«Se ha cruzado una nueva línea»: Estados Unidos provoca a Irán con ataques contra instalaciones nucleares

Murtaza Hussain, Drop Site News, 22 junio 2025

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Murtaza Hussain es un periodista especializado en temas de seguridad nacional y política exterior. Sus trabajos se publican en CNN, BBC, MSNBC y otros medios de comunicación.

El sábado por la noche, aviones de combate estadounidenses atacaron tres instalaciones nucleares iraníes, lo que supone la primera vez que Estados Unidos ataca territorio iraní en las décadas de guerra fría entre ambos países. El anuncio del presidente Trump, publicado en Truth Social, afirmaba que Estados Unidos había atacado las instalaciones nucleares de Fordow, Natanz e Isfahan en un bombardeo denominado «Operación Martillo de Medianoche». La escalada fue recibida con júbilo por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que había presionado sin descanso para que se llevara a cabo la operación. Del mismo modo, los partidarios de la línea dura de Trump elogiaron el acto de guerra, mientras que, por todo el espectro político de Estados Unidos, muchos funcionarios y sectores de la población han expresado su condena, ya sea por motivos constitucionales o por su oposición a que Estados Unidos entre en una posible guerra eterna con un país de 90 millones de habitantes.

Aunque la administración Trump ha vendido los ataques a una opinión pública estadounidense cansada de la guerra como una solución puntual a la disputa sobre el programa nuclear de Irán, es más probable que la maniobra avive el conflicto. Las instalaciones atacadas ya eran conocidas por la comunidad internacional y estaban sujetas a supervisión. Irán había aceptado controles sobre el enriquecimiento de uranio en el contexto de un acuerdo diplomático para resolver el conflicto. Sin embargo, las perspectivas de dicho acuerdo parecen inciertas tras este ataque.

Las primeras fotos satelitales muestran cráteres de impacto en el emplazamiento de las instalaciones nucleares subterráneas de Irán. Por el momento, no está claro cuál es el alcance de los daños, incluso en Fordow, que es la instalación nuclear iraní más fortificada y está diseñada para resistir bombardeos aéreos. En una rueda de prensa, el presidente del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine, afirmó que «las tres instalaciones han sufrido daños extremadamente graves», pero señaló que la evaluación definitiva llevaría más tiempo. Según el New York Times, funcionarios israelíes han afirmado que Fordow ha sufrido daños graves, pero «no ha sido completamente destruida por el ataque estadounidense». El domingo, el vicepresidente J. D. Vance indicó a ABC News que las reservas de Irán han permanecido intactas a pesar de la operación estadounidense.

Irán no ha dado indicaciones detalladas sobre su propia evaluación de los daños y, en cambio, ha restado importancia a la gravedad de los impactos. Antes del ataque, anticipándose a los bombardeos, las autoridades iraníes afirmaron en varias ocasiones que los equipos y materiales sensibles habían sido trasladados fuera de las instalaciones-objetivo. La noche del ataque, Mehdi Mohammadi, asesor principal del presidente del Parlamento iraní, respondió afirmando: «Desde la perspectiva de Irán, no ha ocurrido nada especialmente sorprendente. Irán llevaba varias noches esperando un ataque contra Fordow. El emplazamiento fue evacuado hace mucho tiempo y no ha sufrido ningún daño irreversible en el ataque».

Mohammadi añadió: «Hay dos cosas seguras: en primer lugar, el conocimiento no se puede bombardear. En segundo lugar, esta vez, el jugador perderá».

Un día antes de los ataques de Israel contra Irán, funcionarios iraníes afirmaron que ya habían construido y preparado otra instalación nuclear segura para el enriquecimiento de uranio dentro del país. Altos funcionarios del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) dijeron anteriormente que «no están tan seguros» sobre la ubicación de las reservas existentes de uranio enriquecido de Irán, y si estas habían sido trasladadas fuera de los lugares objetivo antes de que se produjeran los ataques. «En tiempos de guerra, todas las instalaciones nucleares están cerradas», dijo el director del OIEA, Rafael Grossi, y añadió que «todos nuestros inspectores que aún se encuentran en Irán… no están inspeccionando, no se puede llevar a cabo ninguna actividad normal».

Tras el ataque, Trump ha afirmado que había «destruido» el programa nuclear de Irán. Sin embargo, los antiguos altos cargos de Defensa no comparten esa certeza.

«Se desconoce por completo el alcance de los daños causados a las instalaciones atacadas. No hay forma de saberlo sin enviar tropas sobre el terreno. No está claro si el propio Trump lo entiende, pero todos los que le rodean saben que anoche no destruyeron de forma verificable el programa nuclear», afirmó Harrison Mann, excomandante del ejército estadounidense y director ejecutivo de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés) para el Centro Regional de Oriente Medio y África. «Se puede analizar este suceso y decir que Trump hizo algo para poder decir que hizo algo. Pero no hemos tocado las capacidades militares convencionales de Irán y no sabemos si hemos destruido su capacidad para enriquecer uranio o fabricar un arma nuclear si así lo deciden».

Sin embargo, lo que Trump ha logrado de forma verificable es poner a Estados Unidos en conflicto directo con Irán, intensificando una confrontación que anteriormente se había producido a través de intermediarios y de la guerra económica.

«En términos de impacto real sobre las capacidades de Irán, el ataque fue en gran medida simbólico. Pero en términos de iniciar una guerra no declarada, es todo menos simbólico», continuó Mann. «Se ha cruzado una nueva línea: es la primera vez que bombardeamos un Estado que tiene la capacidad de infligir graves daños a los estadounidenses en la región».

Las consecuencias

Tras el ataque estadounidense, los funcionarios de Estados Unidos han amenazado con una mayor escalada y han exigido a Irán que vuelva al diálogo sobre su programa nuclear. «Los iraníes pueden seguir el camino de la paz o pueden seguir el camino de esta ridícula política de riesgo», dijo el vicepresidente JD Vance el domingo por la mañana. El secretario de Estado Marco Rubio hizo comentarios similares, diciendo que «si eligen el camino de la diplomacia, estamos preparados. Podemos llegar a un acuerdo que sea bueno para ellos, para el pueblo iraní y para el mundo. Si eligen otra vía, habrá consecuencias».

Aunque los funcionarios estadounidenses han tratado de tranquilizar al público asegurando que los ataques no son el preludio de una guerra más amplia, han dado a entender que podría haber planes más extremos en perspectiva. Cuando se le presionó sobre cómo podría responder Irán a un ataque, Rubio pareció respaldar la posibilidad de un cambio de régimen para impedir que Irán desarrolle un arma nuclear. «Miren, al fin y al cabo, si Irán se compromete a convertirse en una potencia nuclear, creo que eso pone en peligro al régimen. De verdad lo creo. Pienso que sería el fin del régimen si intentaran hacerlo», declaró Rubio a Fox News.

El domingo por la tarde, el propio Trump pareció mostrarse favorable a la idea de una guerra más amplia, al publicar: «No es políticamente correcto utilizar el término «cambio de régimen», pero si el actual régimen iraní es incapaz de HACER QUE IRÁN VUELVA A SER GRANDE, ¿por qué no habría un cambio de régimen???? ¡MIGA!».

El Gobierno iraní se enfrenta ahora a la disyuntiva de aceptar la «rendición incondicional» exigida por Trump o resistirse a los intentos de Estados Unidos e Israel de desarmar al país y, potencialmente, destruir su Gobierno. En respuesta a los ataques y amenazas, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Aragchi, respondió el domingo: «La semana pasada, estábamos negociando con Estados Unidos cuando Israel decidió hacer saltar por los aires esa diplomacia. Esta semana, mantuvimos conversaciones con el E3/UE cuando Estados Unidos decidió hacer saltar por los aires esa diplomacia. ¿Qué conclusión sacarían?».

Más tarde, en un discurso pronunciado en una reunión de emergencia de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) en Estambul, Aragchi dijo: «No sé cuánto margen queda para la diplomacia. Ahora estamos evaluando los daños, pero mi país ha sido atacado y responderemos».

El Gobierno iraní ya ha tomado represalias contra el principal aliado de Estados Unidos: Israel. Inmediatamente después de los ataques, Irán lanzó una salva masiva de misiles balísticos contra objetivos en las ciudades israelíes de Tel Aviv y Haifa. Siguiendo el método típico de represalia de Irán desde el ataque no provocado de Israel contra Irán, varios de los misiles impactaron en zonas urbanas densamente pobladas de Israel.

Hasta ahora, los iraníes no han tomado represalias directamente contra las bases estadounidenses en la región que se encuentran al alcance de los misiles iraníes, ni han cerrado el estrecho de Ormuz, un punto estratégico naval fundamental para los flujos energéticos mundiales, así como para las exportaciones de petróleo y gas de Irán. Los informes de la prensa israelí indican que los funcionarios israelíes están buscando ahora poner fin al conflicto actual con Irán tras los ataques estadounidenses contra sus instalaciones nucleares.

Por ahora, los ataques parecen haber saboteado por completo el acuerdo mundial de no proliferación nuclear, al tiempo que preparan el terreno para una confrontación mayor y más peligrosa entre Irán y Estados Unidos. En respuesta al ataque, el expresidente ruso Dmitriy Medvedev afirmó que «varios países» están dispuestos a proporcionar ojivas nucleares a Irán tras el ataque, y añadió que «el enriquecimiento de material nuclear —y, ahora podemos decirlo abiertamente, la futura producción de armas nucleares— continuará».

No está claro hasta qué punto Medvédev representa la postura oficial de Rusia, pero sus declaraciones se hacen eco de los comentarios realizados por otros destacados ultranacionalistas rusos tras el ataque, y se espera que Aragchi llegue hoy a Moscú para una reunión previamente prevista con Putin. Dependiendo de cómo decida reaccionar Irán, podría haber comenzado oficialmente una nueva fase de la guerra entre Irán e Israel y sus aliados. La vía diplomática es ahora considerada poco fiable por la parte iraní, dados los repetidos ataques que ya se han producido en medio de las negociaciones. La probabilidad de que la Administración Trump se embarque en una escalada de violencia y ataques militares en un esfuerzo por alcanzar sus objetivos declarados —incluso si eso significa una guerra importante a largo plazo con Irán con el objetivo de cambiar el régimen— parece ahora muy alta.

«Si yo estuviera en la posición de Irán, mantendría la apariencia de negociación, pero intentaría construir un arma nuclear. Si Irán puede amenazar de forma creíble con utilizar un arma nuclear contra Israel, Estados Unidos tendrá que lanzar una invasión masiva de Irán o abstenerse y negociar por miedo a que utilicen dicha arma contra Israel», afirmó Mann. «Probablemente, otra administración se vería disuadida por un arma nuclear iraní, pero no podemos decir lo mismo con confianza sobre Trump».

Foto de portada: El presidente del Estado Mayor Conjunto, el general de la Fuerza Aérea Dan Caine, analiza los detalles de la misión de un ataque contra Irán durante una rueda de prensa en el Pentágono el 22 de junio de 2025 en Arlington, Virginia. (Foto de Andrew Harnik/Getty Images)

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