Evaggelos Vallianatos, CounterPunch.com, 27 marzo 2023
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

El Dr. Evaggelos Vallianatos es un estudioso de la historia griega y del mundo natural. Está doctorado en Historia por la Universidad de Wisconsin. Tiene una larga experiencia en regulación y política medioambiental en la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos. Y es autor de cientos de artículos y siete libros, entre ellos el último es The Antikythera Mechanism.
Prólogo
El 20 de marzo de 2023, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU publicó su 6º Informe de Evaluación, un compendio técnico de cifras, gráficos, resultados de investigaciones y exhortaciones a los líderes mundiales de que el cambio climático es real, antropogénico y peligroso. Estas terribles advertencias proceden de cientos de climatólogos experimentados de la ONU y otros científicos de todo el mundo. Sus informes han sido aprobados por 195 naciones. Están diciendo a los líderes del mundo que ya basta de convertir nuestro único hogar en el universo, nuestra querida Tierra, en un lugar hostil para la vida. Dejen de subvencionar los combustibles fósiles; reduzcan en un 50% su dependencia del petróleo, el gas natural y el carbón para finales de esta década; cooperen y sustituyan los combustibles fósiles por energía solar, eólica y otras alternativas energéticas sin carbono.
No es la primera vez que la ONU advierte al mundo de que su modelo de desarrollo económico alimentado por combustibles fósiles está socavando tanto el bienestar y la vida humanos como la diversidad biológica y los ecosistemas. Desde 1992, las cumbres anuales sobre el clima repiten este mensaje urgente. En la cumbre de 2015 en París, los líderes mundiales prometieron mantener la temperatura global a un máximo de 1,5 grados centígrados en comparación con la temperatura de la era preindustrial.
Las catástrofes del cambio climático que se extienden (tormentas, huracanes, ciclones, incendios forestales, olas de calor en tierra, mares y océanos, sequías, inundaciones) confirman las advertencias de los climatólogos de que quemar petróleo, gas natural y carbón equivale a fomentar y provocar catástrofes y, a largo plazo, el suicidio. Cito a continuación las principales conclusiones y recomendaciones de esta perspicaz sexta evaluación de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. El informe no se anda con rodeos. Dice lo siguiente:
La ciencia del clima y las advertencias
«Las actividades humanas, principalmente a través de las emisiones de gases de efecto invernadero, han causado, inequívocamente, el calentamiento global, con una temperatura de la superficie global que, en 2011-2020, alcanzó 1,1 C [grados centígrados] por encima de la de 1850-1900. Unas reducciones profundas, rápidas y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero provocarían una ralentización perceptible del calentamiento global… Con cada incremento adicional del calentamiento global, los cambios en los extremos siguen siendo mayores. Se prevé que el calentamiento global continuado intensifique aún más el ciclo global del agua, incluida su variabilidad, las precipitaciones monzónicas globales y los fenómenos y estaciones meteorológicos y climáticos muy húmedos y muy secos… [lo que provoca un calentamiento global mayor aún], una mayor elevación del nivel medio global del mar y una mayor acidificación y desoxigenación de los océanos.
«Con un mayor calentamiento, se prevé que todas las regiones experimenten cada vez más cambios simultáneos y múltiples en los factores de impacto climático. Se prevé que las olas de calor y las sequías compuestas sean cada vez más frecuentes, incluyendo eventos concurrentes en múltiples lugares. Con un calentamiento sostenido de entre 2°C y 3°C, las capas de hielo de Groenlandia y de la Antártida occidental se perderán casi por completo y de forma irreversible a lo largo de varios milenios, provocando un aumento de varios metros del nivel del mar.”
«Llegar a cero emisiones netas de CO2 [dióxido de carbono] o de GEI [gases de efecto invernadero] requiere principalmente reducciones profundas y rápidas de las emisiones brutas de CO2, así como reducciones sustanciales de las emisiones de GEI distintas del CO2. La continuación de las emisiones afectará aún más a todos los componentes principales del sistema climático, y muchos cambios serán irreversibles en escalas de tiempo de centenarias a milenarias y se harán mayores con el aumento del calentamiento global. Sin medidas urgentes, eficaces y equitativas de mitigación y adaptación, el cambio climático amenaza cada vez más los ecosistemas, la biodiversidad y los medios de subsistencia, la salud y el bienestar de las generaciones actuales y futuras.”
«Algunas opciones, como la conservación de ecosistemas ricos en carbono (por ejemplo, turberas, humedales, pastizales, manglares y bosques), aportan beneficios inmediatos. Mantener la resiliencia de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos a escala mundial depende de la conservación eficaz y equitativa de aproximadamente entre el 30% y el 50% de las zonas terrestres, de agua dulce y oceánicas de la Tierra, incluidos los ecosistemas actualmente casi naturales. El cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud planetaria. Hay una ventana de oportunidad que se cierra rápidamente para asegurar un futuro habitable y sostenible para todos.”
¿Por qué se hace tan poco para salvar a la humanidad y al planeta?
Tres países y la Unión Europea son responsables de cerca del 62 por ciento de las emisiones de CO2. India produce el 8 por ciento de las emisiones mundiales de dióxido de carbono. China es el mayor contaminador, emite el 32 por ciento, Estados Unidos el 14 por ciento y la Unión Europea el 8 por ciento. Si estos 4 grandes contaminadores cooperaran en la lucha contra el cambio climático, los horrores seguros de que cada uno hiciera lo suyo de forma egoísta podrían reducirse y, de hecho, la humanidad trabajando unida estaría en condiciones de luchar con éxito contra el caos climático. Sin embargo, por el contrario, estos 4 grandes contaminadores mantienen que siga todo como siempre como su principal prioridad, hasta el punto de que las emisiones de CO2 en 2022 alcanzaron niveles elevados.
El sexto informe de la ONU sobre el clima, citado anteriormente, instaba a la cooperación internacional para, al menos, mantener el gigante climático en la violencia térmica de 1,5 grados centígrados. Esto exigiría que en los próximos siete años de esta década los países, trabajando juntos, redujeran su quema de combustibles fósiles en un 50 por ciento. Pero incluso este paso salvador tiene pocas probabilidades de salir adelante.
Con la actual guerra del petróleo en Ucrania, financiada y armada por Estados Unidos, y la hostilidad que se está desarrollando entre Estados Unidos y Rusia y entre Estados Unidos y China, el planeta está destinado a temperaturas más altas, que probablemente superen los 2 grados centígrados. Hoesung Lee, presidente de la sexta evaluación climática, tenía razón al afirmar: «El ritmo y la escala de lo que se ha hecho hasta ahora y los planes actuales son insuficientes para hacer frente al cambio climático. Vamos caminando cuando deberíamos ir esprintando».
En efecto, deberíamos estar esprintando. Nuestra casa está ardiendo, pero fingimos no ver el fuego ni oler el humo precisamente porque ya no tenemos democracia. La verdad se ve obligada a esconderse. Es poco probable que el estadounidense medio sepa lo suficiente sobre el cambio climático. Cuando se lucha por el pan de cada día, todo lo demás pasa a ser secundario. A los medios de comunicación de los multimillonarios no les quita el sueño que la verdad esté encubierta. Mientras tanto, los multimillonarios de Estados Unidos, la Unión Europea y otros países ganan dinero saqueando y quemando el planeta. Por supuesto, como la gente muy rica, los multimillonarios se mantienen fuera de la vista y definitivamente fuera de la política. Sus agentes-lobistas hacen su voluntad sobornando a políticos, propietarios de periódicos, televisiones comerciales, emisoras de radio y otros medios de comunicación social.
¿Cómo se explica la decisión del presidente Joe Biden de autorizar a una petrolera multimillonaria, ConocoPhillips, a perforar en busca de petróleo en el Ártico de Alaska? ¿Era necesario contaminar y, a la larga, destruir una de las regiones más bellas y prístinas de este país para extraer petróleo en un momento en que la ONU habla de emergencia climática? ¿Siente él (y todos los ejecutivos de los combustibles fósiles) el dolor de los millones de estadounidenses ya perjudicados por la violencia del aumento de las temperaturas? Además, el informe de la ONU nos dice que, si la temperatura global supera los 1,5 grados centígrados, los efectos de la catástrofe ecológica probablemente reverberarán durante milenios. ¿Tiene derecho el presidente o cualquier otro ser humano, incluidos los multimillonarios, a perjudicar a la civilización y a la Tierra? Ese tipo de poder, también incrustado en las armas nucleares, ni existía antes del siglo XX.
¿Qué es lo que tenemos que hacer?
El informe de la ONU sobre el clima del 20 de marzo de 2023 hacía hincapié, con razón, en la cooperación internacional para frenar la quema de combustibles fósiles y el consiguiente caos climático. Sin embargo, el mundo se ha organizado por Estados nación, no en función de la armonía ecológica. Los países están unos junto a otros completamente armados y dispuestos a luchar para mantener su independencia política.
Debido a la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se considera la única superpotencia del planeta. La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 provocó una violenta reacción de Estados Unidos. El presidente Joe Biden decidió luchar contra Rusia a través de Ucrania, suministrando a este país miles de millones de dólares y armamento. Esta guerra dividió inmediatamente a la comunidad internacional. Los países europeos y los miembros de la alianza militar estadounidense llamada OTAN se unieron a Estados Unidos. India y China, por su parte, se ponen secretamente del lado de Rusia. Así pues, esta guerra está haciendo casi imposible la cooperación en materia climática. Los mayores contaminadores del clima, Estados Unidos, China, India y la Unión Europea/OTAN están inextricablemente ligados a la guerra de Ucrania.
Sin embargo, el peligro al que todos nos enfrentamos por calentar voluntariamente el planeta exige que hagamos todo lo posible por cambiar la política de guerra por la política de democracia y paz para luchar por nuestros hijos, la civilización y el bienestar del planeta. Empiecen por difundir los hechos científicos sobre el cambio climático, es decir, que la principal razón del aumento de las temperaturas y del cambio del mal tiempo ha sido la quema de combustibles fósiles. Piensen en disminuir su huella personal comprando un coche eléctrico y poniendo paneles solares en el tejado de sus casas. Si no les gustan los coches, como a mí, cojan el autobús y el tren. Compren alimentos ecológicos porque los agricultores que los cultivan no utilizan productos petroquímicos, pesticidas/biocidas ni fertilizantes sintéticos. Además, los alimentos ecológicos no son hostiles a la diversidad biológica.
También deberíamos intentar influir en colegios, universidades, consejos escolares, iglesias y ayuntamientos para que pongan paneles solares en los tejados de sus edificios y sobre sus aparcamientos. Estos actos hablan alto a todos, incluidos el presidente y los contaminadores. Estamos en contra de la guerra en Ucrania. Pero queremos restablecer la paz con todas las sociedades humanas y el mundo natural.
Ilustración de portada: ISTOCK