Jeremy Scahill, Drop Site News, 6 junio 2025
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Jeremy Scahill es periodista de Drop Site News y fue cofundador de The Intercept. Es reportero de investigación, corresponsal de guerra y autor de “Dirty Wars: The World Is a Battlefield” y “Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army”. Ha informado desde Afganistán, Iraq, Somalia, Yemen, Nigeria, la antigua Yugoslavia y otros lugares del mundo.
Los negociadores palestinos de Hamás han propuesto una serie de enmiendas al marco promovido por Estados Unidos para un acuerdo de alto el fuego de 60 días en Gaza. Según la respuesta que Hamás presentó a Estados Unidos e Israel y a los mediadores regionales de Catar y Egipto, el movimiento de resistencia islámico espera que el posible acuerdo ponga fin a la guerra genocida de Israel contra Gaza, que dura ya 22 meses. El documento, obtenido por Drop Site, está fechado el 4 de julio, cuando Hamás presentó su respuesta formal a lo que el presidente Donald Trump denominó la «propuesta final».
Israel ya ha denunciado la posición de Hamás, afirmando que sus modificaciones «no son aceptables para Israel», pero el primer ministro Benjamin Netanyahu acordó enviar un equipo de negociación a Doha, Catar, el domingo, citando una solicitud de Estados Unidos para iniciar conversaciones indirectas de «proximidad». Netanyahu estará en Washington D. C. esta semana y tiene previsto reunirse con Trump y otros funcionarios estadounidenses el lunes.
Trump ha dicho que cree que se podría anunciar un acuerdo la próxima semana, pero que habría que resolver una serie de cuestiones pendientes para que el alto el fuego entrara realmente en vigor. Dada la oposición declarada de Israel a las revisiones de Hamás al marco de trece puntos de una página y media, es casi seguro que Estados Unidos e Israel culparán directamente a Hamás de cualquier retraso. Israel ya ha intensificado sus ataques militares contra Gaza en los últimos días, matando a decenas de personas cada día.
En sus revisiones, Hamás dejó intacta la mayor parte de la propuesta original anunciada por Trump a principios de la semana pasada. Hamás dio su consentimiento para liberar a más prisioneros israelíes antes de lo que el movimiento había querido en el alto el fuego inicial, y eliminó el lenguaje que buscaba un cese claramente definido de las operaciones militares durante cinco a siete años, garantizado por Estados Unidos, Egipto y Qatar.
Las modificaciones propuestas por Hamás se centran en reforzar el lenguaje sobre las garantías de Estados Unidos de que Israel no reanudará la guerra tras un periodo inicial de 60 días, aclarar el calendario y los lugares de retirada de las tropas israelíes y garantizar que la ayuda humanitaria llegue sin restricciones a Gaza, junto con el equipo necesario para rehabilitar rápidamente las infraestructuras vitales.
«La esperanza del lado palestino es que todas las cuestiones pendientes, si hay una intención clara por parte de Estados Unidos de que realmente quieren el fin de la guerra, puedan resolverse fácilmente», afirmó Sami Al-Arian, destacado académico y activista palestino y director del Centro para el Islam y los Asuntos Globales de la Universidad Zaim de Estambul. «Sin duda, existen algunos riesgos, incluso si este acuerdo se lleva a cabo hasta el final de los 60 días. Esperemos que en ese tiempo se alcance algún tipo de acuerdo», declaró Al-Arian a Drop Site en una entrevista. «Pero si no es así, eso significará que los israelíes volverán a su guerra genocida: matar a más palestinos. De media, han estado matando entre 80 y 150 al día. Y la parte palestina continuará su guerra de desgaste».
Aunque Hamás es el partido oficial que negocia el alto el fuego, consulta estrechamente con la Yihad Islámica Palestina, cuyo brazo armado, Saraya Al Quds, sigue reteniendo a un número desconocido de prisioneros israelíes en Gaza. Hamás también comparte los borradores con otras facciones y partidos palestinos y solicita su opinión antes de tomar cualquier decisión. Hussam Badran, un alto funcionario de Hamás, dijo el sábado que estas consultas se realizaron «para garantizar una posición palestina unificada para detener la guerra de exterminio contra nuestro pueblo en la Franja de Gaza». Hamás también publicó declaraciones de una docena de facciones palestinas y grupos de resistencia diferentes en apoyo a la respuesta de Hamás a la propuesta respaldada por Estados Unidos.
«Afirmamos que la positividad y la flexibilidad ofrecidas por la resistencia no significan que haya renunciado a ninguno de los derechos de nuestro pueblo. Por el contrario, quiere avanzar hacia el fin de este genocidio y hacer hincapié en la retirada de las fuerzas de ocupación, la entrada de ayuda y la restauración de la vida de nuestro pueblo en la Franja de Gaza», declaró Muhammad al-Haj Musa, portavoz de la Yihad Islámica Palestina, en una entrevista con Al Jazeera Mubashar el viernes. «Naturalmente, hay una serie de puntos que la resistencia busca establecer para aliviar el sufrimiento de nuestro pueblo y garantizar el fin de la brutalidad, los crímenes, los bombardeos y los intentos de desplazamiento del pueblo palestino por parte de la ocupación, que declara abiertamente. Por lo tanto, queremos garantías reales. Sin embargo, lo que ha ofrecido la resistencia no afecta fundamentalmente al núcleo de este marco».
Fuentes internas de Hamás y personas cercanas a su equipo negociador han informado a Drop Site en los últimos días que los negociadores palestinos intentaron mostrar flexibilidad y reducir al mínimo los cambios propuestos, sabiendo que Israel trataría de frustrar cualquier intento de modificar el ultimátum original. En mayo, Hamás respondió a un documento elaborado por Estados Unidos e Israel presentando una contrapropuesta muy revisada. En una declaración del 2 de julio, Hamás afirmó que buscaba un acuerdo «que garantizara el fin de la agresión, lograra la retirada y proporcionara ayuda urgente a nuestro pueblo en la Franja de Gaza».
«La lucha continuará»
En sus revisiones al borrador respaldado por Trump, Hamás propuso un lenguaje más contundente en el marco para garantizar que la tregua inicial de 60 días se prorrogara indefinidamente -bajo la garantía de Estados Unidos- hasta que se alcanzara un acuerdo para poner fin definitivamente a la guerra de Israel contra Gaza. También quiere que Egipto y Catar figuren no sólo como mediadores, sino como garantes del acuerdo junto con Estados Unidos. «Los mediadores-garantes garantizan la continuación de negociaciones serias sobre un alto el fuego permanente durante un período prolongado hasta que las dos partes alcancen un acuerdo, y la continuación del alto el fuego y el flujo de ayuda acordados en este marco», afirmaba el borrador de Hamás.
El texto original contenía un lenguaje y cláusulas más vagas, como «si es necesario», y sólo atribuía a Egipto y Catar la función de garantizar la continuación de las negociaciones, y no a Estados Unidos. Las condiciones de Hamás dejarían claro que Estados Unidos es responsable de que Israel mantenga el alto el fuego durante la tregua inicial de 60 días y durante las negociaciones posteriores para un alto el fuego a largo plazo.
Hamás también busca un lenguaje más claro que obligue a Israel a retirar sus fuerzas de Gaza de acuerdo con los mapas acordados en el acuerdo original de enero. Hamás quiere que las tropas israelíes se retiren a sus posiciones del 2 de marzo, día en que Israel abandonó el alto el fuego, impuso un bloqueo total y, posteriormente, el 18 de marzo, reanudó el ataque genocida contra Gaza.
La propuesta respaldada por Estados Unidos, que se redactó en consulta con Israel, emplea un lenguaje opaco y afirma que los redespliegues israelíes se basarían en «mapas que se acordarán» en negociaciones técnicas. Según la modificación de Hamás, las fuerzas israelíes se retirarían primero del norte de la Franja y, una semana después, del sur «a las posiciones a las que se replegaron las fuerzas israelíes según los mapas del acuerdo del 19 de enero de 2025, con pequeñas modificaciones que se acordarán».
Netanyahu y otros funcionarios israelíes han afirmado que su objetivo es «conquistar» toda Gaza y expulsar a los palestinos, ya sea matándolos u obligándolos a trasladarse a otros países. Algunos ministros del Gobierno han pedido en repetidas ocasiones la anexión formal de todo el territorio.
La propuesta de Hamás exige que toda la distribución de la ayuda esté bajo el control de las Naciones Unidas y la Media Luna Roja Palestina, con el fin de garantizar el libre flujo de grandes cantidades de ayuda, según los términos del acuerdo original de enero que Israel abandonó unilateralmente.
El borrador original respaldado por Estados Unidos indicaba que la ONU y la Media Luna Roja sólo participarían en la distribución, en lugar de estar a cargo de ella, como era el caso en el acuerdo original de enero. Hamás también eliminó una frase -que habría mantenido el control israelí sobre la cuestión de la ayuda- que decía que los alimentos y otros suministros se distribuirían «de conformidad con un acuerdo que se alcanzaría en relación con la ayuda a la población civil».
Aunque la propuesta de Hamás no menciona el programa de ayuda estadounidense e israelí gestionado por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), si se aceptan las revisiones de Hamás, los pocos centros de la GHF en los que se han distribuido escasos suministros de alimentos quedarían obsoletos. Al menos 650 palestinos hambrientos han muerto en masacres relacionadas con la ayuda humanitaria desde que la GHF comenzó sus operaciones el 27 de mayo.
Además de alimentos, medicinas y otros suministros vitales, Hamás añadió una cláusula en la que se pide la «rehabilitación inmediata de las infraestructuras (agua, electricidad, alcantarillado), la rehabilitación de hospitales y panaderías y la entrada del equipo necesario para retirar los escombros y abrir las carreteras».
En lo que podría ser una medida destinada a adelantarse a las propuestas de Hamás sobre la ayuda con un concepto que Trump probablemente aceptaría, el gabinete de seguridad israelí votó el sábado, pese a las objeciones de los ministros de extrema derecha Bezalel Smotrich e Itimar Ben-Gvir, ampliar la distribución de la ayuda en la Franja de Gaza a través de «organizaciones internacionales» no identificadas distintas de la GHF. El sitio web de noticias israelí YNet afirmó que la propuesta incluía «zonas de distribución de ayuda humanitaria en Gaza que separarían a la población civil de Hamás».
En sus modificaciones, Hamás también propuso la reapertura del paso fronterizo de Rafah con Egipto «para viajeros, enfermos, heridos y comercio». Antes de la invasión israelí de Rafah y su toma del corredor Filadelfia en mayo de 2024, era la única puerta de Gaza al mundo fuera del control de Israel. Esta será una cuestión controvertida, ya que Netanyahu lleva meses prometiendo que las fuerzas israelíes permanecerán atrincheradas indefinidamente en el corredor Filadelfia, lo que impediría efectivamente la reapertura del paso fronterizo de Rafah. Los mediadores egipcios plantearon recientemente a Hamás la idea de que Israel permaneciera en el corredor durante un período indefinido.
Incluso si Israel y Hamás llegan a un acuerdo sobre los términos del alto el fuego y lo firman, la realidad es que cualquier acuerdo formal que alcancen podría convertirse pronto en algo teórico. Israel viola sistemáticamente los altos el fuego y lo hace con el pleno respaldo de Estados Unidos, como ocurrió tanto con Trump como con su predecesor, el presidente Joe Biden. Funcionarios israelíes ya han afirmado que Trump ha prometido entregar a Netanyahu una «carta paralela» en la que apoya el regreso al ataque militar sobre Gaza si Hamás no acepta la desmilitarización del enclave y el exilio de sus líderes.
Tanto Trump como Netanyahu han indicado que hay otros acontecimientos en marcha relacionados con la reciente guerra de 12 días contra Irán, los ataques contra Hizbolá en el Líbano y un posible acuerdo sobre Gaza. Aunque gran parte de la atención se ha centrado en la posible ampliación de los llamados Acuerdos de Abraham -una serie de acuerdos de «normalización» entre Israel y un puñado de países árabes-, también hay cada vez más voces que piden a Israel que se apropie de más territorio de la Cisjordania ocupada. Desde enero, las fuerzas israelíes han llevado a cabo operaciones que han provocado el mayor desplazamiento forzoso en Cisjordania desde 1967.
Algunos políticos israelíes han comenzado a amplificar sus demandas para que Netanyahu anuncie la anexión formal de todo el territorio antes de que la Knesset entre en receso el 27 de julio. Quince ministros del partido Likud de Netanyahu escribieron una carta en la que afirmaban que «la asociación estratégica, el respaldo y el apoyo de Estados Unidos y del presidente Donald Trump han hecho que sea un momento propicio para seguir adelante con ello ahora».
Hamas está sometido a una presión sin precedentes por parte de los palestinos de Gaza para que detenga el genocidio, aunque sea temporalmente. Las concesiones que Hamas ya ha hecho durante la última semana indican su disposición a emprender un camino incierto que estará plagado de escollos.
«A pesar de la destrucción y el caos, a pesar del genocidio y los asesinatos, las masacres y la hambruna, la resistencia, aunque ha sufrido tácticamente, no ha sido derrotada. No ha izado la bandera blanca», afirmó Al-Arian. La resistencia palestina en Gaza «también fue capaz de infligir grandes pérdidas, especialmente en las últimas semanas, a las fuerzas genocidas israelíes. En resumen, los israelíes tuvieron que capitular. Querían diezmar a Hamás y a la resistencia, pero ahora están negociando con ellos en Doha».
Entre las cuestiones que no se especifican ni en la propuesta estadounidense-israelí ni en la versión revisada de Hamás se encuentra lo que dirá el acuerdo final sobre la posición de Hamás en Gaza, si algún líder tendrá que exiliarse y cuántos de los más de 10.000 prisioneros palestinos retenidos por Israel serán liberados en virtud de un posible acuerdo. Hamás ha dicho en repetidas ocasiones que renunciará al gobierno de Gaza y entregará el poder a un comité tecnocrático independiente de palestinos. Pero ha rechazado rotundamente la desmilitarización total de Gaza, diciendo que esto equivaldría a una rendición de la causa de liberación palestina.
«Creo que lo que los estadounidenses buscan aquí es una ventaja geopolítica al intentar negociar un acuerdo de normalización entre Arabia Saudí y otros regímenes con el régimen sionista. Ese plan de los estadounidenses, aunque perjudicará a los palestinos, podría salir adelante, en cuyo caso podríamos ver el fin de esta guerra», afirmó Al-Arian. «Pero la lucha continuará hasta que los palestinos consigan su libertad, independientemente de lo que hagan los israelíes. Ellos son los invasores. Ellos son los opresores. Ellos son los colonialistas. Ellos son los genocidas. Los palestinos continuarán su lucha hasta liberar su tierra y hasta que todos los palestinos sean libres».
Foto de portada: El sol se pone detrás de edificios destruidos en el territorio palestino sitiado el 3 de julio de 2025 (Foto de Menahem Kahana / AFP).
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