiar rápidamente. En los últimos días, Witkoff y otros miembros de la facción neoconservadora del establishment de política exterior de Washington han comenzado a exigir, en cambio, un desmantelamiento al estilo de Libia de todo el programa nuclear de Irán, una cuestión que Teherán ya había indicado que era una línea roja que destruiría la posibilidad de un acuerdo diplomático.
«Estados Unidos está cosechando lo que sembró en 2018. Teníamos un acuerdo, no perfecto, pero sí bueno, que los iraníes estaban aplicando plenamente», afirmó Sina Azodi, especialista en relaciones internacionales y política de Oriente Medio de la Universidad George Washington. «Pero llegó Donald Trump, se retiró del acuerdo y calculó erróneamente que Irán volvería y suplicaría por un acuerdo mejor. Todo lo que pensó ha resultado ser falso».
Dependiendo de cómo se desarrolle el ciclo de ataques y represalias, un conflicto con Irán podría llegar a dominar la agenda política de la segunda administración Trump. Las fuerzas de seguridad israelíes estaban divididas sobre si proceder con un ataque sin el apoyo de Estados Unidos, pero dentro de Israel existe desde hace tiempo la expectativa de que un enfrentamiento militar prolongado con Irán requeriría una ayuda significativa de Estados Unidos, ya sea en forma de operaciones militares directas, apoyo en materia de inteligencia, logística o ayuda para defenderse y disuadir los contraataques de Irán y sus aliados.
Los ataques actuales, que, según el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, continuarán «todo el tiempo que sea necesario», bien podrían desencadenar ese proceso de inicio de una guerra más amplia. Un informe publicado este año por el neoconservador Washington Institute for Near East Policy (WINEP) reconoció que los ataques aéreos serían solo la primera fase de un conflicto mucho mayor, afirmando que «en los meses y años siguientes al ataque inicial podrían ser necesarias acciones encubiertas y ataques militares para interrumpir y retrasar los esfuerzos de reconstrucción».
Efectos en represalia
El año pasado, Irán lanzó dos andanadas de misiles contra Israel tras otros ataques israelíes. Pero los analistas de seguridad afirman que esos ataques fueron cuidadosamente calibrados y anunciados con antelación para controlar el nivel de escalada y evitar que estallara una guerra en toda regla.
Tras los graves ataques israelíes contra su programa nuclear, Irán se enfrenta ahora a la disyuntiva de capitular, tomar represalias o retirarse del TNP y lanzarse a la carrera por el arma nuclear. Dada la naturaleza de las capacidades militares de Irán, que se basan, por un lado, en el patrocinio de milicias no estatales que libran una guerra subconvencional y, por otro, en una enorme flota de misiles balísticos e hipersónicos, la capacidad de Irán para tomar represalias de forma mesurada, creando un efecto disuasorio sin que la situación derive en una guerra a gran escala, es limitada.
«Las capacidades de ataque de Irán están muy optimizadas para dos escenarios: operaciones discretas por debajo del umbral de las grandes campañas militares o una confrontación total. El pasado mes de abril, su ataque fue muy espectacular, mientras que en octubre decidieron mostrar algunas de sus capacidades más avanzadas», afirmó Shahryar Pasandideh, analista de seguridad especializado en cuestiones de defensa. «Pero esta vez, si Israel ataca a Irán, los iraníes podrían tomar represalias atacando un conjunto de objetivos cualitativamente diferentes».
Irán también podría optar por no tomar represalias de forma sostenida ante los ataques de Israel si decide que una mejor represalia sería retirarse del TNP, expulsar a los inspectores nucleares y buscar la obtención de un arma nuclear. Eso significaría que la reacción cinética inmediata de Irán podría ser limitada, mientras el país se prepara para desarrollar una bomba fuera de la supervisión internacional.
«Si se producen ataques de gran alcance y no simbólicos contra las instalaciones nucleares iraníes, y los iraníes deciden responder con una ruptura nuclear, no tiene mucho sentido llevar a cabo ataques con misiles de represalia sostenidos», añadió Pasandideh. «Todo se reduce a la capacidad de ataque. Si se va a buscar un arma nuclear en respuesta a un ataque, sería mejor limitar la represalia a una campaña de ataques con misiles de uno o dos días, y luego conservar el resto de las fuerzas durante un período de meses o un año hasta que se haya reconstruido lo que se perdió y se esté en condiciones de estallar con un arma nuclear».
Dependiendo de su duración, la guerra podría acabar provocando divisiones dentro de la coalición de Trump, dividida entre las figuras de America First, reacias a más guerras en Oriente Medio, y los neoconservadores, para quienes atacar Irán ha sido un objetivo largamente acariciado. Si la guerra se prolonga durante un periodo de tiempo prolongado, la capacidad de Estados Unidos para evitar un conflicto mayor disminuirá, y la presión de Israel sobre Estados Unidos para que intervenga y ayude a continuar su campaña no hará más que aumentar.
«No hay ninguna opción viable para Israel sin una estrecha coordinación con Estados Unidos. Cualquier campaña israelí prolongada tiene que contar con un papel central de Estados Unidos», afirmó Trita Parsi, vicepresidente ejecutivo del Quincy Institute for Responsible Statecraft. «Los israelíes no solo están vendiendo la guerra a Estados Unidos, sino que le están vendiendo una guerra sin fin».
Foto de portada: Un edificio dañado en la capital iraní, Teherán, tras uno de los ataques de Israel del 13 de junio de 2025, anunciados por su ministro de Defensa, Israel Katz. (Foto de Ahmet Dursun/Anadolu vía Getty Images)
Un comentario sobre “Israel ataca Irán y promete una operación militar a gran escala”