El demencial, ilegal e inmoral vertido radioactivo de Japón

Robert Hunzinker, CounterPunch.com, 8 septiembre 2023

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Robert Hunziker (Máster en Historia Económica por la Universidad DePaul) es un escritor independiente y periodista medioambiental cuyos artículos se han traducido a varios idiomas y han aparecido en más de 50 periódicos, revistas y sitios de todo el mundo, como Z magazine, European Project on Ocean Acidification, Ecosocialism Canada, Climate Himalaya, Counterpunch, Dissident Voice, Comite Valmy y UK Progressive. Ha sido entrevistado sobre el cambio climático en Pacifica Radio, KPFK, FM90.7, Indymedia On Air y World View Show/UK.

Es imposible que Japón sobreviva a la atrocidad de verter aguas residuales radiactivas en el océano Pacífico. De hecho, la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) es un ejemplo de cómo las fusiones nucleares afectan negativamente a todo el mundo, ya que sus aguas residuales tóxicas viajan por todo el mundo en las corrientes oceánicas. El vertido de las aguas residuales tóxicas almacenadas tras la fusión de 2011 comenzó oficialmente el 24 de agosto de 2023. Mientras tanto, el país vuelve a poner en marcha algunas de las centrales nucleares que se cerraron cuando explotó la central nuclear de Fukushima Daichi.

Los reactores rotos de Fukushima son un ejemplo de por qué la energía nuclear es una trampa que no puede soportar el calentamiento global ni los desastres naturales extremos. La energía nuclear es un accidente anunciado, por varias razones, incluida la de ser víctima de las fuerzas del calentamiento global.

Según el Dr. Paul Dorfman, presidente del Nuclear Consulting Group, exsecretario del Comité Científico Asesor sobre Radiación Interna del Reino Unido y profesor visitante de la Universidad de Sussex: «Es importante comprender que es muy probable que la energía nuclear sea una víctima importante del cambio climático. A efectos de refrigeración, los reactores nucleares deben estar situados junto a grandes masas de agua, etc. …» Esencialmente, el calentamiento global es el Waterloo de la energía nuclear; ya ha puesto en serio peligro los 56 reactores nucleares de Francia con paradas parciales debido al calentamiento global extremo. Los reactores nucleares no pueden sobrevivir al calentamiento global. Véase el enlace «La trampa de la energía nuclear» al final de este artículo.

El acto traicionero de TEPCO de verter agua radiactiva en un océano abierto es una violación deliberada de la decencia humana, ya que vulnera claramente disposiciones esenciales de la Guía General de Seguridad nº 8 (GSG-8) del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

Japón debería verse obligado a poner fin a su diabólico ejercicio de destrucción potencial de vidas preciosas. Vergüenza para el OIEA y vergüenza para los países miembros del G7 por avalar esta farsa. Han bautizado al océano como «cloaca abierta». Venga Vd., vengan todos, tiren su basura, abran las espitas tóxicas, traigan productos químicos, traigan fertilizantes, traigan plástico, traigan residuos radiactivos imposibles de eliminar… los océanos son cloacas abiertas. ¡Es gratis! Sí, es gratis, pero sólo los débiles de mente permitirían que una central nuclear averiada y paralizada vertiera residuos radiactivos en el océano mundial. Es un testamento de la fragilidad humana, de la debilidad, de la insipiencia, no del coraje.

Según Arjun Makhijani, doctor del Institute for Energy and Environmental Research, el plan de vertido de agua radiactiva tratada con ALPS de TEPCO viola las disposiciones esenciales de la Guía General de Seguridad nº 8 (GSG-8) del OIEA y los requisitos correspondientes de otros documentos del OIEA, 28 de junio de 2023: «El OIEA es una importante institución de las Naciones Unidas. Al igual que el resto del Grupo de Expertos, el autor de este documento se ha mostrado reacio a criticar al OIEA. Sin embargo, su negativa rotunda a aplicar plenamente sus propios documentos de orientación es flagrante. Su visión restringida del plan de vertidos le ha permitido eludir sus responsabilidades ante muchos países. Su afán por asegurar al público que el daño será ‘insignificante’ se ha llevado al extremo de exagerar groseramente hechos bien conocidos sobre el tritio. Los graves fallos del OIEA en el asunto del agua radiactiva de Fukushima han hecho que las críticas sean inevitables”.

«Greenpeace rechaza la afirmación de Japón de que todos los isótopos nucleares, excepto el tritio, han sido eliminados de las aguas residuales. Afirma que al menos queda otro isótopo radiactivo, el carbono 14, y que muchos más, como el estroncio 90 y el cesio 137, siguen sin tratarse en la mayoría de los tanques de almacenamiento.» (Fuente: Richard Broinowski, More Fallout from Fukushima, Pearls and Irritations, 8 de julio de 2023)

Japón es signatario de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM): «La política japonesa de verter aguas residuales en el océano Pacífico constituye una violación de las obligaciones de Japón en virtud del artículo 192 de la CNUDM, que exige a los Estados parte ‘proteger y preservar el medio marino’. Además, la contaminación japonesa del medio marino procedente de fuentes terrestres viola el artículo 207 de la CNUDM». (Fuente: Victoria Cruz-De Jesus, Preserving the Sea in a Radioactive World: How Japan’s Plan to Release Treated Nuclear Wastewater into the Pacific Ocean Violates UNCLOS, American University International Law Review, Vol. 27, Issue 4, 2023).

Para colmo de males, Japón consideró varias medidas disponibles para la eliminación de residuos que, en parte, habrían cumplido parte de sus obligaciones en virtud de los artículos 192 y 207 de la CNUDM, pero finalmente se decantó por la política más barata, fácil y cómoda, aunque la más perjudicial: verterlos en el océano Pacífico, que convenientemente está «justo al lado». Japón podría haber elegido (1) la inyección en la geosfera o (2) el enterramiento subterráneo como opciones que disminuyen los riesgos de los residuos nucleares vertidos al medio ambiente, o podría construir más tanques de almacenamiento. Pero tanto la opción 1 como la 2 son considerablemente más caras.

Como resultado, el escandaloso desprecio de Japón por la naturaleza sólo ha servido para poner de relieve la locura que rodea a la energía nuclear: «El Gobierno japonés y TEPCO afirman falsamente que el vertido es la única opción viable necesaria para el eventual desmantelamiento. La generación de energía nuclear, que experimenta paradas debido a accidentes y desastres naturales, y requiere perpetuamente energía térmica como respaldo, no puede servir como solución al calentamiento global.» (Fuente: Japan Announces Date for Fukushima Radioactive Water Release [Japón anuncia la fecha de vertido del agua radiactiva de Fukushima], comunicado de prensa de Greenpeace Internacional, 22 de agosto de 2023).

Según Greenpeace, que tiene una gran experiencia en energía nuclear: «A 8 de junio de 2023, había 1.335.381 metros cúbicos de aguas residuales radiactivas almacenadas en tanques, pero debido al fallo de la tecnología de procesamiento ALPS (Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos), aproximadamente el 70% de esta agua tendrá que procesarse de nuevo. Los científicos han advertido de que los riesgos radiológicos de los vertidos no se han evaluado en su totalidad y de que se han ignorado los impactos biológicos del tritio, carbono-14, estroncio-90 y yodo-129, que se liberarán en los vertidos», Ibid.

Parece inconcebible, aunque cierto, que en un momento en que los océanos del mundo se enfrentan a un inmenso estrés (1) un calor desmesurado que bate récords; (2) la sobrepesca ilegal hasta el punto de casi agotar las principales poblaciones de peces; (3) la basura humana que se acumula en vastos remolinos de basura en descomposición, por ejemplo, el Gran Parche de Basura del Pacífico, tres veces el tamaño de Francia; además de otros cuatro grandes parches de basura en los océanos; (4) niveles desenfrenados de pesticidas y fertilizantes agrícolas; (5) toneladas de plástico y (6) vertidos industriales. Ante tanto estrés, Japón tiene el descaro de añadir lodo radioactivo tóxico procedente de una central nuclear averiada. ¡Por favor!

«Durante años, hemos considerado el océano como un vertedero. Como estaba fuera de nuestra vista y de nuestra mente, lo hemos tratado como una cloaca universal» (Jean Michel Cousteau, St. Petersburg Times). Cousteau lleva toda una vida luchando para denunciar el abuso de los océanos, afirmando que este debe cesar «si queremos que la vida marina, y por tanto todo lo que hay en el planeta, sobreviva». Desgraciadamente, Japón está violando todo lo que Cousteau defendía.

Como consecuencia de sus indiscreciones, ¿va Japón a autodestruir su economía a medida que el boicot de productos siga los pasos de su flagrante desprecio por la salud del océano?

China ha prohibido todo el marisco procedente de Japón, calificándolo de «acto egoísta e irresponsable». Las redes sociales chinas registraron 800.000.000 de visitas en Weibo llenas de ira. China es el mayor comprador de marisco de Japón y representa la mitad de sus exportaciones.

Los principales fabricantes japoneses de cosméticos han visto caer sus ventas junto con las cotizaciones de sus acciones cuando los internautas chinos empezaron a recopilar listas de marcas japonesas a las que boicotear, atrayendo 300.000.000 de visitas en Weibo, según Wakako Sato, analista de Mitsubishi UFJ Morgan Stanley Securities Co. (Fuente: Controversial Fukushima Nuclear Waste Plan Spurs Chinese Boycott of Japanese Cosmetics, Time, 22 de junio de 2023)

En Douyin, la versión china de TikTok, los usuarios han difundido listas de marcas japonesas, desde cosméticos hasta alimentos y bebidas, instando a la gente a no comprar esos productos.

Corea del Sur y Hong Kong están prohibiendo el marisco japonés procedente de Fukushima y otras nueve prefecturas. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte calificó la publicación de «crimen contra la humanidad», lo que Japón sólo puede ver como el insulto más humillante de todos los tiempos.

¿Está sentando Japón un peligroso precedente? Según el New York Times, 22 de agosto de 2023: «Si Japón vierte su agua contaminada de Fukushima en el océano, ¿qué impedirá que otros países hagan lo mismo?». De hecho, ésta puede ser una de las consecuencias más mortíferas del vertido de TEPCO, con la aprobación del G7.

«Hemos visto una evaluación inadecuada del impacto radiológico y ecológico que nos hace estar muy preocupados por el hecho de que Japón no sólo sea incapaz de detectar lo que está entrando en el agua, los sedimentos y los organismos, sino que, si lo hace, no hay ningún recurso para eliminarlo… no hay forma de volver a meter al genio en la botella», declaró al programa Newsday de la BBC el biólogo marino Robert Richmond, profesor de la Universidad de Hawai». (Fuente: Fukushima: What are the Concerns Over Waste Water Release? [¿Qué preocupa del vertido de aguas residuales?] BBC News, 25 de agosto de 2023)

TEPCO admite cierto nivel de radiación cuando libera agua de los tanques de almacenamiento. Según un artículo de la CNN, Japón afirma que otros países también son culpables de verter agua contaminada con tritio al océano. Entonces, ¿por qué no pueden hacerlo también ellos? Sin embargo, esto pasa por alto el hecho de que no se debería permitir a nadie verter agua radiactiva en los océanos. Además, las concentraciones de TEPCO, con 60 isótopos radiactivos altamente tóxicos, esperemos que tratados con la tecnología de procesamiento ALPS (Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos), hace que otros vertederos parezcan unos mequetrefes. Peor aún, Greenpeace/Japón, y otros, tienen firmes reservas sobre la eficacia del ALPS, y consideran: ¿Quién lo mide?

La Asociación Nacional de Laboratorios Marinos de Estados Unidos, que cuenta con más de 100 laboratorios miembros, publicó un documento de posición en el que se opone firmemente a los vertidos tóxicos debido a la falta de datos científicos adecuados y precisos que respalden las afirmaciones de seguridad de Japón.

Y, con independencia de los intentos de Japón de restar importancia al vertido por considerarlo intrascendente, se ha demostrado científicamente que incluso dosis muy bajas de radiactividad se bioacumulan en el cuerpo humano, así como en la vida marina, provocando con el tiempo un deterioro físico debido a daños en el ADN.

«En dosis elevadas, la radiación ionizante puede causar daños inmediatos en el organismo de una persona, incluyendo, en dosis muy altas, la enfermedad por radiación y la muerte. En dosis más bajas, la radiación ionizante puede causar efectos sobre la salud como enfermedades cardiovasculares y cataratas, así como cáncer. Causa cáncer principalmente porque daña el ADN, lo que puede provocar mutaciones genéticas cancerígenas». (Fuente: National Cancer Institute)

¿Cómo es posible justificar el vertido de cualquier cantidad de aguas residuales radiactivas en el Océano Pacífico? ¿Es la conciencia del mundo tan baja, tan carente de brújula moral, que está bien verter el material más tóxico del planeta en los océanos?

¡Dejen de destruir los océanos!

Y, por favor, contemplen aquí las nefastas ramificaciones de la trampa de la energía nuclear.

Imagen de portada: Yves Alarie.

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