Youtube elimina la cuenta del periodista Robert Inlakesh, que informaba desde Palestina, alegando que es un agente de Irán

Jonah Valdez y Nikita Mazurov, The Intercept, 7 diciembre 2025

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Jonah Valdez es reportero de The Intercept y cubre temas de política, política exterior estadounidense, Israel y Palestina, derechos humanos y movimientos de protesta por la justicia social.

Nikita Mazurov es investigador de seguridad y se centra en cuestiones de privacidad relacionadas con la protección de fuentes, la contrainvestigación forense y la garantía de la privacidad.

En febrero de 2024, sin previo aviso, YouTube eliminó la cuenta del periodista independiente británico Robert Inlakesh.

Su página de YouTube contenía docenas de vídeos, entre ellos numerosas retransmisiones en directo que documentaban la ocupación militar israelí de Cisjordania. En una década cubriendo Palestina e Israel, había capturado imágenes de las autoridades israelíes demoliendo hogares palestinos, de la policía acosando a conductores palestinos y de soldados israelíes disparando contra civiles y periodistas palestinos durante las protestas frente a los asentamientos ilegales israelíes. En un instante, todas esas imágenes desaparecieron.

El pasado mes de julio, YouTube eliminó la cuenta privada de seguridad de Inlakesh. Y en agosto, Google, la empresa matriz de YouTube, eliminó su cuenta de Google, incluyendo su Gmail y su archivo de documentos y escritos.

El gigante tecnológico afirmó inicialmente que la cuenta de Inlakesh violaba las normas de la comunidad de YouTube. Meses más tarde, la empresa justificó el cierre de su cuenta alegando que su página contenía spam o contenido fraudulento.

Sin embargo, cuando The Intercept indagó más sobre el caso de Inlakesh, casi dos años después de que se eliminara su cuenta, YouTube proporcionó una explicación diferente y totalmente distinta para el cierre: una conexión con una campaña de influencia iraní.

YouTube se negó a proporcionar pruebas que respaldaran esta afirmación, alegando que la empresa no revela cómo detecta las operaciones de influencia. Inlakesh sigue sin poder crear nuevas cuentas de Google, lo que le impide compartir sus vídeos periodísticos en la mayor plataforma de vídeos en inglés.

Inlakesh, ahora periodista independiente, reconoció que entre 2019 y 2021 trabajó en la oficina londinense de la cadena estatal iraní Press TV, que está sujeta a sanciones estadounidenses. Aun así, Inlakesh afirmó que eso no debería haber llevado a la eliminación de toda su cuenta de YouTube, cuya mayor parte era contenido independiente publicado antes o después de su etapa en Press TV.

Un documento público de Google del mes en que se eliminó la cuenta de Inlakesh señala que la empresa había cerrado recientemente más de 30 cuentas que, según alegaba, estaban vinculadas a Irán y habían publicado contenido crítico con Israel y su guerra en Gaza. La empresa no respondió cuando se le preguntó específicamente si la cuenta de Inlakesh se encontraba entre las mencionadas en el documento.

Inlakesh dijo que sentía que había sido objeto de persecución no a causa de su antiguo empleador, sino por su periodismo sobre Palestina, especialmente en medio de la tendencia cada vez más común de censura proisraelí entre las grandes empresas tecnológicas.

«¿Qué implicaciones tiene esto, no sólo para mí, sino también para otros periodistas?», declaró Inlakesh a The Intercept. «Hacer esto y no proporcionarme ninguna información es básicamente decir que soy un agente extranjero de Irán por trabajar con un medio de comunicación; esa es la implicación. Tienen que aportar pruebas de ello. ¿Dónde está su documentación?».

Desinformación y falta de respuestas

Durante los últimos dos años, las explicaciones dadas por YouTube y Google sobre el cierre de las cuentas de Inlakesh han sido inconsistentes y vagas.

YouTube acusó inicialmente a Inlakesh de «violaciones graves o repetidas de nuestras directrices comunitarias». Cuando un empleado de Google, Marc Cohen, se percató de la protesta pública de Inlakesh por el cierre de su cuenta en febrero de 2024, decidió intervenir. Cohen presentó una solicitud de asistencia en el sistema interno de seguimiento de incidencias de Google, «Buganizer», preguntando por qué se había eliminado la cuenta de un periodista. Al no obtener respuesta internamente, Cohen hizo públicas sus preguntas en marzo. Tras llamar la atención del equipo de YouTube en Twitter, dijo que finalmente recibió una respuesta interna de Google en la que se afirmaba que la cuenta de Inlakesh había sido cancelada debido a «contenido fraudulento, engañoso o spam».

Cohen, que dimitió de Google más tarde ese mismo año por su apoyo al genocidio del Gobierno israelí en Gaza, dijo que si no se hubiera involucrado, Inlakesh se habría quedado con aún menos información.

«Se salen con la suya porque son Google», dijo Cohen. «¿Qué vas a hacer?». ¿Contratar a un abogado y demandar a Google? No tienes ninguna posibilidad».

Cuando la cuenta de Gmail de Inlakesh fue eliminada este año, Google afirmó que su cuenta había sido «utilizada para suplantar a otra persona o falsear su identidad», lo que, según Google, supone una violación de sus políticas. Inlakesh apeló tres veces, pero no obtuvo respuesta.

Sólo después de que The Intercept investigara el caso de Inlakesh, Google cambió su respuesta y alegó una supuesta influencia iraní.

«El canal de este creador fue cerrado en febrero de 2024 como parte de nuestras investigaciones en curso sobre operaciones de influencia coordinadas respaldadas por el Estado iraní», declaró un portavoz de YouTube a The Intercept. El cierre de su canal supuso que todas las demás cuentas asociadas a Inlakesh, incluida su cuenta de respaldo, también fueran eliminadas, según YouTube.

Cuando The Intercept pidió a YouTube que explicara con más detalle el motivo de la eliminación de las cuentas, qué contenido específico pudo haber señalado la cuenta como vinculada a una operación de influencia del Estado iraní, un portavoz de YouTube respondió que YouTube no «revela detalles sobre cómo detectamos las operaciones de influencia coordinadas» y, en su lugar, remitió a The Intercept a los boletines trimestrales del Grupo de Análisis de Amenazas (TAG, por sus siglas en inglés) de Google. El TAG es un equipo dentro de Google que se describe a sí mismo como un equipo que trabaja «para contrarrestar los ataques y el pirateo informático respaldados por gobiernos contra Google y nuestros usuarios».

El boletín del Grupo de Análisis de Amenazas de Google de cuando se cerró por primera vez la cuenta de Inlakesh afirma que, en febrero de 2024, se eliminaron un total de 37 canales de YouTube como resultado de una «investigación sobre operaciones de influencia coordinadas vinculadas a Irán». Cuatro de estas cuentas, según señala el documento, compartían contenido «crítico con el Gobierno israelí y sus acciones en la guerra en curso entre Israel y Gaza» y habían «compartido contenido que describía supuestos ciberataques dirigidos a organizaciones israelíes». Google afirmó en el documento que los otros 33 canales de YouTube eliminados habían mostrado contenido «a favor de Irán, Yemen y Palestina y crítico con Estados Unidos e Israel».

Un patrón de censura

Google tiene una práctica bien documentada y de larga data de censurar contenidos palestinos o críticos con el Gobierno israelí, además de pruebas de abusos contra los derechos humanos en otros conflictos. Esta censura no ha hecho más que agravarse durante la guerra genocida de Israel contra Gaza.

La empresa utiliza diversos métodos para censurar contenidos, como equipos de expertos que revisan manualmente los contenidos, sistemas automatizados que los señalan, revisiones de las listas de sanciones de Estados Unidos y de organizaciones terroristas extranjeras, así como solicitudes de retirada de contenidos por parte de los gobiernos.

Durante la última década, la Unidad Cibernética de Israel ha llevado a cabo abiertamente operaciones para convencer a las empresas de que eliminen los contenidos relacionados con Palestina de plataformas como YouTube.

Entre los aliados de Estados Unidos, Israel tenía el porcentaje más alto de solicitudes que daban lugar a retiradas en las plataformas de Google, con una tasa de retirada de casi el 90%, según los datos de Google desde 2011. Esta tasa supera a la de países como Francia, Alemania, el Reino Unido y el país de origen de Google, Estados Unidos. Sin embargo, en los informes públicos de Google no figuran las solicitudes de retirada realizadas por usuarios individuales, una vía que a menudo utilizan como arma la unidad cibernética israelí y, a nivel interno, los empleados proisraelíes.

La magnitud del contenido eliminado específicamente debido a las sanciones de EE. UU. también es difícil de cuantificar, ya que estas decisiones se toman sin transparencia. Una investigación reciente de The Intercept reveló que YouTube eliminó discretamente las cuentas de tres destacadas organizaciones palestinas de derechos humanos debido a las sanciones impuestas por la administración Trump contra estos grupos por colaborar con la Corte Penal Internacional en el caso por crímenes de guerra contra funcionarios israelíes. Las páginas eliminadas contenían al menos 700 vídeos, muchos de los cuales ponían de relieve presuntas violaciones de los derechos humanos por parte del Gobierno israelí.

Dia Kayyali, consultora de tecnología y derechos humanos, afirmó que, en los últimos años, a medida que las grandes plataformas tecnológicas han recurrido cada vez más a sistemas automatizados que se alimentan de las listas de sanciones y de terroristas de Estados Unidos, los grupos de derechos humanos han observado un aumento del número de periodistas de la región de Oriente Medio y el norte de África cuyos contenidos relacionados con Palestina han sido eliminados de YouTube, incluso cuando los contenidos que publican no violan las políticas de la empresa. Lo mismo podría haber ocurrido con la cuenta de Inlakesh, afirmó Kayyali.

«Y eso es parte del problema de la automatización, porque hace un trabajo realmente malo al analizar el contenido, contenido que podría ser gráfico, cualquier cosa que tenga alguna referencia a Hamás», afirmó Kayyali. Hamás está incluida en la lista de organizaciones terroristas extranjeras de Estados Unidos e Irán sigue siendo uno de los países más sancionados por el Gobierno estadounidense.

Google y otras grandes plataformas tecnológicas dependen en gran medida de las listas de sanciones de Estados Unidos, en parte para evitar posibles responsabilidades ante el Departamento de Estado. Pero esa precaución no siempre está justificada, según Mohsen Farshneshani, abogado principal del Sanctions Law Center, con sede en Washington D. C.

Las empresas multinacionales como Google tienden a inclinarse por el «cumplimiento excesivo» de las normas sancionadoras, y a menudo eliminan contenidos incluso cuando no están legalmente obligadas a hacerlo, lo que perjudica a los periodistas y a los grupos de derechos humanos, afirma Farshneshani.

Según la legislación estadounidense, en la Enmienda Berman a la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, los materiales informativos —en este caso, los reportajes y el periodismo— están exentos de ser objeto de sanciones.

Tal excepción debería haber protegido la página de Inlakesh de ser eliminada, afirmó Farshneshani. Google probablemente podría haber eliminado vídeos específicos que suscitaban preocupación, o haber desmonetizado vídeos específicos o toda la cuenta, afirmó. (Inlakesh afirmó que, años antes de eliminar sus vídeos y su cuenta, YouTube había desmonetizado algunos de sus contenidos que mostraban la violencia militar israelí).

«Eliminar una cuenta completa dista mucho de lo que los estatutos o las regulaciones exigen a las entidades estadounidenses», afirmó Farshneshani. «La exención está pensada para situaciones como esta. Y si estas empresas quieren cumplir con su parte del acuerdo como intermediarios de información para la comunidad global en general, deberían hacer un esfuerzo adicional para asegurarse de que el contenido permanezca disponible».

Medios de comunicación patrocinados por el Estado

Aunque YouTube y Google no han declarado si el historial de Inlakesh con Press TV influyó en la eliminación, el medio de comunicación financiado por el Estado iraní lleva mucho tiempo bajo el escrutinio de Google. En 2013, Google eliminó temporalmente la cuenta de YouTube de Press TV antes de eliminar definitivamente el canal en 2019, junto con su cuenta de Gmail, en medio de la primera campaña de sanciones de la Administración Trump contra Irán. En 2021, la administración Biden confiscó y censuró docenas de sitios web vinculados a Irán, y en 2023 impuso sanciones a Press TVdebido a la violenta represión de Irán contra los manifestantes antigubernamentales tras la muerte bajo custodia de Mahsa Amini.

Press TV también ha sido acusada por grupos de derechos humanos y periodistas de grabar y emitir vídeos propagandísticos en los que se coacciona a personas detenidas por Irán para que «confiesen» presuntos delitos en entrevistas grabadas, como parte de los intentos del Gobierno de justificar su encarcelamiento o ejecución.

Press TV no respondió a la solicitud de comentarios de The Intercept.

De los muchos vídeos que hay en su cuenta de YouTube, Inlakesh sólo recuerda dos relacionados con su trabajo para Press TV: un documental crítico con el acuerdo de Trump de 2020 sobre Israel y Palestina y un breve clip sobre los ataques islamófobos de los republicanos contra la diputada Ilhan Omar, demócrata por Minnesota, en 2019. El resto son anteriores o posteriores a su etapa en Press TV.

El canal de YouTube de Press TV en el Reino Unido aparece en ocasiones como «canal asociado» en las versiones archivadas de la página personal de YouTube de Inlakesh. Un portavoz de YouTube declaró que YouTube utiliza «varias señales para determinar la relación entre los canales vinculados por propiedad con fines de cumplimiento», pero no aclaró cuáles eran esas señales específicas.

Inlakesh mantuvo que tuvo independencia editorial mientras trabajaba en Press TV y que nunca se le ordenó publicar en su página personal de YouTube.

Jillian York, directora de libertad de expresión internacional de la Electronic Frontier Foundation, dijo que entendía la necesidad de Google de moderar el contenido, pero cuestionó por qué eliminó la cuenta de Inlakesh en lugar de utilizar su política de etiquetar el contenido patrocinado por el Estado, un sistema que en sí mismo ha estado plagado de problemas. «Más etiquetas, más advertencias, menos censura», dijo York.

«El clima político en torno a Palestina ha hecho que muchas de las plataformas de redes sociales con sede en Silicon Valley no parezcan especialmente dispuestas a garantizar que el contenido palestino pueda permanecer activo», afirmó.

Acabar con la narrativa

Inlakesh dijo que perdió varios documentales sobre Israel y Palestina que estaban alojados exclusivamente en YouTube. Sin embargo, lo que más lamentó fue la pérdida de las imágenes de su cobertura independiente desde Cisjordania, incluidas las retransmisiones en directo que documentaban los presuntos abusos militares israelíes y que no estaban aseguradas en ningún otro lugar.

Uno de esos vídeos, dijo, era una retransmisión en directo de una protesta en el importante asentamiento israelí de Beit El el 11 de febrero de 2020 contra el desequilibrado plan de anexión del presidente Donald Trump para Israel y Palestina.

A través de la neblina del gas lacrimógeno, Inlakesh filmó a los soldados israelíes acampados en una colina cercana, apuntando con sus armas a la multitud, en su mayoría niños que lanzaban piedras.

«Y entonces ves caer a los niños», recordó Inlakesh, seguido del estruendo de un disparo. Los paramédicos se apresuraron a recoger a los niños, mientras Inlakesh los seguía. En total, Inlakesh dijo que filmó cómo los disparos del ejército israelí alcanzaron a tres niños palestinos, lo que probablemente constituye un crimen de guerra, dejándolos con heridas en los brazos, las piernas y el torso.

«Estás matando parte de la narrativa», dijo Inlakesh. «Estás quitando activamente al público la capacidad de evaluar lo que sucedió en un momento crítico de la historia del conflicto».

Foto de portada: Robert Inlakesh frente al muro de separación israelí en el puesto de control de Qalandia, en la Cisjordania ocupada, en febrero de 2020.

Voces del Mundo

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