Faisal Edroos, Middle East Eye, 19 agosto 2025
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Faisal Edroos es un destacado editor de Middle East Eye. Entre 2010 y 2019, trabajó para Al Jazeera English en cuestiones relativas al Yemen, el CCG y Oriente Medio en general. Sus trabajos se centran en la guerra y los conflictos, los movimientos sociales y la lucha contra el terrorismo.
Un alto funcionario del Gobierno libio reconocido internacionalmente ha mantenido conversaciones con funcionarios israelíes sobre una propuesta para reasentar a cientos de miles de palestinos expulsados de Gaza, según han informado varias fuentes a Middle East Eye.
Funcionarios libios, árabes y europeos, que hablaron bajo condición de anonimato debido a la delicada naturaleza del tema, dijeron a MEE que el asesor de Seguridad Nacional Ibrahim Dbeibah, pariente del primer ministro Abdul Hamid Dbeibah, era quien encabezaba las conversaciones, a pesar de que los palestinos de Gaza rechazaban rotundamente el plan de posguerra del presidente estadounidense Donald Trump para el enclave.
Una fuente libia afirmó que ya se habían celebrado «conversaciones prácticas», pero que los detalles eran difusos.
«Aún no se ha hablado de los mecanismos ni de su implementación», afirmó la fuente.
Otra fuente libia afirmó que las conversaciones aún estaban en curso y que se estaba manteniendo deliberadamente al margen a los miembros del Parlamento con sede en Trípoli, ya que el sentimiento propalestino está muy arraigado en el país.
La fuente afirmó que, en un intento por apaciguar a algunos líderes libios, Estados Unidos estaba dispuesto a ofrecer apoyo económico u otros beneficios a cambio de que el país acogiera a los palestinos.
La fuente afirmó que Ibrahim Dbeibah ya había recibido garantías de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos liberaría unos 30.000 millones de dólares en activos estatales congelados.
En mayo, otras fuentes habían informado a MEE de que Massad Boulos, asesor de Trump y suegro de su hija Tiffany, había mantenido conversaciones con Ibrahim Dbeibah sobre el desbloqueo de miles de millones de dólares en fondos de riqueza congelados por las sanciones.
Los activos fueron congelados a principios de 2011 por el expresidente estadounidense Barack Obama, varios meses antes del derrocamiento, respaldado por la OTAN, del líder Muammar Gaddafi.
Boulos negó rotundamente haber participado en las conversaciones sobre el reasentamiento de los palestinos y declaró a MEE que las informaciones eran «incendiarias y totalmente falsas».
Sin embargo, la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Anna Kelly, afirmó que Trump «llevaba mucho tiempo abogando por soluciones creativas para mejorar la vida de los palestinos, entre ellas permitirles reasentarse en un nuevo y hermoso lugar mientras se reconstruye Gaza».
En busca de la legitimidad de Estados Unidos
La idea de que Libia sirva como posible nuevo hogar para los palestinos expulsados surge en medio de informes de que Jalifa Haftar, un poderoso líder militar que también supervisa un parlamento rival en el este del país, había recibido una oferta para obtener un mayor control sobre los recursos petroleros del país si aceptaba reasentar a cientos de miles de palestinos.
Haftar, que ha desempeñado un papel fundamental en la destrucción y la inestabilidad generalizadas en Libia, así como en la guerra civil que se desató en el vecino Sudán, ha negado estas informaciones.
Mientras tanto, el lunes, horas después de recibir una solicitud de comentarios por parte de MEE sobre la cuestión del reasentamiento de los palestinos, el primer ministro Dbeibah afirmó que su Gobierno no iba a participar en el «crimen» de reasentar a los palestinos.
Reiteró una frase de una declaración de la embajada de Estados Unidos en Trípoli en mayo, en la que se desmentían las informaciones de que Washington estuviera llevando a cabo un plan de reubicación de palestinos en Libia.
El miércoles, su oficina comunicó a MEE que «reafirmamos una vez más que el Estado de Libia no tiene intención de normalizar sus relaciones con la potencia ocupante y rechazamos categóricamente cualquier implicación en el crimen de desplazar al pueblo palestino».
«El genocidio que se está produciendo en Gaza constituye una grave catástrofe humanitaria que la comunidad internacional debe abordar con urgencia. La limpieza étnica de los palestinos de su tierra natal, un crimen según el derecho internacional, no es la solución a esta tragedia», añadió.
Israel ha considerado públicamente la expulsión de los palestinos de Gaza y, la semana pasada, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que funcionarios israelíes estaban en contacto con «varios países» para absorber a los civiles desplazados del territorio devastado por la guerra.
«Creo que es lo más natural», dijo Netanyahu. «Todos aquellos que se preocupan por los palestinos y dicen que quieren ayudarlos deberían abrirles las puertas. ¿Por qué nos dan lecciones? No los estamos expulsando, les estamos permitiendo marcharse… en primer lugar, abandonar las zonas de combate y también la Franja, si así lo desean».
Recientemente, el ministro de Agricultura de Israel, Avi Dichter, señaló a Libia como «el destino ideal» para los palestinos, afirmando que «abandonarían felizmente» Gaza si se les proporcionara el apoyo internacional necesario.
«Libia es un país enorme, con vastas extensiones y una costa similar a la de Gaza», afirmó. «Si el mundo invierte miles de millones para rehabilitar a los habitantes de Gaza allí, el país anfitrión también se beneficiará económicamente».
Las autoridades israelíes llevan mucho tiempo abogando por la expulsión de los palestinos de Gaza y, una semana después de los ataques del 7 de octubre, la entonces ministra de Inteligencia de Israel, Gila Gamliel, presentó al gabinete su «plan de migración voluntaria», con el que esperaba que 1,7 millones de palestinos abandonaran el enclave.
El desplazamiento forzoso, como el observado en Gaza, viola el derecho internacional humanitario, en particular el artículo 49 del Cuarto Convenio de Ginebra, que prohíbe el traslado forzoso de personas protegidas por una potencia ocupante.
La fuente europea dijo a MEE que Dbeibeh y Haftar estaban «negociando simultáneamente con los israelíes» con la esperanza de obtener «más legitimidad por parte de los estadounidenses».
La fuente afirmó que, si el plan de reasentamiento se imponía por la fuerza a Libia, para los palestinos sería como salir de Guatemala para meterse en Guatepeor.
«Aceptar a los palestinos podría suponer un alto precio para cualquiera de las partes que se comprometa con Estados Unidos en esta cuestión».
– Mohamed Mahfouz, analista político libio
«Será catastrófico a múltiples niveles», afirmó la fuente.
«En primer lugar, para los propios palestinos, que habrían logrado salir con vida de la Franja y escapar de una vida destruida en Gaza. Al enfrentarse a la expulsión forzosa a un país como Libia, que se encuentra en una situación de agitación política profundamente complicada, con gobiernos divididos, donde los sistemas y la sociedad están destrozados por la guerra civil, los palestinos no recibirán ningún tipo de atención por parte de esos gobiernos, lo que los empujará a la siguiente catástrofe, que dará lugar a una nueva ola de migración hacia las costas de Europa.
«En primer lugar, esta también es una idea aterradora, porque las últimas décadas nos han demostrado que muchos de ellos sólo podrán llegar hasta la mitad del Mediterráneo, como muchos de esos barcos que naufragaron.
«Y para aquellos que finalmente lleguen a Europa, no creo que Europa acoja con agrado a otro millón de árabes que lleguen a sus costas, como los sirios que hicieron viajes similares hace sólo unos años».
El funcionario árabe, que estaba al tanto de las últimas conversaciones, advirtió que la complicidad en el plan de limpieza étnica de Israel podría provocar una ira generalizada en toda Libia.
«Esto será un shock para el pueblo libio», afirmó.
Mohamed Mahfouz, analista político libio, se hizo eco de sus comentarios y declaró a MEE que Estados Unidos era muy consciente de que las discusiones sobre el reasentamiento de palestinos en Libia podrían causar un gran malestar a las autoridades libias.
«Aceptar a los palestinos podría suponer un alto precio para cualquiera de las partes que se comprometa con Estados Unidos en esta cuestión. Esto en sí mismo puede explicar por qué ninguno de los gobiernos libios ha normalizado aún las relaciones con Israel».
Acercamiento a África
En las últimas semanas, funcionarios israelíes han declarado públicamente, y posteriormente desmentido, que se han puesto en contacto con líderes de África y Asia para utilizar sus territorios como posibles destinos para la expulsión de palestinos.
Se han barajado planes para reasentar a los palestinos en Sudán, Sudán del Sur y la región separatista de Somalia conocida como Somalilandia, a pesar de que todos estos territorios están azotados por la violencia.
Sudán está envuelto en una intensa violencia desde que estalló la guerra civil en 2023, con una cifra estimada de 150.000 personas asesinadas en los últimos dos años.
Sudán del Sur ha luchado por recuperarse de una guerra civil que estalló tras la independencia, con más de siete millones de personas que se enfrentan a la inseguridad alimentaria y al menos 2,3 millones de niños en riesgo de desnutrición.
Mientras tanto, Somalilandia sigue enfrentándose a las amenazas del grupo armado Al-Shabab por el memorando de entendimiento de la región con Etiopía, uno de los mayores enemigos del grupo.
Un analista político libio, que pidió permanecer en el anonimato por temor a represalias por parte de las milicias alineadas con el Gobierno, afirmó que no era «sorprendente» que Ibrahim Dbeibah liderara los esfuerzos de acercamiento a Israel.
«Ibrahim Dbeibah, al igual que el Gobierno libio, se caracteriza por moverse en interés propio. Es muy consciente de las ventajas de congraciarse con Estados Unidos y Trump».
Aunque Libia no reconoce oficialmente a Israel, se sabe que el Gobierno con sede en Trípoli, conocido oficialmente como Gobierno de Unidad Nacional (GUN), ha mantenido varias reuniones secretas con funcionarios israelíes en los últimos años.
En 2023, Najla al-Mangoush, entonces ministra de Asuntos Exteriores bajo el mandato de Dbeibah, se reunió en secreto con el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Eli Cohen, en Italia. La revelación provocó indignación en Libia, lo que dio lugar a airadas protestas y a que la expulsaran del gobierno.
En una entrevista posterior con Al Jazeera Arabic, Mangoush afirmó que había asistido a la reunión por orden directa de Abdul Hamid Dbeibah y que dicha reunión había estado coordinada por su Gobierno e Israel.
Arabic Post informó más tarde de que Ibrahim Dbeibah había orquestado la reunión, citando fuentes anónimas.
Middle East Eye se puso en contacto con la oficina del primer ministro y el GUN para recabar sus comentarios, pero no recibió respuesta antes de la publicación de este artículo.
Foto de portada: Niños libios ondean banderas palestinas en solidaridad con el pueblo de Gaza el 19 de enero de 2024 en la Plaza de los Mártires de Trípoli, en medio de la campaña genocida de Israel en el enclave sitiado (Mahmud Turkia/AFP).