Alessandra Bajec, The New Arab, 14 julio 2025
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Alessandra Bajec es una periodista independiente especializada en Oriente Medio y el norte de África. Anteriormente vivió en Palestina y luego en El Cairo, y actualmente reside en Túnez. X: @AlessandraBajec
Según la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU, más de medio millón de afganos han regresado de Irán desde principios de junio, después de que Teherán diera a los migrantes indocumentados hasta el 6 de julio para salir del país.
En marzo, el Gobierno iraní emitió una orden de deportación general que imponía a los ciudadanos afganos irregulares la fecha límite de principios de julio para abandonar el país o enfrentarse a la expulsión.
La campaña de expulsión podría afectar a más de cuatro millones de personas de los más de seis millones de afganos que se estima que viven en Irán.

«El plan de Irán de enviar de vuelta a cuatro millones de afganos indocumentados está a punto de convertirse en la mayor repatriación que ha visto la región en la historia moderna», declaró Ibraheem Bahiss, analista senior del Programa Asia del International Crisis Group, a The New Arab.
Citó como ejemplo más cercano el plan de repatriación de extranjeros ilegales de Pakistán, puesto en marcha a finales de 2023 y dirigido principalmente a los afganos. El programa anunciado pone en peligro a hasta tres millones de refugiados afganos, incluidos alrededor de 1,4 millones de personas con tarjetas de registro.
El número de personas que cruzan la frontera ha aumentado drásticamente desde mediados de junio, con hasta 40.000 entradas en Afganistán en algunos días. Según los cálculos del ACNUR, el número diario de repatriados afganos alcanzó un máximo de 43.000 el 1 de julio. Miles de personas huyen por miedo a ser detenidas o deportadas, al endurecimiento de los controles fronterizos y a la creciente inseguridad.
Un gran número de migrantes afganos viven en Irán desde la invasión soviética de Afganistán en 1979, mientras que una oleada reciente llegó tras la reconquista del poder por parte de los talibanes en 2021. Muchos de ellos afirman que sufren discriminación habitual y que a menudo se les culpa de las dificultades económicas y los problemas sociales de Irán.
El analista del ICG explicó que, desde la toma del poder por los talibanes, hay ahora un grupo de afganos en Irán que sólo ven este país como una escala en su camino hacia Europa. «Para muchos de estos afganos, Irán podría ser un reinicio temporal», dijo Bahiss.
«Si tienen los medios, es probable que se arriesguen a emprender el viaje de nuevo, trabajando y ahorrando antes de cruzar a Turquía y luego a Europa».
Especificó que, si bien para este grupo el objetivo es seguir migrando, miles de personas han construido un futuro a largo plazo en Irán.
«Con el plan de repatriación de Irán y la creciente xenofobia, los afganos se vuelven más vulnerables cada vez que cruzan de vuelta, y a menudo caen presa de traficantes y delincuentes que se aprovechan de su desesperación», dijo Bahiss.
Este último éxodo refleja una tendencia más amplia de afganos que regresan de Irán, algunos de forma voluntaria, pero una gran parte de ellos obligados por órdenes de deportación.
Según la agencia de la ONU para los refugiados, más de 1,4 millones de personas han regresado a Afganistán de forma voluntaria o forzosa en lo que va de año, incluyendo más de un millón de personas procedentes de Irán.
El régimen iraní defiende su campaña de deportaciones masivas alegando vagos motivos de seguridad nacional, citando el aumento de las tensiones tras su enfrentamiento militar de 12 días con Israel. Los medios de comunicación iraníes y los usuarios de las redes sociales han difundido afirmaciones de que algunos afganos fueron detenidos por sospecha de espionaje a favor de Israel, lo que se suma al malestar público que existe desde hace tiempo hacia la comunidad afgana en Irán.
También han surgido informes de que los medios de comunicación afiliados al Estado incitan a la discriminación y la violencia al tildar a los afganos y otras minorías de traidores y utilizar un lenguaje que los vilipendia.
El relator especial de la ONU sobre los derechos humanos en Afganistán dijo en una publicación en X que cientos de afganos y miembros de otras minorías étnicas y religiosas han sido detenidos y acusados de «espionaje».
En una declaración, los expertos de la ONU dieron la voz de alarma sobre la represión de las autoridades iraníes tras el estallido de las hostilidades entre Irán e Israel y tras el alto el fuego. «Las situaciones posconflicto no deben utilizarse como una oportunidad para reprimir la disidencia y aumentar la represión», afirmaron.
Incluso los afganos con permisos de residencia y visados válidos están siendo detenidos y expulsados por la fuerza en la actual ola de deportaciones, como han indicado algunos medios de comunicación iraníes.
«Conozco a muchas personas que fueron deportadas a pesar de tener visados y documentos de identidad», declaró Dawood, un ciudadano afgano que lleva años viviendo en Irán con su familia, al Centro para los Derechos Humanos en Irán (CDHI).
Esta persecución generalizada de los afganos ha dejado a muchos de los que viven y trabajan en Irán en un estado de miedo constante. Numerosos repatriados afirman haber huido de forma precipitada y sin haberse preparado, y la mayoría se enfrenta a presiones de las autoridades, detenciones, deportaciones forzadas o pérdidas económicas debido a la premura de la salida.
Llegan sin apenas pertenencias y necesitan alojamiento, agua potable, comida, documentación legal, educación y asistencia sanitaria.
Nicole van Batenburg, coordinadora de comunicaciones de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) en Afganistán, compartió con The New Arab algunas observaciones sobre el terreno de su visita al paso fronterizo de Islam Qala hace dos semanas.
«La mayoría de las personas llegaban en autobuses con sólo una maleta, otras llegaban en coche con algo más, dejando atrás todo lo demás», dijo el personal de medios de comunicación de la FICR, describiendo las masas de repatriados que cruzaban desde Irán.
También habló de las duras condiciones a las que se enfrentaban los afganos atrapados durante horas en la frontera, bajo un calor abrasador de 43°C, mientras esperaban la documentación y el registro.
Muchos de los testimonios más difíciles, añadió, procedían de familias que abandonaron Afganistán hace años y ahora se sienten perdidas porque no saben cómo reconstruir sus vidas en un país del que ya saben muy poco. Muchos también temen por el futuro de sus hijos, especialmente en lo que respecta a la educación de las niñas.
Van Batenburg compartió una historia desgarradora de un padre que ha estado ocultando a sus hijas la prohibición de los talibanes de que las niñas reciban educación. «No puedo decirles que quizá no puedan ir al colegio. No sé cuánto tiempo podré seguir mintiéndoles», informó la especialista en comunicación.
Además, una enfermera de la Media Luna Roja Afgana dijo que el 80% de las mujeres que llegan están profundamente traumatizadas y temerosas de su situación.
La situación es especialmente grave para las mujeres solteras que deben viajar con un tutor masculino, ya que se enfrentan a la amenaza de arrestos arbitrarios, acoso y represión severa por parte de las autoridades talibanes.
La Cruz Roja prevé que hasta un millón más de afganos podrían ser devueltos desde Irán a finales de año, ya que las deportaciones se han disparado desde las recientes escaladas militares entre Irán e Israel.
En declaraciones a The New Arab, Jacopo Caridi, director nacional del Consejo Noruego para los Refugiados (CNR) en Afganistán, señaló tres razones que han motivado a las familias afganas a huir de Irán.
«En primer lugar, está el miedo a la guerra. Luego, está el creciente sentimiento negativo hacia los afganos. Y, por último, que la nueva política de Irán muestra un enfoque más duro hacia quienes no tienen los documentos adecuados», afirmó.
El director nacional del CNR también señaló otros dos factores que impulsan estos retornos a gran escala: países vecinos como Pakistán e Irán afirman que Afganistán es ahora seguro y utilizan esto para justificar nuevas políticas de retorno, mientras que los refugiados afganos suponen una pesada carga para los recursos de los países de acogida.
Instó a los gobiernos que envían de vuelta a los afganos a coordinarse mejor con las autoridades afganas y acordar un calendario claro, ya que la frontera solo puede gestionar unas 10.000 personas al día.
Las familias llegan agotadas y angustiadas a un país que ya tiene dificultades para mantener a su población, con dos tercios de la misma necesitados de ayuda y una capacidad muy limitada para absorber un gran número de repatriados, dada la presión sobre los servicios públicos y la ayuda humanitaria.
Caridi destacó que el plan de respuesta humanitaria para Afganistán sólo ha recibido alrededor del 20% de su financiación anual, y no se esperan fondos adicionales este año. Estimó que una cuarta parte de los afganos necesitados se quedarán sin asistencia.
«Hoy en día no hay conflicto en Afganistán, pero el nivel de pobreza es muy, muy alto. Sin el apoyo internacional al pueblo afgano, esto podría convertirse en una nueva tragedia», afirmó, anticipando que al menos tres millones de personas podrían regresar a finales de año.
Bahiss destacó que estas repatriaciones masivas se producen en un momento en que los afganos ya están luchando contra una grave contracción económica y una reducción del sector humanitario debido a los recortes de financiación.
Los grupos de ayuda han advertido de que la repentina afluencia de tantos repatriados corre el riesgo de desestabilizar aún más Afganistán, uno de los países más empobrecidos del mundo.
Esta nación azotada por la crisis se ha enfrentado desde 2023 a la integración de oleadas de repatriados procedentes de Pakistán e Irán, lo que ha agravado una de las peores crisis humanitarias del mundo tras décadas de conflicto. En 2023, Teherán lanzó una campaña de represión contra los extranjeros indocumentados que, según ellos, vivían ilegalmente en el país.
Con su capacidad sobrecargada, el Gobierno afgano está haciendo lo que puede asignando a las familias repatriadas las únicas tierras estatales disponibles, lejos de las ciudades, para que al menos puedan construir una casa.
«Existe el riesgo de que el sistema humanitario colapse, dejando a los repatriados sin apoyo mientras intentan reiniciar una vida en un país que muchos apenas conocen», afirmó.
Foto de portada: El plan de Irán de enviar de vuelta a cuatro millones de afganos indocumentados podría ser la mayor repatriación de la historia moderna. [Getty]