Las únicas herramientas disponibles para resistir frente al protofascismo son la educación y la organización. No hay otro camino. Significa tratar de revivir un auténtico movimiento obrero del tipo que, en el pasado, estuvo a la vanguardia de los movimientos por la justicia social. También significa organizar otros movimientos populares, esfuerzos serios para hace frente a la crisis climática...