Murtaza Hussain, Drop Site News, 17 julio 2025
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Murtaza Hussain es un periodista especializado en temas de seguridad nacional y política exterior. Sus trabajos se publican en CNN, BBC, MSNBC y otros medios de comunicación.
Sweida, Siria: El miércoles por la tarde, famosos lugares emblemáticos de la capital siria, Damasco, se convirtieron en escenarios de una carnicería cuando los ataques aéreos israelíes alcanzaron importantes edificios gubernamentales en el corazón de la ciudad. Entre los lugares afectados por la oleada de ataques israelíes se encontraban el cuartel general del Estado Mayor del nuevo ejército sirio, situado en la emblemática plaza Umayyad, así como un edificio en las afueras del complejo presidencial sirio.
Hassan Al-Mukhtar, un periodista sirio de 29 años que trabaja en la Corporación Siria de Radio y Televisión, se encontraba en la zona del cuartel general del Estado Mayor cuando se produjeron los ataques aéreos israelíes.
«Cuando llegué frente a la puerta principal de la sede del Estado Mayor en Damasco, me sorprendió el segundo de un doble ataque aéreo que tenía como objetivo el edificio del Ministerio de Defensa, cerca de donde me encontraba sólo unos segundos antes», relató Al-Mukhtar. «La fuerza de las explosiones me desequilibró en mi motocicleta y caí al suelo. Las piedras y la metralla comenzaron a llover sobre mí y a esparcirse a mi alrededor».
Las dramáticas imágenes del bombardeo del cuartel general del Estado Mayor se retransmitieron en directo en varios canales de noticias sirios. Los presentadores fueron interrumpidos en mitad de la retransmisión por una serie de grandes explosiones que destruyeron partes del edificio, mientras el tráfico civil y los peatones huían del ataque. Mientras tanto, se veía humo en las colinas que rodean la ciudad debido a otra oleada de ataques israelíes que, según se informa, alcanzaron un edificio en las afueras del complejo del palacio presidencial. Los informes iniciales sugieren que al menos tres personas murieron en los bombardeos israelíes en Damasco, además de decenas de heridos.
Al-Mukhtar sufrió heridas leves e inhalación de humo, pero afirmó que el impacto psicológico del ataque a un importante punto de referencia en el centro de Damasco fue profundo. «El terror en sus ojos era inmenso», dijo sobre los civiles atrapados en el ataque.
El Gobierno israelí ha afirmado que sus ataques contra Damasco tenían como objetivo defender a la comunidad drusa siria. En los últimos días se han producido enfrentamientos mortales entre milicias drusas, tribus beduinas y grupos armados asociados al Gobierno sirio en la provincia meridional de Sweida. En una declaración en la que explicaba los motivos de su ataque a la capital, el ejército israelí afirmó que «el cuartel general militar de Damasco es el lugar desde el que los comandantes del régimen sirio dirigen las operaciones de combate y despliegan las fuerzas del régimen en la zona de As-Suwayda», y añadió que el ejército israelí «sigue preparado para diversos escenarios».
El Gobierno sirio, liderado por el presidente interino Ahmad al-Sharaa, emitió un comunicado a última hora del miércoles en el que calificaba la violencia como parte de un esfuerzo israelí por dividir el país según criterios sectarios. «La entidad israelí, que siempre ha tratado de desestabilizarnos y sembrar la discordia entre nosotros desde la caída del antiguo régimen, está intentando una vez más convertir nuestra tierra sagrada en un escenario de caos sin fin», afirmó Sharaa en su discurso. «Con ello, pretende fracturar la unidad de nuestro pueblo y debilitar nuestra capacidad para continuar el camino de la reconstrucción y el renacimiento nacional».
Antes de bombardear Damasco el miércoles, las fuerzas israelíes también habían llevado a cabo ataques aéreos contra las fuerzas sirias en los alrededores de Sweida a principios de semana, en los que murieron varios soldados sirios. Tras los ataques israelíes a principios de esta semana, el Gobierno sirio emitió un comunicado en el que afirmaba que «condena enérgicamente la peligrosa agresión israelí llevada a cabo hoy mediante ataques coordinados con drones y ataques aéreos militares», y añadía que «varios miembros de nuestras fuerzas armadas y personal de seguridad» y «varios civiles inocentes» habían muerto en los ataques.
Los enfrentamientos en Sweida que precedieron al ataque israelí contra Damasco comenzaron después de que el Gobierno enviara tropas a principios de esta semana para sofocar los combates entre las milicias drusas y beduinas en la región, desencadenados por el presunto secuestro de un comerciante druso por parte de grupos beduinos y los ataques de represalia de las milicias drusas, que han mantenido una presencia autónoma en la región. Se alega que las milicias progubernamentales participaron en ataques contra grupos drusos de la región, que anteriormente habían rechazado la imposición de la autoridad gubernamental en Sweida.
Los combates obligaron a miles de personas a abandonar sus hogares y provocaron interrupciones en el suministro de Internet, electricidad e incluso agua en la región situada en la frontera sur de Siria, cerca de Israel. El activista civil Mulehm Alabaza afirmó que la infernal semana vivida en la región resumía la «humillación e impotencia» que sentían muchos residentes drusos «porque no podían defender sus hogares».
Alabaza, de 37 años, había viajado desde el Líbano meses antes para lo que debería haber sido una visita familiar pacífica y una despedida antes de reunirse con su esposa en Italia. En cambio, se encontró atrapado en una pesadilla, una de las diez familias que no pudieron escapar del complejo de viviendas para profesores mientras los militantes merodeaban por las calles, asegurándose de que ningún civil pudiera salir de sus hogares de forma segura.
«No había electricidad ni agua, y el combustible era escaso para los generadores en toda la ciudad. El martes y el miércoles no era seguro desplazarse de una casa a otra», declaró Alabaza a Drop Site News. Su relato fue uno de los varios testimonios de residentes drusos de la región que denunciaron abusos por parte de milicias progubernamentales y beduinas en la zona, incluido un ataque a una pensión propiedad del cuñado de Alabaza en el que murieron nueve personas. Drop Site News no pudo verificar de forma independiente los detalles de estas informaciones.
El jueves parecía estar entrando en vigor un alto el fuego provisional en la región, que incluía la retirada de las tropas gubernamentales. Pero el balance de los combates había sido devastador para Sweida. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos 516 combatientes y civiles murieron en ambos bandos durante los cuatro días de violencia en la región. En las redes sociales aparecieron vídeos que parecían mostrar tanto a drusos como a combatientes progubernamentales muertos y heridos, así como casos de humillación, como el afeitado forzoso de barbas y bigotes de drusos sirios capturados. Tras la retirada del Gobierno, también se han denunciado asesinatos por venganza contra civiles beduinos por parte de milicias drusas.
En su discurso del miércoles por la noche, Sharaa intentó enviar un mensaje a la comunidad drusa de Siria para tranquilizarla tras los ataques sectarios denunciados en Sweida. «Dirijo un mensaje especial a nuestros hermanos drusos, que son parte integrante del tejido de esta nación: Siria nunca será una tierra de partición, fragmentación o división entre sus hijos. Proteger sus derechos y libertades es una prioridad absoluta para nosotros».
Los ataques en Sweida y la intervención israelí se producen tras las repetidas incursiones israelíes en el sur de Siria desde la caída del anterior Gobierno. El ejército israelí ha ampliado la ocupación militar en la región, con el objetivo de crear una «zona de amortiguación» cada vez mayor en territorio sirio, y ha utilizado la protección de la minoría drusa, con sede en Sweida, como parte de su justificación. El Gobierno sirio y sus partidarios han denunciado estas acciones como parte de un esfuerzo por provocar la disolución del país mediante su partición según criterios étnicos. Pero las razones de Israel para intensificar sus acciones pueden tener mucho que ver con su propia política interna.
Israel alberga una minoría drusa pequeña pero muy visible que presta servicio en su ejército, y con la que el Gobierno ha tratado de ganarse el favor. En respuesta a lo que describieron como llamamientos de la propia minoría drusa de Israel para intervenir en Siria, los funcionarios israelíes se han comprometido a intensificar sus ataques. «Hermanos drusos de Israel, pueden contar con las Fuerzas de Defensa de Israel para proteger a sus hermanos drusos en Siria. El primer ministro Netanyahu y yo mismo, como ministro de Defensa, hemos asumido un compromiso y lo cumpliremos», declaró el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, en un comunicado en las redes sociales, en el que anunciaba que los ataques israelíes contra Siria continuarían.
Otros funcionarios israelíes han ido aún más lejos, sugiriendo que el verdadero objetivo de las operaciones israelíes debería ser la destrucción total del nuevo gobierno. El martes, el ministro israelí para la Diáspora y la Lucha contra el Antisemitismo, Amichai Chikli, pidió a Israel que asesinara al presidente interino sirio Ahmad al-Sharaa, afirmando: «Cualquiera que piense que Ahmad al-Sharaa es un líder legítimo está gravemente equivocado. Es un terrorista, un asesino bárbaro que debe ser eliminado sin demora». El ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir, se hizo eco de estas declaraciones en un vídeo, afirmando que «lo único que hay que hacer con Jolani es eliminarlo».
La operación contra Siria también ha reportado un beneficio personal a Netanyahu. El bombardeo de Damasco este miércoles provocó la suspensión repentina de su testimonio en un juicio penal en curso relacionado con acusaciones de corrupción.
Divisiones drusas
Desde la caída del anterior Gobierno sirio, los líderes de la comunidad drusa siria se han dividido en su postura hacia el nuevo Gobierno. Mientras que la mayoría de las facciones drusas en Siria se han alineado con el nuevo Gobierno de Damasco, las facciones del sur, lideradas por el influyente líder espiritual druso Sheikh Hikmat al-Hijri, han exigido autonomía administrativa y se han negado a deponer las armas o integrarse en el Gobierno central. Al-Hijri denunció en marzo al nuevo Gobierno sirio como un «Gobierno extremista en todos los sentidos de la palabra» y ha pedido repetidamente el apoyo y la intervención de Israel en Sweida.
Aunque la situación se ha estabilizado provisionalmente tras el alto el fuego y la retirada de las tropas gubernamentales de Sweida, es probable que la violencia de esta semana agrave las divisiones en la región y dificulte que el Gobierno reafirme su autoridad sobre ella.
Hassan al-Atrash, de 77 años, profesor de biología jubilado, dijo que fue testigo de los ataques de las fuerzas gubernamentales cerca de un hospital local mientras estaba atrapado con su familia durante los combates.
«Las fuerzas armadas estaban estacionadas específicamente en las inmediaciones del hospital», relató al-Atrash, que vive cerca del hospital, con voz cargada de incredulidad. «Hubo intentos de impedir que la gente accediera a la sala de urgencias. Más de una persona murió por los disparos que asediaban la zona de urgencias… No habíamos oído hablar de cosas así excepto en Gaza».
En respuesta a los ataques, los líderes drusos israelíes cercanos a al-Hijri organizaron manifestaciones públicas para exigir al Gobierno israelí que interviniera en Siria en apoyo de él y de la comunidad drusa en general en Sweida. Pero las opiniones de otras figuras drusas de la región están divididas. El líder druso libanés Walid Jumblatt, que ha establecido vínculos con el nuevo Gobierno de Damasco, pidió el diálogo para poner fin a los combates y culpó a Israel de intentar utilizar las divisiones para provocar la disolución de Siria. «Israel no protege a nadie», dijo Jumblatt el miércoles. «Sólo busca alimentar más derramamiento de sangre y caos en Sweida y en Siria en general».
Los ataques israelíes de esta semana son sólo los últimos de una larga campaña de ataques aéreos y operaciones terrestres llevadas a cabo por Israel en el sur de Siria desde la caída del Gobierno de Assad el pasado mes de diciembre. Por el momento, los ataques en Sweida pueden haber ayudado al Gobierno israelí a reforzar el apoyo de su propia comunidad drusa, mientras que los bombardeos contra objetivos gubernamentales de alto nivel en Damasco enviaron un mensaje a las nuevas autoridades sirias de que su Gobierno podría ser derrocado a voluntad.
Aunque los medios de comunicación israelíes han sugerido que Siria e Israel han mantenido conversaciones secretas sobre cuestiones de seguridad e incluso sobre la posible normalización de las relaciones entre ambos países, la violencia se ha extendido de forma casi continua desde diciembre, junto con la creciente ocupación israelí del sur de Siria. Los ataques contra Damasco provocaron la condena del Gobierno sirio, así como de un amplio grupo de países de la región, entre ellos Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Turquía, que denunciaron lo que calificaron de ataques contra la soberanía siria por parte de Israel.
Estados Unidos ha tratado de presentarse como mediador entre Siria e Israel en medio del creciente conflicto. En una rueda de prensa en el Despacho Oval, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, afirmó que un «malentendido» entre los Gobiernos sirio e israelí había provocado la ola de ataques aéreos israelíes sobre la capital siria.
Pero para algunos habitantes de Sweida, la violencia no se limitaba al territorio o la política, sino que era un ataque existencial a la propia identidad drusa. «No se puede entrar en la ciudad de Sweida como agresor», declaró Al-Atrash, en referencia a la decisión de las milicias progubernamentales de desplegarse en la región tras los enfrentamientos con grupos beduinos. «Los residentes de la montaña drusa históricamente no aceptan eso. El Gobierno debería haber llegado a un acuerdo con los residentes de Sweida a través de negociaciones, no de las armas».
(Reportaje de Murtaza Hussain con información sobre el terreno proporcionada por Egab).
Foto de portada: Secuelas de los ataques aéreos israelíes contra objetivos en Damasco. (Ali Haj Suleiman/Getty Images)