In Memoriam: De cómo Khader Adnan unificó a los palestinos desde su celda en la cárcel israelí

Ramzy Baroud, CounterPunch.org., 11 mayo 2023

Traducido del inglés por Sinfo Fernández


Ramzy Baroud es periodista y director de The Palestine Chronicle. Es autor de cinco libros, el más reciente de los cuales es: “These Chains Will Be Broken: Palestinian Stories of Struggle and Defiance in Israeli Prisons” (Clarity Press, Atlanta). El Dr. Baroud es investigador senior no residente en el Center for Islam and Global Affairs (CIGA) de la Universidad Zaim de Estambul (IZU). @RamzyBaroud

Khader Adnan no era un «terrorista» con «sangre israelí en las manos», como han repetido los propagandistas proisraelíes en las noticias y en las redes sociales.

Si el expreso palestino, que murió en su celda de la prisión israelí tras 87 días de huelga de hambre ininterrumpida, hubiera participado directamente en la resistencia armada, la historia habría tenido un final completamente distinto.

Los resistentes palestinos armados son asesinados o detenidos y juzgados por tribunales militares israelíes para pasar largas condenas en cárceles israelíes, tras juicios breves que carecen de toda imparcialidad o garantías procesales.

Adnan era un líder carismático, pero no un auténtico combatiente según la definición estricta de la palabra. Inspiró a los palestinos desde su humilde hogar en la aldea de Arraba, al suroeste de Yenín, que, junto con Nablús, es el hogar de la resistencia más firme de Palestina.

Adnan era licenciado en matemáticas por la Universidad de Bir Zeit, donde se graduó en 2001. Debido a las repetidas detenciones por parte de las fuerzas de ocupación israelíes, a Adnan, entonces un joven de poco más de 20 años, se le negó la oportunidad de cursar un máster en la misma universidad de Cisjordania.

A Adnan también se le negó la oportunidad de trabajar en su campo por lo que, en su lugar, trabajó en una panadería local en Arraba, y finalmente estableció su propia pequeña panadería en el pueblo cercano de Qabatiya. Pero Adnan ha hecho algo más que alimentar a su comunidad con pan. También los ha inspirado.

Fue precisamente esta cualidad la que le puso en apuros, no sólo con la ocupación israelí, sino también con la Autoridad Palestina.

La primera detención de Adnan por parte de Israel fue en 1999, cuando el joven estudiante permaneció retenido durante cuatro meses consecutivos. Desde entonces, se les detuvo al menos 12 veces, y pasó más de ocho años en prisión. En seis ocasiones diferentes llevó a cabo huelgas de hambre, la más corta de las cuales duró 25 días y la más larga, 87. Esta última fue la más larga, la más prolongada. También fue la última.

Como era de esperar, Adnan también suponía un agente provocador para el aparato de seguridad palestino. En 1999, fue detenido e interrogado por las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina por encabezar una protesta estudiantil contra el entonces primer ministro francés, Lionel Jospin.

Durante su discurso en la Universidad de Bir Zeit, Jospin arremetió contra la resistencia palestina y árabe. Para su sorpresa, un joven y delgado estudiante del público protestó, alabando a la Resistencia y denunciando el doble rasero occidental. Poco después, el líder francés tuvo que ser escoltado fuera de la universidad mientras los estudiantes enfurecidos le lanzaban piedras y zapatos.

Ése era el verdadero peligro y el poder de Adnan que, a pesar de los repetidos intentos israelíes de acusarlo por supuestas actividades «terroristas», sólo pudo retenerlo durante periodos prolongados en virtud de la denominada Detención Administrativa, una ley concebida para silenciar a académicos, intelectuales y activistas palestinos que desempeñan funciones de liderazgo en sus propias comunidades.

Sin embargo, a Adnan no pudieron silenciarle.

A diferencia de anteriores detenciones por parte de Israel, la última detención de Adnan, el 5 de febrero, fue diferente. En esta ocasión, Israel quería acusarlo de incitación a la violencia y pertenencia a una organización ilegal. Una acusación de esta naturaleza garantizaría que el franco hombre pasaría más de cinco años en prisión.

Pero ¿por qué ahora?

La rebelión armada que se está gestando en Cisjordania, especialmente en las regiones del norte, donde Adnan tenía mucha autoridad moral e influencia, significa que su libertad podría resultar costosa para Israel. Mientras los combatientes armados palestinos mueren a manos de Israel en Nablús, Yenín, Jericó, Belén y Hebrón, los dirigentes políticos rebeldes son marginados mediante detenciones arbitrarias y acusaciones inventadas.

De hecho, en todos los Territorios Ocupados ha surgido una nueva dirección que ofrece una alternativa, no sólo a la AP, sino también a las direcciones de las facciones que parecen operar exclusivamente en torno a líneas partidistas. Aunque Adnan estaba afiliado a la Yihad Islámica Palestina (YIP), era miembro del nuevo movimiento político no faccioso que buscaba puntos en común entre todos los palestinos, independientemente de su geografía, política e ideología.

Desde el punto de vista israelí, la liberación de Adnan habría sentado un precedente, del mismo modo que Adnan había obligado a Israel a sentar un precedente cuando recurrió a las huelgas de hambre para conseguir su libertad años atrás, y varias veces desde entonces.

Además, Israel no quería que Adnan volviera a las calles a liderar protestas masivas contra la ocupación israelí, hablar de resistencia y protestar contra quienes colaboraban con el ejército israelí.

Así que simplemente le dejaron morir. En una entrevista, la esposa de Adnan, Randa Mousa, declaró al Palestine Chronicle que «en una ocasión (80 días después de la última huelga de hambre de su marido), perdió el conocimiento dentro de su celda, que estaba llena de cámaras de vigilancia. Los guardias israelíes sólo trataron de ayudarle al cabo de treinta minutos».

En efecto, murió solo y sin atención médica, para ser descubierto, tiempo después, como un cuerpo sin vida dentro de su celda por los guardias de la prisión israelí.

Poco después del anuncio de la muerte de Adnan, palestinos de todos los grupos de resistencia de Gaza lanzaron cohetes contra Israel, estallaron protestas masivas en Cisjordania y Jerusalén y se declaró una huelga general. El joven estudiante de Bir Zeit se había convertido en la figura más unificadora de Palestina, incluso después de su muerte.

En su testamento, Adnan se dirigió a su pueblo como a uno solo, sin una sola referencia a la línea o al lenguaje de las facciones. Elogiaba a los «revolucionarios» y hablaba de la victoria asegurada. Las referencias que hacía a su esposa, hijos, padres, tías y tíos se entremezclaban con referencias a todos los palestinos, en todas partes, como si dijera que todos los palestinos son una sola familia.

A pesar del posible alto precio de la muerte de Adnan, para Israel, estos palestinos representan un peligro real. Suelen ser figuras pobres, humildes, enraizadas en la comunidad, pero unificadoras, que desafían un discurso político que ha estado en marcha desde la firma de los Acuerdos de Oslo; un proceso que dividió a los palestinos en clases, convirtiendo a los hermanos en enemigos, y permitiendo que Israel mantuviera, sin obstáculos, su ocupación militar y su apartheid.

Khader Adnan, sin embargo, no fue el creador de este nuevo pensamiento, sino el resultado de toda una nueva cultura política que ha impregnado Palestina durante años; un modo de resistencia colectiva que no se puede aplastar, silenciar o matar fácilmente. Su muerte, aunque trágica, es probable que contribuya al discurso emergente entre los palestinos, el de la unidad, la resistencia popular y, de hecho, la esperanza en una «victoria cierta».

Foto de portada: Khader Adnan (Mehr News Agency – CC BY 4.0).

Voces del Mundo

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s