Save the Children, 12 mayo 2022
Traducido del inglés por Sinfo Fernández
KABUL, 9 de mayo de 2022 – 9,6 millones de niños en Afganistán pasan hambre cada día debido a una combinación nefasta de colapso económico, los impactos de la guerra en Ucrania y la actual sequía, según nuevas cifras publicadas hoy. La asistencia alimentaria inmediata es necesaria para salvar vidas a corto plazo, pero la ayuda por sí sola no es suficiente para hacer frente a la peor crisis de hambre registrada en el país, según declaraciones de Save the Children.
Las cifras muestran que, a pesar de la importante cantidad de ayuda alimentaria proporcionada a las familias en los últimos meses, 19,7 millones de niños y adultos -casi el 50% de la población- siguen pasando hambre y necesitan ayuda urgente para sobrevivir. Solo de marzo a mayo, 20.000 personas se han visto abocadas a la hambruna.
Cuando los talibanes tomaron el control del país en agosto del año pasado, la comunidad internacional respondió en gran medida congelando los activos y suspendiendo la ayuda al desarrollo para mitigar el riesgo de proporcionar indirectamente fondos a la administración talibán de facto.

Los niños afganos son ahora los más perjudicados por las políticas de la comunidad internacional, que han privado al país de dinero en efectivo y han llevado a la economía a una espiral descendente. La pobreza, el desempleo y los precios de los alimentos han aumentado drásticamente, obligando a los padres a tomar medidas desesperadas para alimentar a sus hijos.
Athena Rayburn, directora de Incidencias, Comunicaciones y Medios de Comunicación de Save the Children, ha declarado:
«Nuestros trabajadores sanitarios de primera línea tratan cada día a niños que se están consumiendo delante de nuestros ojos porque solo comen pan una vez al día, y esos son los afortunados. Los niños de Afganistán nunca han conocido una vida sin conflictos, y si no se toman medidas pronto, no conocerán un mundo sin hambre y estómagos vacíos. No es el momento ahora de que el mundo dé la espalda a los niños de Afganistán.
«Aunque se prevé que 18,9 millones de niños y adultos necesitarán ayuda alimentaria de junio a noviembre de este año, solo hay fondos suficientes para prestar apoyo a 3,2 millones de personas. Con la atención del mundo desviada hacia Ucrania, disminuye la esperanza de abordar esta crisis a tiempo. Cada día que pasa sin los fondos necesarios, más niños pierden la vida por causas evitables.
«La comunidad internacional debe abordar tanto el déficit de fondos como el colapso económico de Afganistán, identificando formas de aumentar la liquidez en la economía del país. Hasta que no se aborde la crisis económica y se frene el aumento de la pobreza, los niños seguirán enfrentándose a niveles catastróficos de hambre. La ayuda por sí sola no puede salvar sus vidas».
Maryam*, de 26 años, tiene cinco hijos y vive en la provincia de Faryab, en Afganistán, donde muchas familias solo pueden disponer de una comida al día, y los hospitales públicos están desbordados de niños que sufren desnutrición aguda grave. El marido de Maryam está en Irán intentando encontrar trabajo para poder enviar dinero a su familia y ayudarles a sobrevivir.
«Estoy preocupada por mis hijos», dijo Maryam a Save the Children. «Solo puedo pedir prestado dinero en efectivo y comprarles comida, pero la mayoría de las veces no consigo alimento suficiente. Unos días tenemos comida y otros días no».
Hace poco, Maryam pidió prestada una gran suma de dinero para llevar al hospital a su bebé Khal Mirza, que sufre desnutrición aguda grave. Una vez que le dieron el alta en el hospital, Maryam lo llevó a una de las clínicas móviles de salud de Save the Children, que prestan servicios en su comunidad.
Tras el tratamiento con los médicos de Save the Children, Khal Mirza, afortunadamente, está mejorando. Pero muchos niños gravemente desnutridos no tienen tanta suerte. Como el sistema sanitario de Afganistán carece desesperadamente de recursos y personal, muchos niños no pueden acceder a la atención que necesitan para sobrevivir. Una evaluación de Save the Children también descubrió que más del 50% de las familias encuestadas no podían acceder a la atención sanitaria, principalmente porque no tenían dinero para pagar los servicios.
La crisis de Afganistán se produce en un momento en que el mundo se enfrenta a la mayor crisis de hambre de este siglo, con unos 44 millones de niños y adultos al borde de la inanición por todo el planeta.