Amr Salahi, The New Arab, 8 mayo 2023
Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Amr es periodista y redactor de The New Arab. Tiene un máster en Medios de Comunicación, Poder y Asuntos Públicos por la Royal Holloway University de Londres y muchos años de experiencia en medios de comunicación, traducción e investigación. Ha trabajado para la BBC, ITV News, Al-Hiwar TV e Iraq Body Count.
Las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias en Turquía han desatado el miedo y la preocupación entre los 3,5 millones de refugiados sirios que viven en el país.
Los últimos sondeos de opinión muestran al presidente Recep Tayyip Erdogan casi empatado con su contrincante laico, Kemal Kilicdaroglu, con una ligera ventaja para este último.
Las elecciones se celebran en medio de un alarmante aumento de la xenofobia y la discriminación contra los refugiados sirios, con ambos candidatos prometiendo deportaciones masivas, y Kilicdaroglu, en particular, centrándose en el tema.
El candidato de la oposición, de 74 años, respaldado por la «Alianza Nacional» de seis partidos liderada por el Partido Republicano del Pueblo (CHP), de tendencia izquierdista, ha prometido en repetidas ocasiones deportar a todos los refugiados sirios del país.
«Tenemos jóvenes desempleados, pero hay 3,6 millones de sirios. Devolveremos a todos los sirios a su país en un plazo máximo de dos años», dijo en un mitin electoral el 1 de mayo.
Los refugiados sirios se han convertido cada vez más en el chivo expiatorio de los problemas económicos de Turquía. En los últimos años, el poder adquisitivo de los turcos ha disminuido, y muchos tienen dificultades para cubrir los costes básicos de la vida mientras la moneda nacional pierde valor en medio de una inflación sin precedentes.
Muchos turcos consideran a los refugiados una sangría para los recursos del país y se les ha culpado de una serie de males sociales que van desde el acoso sexual a los saqueos tras el mortífero terremoto que asoló Turquía el pasado mes de febrero. Un sondeo de opinión realizado por Syrians Barometer mostró que el 88,5% de los turcos deseaba que los sirios regresaran a su país.
«Hay un terreno abonado para culpar a los refugiados sirios de los problemas sociales y económicos, y para que el gobierno y otras partes huyan de sus responsabilidades», declaró a The New Arab Salah Al-Din Al-Dabbagh, abogado sirio familiarizado con la situación en Turquía.
«Así que hacen promesas para librarse de la supuesta razón, es decir, promesas de deportar a los refugiados sirios y no sirios de Turquía».
Las actitudes xenófobas impregnan la sociedad
Aunque Turquía lleva años polarizada entre los partidarios del Partido de la Justicia y el Desarrollo, de tendencia islamista, que gobierna el país desde 2002, y los partidarios de partidos laicos, la oposición a la presencia continuada de sirios parece ser una cuestión unificadora para los votantes turcos. Inicialmente hubo cierto grado de simpatía hacia los sirios en Turquía como consecuencia del devastador conflicto en Siria, pero las actitudes se han endurecido con el tiempo.
«Para los sirios, ninguna opción es mejor que la otra en lo que respecta a los partidos que compiten por el poder. A pesar de que el principal partido de la oposición [CHP] sitúa la deportación de sirios en lo más alto de su agenda, el partido [AKP] en el poder ha adoptado la política de presionar a los sirios para obligarlos a marcharse o deportarlos por la fuerza», declaró Al-Dabbagh a The New Arab.
La encuesta de Syrians Barometer, realizada en 2021, reveló que el 70,6% de los turcos encuestados creía que los sirios «perjudicarían a la economía de nuestro país». La incidencia de actitudes racistas entre los encuestados turcos es muy preocupante: algo más de dos tercios (67,1%) creen que los sirios «perturban la paz social y la moralidad al dedicarse a la violencia, el robo, el contrabando y la prostitución».
El endurecimiento de las actitudes a lo largo de los últimos años quedó mejor patente en una pregunta en la que se pedía a los turcos que describieran a los sirios. Mientras que en 2017 el 57% de los turcos encuestados creía que los sirios eran «víctimas que escapaban de la persecución y la guerra», esa cifra había descendido al 33,6% en 2021. Mientras tanto, alrededor del 40% de los turcos encuestados creían que los sirios eran «personas peligrosas que nos causarán muchos problemas en el futuro» y «una carga para nosotros» en 2021.
Estas actitudes se han traducido tanto en un racismo casual contra los sirios -a muchos de los cuales se les niega empleo, vivienda y otros elementos esenciales para la vida- como en ataques violentos periódicos, con incidentes de agresión e incluso asesinatos que se producen con regularidad.
Protección temporal: institucionalizar la discriminación
El estallido del conflicto sirio en 2011 enfrentó a Turquía a una crisis de refugiados sin precedentes para la que la sociedad turca no estaba preparada.
Entre 2011 y 2015, la población de refugiados sirios en Turquía pasó de menos de 100.000 a 2,4 millones. En la actualidad, un asombroso 15 % de la población siria de 25 millones que había antes de la guerra vive en Turquía y toda una generación de niños sirios -que son apátridas, sin ciudadanía siria ni turca- ha nacido en el país.
Aunque hasta 2015 Turquía aplicó lo que se ha descrito como una política de «puertas abiertas» a los refugiados, no se les concedía el estatuto oficial de refugiado, sino una «protección temporal». Turquía tiene una limitación geográfica en su ratificación de la convención de la ONU sobre refugiados de 1951, que sólo concede el estatuto de refugiado a quienes huyen de «acontecimientos ocurridos en Europa».
Lo que esto significa para los refugiados sirios es que existen en una especie de limbo perpetuo. El estatuto de «protección temporal» permite a los refugiados residir en Turquía «hasta que sean reasentados en un tercer país», pero ningún país está dispuesto a acogerlos y la UE alcanzó un acuerdo muy criticado con Turquía en 2016 destinado a restringir severamente el número de refugiados sirios que cruzan a Europa.

Una niña refugiada siria llora mientras las familias suben a los autobuses que regresan a la vecina Siria el 6 de agosto de 2019, en el distrito de Esenyurt de Estambul. [Getty]
Por otro lado, el regreso a Siria, donde sigue en el poder el mismo régimen que obligó a los refugiados a huir de sus hogares, no es una opción para la gran mayoría de los sirios.
El investigador sirio Suhail Al-Ghazi declaró a The New Arab: «El sistema de protección temporal es en sí mismo una ley de discriminación y persecución. Prohíbe a los refugiados la libre circulación y devuelve a la gente basándose en decisiones de la Dirección de Inmigración o de la policía, no en una orden judicial contra la que se pueda recurrir».
En virtud de las leyes de «protección temporal», los sirios están restringidos a zonas específicas de Turquía y a menudo se les niegan derechos legales. Las autoridades turcas detienen sistemáticamente a los sirios y los deportan, y entre los sirios existe el temor generalizado de que si se ven envueltos en algún tipo de problema -como un altercado con un ciudadano turco– podrían ser deportados arbitrariamente a Siria.
El carácter repentino y sin precedentes de la llegada de los refugiados sirios a Turquía, unido a la naturaleza «temporal» de su estancia en el país -aunque la mayoría no tiene adónde ir- ha alimentado una situación en la que los sirios no se han integrado en la sociedad turca.
La mayoría de los sirios viven separados de los turcos y el discurso sobre los refugiados sirios ha estado dominado por políticos y comentaristas que los presentan únicamente como una carga y una amenaza. Las redes sociales han desempeñado un papel importante en esta situación, con xenófobos de derechas como Umit Ozdag, cuyos vídeos han sido vistos millones de veces, liderando el discurso sobre la cuestión.
Competir por el retorno de los sirios
Mientras que la oposición laicista de Turquía ha sido más franca en su hostilidad a la presencia de refugiados sirios, el gobierno turco del AKP, de tendencia islamista -que en un principio se mostró relativamente acogedor con los refugiados sirios- ha sido acusado de deportarlos por la fuerza en violación del derecho internacional, al tiempo que proclamaba a bombo y platillo que miles de sirios habían regresado «voluntariamente» a Siria.
En octubre de 2022, Human Rights Watch acusó al gobierno turco de «intentar convertir el norte de Siria en un vertedero de refugiados» mediante sus deportaciones arbitrarias.
El año pasado, Erdogan afirmó que 500.000 sirios habían regresado ya a Siria, y anunció planes para devolver «voluntariamente» a un millón más. Además, tras el terremoto del pasado febrero, el ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, afirmó que 60.000 sirios habían regresado voluntariamente a su país.
Sin embargo, el carácter forzoso de las deportaciones de las autoridades turcas y los resultados de las encuestas de opinión entre los refugiados sirios en Turquía -que muestran que casi ninguno está dispuesto a regresar voluntariamente a Siria en las condiciones actuales- hacen que estas cifras sean muy cuestionables. Según la encuesta del Syrian Barometers de 2021, sólo el 1,7% de los sirios expresó su voluntad de regresar a una «zona segura» en Siria.
Salah Al-Din Al-Dabbagh declaró a The New Arab que hasta 250.000 sirios habían sido deportados a la fuerza por el gobierno del AKP y que habría más en el futuro.
«La política de deportaciones forzosas continuará, con o sin justificaciones legales. Esto está ocurriendo en muchas ciudades turcas y grupos de derechos humanos han documentado la deportación de miles de sirios -incluidas familias enteras- por la fuerza en los últimos años», afirmó.
A pesar de las deportaciones del gobierno dirigido por el AKP, los sirios en Turquía han expresado su esperanza de que Erdogan gane las elecciones, dada la hostilidad mucho más pronunciada de la oposición hacia los refugiados sirios y su plan de deportar a todos los 3,5 millones de sirios en Turquía en los próximos dos años, un plan que es poco probable que se lleve a cabo sin fuerza o violencia.
Sin embargo, Al-Dabbagh dijo que era «incorrecto» suponer que el AKP trataría a los sirios mejor que el CHP.

Un grupo de sirios llega al paso fronterizo de Bab al-Hawa con Siria en 2019 tras ser deportados por las autoridades turcas. [AFP]
«El sentimiento predominante de que el AKP es la mejor opción para los sirios en Turquía no parece ser correcto. El [actual] gobierno turco ha tomado muchas decisiones que dificultan la vida de los sirios en sus tierras y Erdogan y el AKP han mejorado los lazos con el gobierno de Bashar Al-Asad», dijo, añadiendo que el plan de Kilicdaroglu era «poco realista» y era poco probable que se aplicara en la práctica.
El investigador sirio Suhail Al-Ghazi también afirmó que había poca diferencia entre los dos partidos.
«Lo que se espera es que quien gane las elecciones tome más medidas para expulsar a tantos refugiados como pueda… no hay mucha diferencia [entre el AKP y el CHP] porque los votantes quieren que se devuelva a los refugiados», declaró a The New Arab.
Aunque la oposición ha sido más franca en su hostilidad hacia los sirios que el AKP en el poder, lo que la campaña electoral turca ha hecho es aumentar los chivos expiatorios y el discurso negativo en torno a los refugiados sirios sin mostrar ninguna diferencia significativa entre los partidos sobre la cuestión.
Independientemente de quién gane, es casi seguro que las elecciones provoquen más xenofobia y más deportaciones de refugiados sirios en Turquía, así como muy probablemente más violencia.
Foto de portada: Familias de refugiados en la frontera de Siria con Turquía (EFE).
No es muy imparcial .. se nota su aire de oposición al PKA de Ardogan , y torce la verdad para igualar a los dos partidos en el trato con los rufugiados Sirios y no es así . Los Sirios quieren que gane Ardogan aunque tenga que tomar medidas en contra de los intereses de los Sirios ,pero favorece a sus ciudadanos y su país, y es normal.Ojalá hubiera pronunciado algo del gobierno del Libano y lo que hace.
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