JESSE ROSENFELD, OREN ZIV, AHMAD AL-BAZZ, The Intercept (en colaboración con +972 Magazine), 15 febrero 2022
Traducido del inglés por Sinfo Fernández



El triple asesinato recordó los días más oscuros de la Segunda Intifada y la impunidad de Israel para cometer actos violentos.
Los palestinos se quedaron impactados la semana pasada ante el descarado asalto militar israelí llevado a cabo al mediodía que hizo uso de tácticas que no se habían visto en Cisjordania en más de 15 años. Los defensores de los derechos humanos afirmaron que los asesinatos de Israel de tres hombres palestinos constituyeron asesinatos brutales y coordinados.
La emboscada tenía como objetivo a tres combatientes pertenecientes a la Brigada de los Mártires de Al-Aqsa, un grupo militante, que eran buscados por haber disparado supuestamente contra miembros del ejército israelí y colonos en las últimas semanas, aunque no se ofreció ningún detalle respecto a tales hechos. Los hombres conducían por las sinuosas calles de Nablus cuando las fuerzas de seguridad israelíes, en coches con matrículas palestinas, mataron a tiros a Ashraf al Mabsalt, Adham Mabrouka y Muhammad al Dakhil, dejando a los residentes de la zona con las horribles secuelas del ataque.
Las fuerzas de seguridad israelíes afirmaron que los asesinatos, llevados a cabo por la Unidad Nacional Antiterrorista de la Policía de Fronteras, conocida coloquialmente como Yamam, pretendían ser una redada de detención y que los agentes dispararon en defensa propia. Sin embargo, una investigación conjunta de The Intercept, Local Call y +972 Magazine apunta a un asesinato planificado en una zona bajo control de la Autoridad Palestina, una táctica ampliamente condenada.
Para Shawan Yabarin, director general de Al-Haq, un grupo palestino de derechos humanos con sede en Cisjordania, los asesinatos equivalen a crímenes de guerra. Al-Haq -que recientemente fue calificado como grupo terrorista por el gobierno israelí, un intento, según el grupo, de paralizar sus investigaciones- recogió testimonios de testigos en el lugar del tiroteo de Nablus.
“Es una ejecución extrajudicial”, dijo Yabarin. Añadió que su grupo no había encontrado pruebas de que los combatientes palestinos hubieran disparado o intentado disparar: “Las tres personas eran conocidas por los israelíes, y vinieron simplemente a matarlas”.
Los asesinatos evocaron amargos recuerdos de los asesinatos extrajudiciales que marcaron los días más oscuros de la Segunda Intifada, el levantamiento palestino de 2000 a 2005, y las consiguientes represalias israelíes. Un nivel de indignación que no se había visto en los últimos meses impregnó a toda la sociedad palestina e impulsó una huelga general de un día y disturbios en los puestos de control de Cisjordania.
Las familias de los asesinados afirmaron que la matanza fue la horrible materialización de las amenazas proferidas contra ellos en los últimos meses por el servicio de seguridad interna de Israel, el Shin Bet.
Raed al-Dakhil, de 51 años, padre de Muhammad al-Dakhil, recordó durante el funeral de su hijo que un agente del Shin Bet había llamado a la familia más de una docena de veces profiriendo amenazas que culminaron con la promesa de que iban a ejecutar a Muhammad.
“La última [llamada] se produjo hace dos meses”, dijo al-Dakhil. “Dijeron que enviarían a la unidad Yamam para asesinar a mi hijo». (El Shin Bet no respondió a las solicitudes de comentarios sobre sus llamadas telefónicas a los familiares de los combatientes).
El hermano de Adham Mabrouka, Ahmad, describió una experiencia similar de amenazas crecientes por parte del Shin Bet en el período previo al asesinato. “Cuando me encontré con ellos cara a cara”, dijo de los agentes de seguridad israelíes, “nos amenazaron con hacer daño a la familia y asaltar nuestra casa”. En la última de las que, según Ahmad Mabrouka, fueron al menos once llamadas telefónicas, un oficial del Shin Bet anunció que Adham sería ejecutado.
“Dijeron que, si no se entregaba, llegarían hasta el asesinato, y mencionaron la unidad Yamam”, recordó Mabrouka. “Me di cuenta de que iba a morir, pero no de esa manera. Tiene 35 balas en el cuerpo”.

(Foto: Issam Rimawi/Anadolu Agency vía Getty Images)
Pruebas en el lugar de los hechos
Un vídeo, los testimonios de los testigos y las pruebas recogidas por The Intercept, Local Call y +972 en el lugar de los hechos apuntan a un ataque de las fuerzas de seguridad israelíes contra el coche cargado de palestinos.
El vídeo, publicado el lunes, muestra a un taxi palestino amarillo en una carretera de la ladera cortando el paso a los combatientes en su Fiat plateado. Otra furgoneta palestina en la que viajan agentes israelíes gira entonces detrás del Fiat para impedir que el conductor dé marcha atrás. A continuación, una ráfaga de balas procedentes del taxi destruye el parabrisas del Fiat. Al cabo de unos diez segundos, los agentes de seguridad israelíes salen de la furgoneta y del taxi; algunos de los agentes abren fuego contra el lado del conductor del Fiat mientras otros hacen guardia detrás de ellos.
Los dos vehículos en los que viajaban las fuerzas de seguridad israelíes bajan por una colina que se cruza con la carretera en la que se produjo el ataque.
En el lugar de los hechos, los agujeros de bala que perforaron las puertas de los edificios de apartamentos en el lado más alejado de la carretera y las señales de la calle parecían proceder de las posiciones israelíes, es decir, de los lugares donde se encontraban los vehículos de los israelíes y donde los agentes se situaban a su alrededor. En el vídeo no se aprecian agujeros de bala ni fragmentos al lado o detrás de las posiciones de los agentes de la Policía de Fronteras, ni casquillos de bala alrededor del lugar donde estaba el Fiat, lo que indica que no se disparó contra los agentes israelíes.
Un portavoz de la Policía de Fronteras de Israel confirmó que no hubo disparos hacia las fuerzas israelíes, pero dijo que los palestinos “iban armados con pistolas cargadas y estaban a punto de abrir fuego”.
Según dos testigos que declinaron ser identificados por temor a represalias, todo comenzó con una larga ráfaga de disparos constantes y consistentes.
“Volvía a casa del trabajo. Oí disparos. No uno o dos [disparos] separados”, dijo un hombre que vive cerca del lugar del ataque. Describió una ráfaga fuerte y continua de disparos automáticos: “Grité a mi mujer y a mis hijos para que no salieran y no se acercaran a las ventanas”.
Una mujer cuyo apartamento da al lugar de la matanza dijo: “Oí los disparos y me acerqué a la ventana para ver qué pasaba. Estaba muy asustada. El coche estaba acribillado a balazos”.
Entre los testimonios recogidos por Al-Haq figura el de un testigo presencial que vio el asalto de principio a fin. El relato corrobora lo que parece ocurrir en el vídeo: Describe que los agentes israelíes abrieron fuego contra el Fiat desde la puerta abierta del taxi, antes incluso de salir del vehículo. A continuación, los agentes israelíes salieron y siguieron disparando balas reales contra el coche en una segunda ráfaga de disparos.
Aunque el vídeo de 92 segundos se detiene antes de que los agentes se acerquen al Fiat, los testigos de Al-Haq dijeron que los israelíes abrieron entonces la puerta y dispararon dentro para “confirmar” los asesinatos.

(Foto: Mamoun Wazwaz/Anadolu Agency vía Getty Images)
Órdenes de matar
La afirmación de los palestinos de que las muertes fueron asesinatos planificados fue corroborada por Ilan Paz, un exjefe de la Administración Civil, el brazo del ejército israelí que gobierna a los 2,8 millones de palestinos que viven en Cisjordania.
Paz dijo que pensaba que el objetivo claro de la operación era matar a los tres palestinos. “No creo que les dijeran [a los agentes de Yamam] que los arrestaran y que, si las cosas se ponían feas, los asesinaran”, dijo Paz a The Intercept, Local Call y +972. “Lo que supongo es que planearon su asesinato”.
Según Paz, los asesinatos selectivos deben recibir la aprobación de los más altos niveles de la seguridad, incluido el ministro de Defensa. (La oficina del ministro de Defensa, Benny Gantz, no respondió a la solicitud de comentarios).
Sin embargo, Paz dijo que no está claro si las fuerzas de seguridad están restableciendo oficialmente las ejecuciones extrajudiciales como política en Cisjordania. No cree que el asesinato de Nablus haya surgido de “una decisión estratégica de ir en direcciones nuevas y más agresivas”. Sobre el asesinato, dijo: “No significa necesariamente que haya una nueva política; responde a una evaluación de riesgos y oportunidades”.
Durante la Segunda Intifada, cuando los palestinos lanzaron un levantamiento armado contra la ocupación, las fuerzas de seguridad israelíes llevaron a cabo regularmente asesinatos en toda Cisjordania y Gaza. Los llamados asesinatos selectivos han continuado en la Franja de Gaza contra combatientes de los grupos militantes palestinos Hamás y la Yihad Islámica, pero Israel se abstuvo de tales ataques abiertos en Cisjordania. Los grupos afines a Al Fatah, el movimiento palestino laico que gobierna Cisjordania, se han librado especialmente, incluida la Brigada de los Mártires de Al Aqsa, a la que Israel considera organización terrorista.
La Autoridad Palestina, bajo el mando del líder de Al Fatah, el presidente Mahmud Abbas, restableció su relación de seguridad con Israel al final de la Segunda Intifada, un acuerdo en el que las fuerzas de seguridad palestinas hacen frente a posibles amenazas para Israel. Las fuerzas de seguridad palestinas solo tienen jurisdicción sobre los palestinos y están obligadas a regresar a los cuarteles cuando Israel realiza incursiones en su territorio.
Para Hanan Ashrawi, exministra del Gabinete de la Autoridad Palestina y miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina, los ataques como el de Nablus están diseñados para que Israel haga alarde de su impunidad.
“Asumen que pueden ser juez, jurado y verdugo”, dijo. “Están creando otra situación de inestabilidad y rabia, pero esa rabia se dirige también contra los dirigentes [palestinos] que piensan que la coordinación de la seguridad debe seguir adelante mientras Israel sigue disparando y matando palestinos a su antojo”.
Horas más tarde, bajo presión, Abbas declaró el fin de la coordinación de seguridad entre Israel y la Autoridad Palestina, una medida que ha sido anunciada en múltiples ocasiones durante los últimos años pero que nunca se ha llevado a cabo. Según un oficial de las fuerzas de seguridad palestinas, que pidió el anonimato por no estar autorizado a hablar y por temor a represalias, no hubo ninguna orden posterior para detener tal coordinación, a pesar de la declaración del presidente. El oficial, con una sonrisa, dijo: “Una declaración más de los políticos”.
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Un comentario sobre “Israel recupera en Cisjordania tácticas de asesinato que no se veían desde hace 15 años”