La guerra mediática internacional por la verdad sobre el sabotaje del gasoducto Nord Stream

Roger McKenzie, CounterPunch.com, 14 marzo 2023

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Roger McKenzie es periodista del Morning Star. Por otra parte, es secretario general de Liberation, una de las organizaciones de derechos humanos más antiguas del Reino Unido.

Noticias procedentes de Alemania y Estados Unidos afirman que un grupo proucraniano estuvo detrás de la voladura de los gasoductos Nord Stream en el mar Báltico en septiembre de 2022.

El diario alemán Die Zeit, las emisoras públicas ARD y SWR y la revista política Kontraste de ARD informaron en marzo de 2023 de que los investigadores pudieron reconstruir cómo se habían saboteado los gasoductos de Rusia a Alemania el 26 de septiembre de 2022.

Citando a varios funcionarios anónimos, la investigación de los medios de comunicación reveló que cinco hombres y una mujer utilizaron un yate alquilado por una empresa de propiedad ucraniana en Polonia para llevar a cabo el ataque.

The New York Times informó también de que los servicios de inteligencia estadounidenses sugieren que un grupo proucraniano estuvo detrás de las explosiones.

El Times afirmó que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y sus principales colaboradores «no autorizaron» el atentado.

El New York Times suele actuar como portavoz del Departamento de Estado. El Times se vio obligado a pedir disculpas en 2004 por su cobertura engañosa sobre la presencia de armas de destrucción masiva en Iraq. En esencia, el Departamento de Estado lo utilizó para que repitiera como un loro las líneas que justificaban la guerra ilegal llevada a cabo por Estados Unidos y sus aliados.

Pero aquí estamos de nuevo, esta vez después de un informe del galardonado periodista de investigación Seymour Hersh, que acusó a Estados Unidos de ordenar el bombardeo de los oleoductos Nord Stream al amparo de un ejercicio de la OTAN.

Hersh explicó cómo los noruegos ayudaron a los buzos estadounidenses a colocar los explosivos activados por control remoto bajo los oleoductos en junio de 2022.

Washington y sus aliados han negado la acusación de Hersh. El New York Times, fiel a su estilo, ha optado por repetir como un loro las líneas que le han dado y los medios alemanes cuidadosamente seleccionados.

El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, dijo que había leído las noticias «con gran interés», pero advirtió que no había que sacar conclusiones rápidas sobre el asunto.

«Tenemos que diferenciar claramente si fue un grupo ucraniano el que actuó por orden de Ucrania o … sin conocimiento del gobierno», dijo a los periodistas.

Esto difiere mucho de la insistencia de Estados Unidos y sus aliados en que Rusia fue responsable de la voladura de los oleoductos con los que ganaba dinero suministrando grandes cantidades de energía a Europa.

El ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, rechazó las sugerencias de que el ataque pudiera haber sido ordenado por Kiev.

Dijo a los periodistas: «Es como un cumplido para nuestras fuerzas especiales, pero no nos dedicamos a eso».

Por supuesto que lo niega. Ya sabrá que Estados Unidos fue el responsable de la explosión.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, declinó hacer comentarios sobre el informe del New York Times, señalando que las investigaciones de Dinamarca, Alemania y Suecia siguen en curso.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, describió las últimas informaciones de los medios de comunicación como una manipulación coordinada destinada a ocultar el origen del atentado.

Dijo: «Los autores intelectuales del atentado terrorista quieren claramente desviar la atención».

El presidente ruso, Vladimir Putin, y sus funcionarios han acusado a Estados Unidos de organizar la voladura de los oleoductos, que calificaron de «atentado terrorista».

Jan Oberg, director de la Fundación Transnacional para la Paz y la Investigación del Futuro, afirmó que una vez que se reivindique el reportaje de Hersh y se demuestre el papel de las fuerzas de la Marina estadounidense, «los europeos despertarán y comprenderán por fin que ya no comparten intereses con Estados Unidos».

La organización pacifista CODEPINK, dirigida por mujeres, emitió una declaración en la que afirmaba: «¡Necesitamos una investigación real y pública de este crimen contra el medio ambiente!».

No es la primera vez que el organizador nacional de la Alianza Negra por la Paz, Ajamu Baraka, acierta al tuitear: «La arrogancia de la mente supremacista blanca le hace imposible comprender cómo la última estratagema propagandística con la campaña de desinformación sobre el ataque estadounidense a los gasoductos Nord Stream está convirtiendo a la prensa estadounidense en el hazmerreír de todo el mundo.»

«Ya que Estados Unidos afirma que quiere tomar medidas enérgicas contra las campañas de desinformación, ¿quizás debería investigar la campaña de desinformación [del Times] sobre el ataque al Nord Stream?».

Foto de portada: Tubos apilados para el gasoducto North Stream 2 en el puerto de Mukran, septiembre de 2020. (© Pedant01 – CC BY-SA 4.0)

Voces del Mundo

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